Clostridium perfringens es una bacteria esporulada muy resistente a calor, pH extremos y desinfección, por lo que es un buen indicador de contaminación en aguas. Su presencia en agua de consumo es relevante y requiere tratamiento. Aunque el CAA no exige su detección, en países europeos como España sí se controla. Para su análisis se cultiva en condiciones anaerobias y, en esta prueba, no se obtuvo crecimiento del microorganismo.