Colegas foristas: Observando los puntos de vista, se puede extraer lo siguiente:
Estamos claros que el procesamiento del semen no es el mayor problema. Las empresas dominan la tecnica de evaluación , congelamiento y almacenaje. Pueden existir algunos pequeños problemas, pero no son los pincipales. Pero al salir de sus manos, creo comienzan los desbalances. No todos los vendedores de semen, son profesionales, que tienen conocimiento suficiente para entender que, pequeñas mudanzas térmicas, provocan lesiones en la célula espermática.
Segundo, que el manoseo del semen, es factor crucial para evitar estos daños.
Tercero el método de descongelamiento es estandarizado por el método de congelamiento, o sea , quien determina el tiempo y la temperatura para descongelar es el laboratório de procesamiento, porque sabe, la curva utilizada. Mas aún, existe un tiempo determinado para depositar el semen en el alvo. Vencido este período, la capacidad fertlizante del espermatozóde disminuye. Atención, no es viabilidad, es capacidad fertilizante. Despues es el factor iatrogénico, o sea el HOMBRE, la mano de obra. Sabidamente muy deficiente en las empresa pecuarias.
Otro aspecto muy importante, es la hembra, e aqui con su salud reproductiva como un todo, pero mas especificamente en la calidad de el oocito ovulado. Esta célula tiene problemas de orden genética y adquirida. En ambos, el producto, cuando la fertilización ocurre, es de poco viabilidad, ocurriendo las muertes del embrión. Y aqui entra el papel del profesional que asiste la empresa y determina la causa, o sospecha. Lo que aqui se abordó, se sabe desde 1978, o sea no es nada nuevo. Ahora cuando hablamos de infertilidad de reproductores a campo, allí si vamos a observar que, como expone el colega de Colombia, es un verdadero desastre. Porque las investigaciones no muestran que, alrededor de 50% de los toros evaluados, tienen al menos un problema que compromete su fertilidad. Em grandes rasgos, analizar las metas propuestas de fertilidad del rebaño, es el primer paso. El problema es la mano de obra, incluyendo la nuestra, la profesional.
Muchas gracias, Elís.