El biotipo bovino Pizán es un tipo de ganado que se creó en la comunidad de Pizán, parroquia La Paz del cantón Montúfar en la provincia del Carchi de Ecuador, por el genetista Manuel J. Bastidas junto a su hijo Germán Bastidas Vaca. Este biotipo es reconocido por su increíble adaptabilidad a las zonas de altura con temperaturas muy bajas, propias de la provincia del Carchi y la zona norte de la sierra ecuatoriana.
El cantón Montufar tiene un rango altitudinal desde los 2.240 msnm hasta 4.040 msnm, clima frío con temperaturas que van entre los 6 a 12 °C. La distribución de la precipitación es relativamente regular durante todo el año, con una estación menos húmeda entre los meses de junio y septiembre; los máximos lluviosos son los meses de abril y noviembre. La precipitación media anual varía desde los 80 mm a 32 mm (PDYOT, 2023).
El origen del biotipo Pizán se remonta a la década de los años cuarenta, cuando Manuel J. Bastidas compró algunas vacas nacionales de diferentes colores: hosco, guarapo, barroso. En el año de 1945 seleccionó un grupo de vacas criollas en cuanto a producción de leche, de color barroso, y las cruzó con un toro Holstein americano. Las mestizas producto de ese cruzamiento fueron observadas cuidadosamente; para el año de 1950 ya tenía un grupo de vacas que sobrepasaban los 25 litros de leche diarios y completaban entre 3.500 y 4.500 litros por lactancia, a las cuales él denominó Pizán, nombre del lugar donde empezó este trabajo de mejoramiento genético.
Características de los animales
Las vacas del biotipo Pizán son de tamaño mediano, cabeza bien modelada y femenina, hocico ancho, ollares dilatados, ojos grandes, apacibles y vivos, cuerpo amplio, y costillas arqueadas, pecho ancho y profundo, patas bien aplomadas, región posterior bien separada (caderas y pelvis), ubre amplia y bien formada, piel bien elástica de coloración oscura, recubierta con pelos de color claro barroso.
Los toros son grandes, algunos de ellos han sobrepasado los 1 000 kg.
Los bovinos Pizán son animales dóciles y muy rústicos, tienen una excelente adaptabilidad a las alturas andinas (2 800 a 3 500 msnm) y a temperaturas muy bajas, así como son resistentes a enfermedades bronco pulmonares, parásitos, mastitis y panadizo. Eficientes para el pastoreo, alta fertilidad, longevidad, muy buena habilidad materna y pueden producir entre 11 y 25 litros de leche en promedio. (Descripción hecha por criadores de Pizán).
Con todas las características antes descrita, hacen que este biotipo tenga una gran importancia en la producción de leche de la zona norte del país, más aún con el cambio climático y sus condiciones ambientales cada vez impredecibles; en algún momento se necesitarán de esos genes de adaptación, de rusticidad que solo lo tienen los criollos, de allí surge la importancia de preservar y conservar su genética pura. Lastimosamente, debido a cruces indiscriminados de dichos animales con semovientes de otras razas, la genética de este biotipo bovino se ha ido perdiendo con el pasar de los años. Los productores y personas que han llegado a tenerlo, lo han cruzado sin control alguno, obteniendo cruzas que, si bien les pueden dar buenos resultados, han ido propiciando que existan cada vez menos ejemplares puros de este biotipo.
En Ecuador aún quedan pocos ganaderos, especialmente pequeños y medianos productores que tienen en sus fincas este biotipo bovino; para sus propietarios, es sostenible, productivo y bonito, al que se considera un biotipo autóctono de altura, el “barroso ecuatoriano”, al cual falta planear su futuro y cómo multiplicarlo para seleccionarlo y luego mejorarlo. En la actualidad está en mano de iniciativas privadas, no se ve un programa de acompañamiento del Estado; se corre el riesgo que estos núcleos desaparezcan por falta de saber, ¿para qué sirven?, ¿cómo se pueden utilizar?, ¿dónde están localizados?, ¿cuántos hay?, ¿cuáles son?, solo una asociación de criadores organizados podría hacerlo antes que el tiempo lo termine sepultando y solo quede en recuerdos.