Dr. Germán Borbolla Sosa, lo felicito por el material presentado, no solo por la oportunidad del tema, sino también por ser uno de los factores más importantes para lograr un buen desempeño productivo. Para aprovechar sus conocimientos sobre el tema, quisiera hacer algunas consideraciones, específicamente en cuanto al consumo de lisina digestible (LD) y el desempeño productivo y reproductivo de las hembras primíparas en lactancia.
Nuestro trabajo se llevó a cabo bajo las condiciones científicas requeridas para la categoría animal, cuidando considerar la misma genética, uniformidad de peso y condición corporal de las hembras al final de la gestación, el mismo régimen de suministro de las raciones experimentales, las cuales fueron incrementadas gradualmente hasta fijarse en 5 Kg. / día, definido en un pre-experimento. La fijación de la cantidad de raciones, tuvo como finalidad mantener igual consumo de energía metabolizable entre los tratamientos. La edad de destete no varió y las dietas y el sistema de manejo alimentario de las hembras se estandarizaron en los períodos, desde el destete hasta el celo fértil y la cobertura al final de la gestación.
Durante este período se registró la variación de peso y condición corporal de las hembras, el número y el peso de los lechones al nacer en el segundo parto. En resumen, las cantidades de LD suministradas a las hembras lactantes fueron de 45, 50, 55, 60 gr / día, por lo que los niveles de LD de las dietas experimentales oscilaron entre 0,90% y 20%. Resumiendo los resultados, observamos que aunque no se observaron efectos significativos de los tratamientos sobre ninguno de los parámetros productivos evaluados como variación de peso y condición corporal de las hembras, variación de peso de los lechones y camada y tampoco sobre el reproductivo como el intervalo de destete. Se encontró que a pesar de un aumento no significativo en el número de lechones nacidos en el segundo parto, entre los tratamientos correspondientes a 45 a 50 Gr de LD / día. Hubo una reducción consistente en esta variable, cuando el consumo de LD aumentó de 55 a 60 Gr de LD / día.
Así deducimos que las dietas que contenían el nivel de 1.20% LD, por lo tanto un consumo de 60Gr LD / día, hubo un exceso de LD en relación al consumo de MS, resultando en un aumento en la producción de amoniaco, que según algunos autores rescataron en la literatura. , dañaría el pH y las secreciones uterinas que justificarían los resultados obtenidos. Con este trabajo la conclusión que queda es que el factor que define el nivel de LD a utilizar en una finca dependerá del nivel de MS utilizado. En el tratamiento de 55 Gr que proporcionó buenos resultados de rendimiento de primíparas, aunque no significativo, sería la base para establecer el requerimiento de LD de las mujeres primíparas lactantes, que correspondería a la relación de 3.15 Gr LD / 1000 Kcal.
Reforzando esta conclusión, un estudio realizado con primíparas en Kansas, reveló un compromiso en el número de lechones nacidos en el segundo, después del consumo tan bajo como 48 Gr de LD. Al comprobar la relación LD: EM de las raciones que proporcionaron más de 48 Gr, la relación LD; EM estuvo por encima del que estamos defendiendo.
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