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Efecto del clima sobre el bienestar y la respuesta productiva del ganado de carne bovino

Publicado: 18 de agosto de 2022
Por: Rodrigo Arias Inostroza. Ing. Agr, MS PhD., Instituto de Producción Animal - Universidad Austral de Chile.
Introducción
La ganadería bovina de carne enfrenta diversos desafíos en las próximas décadas, siendo el ambiente térmico uno de estos, pero no el único. El objetivo de este trabajo es resumir el contexto en que se desarrollará la ganadería de carne y contribuir a una mejor comprensión del rol de las variables climáticas en la respuesta productiva y en el bienestar de los animales de producción de carne bovina.
Contexto de la Producción de carne para las próximas décadas
Por más de cuatro décadas la presión global hacia la producción animal y de carne bovina en particular se centró en torno a la salud y las enfermedades cardiovasculares. Posteriormente, a mediados de la década de los 90s surgieron con fuerza los temas éticos valóricos (bienestar animal). Sin embargo, ya a partir del año 2006 comienza un fuerte escrutinio, especialmente cuando se publica el informe de la FAO titulado “La Larga Sombra del Ganado” (Steinfeld y col., 2006) en el que se instala la idea de que el ganado bovino es el gran responsable del calentamiento global por sus emisiones de metano entérico (18 %), aun cuando esta cifra fue rectificada seis años después a un 14,5% (Gerber y col., 2013). Recientemente, una nueva metodología que evalúa el real poder de calentamiento del metano entérico (Cain y col., 2019; Thompson y Rowntree, 2020) fue reconocida en el último informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático1 , dado que el metano es un gas de corta vida en la atmósfera. Lo anterior plantea nuevos cuestionamientos sobre la real contribución de la ganadería bovina al fenómeno de calentamiento global que se observa en el planeta.
A pesar de los aspectos antes mencionados, para las próximas décadas, la demanda de carne bovina sigue con proyección al alza a nivel planetario, lo que sería explicado mayormente por la demanda de los países en vías desarrollo, la mayor población mundial y las mayores esperanzas de vida de la población. Todo ello a pesar de que en los últimos años han surgido también con fuerza la oferta de productos alternativos a la carne como fuente de proteína. A ello debe sumarse que en la actualidad los consumidores se encuentran más empoderados, preocupados del cómo se producen sus alimentos y con una mayor conciencia ambiental, en gran medida por la gran cantidad de información que circula en diversos medios y en redes sociales.
Así entonces, los desafíos que enfrenta la industria de la carne bovina son muchos y no estrictamente remitidos al desempeño del animal. Por ejemplo, estos cambios en clima pueden resultar en una menor cantidad y calidad de los alimentos, en especial los forrajes, lo que causa problemas no sólo productivos como la ganancia diaria de peso (GDP), sino que también afecta los indicadores reproductivos en los sistemas de crianza y una mayor morbilidad (Gaughan y col., 2019). Así entonces, los productores de carne deben enfrentar nuevas exigencias de producción, las que van más allá de las meramente técnicas sino que también las éticas y ambientales que se resumen en el desarrollo de sistemas de producción de intensificación sostenible. En este contexto, una mejor comprensión del efecto del clima en la producción de carne cobra mayor relevancia debido a una creciente preocupación global por estas temáticas (bienestar animal – medioambiente - cambio climático) y su impacto en la salud y en el desempeño productivo de los animales.
El entorno térmico
La producción de carne bovina es altamente dependiente de la condiciones climáticas pues este ambiente térmico ejerce una acción directa sobre los animales, afectando tanto su respuesta productiva como su bienestar, ya que modifica las necesidades físicas, nutricionales, psicológicas y sociales del ganado (Arias y col., 2011; Arias y col., 2008; Mader y col., 2008). El ganado doméstico manejado al aire libre es particularmente vulnerable no solo a condiciones ambientales extremas sino también a cambios rápidos en estas condiciones (Mader y Griffin, 2015). En este sentido, los avances logrados en las últimas cuatro décadas en el campo de la genética animal (animales de mayor productividad), consecuentemente se asocian a una mayor actividad metabólica, lo que junto a al cambio climático y en especial la mayor frecuencia de eventos anómalos (olas de calor y cambios en los patrones de precipitaciones y vientos), han contribuido a que este tema adquiera mayor relevancia. En general, el ganado bovino (Bos taurus) se adaptan mejor a condiciones templadas frías que cálidas a diferencia del ganado cebuino (Bos indicus), el que si bien se adapta mejor tiene un peor desempeño productivo y un producto de menor calidad. Por ello, el mayor foco de interés ha sido en el estrés calórico por sobre el estrés por frío. Sin embargo, en ciertas regiones del planeta las condiciones invernales puede ser muy desafiantes para los animales, pero no precisamente por las bajas temperaturas sino por el efecto combinado de lluvias, barro y viento, que en conjunto pueden incrementar de manera significativa (> 40%) los requerimientos energéticos de los animales (Arias y col., 2019).
De cualquier manera, uno de los aspectos más relevantes que se debe comprender es que los animales están en una constante búsqueda por lograr balancear su temperatura corporal con el ambiente térmico circundante, de manera tal que le permita vivir y reproducirse normalmente. Por esta razón, si bien la temperatura ambiental es un factor importante, son en realidad cuatro las variables a las que se debe poner atención, y que en definitiva tendrán un impacto sobre el confort térmico de los animales. Estos factores son la temperatura ambiente, la radiación solar, la velocidad del viento y la humedad relativa. Es preciso señalar que, debido a la complejidad de la interacción animal-medio ambiente (multifactorial) resulta complejo definir con exactitud un valor umbral de temperatura ambiente o de algún índice de confort térmico que represente con exactitud el momento en el cual los animales comienzan a sufrir de estrés por calor, ya que existe una gran variabilidad en la respuesta de los individuos. Por lo tanto, no todos los animales en un mismo corral o potrero presentarán el mismo nivel de estrés.
Para poder implementar medidas de mitigación es necesario contar con algún índice de confort térmico confiable, para así determinar el riesgo de los animales a sufrir estrés y sobre la base de este tomar decisiones para implementar estrategias de corto, mediano y largo plazo. Los tres índices más importantes son: 1) Índice de Temperatura-Humedad ajustado (Mader y col., 2004), 2) Índice de carga de calor (Gaughan y col., 2008), y 3) Índice Comprensivo del Clima (Mader y col., 2010).
Respuesta del ganado bovino a condiciones de estrés climático
Durante las últimas dos décadas diversos trabajos han resumido los principales efectos del clima en la respuesta del ganado bovino de carne (Gaughan y Mader, 2014; Lees y col., 2019; Mader, 2014; Sullivan y Mader, 2018). En general, estos destacan cambios tanto en las concentraciones hormonales como en los patrones de alimentación, fisiología digestiva y de comportamiento. Uno de los aspectos más estudiados y reportados es el efecto del ambiente térmico sobre el consumo de alimento, destacando una relación inversa tanto para los índices de confort térmico como para la temperatura ambiental. Esto es especialmente válido durante el periodo estival, en un intento del animal por alinear sus demandas energéticas con su capacidad de perder calor. En general hay consenso en que el menor desmpeño productivo, especialmente en animales en crecimiento, se debe en gran medida al menor consumo de alimento, aspecto que varía en otras especies así como en el caso de la vaca lechera (O’Brien y col., 2010; Yazdi y col., 2016). También se ha reportado que el estrés calórico afecta el metabolismo y la partición de carbohidratos, lípidos y proteínas independientemente de la menor ingesta de alimento, a través de cambios coordinados en el suministro y la utilización de combustible por múltiples tejidos (Baumgard y Rhoads, 2013). Los mismos autores plantean que las pérdidas de producción inducidas por el estrés calórico en el ganado de carne no son tan graves como las experimentadas por la industria láctea. Agregando que podría deberse a: i) mayor proporción de superficie a masa, ii) reducción de la producción de calor en el rumen (debido a la dieta mayoritariamente a base de cereales en el caso de las recría y engorda a corral), y iii) reducción de la producción de calor metabólico global (sobre la base del peso corporal). Además, el ganado de carne a menudo experimentará una efecto de crecimiento compensatorio después de períodos leves o cortos de estrés calórico (Mader y col., 2007; Morrison, 1983). Otro estudio realizado en Francia plantea que animales de raza Charolais en engorda que no experimentan ningún tipo de estrés calórico logran GDP significativamente mayores que aquellos animales que sufrieron algún tipo de estrés (según la extensión y momento en que ocurre), agregando que el efecto es mayor cuando los animales padecieron de un largo período de estrés (al menos 3 meses sobre umbrales críticos), en especial en el período en el que el crecimiento está en su punto máximo, o bien cuando los animales están en la etapa final del periodo de engorde (Herve, 2019). No obstante, otros autores sostienen que la reducción de la GDP relacionada con el estrés calórico puede ser compensada con días adicionales de alimentación en la engorda (StPierre y col., 2003). Por otra parte, el impacto del estrés calórico sobre los índices reproductivos en el rebaño de cría no suele ser tan severo debido a la naturaleza estacional de la temporada de encastes, que a menudo ocurren durante la primavera.
Finalmente, se deben considerar alternativas de manejo e instalaciones para ayudar a los animales a hacer frente a las condiciones adversas del clima. La manipulación de los ingredientes dietéticos, la densidad energética y la ingesta. En condiciones de calor, la disponibilidad de agua es de suma importancia, en tanto en condiciones invernales, el mantenimiento de instalaciones que eviten que los animales se mojen o estén embarrados es de suma importancia.

Arias, R. A., Mader, T. L., and Parkhurst, A. M. (2011). Effects of diet type and metabolizable energy intake on tympanic temperature of steers fed during summer and winter seasons. Journal of Animal Science 89, 1574-80.

Arias, R. A., T.L. Mader, and Escobar, P. (2008). Factores climáticos que afectan el desempeño productivo del ganado bovino de carne y leche. Archivos de Medicina Veterinaria 40, 7-22.

Arias, R. A.-O., Keim, J. P., Gandarillas, M., Velásquez, A., Alvarado-Gilis, C., and Mader, T. L. (2019). Performance and carcass characteristics of steers fed with two levels of metabolizable energy intake during summer and winter season.

Baumgard, L., and Rhoads, R. P. (2013). Effects of Heat Stress on Postabsorptive Metabolism and Energetics. Annual Review of Animal Biosciences 1, 311-337.

Cain, M., Lynch, J., Allen, M. R., Fuglestvedt, J. S., Frame, D. J., and Macey, A. H. (2019). Improved calculation of warming-equivalent emissions for short-lived climate pollutants. Npj Climate and Atmospheric Science 2, 29.

Gaughan, J. B., and Mader, T. L. (2014). Body temperature and respiratory dynamics in un-shaded beef cattle. International Journal of Biometeorology 58, 1443-1450.

Gaughan, J. B., Mader, T. L., Holt, S. M., and Lisle, A. (2008). A new heat load index for feedlot cattle. Journal of Animal Science 86, 226-234.

Gaughan, J. B., Sejian, V., Mader, T. L., and Dunshea, F. R. (2019). Adaptation strategies: ruminants.

Herve, M. (2019). Impact du stress thermique sur la croissance des taurillons: Etude retrospective Aupres de 30 elevages en Alsace, VetAgro Sup.

Lees, A. M., Sejian, V., Wallage, A. L., Steel, C. C., Mader, T. L., Lees, J. C., and Gaughan, J. B. (2019). The Impact of Heat Load on Cattle. Animals (Basel) 9.

Mader, T. L. (2014). BILL E. KUNKLE INTERDISCIPLINARY BEEF SYMPOSIUM: Animal welfare concerns for cattle exposed to adverse environmental conditions1. Journal of Animal Science 92, 5319-5324.

Mader, T. L., Davis, M., and Gaughan, J. (2007). Effect of sprinkling on feedlot microclimate and cattle behavior. International Journal of Biometeorology 51, 541-551.

Mader, T. L., Gaughan, J. B., Kreikemeier, W. M., and Parkhurst, A. M. (2008). Behavioural effects of yearling grainfinished heifers exposed to differing environmental conditions and growth-promoting agents. Australian Journal of Experimental Agriculture 48, 1155-1160.

Mader, T. L., and Griffin, D. (2015). Management of Cattle Exposed to Adverse Environmental Conditions. Veterinary Clinics of North America: Food Animal Practice 31, 247-258.

Mader, T. L., Johnson, L. J., and Gaughan, J. B. (2010). A comprehensive index for assessing environmental stress in animals. Journal of Animal Science 88, 2153-2165.

Mader, T. L., M.S. Davis, J.B. Gaughan, and Brown-Brandl, T. M. (2004). Wind speed and solar radiation adjustments for the temperature-humidity index. In "26th Agricultural and Forest Meteorology/13th Air Pollution/5th Urban Environment/16th Biometeorology and Aerobiology", pp. 6, Vancouver, BC Canada.

Morrison, S. R. (1983). Ruminant heat stress: effect on production and means of alleviation. Journal of Animal Science 57, 1594-1600.

O’Brien, M. D., Rhoads, R. P., Sanders, S. R., Duff, G. C., and Baumgard, L. H. (2010). Metabolic adaptations to heat stress in growing cattle. Domestic Animal Endocrinology 38, 86-94.

St-Pierre, N. R., Cobanov, B., and Schnitkey, G. (2003). Economic losses from heat stress by US livestock industries. J. Dairy Sci. 86, E52-77.

Steinfeld, H., Gerber, P. J., Wassenaar, T., Vastel, V., Rosales, M., and de Haan, C. (2006). "Livestock´s long shadow. Enviromental issues and options," Food and Agriculture Organization of The United Studies, Rome.

Sullivan, K. F., and Mader, T. L. (2018). Managing Heat Stress Episodes in Confined Cattle.

Thompson, L. R., and Rowntree, J. E. (2020). Invited Review: Methane sources, quantification, and mitigation in grazing beef systems. Applied Animal Science 36, 556-573.

Yazdi, M. H., Mirzaei-Alamouti, H. R., Amanlou, H., Mahjoubi, E., Nabipour, A., Aghaziarati, N., and Baumgard, L. H. (2016). Effects of heat stress on metabolism, digestibility, and rumen epithelial characteristics in growing Holstein calves.

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 Rodrigo Arias
Universidad Austral de Chile
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Fernando Izaguirre Flores
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Fernando Izaguirre Flores
Universidad Autónoma de Chiapas
21 de octubre de 2022
El uso de árboles multipropósito como alternativa para la producción animal sostenible" Barra lateral del artículo Palabras clave: Árboles arbustos ganadería ovina bovina impacto ambiental sistemas silvopastoriles Contenido principal del artículo Fernando Izaguirre-Flores Jaime Jorge Martínez-Tinajero Resumen El silvopastoreo es un sistema de producción pecuaria en donde las leñosas perennes (árboles y/o arbustos) interactúan con los componentes tradicionales (forrajeras herbáceas y animales) bajo un sistema de manejo integral, ha sido planteado, con base en resultados investigativos, como una alternativa de producción sostenible que permite reducir el impacto ambiental de los sistemas tradicionales de producción. Además, están diseñados para obtener un producto maderable de alta calidad mientras provee un ingreso a corto plazo derivado de la ganadería. La interacción entre árboles, forraje y ganado se maneja para obtener productos (madera, forraje de alta calidad, ganado), de manera simultánea, intensiva y eficiente. En general, los sistemas silvopastoriles pueden proveer ingresos económicos, a la vez que crean un sistema sostenible con muchos beneficios ambientales. Cuando estos sistemas son bien administrados, ofrecen una variedad de oportunidades para mercadeo que pueden ayudar a estimular el desarrollo de la economía rural. Detalles del artículo Cómo citar Izaguirre-Flores, F., & Martínez-Tinajero, J. J. (2013). "El uso de árboles multipropósito como alternativa para la producción animal sostenible". Revista Tecnología En Marcha, 21(1), pág. 28–40. Recuperado a partir de https://revistas.tec.ac.cr/index.php/tec_marcha/article/view/1336 Número Vol. 21 Núm. 1 (2008) Sección Artículo científico Los autores conservan los derechos de autor y ceden a la revista el derecho de la primera publicación y pueda editarlo, reproducirlo, distribuirlo, exhibirlo y comunicarlo en el país y en el extranjero mediante medios impresos y electrónicos. Asimismo, asumen el compromiso sobre cualquier litigio o reclamación relacionada con derechos de propiedad intelectual, exonerando de responsabilidad a la Editorial Tecnológica de Costa Rica. Además, se establece que los autores pueden realizar otros acuerdos contractuales independientes y adicionales para la distribución no exclusiva de la versión del artículo publicado en esta revista (p. ej., incluirlo en un repositorio institucional o publicarlo en un libro) siempre que indiquen claramente que el trabajo se publicó por primera vez en esta revista. Biografía del autor/a Fernando Izaguirre-Flores Facultad de Ciencias Agrícolas; Campus IV. Universidad Autónoma de Chiapas. Huehuetán; Chiapas, México. Jaime Jorge Martínez-Tinajero Facultad de Ciencias Agrícolas; Campus IV. Universidad Autónoma de Chiapas. Huehuetán; Chiapas, México.
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Fernando Izaguirre Flores
Universidad Autónoma de Chiapas
21 de octubre de 2022
Vol. 21 Núm. 1 (2008)
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Balmores Navarrete Martínez
4 de mayo de 2023
Me parecen muy interesantes sus comentarios y aportaciones, siempre leo todo lo referente A engormix ganadería, sus preocupación por el medio ambiente y del bienestar animal. Si somos lógicos todos los seres viviente produce contaminante pero el que más produce es la ambición del ser humano de llevarnos por rumbos donde considera que es lo mejor para el cautiverio de sus intereses económicos y lo menos culpables son los animales, ya que estos han estado siempre incluso antes de los seres humanos en este planeta terrenal la pregunta *¿a dónde vamos y a donde queremos llegar?* por eso deberíamos crear propuesta en un sentido que no estemos desligado con la forma natural de obtener los alimentos. Jamás en lo artificial. en ustedes está el tema de mejores propuestas
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Nexar Vargas
23 de septiembre de 2022
El autor debe investigar más sobre los manejos que se realizan a través de la GANADERÍA REGENERATIVA y la selección animal por eficiencia funcional.
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Nicolás Sierra
23 de septiembre de 2022
Lamentable artículo, desconoce por completo las diferentes estrategias regenerativas en la pradera y el animal para lograr biotipo óptimo rentable en pastoreo, con sostenibilidad y regeneración de la pradera de forma natural…
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Justiniano Hernandez
13 de septiembre de 2022
Es de suma importancia crear reservorios de agua en los potreros para así evitar largas caminatas de los animales.
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Fernando Barrera Marulanda
10 de septiembre de 2022
Dentro de mis experiencias en el sur del Cesar puedo anotar que los sistemas silvopastoriles son la mejor manera para luchar contra el cambio climatico, pude establecer sistemas con matarraton en franjas dejando un espacio de 3 metros para el pastoreo con gramineas, las cuales mostraron un mejor rendimiento, en cuanto reciben el beneficio de la sombra para incrementar su rebrote, ademas de recibir el nitrogeno que le suministra el matarraton, ademas del follaje que produce el matarraton y que incrementa el rendimiento de la graminea, tambien tuve oportunidad de sembrar sistemas silvopastoriles con leguminosas arbustivas como la leucaena en hileras con un espacio de 3 metros entre franjas y en el medio graminas , usando la leucaena como ramoneo por lo cual se mejora el suelo por la incorporacion de nitrogeno a mas de la aireacion que se produce del suelo por la penetracion de las raices , pudiendo sembrar leguminosas terrestres estableciendo una mezcla muy productiva para la alimentacion animal, ya que no solo se produce sombra que favorece el pastoreo o ramoneo de los animales combinando su alimentacion con el uso de las gramineas
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Oscar Ventura
7 de septiembre de 2022
La sobre explotación de la ganadería bovina ha sido letal en el cambio climático por las emisiones del gas metano que producen los rumiantes afectando el entorno, pero no solo es eso, son factores que coadyuvan como la explotación de bosques, en vez de usar la silvicultura como medio de sustento, el uso indiscriminado de las Irvermectinas afectando el entorno ecológico, además la destrucción del escarabajo estercolero que es fuente del abono orgánico, Todo conlleva a cambios climáticos por el uso indiscriminado de las explosiones de carne bovina, no son los bovinos, si no el uso que el hombre le da a su entorno afectando el cambio climático y que los gobiernos del todo el mundo lo tienen a la deriva. Espero que todos las asociaciones ganaderas, los colegios de médicos veterinarios del mundo tomen estas reflexiones y evitar las sobre explotaciones ganaderas bovinas de carne.
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