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Ahora si toco pensar, la rentabilidad de la ganaderia nos llama

Publicado: 3 de mayo de 2019
Por: GUILLERMO TORO CASTAÑO. Asesor Técnico Particular. MVZ Especialista en Sistemas de Producción Bovina
Se vuelve constante en el diario vivir de la ganadería colombiana, en todos los pisos térmicos y en todo tipo de explotaciones, el quejido justo pero sordo, que no solo no ha tenido eco en el gobierno, sino que nos coge desprevenidos y atetados a un mercado irreal como lo era el de Venezuela, que dejaba sin carne a nuestro pueblo, elevaba los precios a niveles internacionalmente  fuera de tono, y que nos tenía esperando mejores precios de venta para ganados comprados con alto valor y para nuestros excedentes de leche.
Pero si esperamos del gobierno medidas que protejan el sector productor, no vamos a obtener más que políticas amañadas, hoy nos preocupa al igual que en otras épocas lo hizo la inseguridad, la incertidumbre de un renglón de producción agropecuaria como lo es el sector ganadero, importante en la generación de empleo y riqueza durante toda la historia de nuestra patria.
La solución está en todos aquellos que de alguna manera tenemos que ver con el ganado en Colombia, hagamos un análisis  simple pero valedero, valiéndonos de una herramienta que con acierto se ha querido difundir en los programas de capacitación de Fedegán, como lo es el DOFA.
Serían innumerables los temas para priorizar y abarcar todo lo que sucede alrededor de la ganadería en Colombia y en el mundo, pero hay unas verdades innegables y que quisiera aportar a manera de resumen para la elaboración del análisis externo de OPORTUNIDADES Y AMENAZAS y el análisis interno de FORTALEZAS Y DEBILIDADES.
Conocido es el método DOFA, por más de una década ha sido  efectivo para  hacer los  diagnósticos y elaboración de proyectos de todo tipo, pero la ganadería lo viene aplicando cuando ya algunos lo declaran obsoleto.
Es un ejercicio muy simple que permite la ubicación de un programa de producción,  identifica las OPORTUNIDADES Y AMENAZAS que nos presenta el medio en el cual estamos, y lo contrapone con las FORTALEZAS Y DEBILIDADES que tenemos al interior de nuestra empresa.
El aceptar de una manera objetiva que no estamos solos ni las conocemos todas, es de entender que ¨LA UNICA CONSTANTE ES EL CAMBIO¨.
Identifiquemos hoy como AMENAZAS: la crisis vivida con Venezuela, la revaluación del dólar y la depresión del consumo interno, aunque podrían enumerarse muchas más, con éstas tres tenemos de sobra para estar preocupados, ya que se han reflejado directamente en los precios de venta de la leche y la carne durante la última década.
Veamos también como amenaza la posición pasiva de la industria en la solución de la crisis ganadera, no son ellos los que harán propuestas a los ganaderos para que juntos asuman las pérdidas, o comercialicen los excedentes.
Reconozcamos como amenazas la desunión del gremio ganadero y la influencia no muy acertada del uso de los aportes hechos por la carne y la leche en la formación de un fondo común.
El 100% de los ganaderos en Colombia aportan por cada litro de leche y por cada res que venden, pero la verdad es que una mínima cantidad recibe beneficios a cambio, y  los productores se encuentran desorientados sin saber cómo podrían ayudarlo en el tiempo de crisis.
Se han hecho diferentes reuniones para hacer diagnósticos y pronósticos, parece que el cáncer se queda corto, pero la desesperanza y el suicidio interior de nuestras empresas ganaderas no es la solución.
Sin embargo seguimos en manos de los comercializadores, de los industriales, de las cadenas de mercado, de toda una serie de circunstancias que ayudan a ese pesimismo que nos caracteriza, especialmente a las nuevas generaciones de inversionistas, quienes aún no tienen claro su papel en la ganadería.
Las universidades y los centros de capacitación técnica no vienen aportando profesionales que generen credibilidad y derroten el empirismo, el gran volumen de producción de carne y leche proviene de pequeños productores desatendidos y huérfanos del estado, con armas tecnológicas insuficientes y su sentido común como brújula.
Es preciso reconocer que una gran amenaza es tener nuestra explotación ¨al sol y al agua ¨, eso quiere decir que nada está escrito, que cada día trae su afán, y que nadie se las sabe todas, porque el medio ambiente cambia, se ve afectado por nuestras decisiones y cada finca es un mundo diferente.
Aprovechemos como OPORTUNIDADES nuestra riqueza en tierras y en explotaciones a base de pastos, la fácil comunicación a través de medios masivos como Internet, y la introducción de medidas sanitarias que ya nos tienen libres de Aftosa.
Las fincas ganaderas  se encuentran hoy en buenas condiciones de producción gracias al programa de seguridad social que ya pasa de un quinquenio y que se ha visto reflejado en el manejo de las tierras y ganados, en la mejora de la infraestructura y en la renovación de maquinaria y equipos, es decir el atleta está preparado para correr, pero no sabe ni cuándo ni en qué dirección es la carrera.
El consumo interno puede tener una parte de la solución, y la carne y leche han perdido oportunidades frente al pollo, el cerdo y las bebidas refrescantes incluyendo el agua, pero el atasco  puede cambiarse si desde el interior hacemos valer nuestro producto, y no tanto para encarecerlo si no para masificar su consumo, generalmente en los problemas de nuestra vida la solución ha estado allí, no ha venido de fuera.
La ganadería posee uno de los bienes de producción como lo es la tierra, y aunque hayan descubierto agua en la luna, la tierra que hoy disponemos para alimentar  a nuestra población ya está hecha, y en ella tenemos una explotación de bovinos que no se convertirán en otra cosa diferente a productos de alto valor protéico e indispensables para la vida en nuestro planeta, no estamos inventando una máquina obsoleta para hacer productos perecederos o que pasen de moda, estamos en un sector primario de producción, que unidos debemos hacer valer, y debemos transmitir a las generaciones futuras.
Identifiquemos como DEBILIDADES nuestro criterio egoísta y poco participativo, la falta de instrumentos empresariales aplicados a nuestros proyectos ganaderos, la carencia de cuentas claras, de objetivos a largo plazo, la ausencia de presupuestos, la decisiones subjetivas, la falta de capacitación de todas las partes de la cadena productiva, todo lo anterior nos conduce  a la implementación de prácticas con alto uso de insumos,  con deterioro del medio ambiente, y con el uso inadecuado de los recursos locales.
Hemos creido en muchas zonas que es más fácil adaptar el medio ambiente al biotipo animal, y no hacemos uso de los recursos genéticos , de los cruzamientos y de la selección para producir animales adaptados a nuestro medio tropical, de mejor calidad, mayor adaptación y resistencia, y menores costos de producción.
Dejamos que sea el capricho de los compradores locales, dueños de mercados de oportunidad quienes dominen los criterios de nuestras explotaciones.
Permitimos que los costos de la mano de obra crezcan en detrimento de otros sin garantizar mayor eficiencia de nuestras explotaciones, los conocimientos empíricos dominan un alto porcentaje de nuestras decisiones.
Es una debilidad grande la disolución de las empresas ganaderas de nuestros abuelos en la tercera generación, porque nuestros hijos están viendo la ganadería como un sector sin futuro y  de poco interés al lado del gran atractivo de otros quehaceres citadinos.
Son grandes FORTALEZAS de nuestras explotaciones ganaderas su ubicación tropical, su riqueza en pastos adaptados, y para el caso de muchos el hecho de que nos circule tierra en vez de sangre, que no veamos otra ocupación más digna, más alegre y más importante para el futuro de las generaciones.
Es con ésta vocación que asumiremos los retos, que enfrentaremos los riesgos, y que obtendremos el optimismo y la salida más temprano que tarde.
Dejemos el pesimismo para aquellos que se quieren salir, dejemos el derrotismo para los que están de paso, comprometámonos codo a codo con los que tenemos puesta la misma camiseta.
Despertemos el liderazgo que pueda haber en nosotros, y transmitamos a toda nuestra empresa el compromiso, miles de familias vivimos de éste trabajo, llegó el momento de acorazarnos, de ser eficientes y productivos, porque otros países ya lo están haciendo, y no podemos producir la leche y la carne a precios lejanos al contexto mundial.
Es bien sabido por los estudiosos de hoy que un 10% es lo que te pasa y un 90 % es lo que haces con lo que te pasa.
 
Resumamos:
LA MAYOR OPORTUNDAD ESTA EN NUESTRA FINCAS, LA PEOR AMENAZA ES LA DESUNION, LA PRINCIPAL FORTALEZ ES NUESTRO COMPROMISO Y LA MAYOR DEBILIDAD LA INDECISION
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Autores:
Guillermo Toro Castaño
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