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Opciones prácticas para el establecimiento del maní forrajero perenne (Arachis pintoi) en suelos ácidos de américa tropical

Publicado: 13 de octubre de 2022
Por: Raúl Botero Botero MVZ; MSc.
INTRODUCCIÓN
El Maní Forrajero Perenne (Arachis pintoi) es una leguminosa nativa del trópico de América del Sur. La accesión CIAT 17434 ya ha sido liberada oficialmente y es comercial actualmente en Australia, Colombia, Costa Rica, Honduras y otros países tropicales. Una nueva accesión promisoria (CIAT 18744) fue colectada en Brasil y está siendo evaluada agronómicamente por el Centro Internacional de Agricultura Tropical – CIAT y por las Instituciones Nacionales de Investigación Agropecuaria en los países de América Tropical, a través de la Red Internacional de Evaluación de Pastos Tropicales – RIEPT.
Es una planta herbácea, perenne, con hojas de cuatro folíolos y de color verde intenso, de crecimiento postrado, rastrero o cespitoso y estolonífero, que le permite formar un tapiz denso sobre el suelo. La accesión CIAT 18744 alcanza una altura no mayor de 10 centímetros. Las plantas originadas de semilla sexual (grano) poseen raíz pivotante, que penetra hasta una profundidad de 30 centímetros en el suelo. Los estolones, que crecen rápidamente y llegan a medir hasta dos metros de longitud, se anclan al suelo mediante las raíces que se forman en los nudos de los estolones (Botero, 1994).
Las flores son abundantes, de color amarillo intenso y muy vistosas, se forman continuamente durante la estación de lluvias o aún bajo riego durante la época seca. Al igual que el maní de grano comercial (Arachis hypogaea) produce semilla subterránea, lo cual favorece su persistencia a través del tiempo, pero encarece la cosecha de su semilla.
Estas características de belleza estética, su origen tropical y su buena adaptación a suelos de alta, mediana y baja fertilidad natural, amplia cobertura y amarre de suelos, baja incidencia de malezas una vez establecida y el hecho de no ser voluble y se no treparse a los árboles, ni requerir poda, chapia o corte, le confieren grandes ventajas bio-económicas para su utilización como cobertura verde o viva.
Puede utilizarse entonces en jardines, parques, glorietas o rotondas, monumentos, separadores de calles y avenidas o para cubrir y amarrar taludes o bordes de ríos, estanques, carreteras, canales de riego y drenaje, viveros, rellenos sanitarios, senderos, rondas o contrafuegos, bajo cercas electrificadas para evitar la descarga de su electricidad a tierra, y en callejones viales de cultivos comerciales.
Además de su uso ya conocido como leguminosa forrajera de alta persistencia en bancos de proteína puros o asociados con arbustos y/o con árboles forrajeros para pastoreo directo o para corte, como cobertura en cultivos de árboles y palmas frutales, forrajeros, industriales, ornamentales o maderables o también en asociación con gramíneas en pasturas, en sistemas agroforestales y en silvopasturas para pastoreo. El material vegetativo y la semilla subterránea que produce pueden ser ambos utilizados para su propagación. El forraje producido, bajo pastoreo directo o bien bajo corte, puede utilizarse en fresco para la producción de heno, henolaje, ensilaje, forraje amonificado, o como fuente del pigmento Carofil amarillo, utilizado comercialmente en la preparación de concentrados comerciales a base de granos y oleaginosas, puesto que le da color amarillo a la piel del pollo, a la yema del huevo y a la grasa de la carne y de la leche.
El forraje y el pigmento natural se pueden utilizar en la alimentación de vacunos, búfalos, equinos, ovinos, caprinos, camélidos, porcinos, conejos, cuyes, aves, peces y animales silvestres, debido a su alta palatabilidad y calidad nutricional y a su elevado potencial de producción anual de materia seca de forraje (hasta 20 toneladas de Materia seca/hectárea/año, en cortes cada 6 semanas). Aunque lo afecta la sequía, persiste en épocas secas prolongadas, debido principalmente a su producción de semilla subterránea (Botero, Carulla y Garcés, 1995). La cobertura que forma el Maní Forrajero Perenne es densa, mullida y fresca, lo que estimula el que sea refugio de serpientes, roedores, sapos, babosas, caracoles, lagartijas y artrópodos (hormigas, arañas, alacranes o escorpiones, insectos benéficos, etc.), lo mismo que ocurre en jardines, zonas verdes o prados convencionales. En caso de que esto ocurra, hace que la cobertura actúe como una herramienta estratégica efectiva para el control biológico e integrado de plagas en cultivos comerciales.
PREPARACIÓN DEL SUELO
En áreas ornamentales puede ser imposible, difícil o inconveniente hacer labranza mecanizada, debido a su pequeño tamaño, a la presencia de piedras u otros objetos sólidos, o plantas de jardín, en las que se quiera evitar el daño a las raíces y a los drenajes, andenes, redes hidráulicas o eléctricas subterráneas, alterar el relieve ya definido, evitar compactación excesiva o erosión, etc. Por tales motivos la labranza cero se convierte en una de las opciones más apropiada.
Este tipo de labranza puede ser realizada mediante la aplicación localizada de herbicidas sistémicos y no selectivos, aplicados a dosis efectivas racionales y con pantalla, para evitar la contaminación de fuentes de agua o la muerte de otras plantas y animales.
La mayor experiencia al respecto se tiene con Glifosato, aplicado por aspersión localizada o uniforme a la dosis de 1500 gramos/hectárea del ingrediente activo, equivalentes a entre 2 a 4 litros/hectárea del herbicida comercial Roundup®, disuelto en 200 litros/hectárea de agua limpia, o bien localizado a bajo volumen, o un sustituto actualizado (Botero, 1993 a).
Después de la aplicación de este herbicida deben transcurrir, al menos, cuatro horas sin lluvia, para evitar su lavado de la vegetación sobre la que se aplicó. El efecto de este herbicida se observa a partir del octavo al décimo día de su aplicación, momento en el que puede hacerse una nueva aspersión del herbicida sobre las áreas cuya vegetación original no fue controlada, por efecto de su aplicación desuniforme o de su lavado por una lluvia fuerte ocurrida hasta cuatro horas después de su aspersión.
El herbicida deberá ser aplicado, de manera uniforme, sobre las plantas de la cobertura original que se desee remplazar, cuando esta se encuentre en crecimiento activo, lo cual ocurre durante la época de lluvias. Esta época es la más conveniente para realizar la siembra de la nueva cobertura con Maní Forrajero Perenne, a no ser que se cuente con riego, para poder realizar la siembra durante la época seca.
Otra opción de labranza la constituye la extracción de cuadros de césped para la venta. Este sistema tiene la limitante de que los cuadros de césped se llevan adherida a sus raíces la capa superficial de la materia orgánica de mayor calidad del suelo, y a que el suelo queda descubierto y sujeto a la erosión, hasta tanto se establezca y cubra con una nueva cobertura.
En casos de labranza mecanizada, para controlar la germinación de todo tipo de malezas se puede aplicar, por aspersión uniforme, en pre-siembra de Maní Forrajero Perenne, el pre-emergente Atrazina a la dosis de 3 litros/hectárea del producto comercial, disuelto en 200 litros/hectárea de agua limpia.
MATERIAL DISPONIBLE PARA LA SIEMBRA
Semilla:
Un kilogramo de semilla (grano) de Maní Forrajero Perenne posee alrededor de 8.000 semillas/kilogramo, pero deberá conocerse previamente su calidad, sin confiar en el porcentaje de germinación que viene escrito en el empaque de la semilla comercial. Esto se logra realizando, previo a la siembra, una prueba de germinación (Botero, 1994), la cual consiste en:
  • Mezclar lo mejor posible, y con mucha delicadeza, toda la semilla disponible para esa siembra, evitando que se separen los dos cotiledones, que vienen cubiertos por una cutícula o cáscara muy delgada y débil.
  • Contar, sin escogencia ninguna, tres a cuatro grupos de 100 semillas cada uno.
  • Disponer de tres a cuatro recipientes plásticos (platos, macetas o materas de boca amplia, cuyo fondo tenga pequeñas perforaciones para drenaje) y llenarlos con suelo o con arena.
  • Distribuir cada grupo de 100 semillas sobre la superficie del suelo de cada uno de los recipientes y luego cubrir las semillas con una capa delgada de suelo o con cascarilla de arroz.
  • Colocar los recipientes, con la semilla sembrada, a la luz, pero fuera del alcance de los niños, aves domésticas o silvestres, roedores, insectos y demás animales domésticos en general.
  • Regar de forma suave y diariamente el suelo de cada recipiente con abundante agua limpia.
  • Contar, apuntar y retirar de cada recipiente, cada siete días, las plántulas germinadas.
  • El día 28, después de iniciada la prueba de germinación, se realiza el último conteo y se calcula el porcentaje de germinación.
  • Se suman de los cuatro conteos semanales el número de semillas germinadas en cada recipiente, obteniéndose tres o cuatro porcentajes, los cuales a su vez se promedian entre sí, para obtener el porcentaje de Semilla Pura Germinable - SPG.
Para siembras de Maní Forrajero Perenne como monocultivo o cultivo puro se deberán sembrar un mínimo de 10 kilogramos/hectárea de Semilla Pura Germinable - SPG. Esto significa semilla sexual (en grano), que ha sido limpiada (sin suelo, ni basura), está llena (no vana) y su embrión está vivo y con capacidad para germinar en corto tiempo (hasta en un mes) después de la siembra.
Si se va a sembrar en asociación con gramíneas de pastoreo, se puede reducir la cantidad de SPG a 5 kilogramos/hectárea (Botero, 1991).
Material vegetativo:
En el caso de realizar la siembra con material vegetativo (estolones), deberá disponerse de alrededor de 600 kilogramos/hectárea, dependiendo de la densidad de siembra. Esta cantidad de material vegetativo fresco se obtiene de cada corte bimensual de 500 metros cuadrados durante la época de lluvias, o bajo riego durante la época seca.
Por esto una hectárea de semillero fertilizada apropiadamente permite producir suficiente material vegetativo para propagar aproximadamente 20 hectáreas de cultivo puro o hasta 40 hectáreas de pastura asociada con gramíneas, en cada corte bimensual.
SIEMBRA
La siembra se puede iniciar al día siguiente de la aplicación inicial y uniforme del herbicida, o bien se espera hasta que la primera aplicación del herbicida haya actuado y se haya aplicado de nuevo sobre las áreas de vegetación no controlada.
El herbicida Roundup®, o un sustituto actualizado, permite el control de la vegetación tratada entre 30 a 60 días después de su aplicación uniforme, cuando se inicia la germinación de las semillas de la cobertura anterior o de las semillas de las plantas arvenses almacenadas previamente en el banco de semillas en el suelo.
La aplicación del herbicida no impide la rápida germinación de la semilla o el rebrote inmediato del material vegetativo del Maní Forrajero Perenne utilizado en la resiembra de la nueva cobertura.
Siembra con semilla:
Las siembras con semilla pueden realizarse haciendo pequeños huecos en el suelo con 2 centímetros de profundidad, distanciados a 50 centímetros (un paso corto entre huecos) y en cuadro. En su interior se depositan dos semillas por cada hueco y se tapan con suelo, sin compactarlo excesivamente (Botero y García, 1989). La germinación de la semilla viable se inicia una a dos semanas después de la siembra.
Siembra con material vegetativo:
Las siembras vegetativas deberán realizarse con material fresco, preferiblemente cosechado durante el mismo día de la siembra.
En caso de sembrarlo máximo al día siguiente de la cosecha o corte, el material vegetativo cortado se deberá almacenar a la sombra y en capa delgada sobre el suelo o sobre un piso firme y bajo sombra, para evitar que se caliente y se queme antes de la siembra. Si, por alguna razón, la siembra se retrasa aún más días, el material vegetativo se deberá introducir en sacos que se ponen a flotar libres en el lecho de una quebrada, rio, laguna, amarrados a la orilla o dentro de un tanque con agua limpia y allí emite raíces, lo que garantiza el éxito de su establecimiento.
Para la siembra vegetativa se puede esparcir y cubrir de manera uniforme el lote y luego se pasa un tractor con una rastra sin traba, o se pasean animales sobre todo el lote para que lo entierren con sus patas. También se pueden hacer surcos o canales continuos de 8 a 10 centímetros de profundidad sobre la superficie del suelo, distanciados 50 centímetros entre sí. A todo lo largo y dentro del surco se depositan dos estolones paralelos y continuos, que se tapan parcialmente y nunca por completo con suelo húmedo que se compacta con el pie. También se pueden abrir huecos de 8 a 10 centímetros de profundidad sobre el suelo de todo el lote de siembra, distanciados a 50 centímetros entre sí y en cuadro. Dentro de cada hueco se colocan dos a tres estolones enterrados, que se cubren parcialmente con suelo que se compacta alrededor (Botero y Garcia, 1989). A mayor densidad de siembra, sea esta con semilla – SPG, o con material vegetativo, se logra una cobertura más rápida de todo el lote y una menor incidencia de plantas arvenses o malezas.
FASE DE ESTABLECIMIENTO
Con abundante humedad en el suelo, proporcionada por las lluvias o por el riego, con un material de siembra suficiente para lograr una alta cobertura, de alta calidad, sembrado correcta y oportunamente y una adecuada fertilidad natural o una apropiada fertilización racional del suelo, es de esperar una alta germinación o rebrote y el establecimiento exitoso de la cobertura en dos a tres meses.
En caso de presentarse una alta incidencia de arvenses, el éxito en su control dependerá de que a las malezas no se las deje semillar ni una sola vez, hasta tanto se realice el arranque manual de sus plantas con raíz o su control químico mediante la aplicación de herbicidas selectivos efectivos.
Control manual de malezas:
Este control deberá hacerse arrancando las plantas arvenses con raíz, de forma manual o con herramientas manuales (azada, azadón, barretón, pala o palín), para evitar su rebrote. El corte o chapia de las malezas solo las controla temporalmente.
Control químico de malezas:
Las malezas también pueden ser controladas mediante la aplicación por aspersión uniforme o localizada, pero racional, de herbicidas químicos a base de los ingredientes activos que se listan en el CUADRO 1. Adicionalmente al uso de estos herbicidas se puede utilizar el Glifosato o un sustituto actualizado, en aplicación selectiva localizada con el azadón químico, diluyéndolo entre el 15% al 20% en agua limpia, y aplicándolo únicamente sobre las plantas que se desee controlar (Botero, 1993 b).
CUADRO 1. Opciones comerciales actuales, o sustitutos actualizados, para el control químico de malezas en coberturas puras o asociadas de Maní Forrajero Perenne (Arachis pintoi)
CUADRO 1. Opciones comerciales actuales, o sustitutos actualizados, para el control químico de malezas en coberturas puras o asociadas de Maní Forrajero Perenne (Arachis pintoi)
FASE DE MANTENIMIENTO
Una vez establecida su cobertura uniforme el Maní Forrajero Perenne requiere del control manual o químico ocasional y racional de las pocas malezas que lograr salir de entre el denso tapiz herbáceo que forman sus plantas.
Es indispensable no permitir que las malezas produzcan semilla, para lograr una cobertura uniforme, productiva, persistente y estética del Maní Forrajero Perenne.
Capítulo del libro Manejo y alimentación de vacunos y de búfalos con forrajes tropicales de Raúl Botero Botero MVZ, MSc. Para ver todos los capítulos ingresar al perfil del autor. 

Botero, R. y F, Fernández. 1990. Utilización de herbicidas en la siembra, establecimiento y mantenimiento de praderas y de silvopasturas asociadas con leguminosas en el Piedemonte Amazónico de la Amazonía Colombiana. Primera Reunión de la Red Internacional de Evaluación de Pastos Tropicales – RIEPT Amazonía, Lima, Perú. Vol. 2. 1033 – 1041.

Botero, R. 1991. Planificación, labranza, siembra, establecimiento, manejo, utilización y renovación de pasturas mejoradas en las sabanas bien drenadas y bosques de la Orinoquía y Amazonía de América Tropical. Trabajo presentado en el Ciclo de Conferencias de la Asociación de Ganaderos del Estado Cojedes, San Carlos, Venezuela. Agosto 8 al 11 de 1991. 50 p.

Botero, R. 1993 a. Papel de las especies forrajeras tropicales en la recuperación y conservación de suelos ácidos de ladera. Industria & Producción Agropecuaria. Asociación de Zootecnistas de Antioquia - AZOODEA. Medellín, Colombia. 1 (4): 14 – 23.

Botero, R. 1993 b. El azadón químico, un implemento útil en el control integrado de malezas en praderas y cultivos. Carta Ganadera. Banco Ganadero. Bogotá, Colombia. 30 (1): 34 - 39.

Botero, R. 1994. El Maní Forrajero Perenne, opción en suelos tropicales de mediana a alta fertilidad natural. Carta Ganadera. Banco Ganadero. Bogotá, Colombia. 31 (7): 26 – 33.

Botero, R.; J.E. Carulla y M. Garcés. 1995. El Arachis en suelos fértiles es tan bueno, o mejor que la Alfalfa. Carta Ganadera. Banco Ganadero. Bogotá, Colombia. 32 (8): 12 – 23.

Botero, R. y O. García. 1989. Implemento para la siembra de pastos y cultivos en pequeñas explotaciones. Pasturas Tropicales, Centro Internacional de Agricultura Tropical - CIAT, Cali, Colombia. 11(3):29-30. ciatlibrary.ciat.cgiar.org/pasturas_tropicales/Documents/1989-vol11-rev1-2- 3/Vol11_rev3_a%F1o89_art7.pdf

Publicado también en:

Carta Agraria # 285, 1990. pp 9-13. Revista Publicada por la Caja de Crédito Agrario. Bogotá, Colombia.

Boletín Informativo # 36. Cooperativa de Ganaderos del Risaralda. Pereira, Colombia, noviembre de 1990. pp 8-9.

Gómez, R.; F. Herrera, y M. Hernández. 2008. Control químico de la navajuela (Scleria melaleuca. Rch.b.f.ex.Schltd. Cham.) en diferentes estados de desarrollo. Agronomía Mesoamericana. 19 (1): 69 – 79.

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Autores:
Raúl Botero Botero
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