Este innovador estudio rompe el paradigma de que la calidad de la leche depende únicamente de la tecnología o la nutrición. La investigación, titulada "Estilos de gestión en la sala de ordeño y su relación con la calidad de leche en establos de Lima, Perú", fue desarrollada por Rocío Sandoval-Monzón, Luis Ruíz-García, Milena Montenegro y Juan Cevallos. El artículo se publicó en Rev Inv Vet Perú 2025; 36(2): e28372 (https://doi.org/10.15381/rivep.v36i2.28372).
El objetivo central fue identificar cómo los distintos estilos de gestión del recurso humano que opera la sala de ordeño impactan directamente en los indicadores de calidad de la leche, específicamente en los establos tecnificados y semitecnificados. El estudio transversal, realizado en 30 establos de Lima, Perú, concluye que el factor humano, organizado bajo un enfoque gerencial, es el eslabón más determinante en la sanidad.
Análisis para el Productor y el Profesional: La Gestión como Estrategia de Sanidad
El valor principal de este estudio radica en que otorga un poder de acción inmediato al profesional y al productor. Los resultados identificaron tres modelos de administración del personal y las rutinas en el ordeño, basados en tres dimensiones: tareas (protocolos), personas (capacitación y motivación) y prácticas de ordeño (higiene rutinaria):
Estilo Gerencial: Alto enfoque en la planificación de tareas, la estandarización de prácticas de ordeño y la capacitación y motivación del personal.
Estilo Informal: Bajo enfoque en la planificación, la documentación y la estandarización de las prácticas.
Estilo Social: Alto enfoque en las relaciones interpersonales, pero con una ejecución menos rigurosa de las tareas y protocolos de higiene.
Aplicación Práctica: De la Teoría a la CCS
La conclusión más relevante es que el Estilo Gerencial no solo tiene un impacto positivo, sino que está asociado con una Cuenta de Células Somáticas (CCS) significativamente inferior en comparación con los otros dos estilos.
Para el Productor, esto se traduce en una hoja de ruta clara: para reducir la incidencia de mastitis subclínica y mejorar la calidad sanitaria de la leche (lo que a su vez se traduce en mejores precios y menos descartes), se debe implementar un sistema que asegure:
Disciplina en las Tareas: Que cada paso de la rutina de ordeño (como el despunte, el pre-sellado, el secado y el post-sellado) se ejecute siempre de la misma forma, por el tiempo adecuado y con los insumos correctos.
Inversión en Personas: La capacitación constante y la retroalimentación son cruciales para que el personal entienda el porqué de las prácticas, no solo el cómo. El personal motivado y bien capacitado es un control sanitario de primera línea.
El Estilo Gerencial actúa, por lo tanto, como un escudo preventivo contra la mastitis, asegurando la higiene y el correcto funcionamiento de las máquinas, minimizando la contaminación cruzada y el sobreordeño, que son factores que disparan la CCS.
Punto de Debate para el Académico y Referente: La Separación Funcional de la Calidad
Este estudio ofrece un punto de partida sólido para el debate científico al cuantificar la influencia del manejo en la calidad higiénica versus la composicional. La metodología estadística, que incluye el uso del método de agrupamiento bietápico y un modelo lineal general, permitió aislar y medir el efecto de las variables de gestión.
El hallazgo de que el estilo de gestión solo influye en la Calidad Higiénica y Sanitaria (CCS y bacteriología), y no en la Calidad Composicional (grasa y proteína), sugiere un desacoplamiento funcional de los factores de calidad:
Sanidad (CCS): Es una función del rigor del proceso (gestión y rutina de ordeño).
Composición (Grasa/Proteína): Es una función de la estrategia zootécnica (nutrición, genética y estado metabólico del animal).
Este descubrimiento invita a los académicos a reevaluar los modelos de eficiencia en la producción lechera, reconociendo el liderazgo técnico-organizacional no solo como un factor económico, sino como una variable zootécnica con poder estadístico sobre los resultados sanitarios. El desafío ahora es cómo integrar formalmente estas "habilidades blandas" de gestión en los planes de estudio y protocolos de extensión, para que los profesionales puedan auditar y corregir el estilo de gestión de un establo con la misma precisión con que auditan una ración o un equipo de ordeño.
Si el Estilo Gerencial es el más efectivo, ¿cómo pueden los profesionales técnicos desarrollar y medir la dimensión 'personas' (motivación, compromiso y transferencia de conocimiento) en el personal de ordeño para asegurar la sostenibilidad de las prácticas sanitarias a largo plazo en la unidad de producción?