3 de junio de 2018
Suele ocurrir, que, detrás de cada campaña hay algún interés comercial o económico.
Pero con respecto a la leche, lo que están haciendo es inadecuado.
Se le dice a la gente, que puede provocar enfermedades, de las peores, que los niños no necesitan la leche, que la mayoría de los adultos no la toleran, que la leche tiene pus y podemos seguir. Evidentemente, eso asusta a cualquiera que no esté compenetrado de los verdaderos valores nutricionales de la leche.
Si siguiésemos esos conceptos, tampoco sería conveniente tomar agua!!!. Puede contener muchos contaminantes, aditivos, parásitos, bacterias, etc., etc.
Hago esta burda comparación, para resaltar, que a la gente, se la está desinformando y asustando.
Para qué???!!!!
Habría que ver que se busca realmente con esas campañas.
Una cosa es hablar con liviandad de la leche, del agua, de las carnes y de lo que fuere.
Otra cosa, es hablar de calidad de leche, agua, carne, etc.
El público, en general, no conoce los tratamientos que se hacen a los alimentos, para que lleguen a sus mesas con la adecuada calidad y sin riesgos para la salud. Tal vez, esa información no traiga aparejado un resultado económico a quienes generan las campañas.
Seguramente, sería mucho más fructífero para la población, explicarles, por ejemplo, como se potabiliza el agua que consume diariamente, millones de personas y se obtiene del Río de la Plata, en cual desagua entere otros, el Riachuelo. Sin embargo, el agua que llega a los hogares es potable y libre de gérmenes patógenos u otros contaminantes, nocivos para la salud.
En el caso de la leche, se hacen tratamientos como la pasteurización, con lo cual se eliminan bacterias patógenas. Se hacen procesos de homgeinización para que su composición sea homogénea. Así podemos seguir enumerando procesos que ayudan a la salubridad de ese alimento.
Pero, un tema fundamental, que no se divulga con la intensidad que corresponde, es cómo se deben consumir los alimentos, cómo conservarlos para mantener vigentes sus cualidades nutricionales, etc.
En el caso de la leche, es común escuchar que antes de consumirla, se debe hervir una, dos y hasta tres veces.
En primer lugar, la leche que viene en sachet o en tetrabrick, está pasteurizada, lo que se aclara en forma visible en el envase; por lo tanto, no es necesario hervirla.
Si la leche proviene directo del tambo, sin tratamiento alguno, lo que corresponde hacer, es ponerla en un recipiente, jarro o cacerola o lechera, ponerla al fuego y observar cuando se forma un collar de burbujas, todo alrededor del recipiente. Esto ocurre a los 85°C, antes de hervir. En ese momento, se retira del fuego y se introduce rápidamente en otro recipiente de mayor diámetro, con agua fría. Se revuelve con una cuchara bien limpia y se tapa. Así hasta que tome la temperatura ambiente. Llegado a este punto, la leche está en condiciones de ser ingerida sin ningún riesgo. Para conservarla, se guarda SIEMPRE TAPADA, en una heladera o el lugar más fresco que se pueda. De esta manera, se conserva sin inconvenientes durante 24hs. Si se desea consumir caliente, se pone la cantidad a consumir en otro recipiente. El envase mayor, se vuelve a guardar en el frío, siempre tapado. El envase con al leche a consumir, se pone al calor, pero NO se HIERVE. Se agrega el saborizante y/o edulcorante deseado y se puede beber o utilizar en algún preparado culinario.
A 85°C mueren todos los agentes patógenos que pudieran estar presentes.
Se tapa, para evitar contaminaciones con agentes externos, moscas, etc.
Cuando la leche hierve, en el fondo del recipiente, se observa una borra o precipitado blanco. Cuanto más se hierve, más precipitado habrá. Ese precipitado contiene las proteínas y el Calcio de la leche. Ese precipitado, queda en el fondo del recipiente, que luego se lava y se va por el desagote de la pileta.
Que hemos hecho al hervir la leche?. Destruir uno de sus principales aportes nutricionales.
Cuando nos hablan del contenido graso de la leche y su efecto nocivo para la salud, vale recordar que la leche entera comercial, contiene 3% de grasa; es decir, que cada 100 cc de leche, tenemos 3 gramos de grasa. Una grasa de composición conocida.
Cuando tomamos un café ó té con leche, difícilmente estemos agregando más de 100 cc de leche, es decir, 3g de grasa de leche.
Cuando comemos las llamadas galletitas de agua, éstas contienen 9% de grasa, generalmente bovina, cuya composición en ácidos grasos es conocida. Es decir que consumiendo 33g de galletitas, consumimos 3g de grasas.
Unas riquísimas galletitas dulces, que generalmente se sirven acompañando helados o con el té, contienen 24% de grasa. Quiere decir que si comemos 12 g de esas galletitas, ingerimos 3g de grasa.
En todos los casos, se ingieren 3g de grasa, pero las grasas en uno y otro caso, son diferentes a las de la leche.
En las campañas, se habla de de los porcentajes de población de distintos países, que tiene importantes problemas de salud a causa del consumo de leche.
Si esto fuere tan así, no necesitamos muchas investigaciones, simplemente observación, información y sentido común.
En países como Francia, Italia, Suiza, España, Argentina, Uruguay, entre otros,todos ellos altos consumidores de leche y sus sub productos, tendríamos una edad promedio de vida muy baja, según esas campañas. Sin embargo, en todos esos países la longevidad es una de sus características.
Según dicen en las campañas, los niños no deben tomar leche, la muestran casi como un veneno.
Pregunto, qué problemas presentan los niños que tienen la posibilidad de tomar leche entera de vaca todos los días?. Los vemos rosagantes, fuertes, sanos.
Pero sí, vemos a las mamás jóvenes, cambiando de marcas de leches sintéticas, que dan en el biberón de sus bebes, porque, cuando no les causan diarreas, lees provocan vómitos o flatulencias, a pesar que también toman la leche materna. Sin embargo, cuando se reemplazan esas leches sintéticas por leche entera de vaca, rebajada los primeros 15 días con agua de cebada, a los bebes les desaparecen esas dolencias. Esto no es un descubrimiento moderno; muchas generaciones se han criado de esta manera y sin inconvenientes.
Podríamos seguir enumerando casos y virtudes de la leche, pero estimo que lo expuesto, en lo que considero términos prácticos y entendibles para todo público, puede ser de utilidad para que mucha gente pierda el miedo a tomar leche o comer sus derivados.
Vale aclarar, que en todos los casos, me estoy refiriendo a leche natural, salubre y bien procesada.