RESUMEN
Los sistemas de producción de pequeños rumiantes muestran grandes coincidencias en los distintos países donde se desarrollan, principalmente en medios difíciles orográfica y climáticamente, localizando la producción en los terrenos más abruptos o áridos y, por lo tanto, menos aptos para otras actividades. Dichos sistema de producción de subsistencia, economía campesina son de limitados recursos operando con una infraestructura básica, donde se guarda a los animales después de pastorearlos en zonas comunales o donde se permita llevar a cabo su alimentación. Su manejo sanitario es prácticamente nulo, ya que es presentada bajo condiciones curativas o de emergencia. Presenta una calidad genética de sus animales con bajos rendimientos productivos, sin embargo su fortaleza radica en su rusticidad y una continua adaptación, permitiendo su impulso en la producción ya que aprovechan la mínima disponibilidad de nutrientes que contiene el alimento que se les proporciona. El análisis sistémico perimirá conformar un enfoque multidisciplinario que tenga en cuenta los aspectos biológicos, económicos y sociales como un todo, estudiando los factores internos y externos que afectan a la familia y a su unidad productiva.
PALABRAS CLAVES: Producción Animal, Sistemas, Teoría Sistémica, Pequeños Rumiantes.
INTRODUCCION
Los sistemas de producción en pequeña escala incorporan en su estructura tanto las actividades ganaderas como las actividades agrícolas; cuyo fin principal es la producción de satisfactores sociales de largo plazo a través del uso racional de las fuentes de producción primaria, considerando los factores sociales, económicos y "tecnológicos" (Geifuls 2002).
Dentro del sector de la economía campesina se presenta una heterogeneidad bastante marcada en los niveles de producción, tipo de productor, orientación al mercado y características generales. (Hamdan, et al, 1994).
Algunos de los problemas que se presentan en la agricultura de subsistencia y que condicionan su heterogeneidad son:
- Diversidad de medios ecológicos y, en consecuencia, de dominios de recomendación para la generación y transferencia de tecnología.
- Terrenos con un 80% de las explotaciones agropecuarias con tamaños menores a 5 Hás., y 35% de éstos con tamaños menores a 1 Há. por familia.
- Complejos sistemas de producción que involucran la presencia simultánea, en el tiempo y en el espacio, de 5 a 8 cultivos por explotación familiar, y de 4 a 5 especies ganaderas manejadas por la familia campesina.
- Alta incidencia de autoconsumo familiar de la producción agrícola y pecuaria.
- Agrupaciones familiares en comunidades campesinas o parcialidades, organizaciones con fuerte incidencia de prestaciones recíprocas de trabajo y recursos.
- Estrechas relaciones de intercambio de trabajo familiar y agrícola entre familias y dentro de grupos de familias en el trabajo comunal.
- Migración estacional de miembros de la familia, con el objeto de incrementar el ingreso económico familiar; y la consecuente ausencia del campesino en el territorio agrícola durante los períodos de migración.
- Formas no tradicionales de comercio, entre las que se cuentan el intercambio y el trueque entre productos agropecuarios, o entre trabajo y productos agrícolas y no agrícolas.
El enfoque de sistemas de producción puede redescubrir factores que expliquen el comportamiento productivo, económico y social, a nivel individual, familiar y social. (Hamdan, et al 1994).
En la actualidad, la teoría sistémica y el concepto de «sistema» se aplican a muy distintos ámbitos de la actividad humana (economía, política, medicina, biología, etc.). No obstante, el objetivo del presente artículo es revisar su aplicación e implicaciones en la investigación en producción de los pequeños rumiantes desarrollados , especialmente por y con el campesinado, para proponer a partir de ellas: a) una caracterización de los tipos de experiencias que muestran resultados concretos con relación a la aplicación de prácticas o principios que tienden a la sostenibilidad; b) identificar metodologías de investigación, de participación de los productores, del tipo de experimentación y formas valoración de los resultados y c) Identificar en las experiencias sus fortalezas y posibles pistas para la multiplicación de las propuestas. (Espinosa, C, 1984).
CONCEPTOS GENERALES Y EVOLUCION DEL ENFOQUE DE SISTEMAS DE PRODUCCION.
En términos generales y de acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española (1970), se entiende por sistema un conjunto de reglas sobre una materia enlazados entre si y, esta misma fuente, considera la producción como la acción de producir.
En este sentido, Sotillo y Vijil (1978) definen el concepto de producción animal como el conjunto de prácticas zootécnicas aplicadas a la obtención económica de animales y sus productos en tanto suponen alimento, abrigo, comodidad, defensa, emoción estética y progreso para el hombre. En esta definición se incluye ya un objetivo de la producción que, por supuesto, sirve para la explotación de los pequeños rumiantes, este es la aplicación de un conjunto de practicas zootécnicas para lograr esa producción. Para Vallerand (1989) un sistema es una forma de interrogar y representar una realidad y en el caso concreto de un sistema de producción animal indica que ha de ser considerado como un arte, ya que han de incluirse en su concepto, los objetivos del productor y no siendo posible considerar la producción sin tener en cuenta el productor.
De forma que, para una misma realidad o región de producción, se pueden definir sistemas completamente distintos, en función de los objetivos del trabajo. En función de estos planteamientos, cuando se considera un sistema de producción animal hay que tener en cuenta el objetivo general que conduce a satisfacer las necesidades de una comunidad pero dirigido por la decisión del productor como integrante fundamental del mismo (Vallerand, 1989).
Cuando se trata de aplicar a los pequeños rumiantes, un sistema de explotación se podría entender como una manera concreta de combinar medios, factores y técnicas de producción con el objetivo de obtener unos determinados productos, teniendo en cuenta el abastecimiento y gestión de los recursos en un proceso de transformación biológica, en un entorno político, socioeconómico y medioambiental concreto (Gallego et al., 1993).
El enfoque tradicional del desarrollo agropecuaria ha tendido, por muchos años, a fraccionar y aislar en subdivisiones los distintos elementos productivos que ocurren en los predios familiares, tratando de promover su desarrollo mediante esfuerzos aislados por cultivo o por explotación pecuaria, y en casos extremos, por componentes de cultivos o crianzas. Este enfoque permitió el desarrollo de aquellas empresas dedicadas a la explotación comercial de monocultivos o de crianzas especializadas, y llegó a su máxima expresión con la llamada "revolución verde". (Forero et al, 2000)
La respuesta histórica a este enfoque ha sido no sólo el estancamiento del pequeño productor sino, en muchos casos -y en muchos países- el deterioro de su condición productiva y económica.
Como una alternativa a estos problemas metodológicos surgió en centros internacionales, regionales e instituciones nacionales el enfoque de "sistemas", como una manera de cambiar la visión de la producción agropecuaria. (Zandstra et al, 1981).
A los análisis e investigaciones orientadas exclusivamente al área biológica se incorporan luego los análisis económicos, como una segunda etapa en el reconocimiento de la importancia de la economía campesina dentro de los esquemas productivos, en el que se combinan los aspectos ecológicos, biológicos, económicos y sociales para mirar al conjunto del productor y su familia con su unidad y recursos productivos (Shaner et al, 1982).
Es bajo este punto de vista que el enfoque de sistemas de producción se centra en: 1) la interdependencia entre los componentes de la unidad productiva familiar, bajo control y manejo de los miembros de la familia, y 2) cómo estos componentes interaccionan con los factores biológicos, físicos y socioeconómicos externos al control familiar.
Al considerar a la unidad productiva como un todo se logra:
- El estudio y análisis de las distintas facetas de vida del hogar rural y su marco geográfico y ecológico de ubicación, mediante el contacto con el productor y su familia.
- Analizar en el tiempo y el espacio los problemas y oportunidades que influencian a la unidad familiar.
- Establecer prioridades de acuerdo a los problemas y oportunidades.
- Reconocer la ligazón y correlación entre los diferentes subsistemas de la unidad familiar, y la correspondiente ligazón entre los sistemas familiares, los sistemas comunales, microrregionales y regionales.
- Evaluar los resultados e impactos de la investigación y el desarrollo en términos de la unidad productiva en su todo, de los intereses del productor y de la sociedad de la cual es parte (Shaner et al, 1982).
LA PRODUCCIÓN ANIMAL AL NIVEL DE LA EXPLOTACIÓN AGRARIA
La actividad agrícola en general, y la producción pecuaria en particular, consiste en el abastecimiento y gestión de unos recursos, factores y medios de producción para obtener una serie de productos destinados directa o indirectamente al consumo humano, mediante distintas técnicas o métodos de producción y un proceso de transformación biológica. Esto se conoce como sistema de explotación (Gallego et al., 1993).
En el contexto del sistema familia-explotación y a un nivel individual, la actividad pecuaria constituye un subsistema dentro del mismo. Engloba al conjunto de instalaciones y técnicas que permiten la obtención de productos de origen animal en condiciones compatibles con el objetivo del productor y en el marco de las restricciones y limitaciones propias de cada explotación. Dependiendo de su orientación productiva, puede constituir un subsistema único o estar combinado con otro agrario. (Gallego et al., 1993).
ELEMENTOS DE LA EXPLOTACIÓN PECUARIA
En principio, es posible diferenciar en todas ellas la existencia, de una u otra manera, de los siguientes subsistemas:
Subsistema Biológico
Es el conjunto de organismos vivos que conforman el sistema de transformación dentro de la explotación agraria y constituye la parte productiva propiamente dicha. El número de elementos que lo integran depende de los objetivos de ésta.
Con la inclusión de un capital animal en el proceso productivo (Subsistema de Producción Animal), el subsistema biológico se complica (Gibon, 1981). Las diferencias existentes en el ritmo de producción y de calendario entre los procesos biológicos propios de cada uno de estos componentes del sistema conllevan una asincronía entre ellos (Gibon, 1981), por ejemplo entre la producción forrajera y las necesidades del rebaño. Por tanto, es necesario equilibrar dicho desajuste a lo largo del año mediante la recolección y almacenaje de los recursos excedentarios de unos períodos concretos, para su utilización en otros con menor disponibilidad o con mayores necesidades (Duru et al., 1988; Gibon, 1981).
Teniendo en cuenta las definiciones y matizaciones indicadas, en la caracterización de los sistemas de producción de los pequeños rumiantes han de tenerse en cuenta una serie de elementos fundamentales, de cuya importancia relativa en el conjunto dependen las distintas clasificaciones que se han originado sobre los sistemas de producción (Gallego et al., 1993; Torres et al., 1993).
Al analizar los elementos integrantes de los sistemas de producción ovinocaprinos, el eje fundamental estaría constituido por la transformación de unos productos vegetales en productos animales, de la forma siguiente:
A partir de este esquema y teniendo en cuenta las diferencias en el producto final, una clasificación de los sistemas de producción ovina estaría en función de la producción más importante, si bien es difícil separar, en algunos casos, los sistemas, al tener un objetivo de producción múltiple. De acuerdo con Torres et al. (1994), esta clasificación podría ser establecida de la forma siguiente:
Subsistema Trabajo
El hecho de que el proceso productivo tenga que desarrollarse de manera ordenada para la consecución de unos objetivos, supone que éste no se produzca de manera espontánea.
En primer lugar, la utilización de los medios de producción, edificios, maquinaria e instalaciones de diversa índole (ej. potreros, bebederos, distritos de riego, etc.), así como del mantenimiento de éstas, supone una demanda de trabajo. Ésta constituye uno de los elementos más dinámicos del sistema. Las variaciones en la demanda de trabajo pueden tener su origen en modificaciones del ambiente externo (ej. climatología adversa que impide la realización de una determinada actividad en momentos concretos), o pueden estar ligados a una perturbación de tipo coyuntural del ambiente interno (ej. enfermedad, avería). Pero también pueden darse alteraciones de tipo estructural, como es el abandono o salida de la explotación por cualquier motivo de algún integrante del grupo familiar con participación activa hasta entonces (Duru, 1980).
Subsistema Financiero
Con motivo del proceso productivo, se produce una serie de entradas de capital en términos monetarios de muy diversa procedencia, siendo la venta de productos y los auxilios los más habituales (Lana y Garriz, 1998). Además, dado el carácter familiar de estas explotaciones, en ocasiones existen ingresos ajenos a la producción pecuaria (pagas por jubilación, ingresos procedentes de trabajo en la industria o servicios, etc.) que inciden en el subsistema financiero de la unidad familiar, y que afectan de manera importante a su funcionamiento. Por el contrario, hay que tener en cuenta una serie de salidas, como son los costos de producción.
A diferencia de lo que ocurre en las empresas del sector secundario o terciario, tanto los gastos como los ingresos netos percibidos por la explotación, no son uniformes. Las entradas y salidas son muy variables entre meses, puesto que funcionan con diferentes escalas de tiempo. Mientras unas se producen de manera diaria (ej. venta de leche), otras lo hacen mensualmente (ej. venta de lotes de animales), otras varias veces al año (ej. venta de animales descarte) y algunas son de carácter anual o incluso cada varios años. La división en subsistemas es clara desde un punto de vista teórico/analítico, por cuanto que permite un conocimiento más preciso de la respuesta originada a cada uno de los posibles efectos que actúan sobre el sistema. Sin embargo, las relaciones dentro de un sistema productivo son tan complejas que se hace enormemente difícil la interpretación de las mismas, cuando el conjunto se divide en compartimentos de una u otra forma (Beranger, 1992).
ELEMENTOS DEL SISTEMA FAMILIA-EXPLOTACIÓN
Al profundizar en el conocimiento de la explotación pecuaria, se llega a una serie de elementos que intervienen en el proceso productivo y que tienen que ver al mismo tiempo con los tres subsistemas anteriormente señalados. Así, Duru (1980) propone el concepto de sistema familia-explotación, entendiendo como tal el entorno físico donde vive y actúa el productor, verdadero agente económico de la actividad, y el grupo social que su familia representa. En el caso de la explotación agraria albergada bajo ese concepto de sistema familia-explotación, las herramientas de gestión fijadas por el productor y las decisiones adoptadas no se determinan basándose en la situación económica o
financiera inmediatamente posterior, sino que constituyen una apuesta a largo plazo que en muchos casos abarca los proyectos de un grupo familiar durante más de una generación (Deffontaines y Petit, 1985).
LA INVESTIGACIÓN DE LOS SISTEMAS PRODUCTIVOS
El desarrollo del análisis sistémico y su aplicación a la producción animal, se ha producido paralelamente a la visión que la sociedad actual tiene de una agricultura no relacionada exclusivamente con la generación de alimentos. Ello está dando como resultado una evolución del sector que precisa integrar el carácter multifuncional que en la actualidad se le atribuye. (Beranger et al, 1994).
Las experiencias de más de una década de ensayos han permitido delimitar con cierta propiedad las etapas tendentes al trabajo analítico en sistemas de producción. Numerosos autores han seleccionado seis etapas básicas en la metodología de sistemas. Sin embargo, cabe señalar que éstas no son excluyentes y que circunstancias especiales podrían ameritar la inclusión de nuevos pasos o la eliminación de algunos de ellos. (Beranger,et al 1994)
Las principales características y objetivos de cada una de las etapas son:
1. Selección del área de trabajo: La selección del área de trabajo constituye el primer y más importante paso en el enfoque metodológico de sistemas de producción. En esta etapa se determina si la región preseleccionada tiene capacidad de responder al programa integrado de desarrollo agropecuario. La primera consideración para la selección del área y para determinar el denominado "potencial de respuesta" es el análisis agroecológico (Hart, 1980). En esta etapa se determinan, igualmente, las llamadas grandes zonas agroecológicas o "dominios de recomendación". Por otro lado, deben incluirse en la selección del área de trabajo los siguientes aspectos: concentración de productores, homogeneidad de la producción, presencia institucional, presencia de canales de comercialización y prioridad del Estado para la región en desarrollo.
2. Caracterización de los sistemas prevalecientes y determinación de los factores limitantes: Esta caracterización, es de orden social, económico y biológico. Las herramientas utilizadas incluyen sondeos, encuestas estáticas y encuestas dinámicas. (Hart, 1980)
El sondeo es el primer instrumento de caracterización, su objetivo es el reconocimiento primario de los sistemas, su variabilidad y la noción inicial de sus limitantes principales. Se debe realizar un análisis de la explotación individual teniendo en cuenta las siguientes pautas: funciones principales del sistema, la articulación entre funciones, así como la manera en que cada una de ellas afecta al resto e identificar los posibles limitantes que pueden anular o acotar el efecto esperado con la implantación de una supuesta mejora, evaluando la fiabilidad y la capacidad de regulación del material biológico de la explotación, para lograr un efecto positivo con la aplicación de dicha mejora. (Chía, et al , 1994) A nivel general se analizar la situación familiar, y de manera prioritaria fijar la atención en su unidad de gestión, así como en las relaciones interpersonales que se establecen entre los elementos que la componen.
A nivel de los elementos del sistema se analiza las decisiones de gestión, sobre todo en lo que respecta a los aspectos relacionados con: la utilización de la superficie agraria, el empleo de la fuerza de trabajo disponible, la asignación de la renta; y la naturaleza de las inversiones (material, instalaciones, etc.). (Chía, et al , 1994) A nivel de las capacidades de regulación se analizan los mecanismos disponibles para mantener las funciones propias de los elementos que componen la explotación, asegurando la calidad y seguridad de su funcionamiento. Ante la imposibilidad de abarcar a todos los agricultores de una zona, uno de los aspectos más importantes es la realización de un muestreo representativo, de manera que se mantenga una diversidad lo más parecida posible a la del área de estudio.
El instrumento más útil y valioso del enfoque de sistemas es la encuesta dinámica o seguimiento de unidades agropecuarias. Este proceso selecciona a un número pequeño pero representativo de productores, y a través de la estrecha convivencia entre un grupo multidisciplinario de campo y el productor se cuantifica, mide y entiende el proceso de producción en períodos que pueden cubrir de 1 a 2 ciclos productivos.
3. Selección de intervenciones o cambios tecnológicos: En esta etapa se eligen aquellas tecnologías que se presuma puedan resolver factores limitantes de orden biotecnológico. En el proceso de elección se toma en cuenta el marco
social y económico en el que se desarrolla la producción, seleccionando aquellas estrategias más acordes con la realidad del productor.
4. Evaluación en campo de componentes tecnológicos individuales: Partiendo del principio de que no toda tecnología se adapta a las condiciones de la economía campesina, en esta etapa se busca comprobar las bondades de las recomendaciones técnicas a nivel de productores. En este proceso se evalúan, con la colaboración de los productores, tecnologías aisladas que posteriormente serán incorporadas en conjunto a las recomendaciones de cambio. Las evaluaciones de estas tecnologías abarcarán no sólo aspectos relacionados con sus resultados en cuanto lo biológico, sino que necesariamente deberán incluir cuidadosos análisis económicos y sociales. (chía, et al , 1994)
5. Validación: La validación es la etapa final de trabajo en el campo, dentro del enfoque de sistemas. Con un grupo seleccionado de productores, representativos de los estratos productivos de la región escogida, se iniciarán las pruebas de introducción de cambios tecnológicos en los sistemas de producción. La unidad evaluativa en la validación está constituida por el ingreso neto, la remuneración a la mano de obra familiar y los excedentes netos disponibles por la familia, como elementos de discriminación de la bondad de los cambios. (chía, et al , 1994)
6. Extensión o difusión masiva de los resultados: Los cambios tecnológicos evaluados a nivel de unidad agropecuaria serán puestos a disposición de agencias estatales o entes privados dedicados a la difusión masiva de tecnologías o a la extensión a nivel de campo. (chía, et al , 1994)
CONCLUSIONES
La caracterización y el análisis de los sistemas de producción de los pequeños rumiantes bajo el enfoque sistémico permitirá mejorar el entendimiento en los procesos de adopción tecnológica, de participación en los mercados de producción y consumo, así como de los fenómenos de integración de la economía campesina a la economía regional y nacional. El desarrollo del sector rural es un proceso paulatino en el cual, a través del tiempo, adopciones graduadas de tecnología, relaciones con el mercado y, además, la economía regional producen cambios graduales en la producción y productividad. Es por ello necesario que dentro de este contexto los análisis de economía campesina deban ser integrales, y que las mediciones generales sobre cambios o impactos tecnológicos no se limiten a un cultivo o sólo a la agricultura o ganadería, sino que midan la eficiencia productiva a nivel de la finca en su totalidad. (Acosta, L.. 1999) Un sector de la información presentada en este documento indica que la producción en el marco de la economía campesina presenta potencial para mejorar; potencial que debe ser aprovechado para la generación de innovaciones tecnológicas de definición, tanto de políticas agrarias como de carácter nacional.
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