Introducción
La alfalfa (Medicago sativa) es el principal cultivo forrajero en el estado de Hidalgo. Su cosecha cíclica de 30 días en primavera verano y de 45 a 50 días en otoño invierno plantea desafíos para su conservación. La henificación se realiza en clima soleado para elaboración de pacas rollos, sin embargo, en épocas de lluvias, este proceso se dificulta siendo mejor opción la conservación de este forraje a través del ensilaje. El ensilaje es la conservación de forrajes mediante la acidificación por fermentación en ausencia de oxígeno, permite cosechar alfalfa en diversas condiciones climáticas, almacenar grandes cantidades de forraje, reducir perdidas de materia seca, conservar nutrimentos y favorecer la digestibilidad, el consumo de materia seca y el aumento de la producción de leche en vacas (Liu et al., 2024). Sin embargo, el forraje de alfalfa es difícil de ensilar debido a que tiene un bajo contenido de carbohidratos solubles y una alta resistencia a cambios de pH durante el proceso de acidificación, lo que compromete la calidad del ensilado (Wang et al., 2024). El éxito de este proceso de conservación depende de la presencia de microbiota acido láctica benéfica para el proceso y la ausencia de microorganismos no deseables causales de putrefacción. Las dinámicas de la población microbiana determinan el valor nutricional y la seguridad del forraje conservado, impactando directamente en la salud y productividad de los animales (Arreola et al., 2021). Por ello el objetivo del trabajo es realizar revisión de los estudios recientes sobre la microbiología y su efecto en el ensilaje de alfalfa.
Experimental
Se realizó una búsqueda sistemática en las bases de datos científicas Scopus y MDPI en julio de 2025. Las palabras claves de búsqueda fueron “alfalfa silage”, “inoculant”, “Lactobacillus”, “fermentation” y “nutritional quality”. Se establecieron criterios de inclusión tales como, la pertinencia a la temática y ser artículos recientes publicados entre 2018 a 2025 con mayor número de citas. La información encontrada fue analizada y sistematizada por las variables más significativas en los estudios de ensilajes, las principales bacterias benéficas y nocivas para el ensilaje de alfalfa.
Resultados y discusión
En el proceso de ensilaje de alfalfa las características del forraje a ensilar: estado fisiológico, contenido de materia seca y relación hoja tallo determinan la calidad del ensilado. La alfalfa debe cortarse en prefloración para asegurar la mayor relación hoja tallo y el valor proteico, luego debe presecarse en campo a un contenido de materia seca de 35 al 40%, valores inferiores favorecen desarrollo de bacterias clostridiales que descompone la proteína y porcentajes mayores dificultan la compactación y favorece el crecimiento de hongos y levaduras. La generación de condición anaeróbica en los silos es el punto crítico, se logra con compactación y tapado en los primeros 3 días, donde el pH se mantiene entre 6.5 y 6. El ambiente anaeróbico favorece el crecimiento de bacterias ácido-lácticas productoras de ácido láctico del día 7 al 21 y logrando la acidificación del medio a rangos de pH deseados de 3.8 a 4.2, no permitiendo crecer bacterias clostridiales. Posterior a este tiempo el pH se estabiliza por debajo de 4.2, la actividad de las bacterias acido lácticas se disminuye y el ensilaje entra en fase de conservación prolongada siempre y cuando se mantenga el ambiente anaerobio (Arreola et al., 2021). Posterior a los 21 días un ensilado de buena calidad debe tener textura firme de aspecto húmedo, color verdoso o pardo claro, colores obscuros indican fermentación indeseada, el olor debe ser dulce y afrutado, olores a amoniaco y rancio indica mala conservación. Las bacterias benéficas homofermentativas como Lactobacillus plantarum representa la primera población que fermentan el forraje a ácido láctico y propicia la acidificación del medio favoreciendo el crecimiento de bacterias heterofermentativas como Lactobacillus bucheneri, Lactobacillis brevis que metabolizan el ácido láctico a acético y etanol (Wang et al., 2023). El ácido acético es un agente antifúngico, además evita calentamiento y pudrición del ensilado.

La pérdida de la condición anaeróbica propicia el crecimiento de microorganismos nocivos como levaduras, hongos que producen micotoxinas y bacterias del genero Clostridium, que degradan la proteína y producen acido butírico. En general los microorganismos nocivos generan perdida de forraje, reducción del valor nutricional y representan un riesgo en la salud de animales que consumen ensilados deteriorados.
Conclusiones
En el ensilaje de alfalfa las características del forraje y la condición de anaerobiosis son elementos claves para el aseguramiento de la fermentación. Las bacterias homofermentativas producen ácido láctico induciendo la acidificación de la masa de forraje, condición necesaria para el crecimiento de bacterias heterofermentativas productoras de ácido acético. La acidificación del medio favorece la estabilidad y conservación del forraje además de evitar el crecimiento de bacterias nocivas causantes del deterioro del ensilado.