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Estrés calórico en vacas lecheras.

Publicado: 1 de julio de 2020
Por: MVZ. Humberto Troncoso A
El calor ambiental en los meses calientes del año puede provocar en las vacas lecheras en producción los siguientes trastornos:
  • Una caída en la producción de leche que puede oscilar entre 10 y 25 %
  • Aumentar los días abiertos.
  • Deprimir el sistema inmune, y
  • Disminuir la fertilidad.
El ganado lechero tiene una temperatura corporal central (medida en el recto), que varía entre 38.5 a 39.3 C y, su zona de confort o temperatura termoneutral varía de entre 5 a 25 C, lo que permite que su calor metabólico se pueda disipar eficientemente hacia el exterior.
El calor ambiental es producido por la radiación solar, la época del año, la humedad relativa (H.R.) y, el movimiento del aire. Hay tres rangos de temperatura-humedad que juegan un papel importante en el estrés calórico:
  • Temperatura de 37.7 C y 20 % de H. R. Esto puede ya incomodar a los animales en lactación.
  • Temperatura de 37.7 C y 50 % de H. R. Es una zona de peligro y, se deben de tomar medidas para contrarrestar la situación.
  • Temperatura de 37.7 C y 80 % de H. R. Puede ser mortal para el ganado.
El ganado lechero no puede disipar su calor metabólico tan eficientemente como el hombre y solo transpira en un 10 % comparativamente.
Durante los meses más calientes del año, el consumo voluntario se ve disminuido en un 8 a 12 %, lo que provoca una reducción en los ácidos grasos volátiles producidos en el rumen, lo cual provoca una disminución en la producción de leche, por lo que habrá que ajustar el consumo de nutrientes en un menor volumen o consumo de materia seca.
Los minerales del cuerpo se vacían rápidamente en estos meses calurosos a través de la pérdida de agua excesiva; esto provoca a usar elementos buffer en la dieta de los animales.
Se puede elevar el consumo de ciertos minerales, para compensar las pérdidas por el exceso de calor:
  • Potasio: 1.50 %, del total de la materia seca a consumir.
  • Magnesio: 0.30 %, igual que el anterior.
  • Sodio: 0.50 a 0.60 %, igual que el anterior.
Se puede hacer una mezcla de minerales que contenga:
  • Sal común: 0.50 a 0.60 %, del total de materia seca a consumir.
  • Bicarbonato de sodio o sesquicarbonato de sodio: 0.80 a 1.00 %.
  • Oxido de magnesio 0.40 a 0.50 %, del total de la materia seca a consumir.
Los animales modifican su consumo de agua y, dependiendo de la talla animal, el tipo de ración y el nivel de producción, pueden llegar a consumir entre 150 y 200 litros.
También, alterando los patrones de alimentación, se puede asegurar un mejor consumo de ración. Aumentando la frecuencia de ofrecer la ración (entre más frecuente es mejor), a través del día, los animales tienen la oportunidad de consumir una ración más fresca y apetecible.
En los meses más calurosos, los animales cambian sus hábitos de consumo; prefieren comer al atardecer, cuando el sol está bajando o, después de la ordeña.  Puede haber un mayor consumo de alimento entre la 6.00 p. m. y las 8 a. m.
La ración de estas vacas debe ser lo más apetecible, por lo que se recomienda usar forrajes de buena calidad (henos de leguminosas); también ensilados de maíz completo son aceptados por los animales.
Se debe observar que la ración tenga entre 28 a 30 % de fibra detergente neutro (FDN) y, verificar la grasa butirica. También es de utilidad verificar la fibra detergente ácido (FDA), que debe de ajustarse entre 18 a 20 % del total de la materia seca.
Se puede incrementar el uso de grasa en la ración de estos animales (de 5 a 7 % del total de la materia seca de la ración), si el consumo de la ración se mantiene elevado (más del 90 %).
Si el consumo de agua no es suficiente por los animales, se pueden ofrecer forrajes frescos e incluso mojar los henos y los ensilados.
Estrés calórico en vacas lecheras. - Image 1
En algún momento, se ha utilizado la hormona del crecimiento para el control de la temperatura en los animales, sin resultados satisfactorios.
Se han utilizado otros aditivos que han mostrado efectos benéficos, tales como:
  1. Aspergillus oryzae, con un efecto positivo sobre la producción  de leche (+ 4 % a +8 % en leche).
  2. Cultivos vivos de levadura, que también tienen un efecto positivo sobre la producción de leche (+4 % a + 6 % en leche).
  3. Niacina (+ 3 % a + 6 % en leche).
  4. Levadura de cerveza.
  5. Vitaminas liposolubles (A, D y E).
Estrés calórico en vacas lecheras. - Image 2
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Autores:
Humberto Troncoso Altamirano
UNAM - Universidad Nacional Autónoma de México
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