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El análisis de los forrajes ¿Cómo interpretar los resultados y obtener el mayor provecho a la información generada?

Publicado: 2 de marzo de 2021
Por: Ing. José Fabio Alpízar-Bonilla. Publicado originalmente en Horizonte Lechero de La Cámara Nacional de leche de Costa Rica
A nivel global, el área de pasturas destinada a la alimentación del ganado es estimada como el 26 %, en tanto que, con relación al área agrícola, representa en 70 % (FAO 2010, citado por Capstaff 2018). Esta amplia superficie de producción de biomasa forrajera es complementada, en el sistema de producción por los rumiantes, gracias a que tienen la capacidad aprovechar alimentos que no compiten con la alimentación humana, para producir proteína y aminoácidos de ata calidad (Broderick. 2017).
A pesar de esta importante disponibilidad, los costos de alimentación en la mayoría de los sistemas intensivos, representan uno de los rubros de mayor impacto. Por esta razón, bajo la perspectiva de nutrición de precisión y el uso racional de los recursos, el adecuado manejo de las pasturas desempeña un papel preponderante, sobre la rentabilidad de este tipo d actividad.
Maximizar la producción, cosecha (pastoreo) y su apropiada conservación (corta), pueden contribuir a reducir los costos de alimentación, al hacer un uso más racional de los concentrados y suplementos.
No se trata solamente de producir más, sino poder conocer y contar con la información que permita aprovechar este valioso e importante recurso.
Actualmente hay dos conceptos han venido tomando cada vez más auge: 1) La importancia del uso del recurso forrajero sobre la salud del hato, la rentabilidad e inclusive la soberanía alimentaria (sostenibilidad), 2) La adecuada caracterización y conocimiento de los perfiles nutricionales, para mejorar su aprovechamiento. Para los efectos del presente documento, se estructuran tres temas básicos para obtener la mejor y más precisa información en tiempo, la adecuada interpretación y su inmediata implementación.
I. Análisis de las pasturas y forrajes.
Uno de los pasos más importantes, en el desarrollo de raciones para vacas altas productoras es el análisis de los alimentos. Los forrajes representan uno de los ingredientes más variables y dada su alta participación en las raciones, el conocimiento de sus perfiles nutricionales, demanda atención. Los resultados de los análisis pueden ser muy útiles, en la medida de quién recibe la información, los interprete y utilice los mismos.
Para las especies forrajeras, es bien conocido, que existe cierto nivel de variación (cuadro 1), normal e inherente, que obedece a: la variación propia de los forrajes, el proceso de muestreo y la variación analítica del ensayo (metodología y pericia del laboratorista), entre otros factores.
En el cuadro 1, se describen las fuentes de variación, con el objeto de poder visualizar aspectos clave a considerar y que pueden influir de forma adversa sobre los resultados obtenidos. Al final, el poner atención a los detalles es elemental, para contar con la información real y fidedigna, que permita maximizar su aprovechamiento.
I.1 El Muestreo.
Un adecuado muestreo y resultados confiables deben proveer información clave, para la toma de decisiones como: el momento de la cosecha (corta o pastoreo) e inclusive para realizar una compra de un heno, henilaje o suplemento, que le permita negociar el precio o bien adquirir un producto de valor.
Para asegurar que el laboratorio reciba, evalúe y devuelva información veraz, debe asegurarse que la muestra enviada, sea realmente, representativa del forraje o material que se desea conocer.
I.2 El manejo de la muestra.
Algunas consideraciones para el adecuado manejo de la muestra se describen a continuación:
  1. Recolecte varias submuestras y combínelas. Mézclelas hasta obtener una porción homogénea, de al menos un kilogramo (1,0 kg), para ser remitida al laboratorio. Algunas metodologías de cuarteo pueden ser muy útiles.
  2. Identifique la muestra con la información clara y visible que considere relevante para asociar los resultados. Por ejemplo: tipo de forraje, edad de corta y procedencia.
  3. Lo ideal es poder enviar la muestra al laboratorio, tan pronto como sea posible, para evitar al máximo su deterioro.
  4. Coloque la muestra en una bolsa plástica, remueva el contenido de aire y ciérrela. Si el material contiene tallos que puedan romper la bolsa coloque una segunda bolsa.
  5. Nunca deje la muestra en el vehículo o expuesta al sol, especialmente en días calurosos. Esto puede deteriorar fácilmente el material y algunos de sus componentes, durante el almacenamiento y transporte.
  6. Si no puede llevar la muestra al laboratorio dentro de las siguientes 24 horas, refrigere, o guardela en una hielera, para asegurar que el contenido de materia seca, sea cuantificada, adecuadamente y que su descomposición sea minimizada. Esto es primordial, especialmente para materiales con alta humedad.
  7. Siga las indicaciones o guía de manejo del laboratorio.
  8. Indique claramente el tipo de análisis requerido y de ser posible utilice el formulario del laboratorio.
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Todas estas consideraciones permiten la creación de bases de datos organizadas con información representativa. Este proceso es muy relevante, pues permite al laboratorio a agrupar los resultados.
Bases de datos ordenadas y clasificadas beneficiarán a otros usuarios, al contar material apropiado, para validar metodologías y dar cabida a desarrollo e investigaciones orientadas a mejorar los sistemas productivos.
II. La interpretación de los resultados del análisis.
Una gran cantidad de datos son generados anualmente en los laboratorios y esta información articulada, puede ser muy útil para toda la comunidad ligada a la producción animal. No obstante, también representan un reto, de un manejo adecuado, que depende en buena medida, de la adecuada estandarización, caracterización y clasificación.
Las bases de datos han sido un importante pilar, pues representan información con aplicaciones, tanto para los genetistas, agrónomos, como para médicos veterinarios y ambientalistas, entre otros, sin dejar de lado los nutricionistas (Morta y col, 2018; Lokhorst y col, 2019, citados por Tran, 2019).
A la fecha, existen nuevos avances en las metodologías analíticas, para la evaluación de los forrajes. Nuevas terminologías para nutrientes y analitos generan en ocasiones una plétora de información que no siempre es bien conceptualizada.
Es importante considerar que en los reportes que emite el laboratorio, existen dos tipos de datos: a) Los nutrientes, es decir aquellas sustancias que nutren (Pond y col, 1995, citado por Tran, y col 2019) o son utilizadas por el metabolismo para satisfacer los requerimientos específicos y los b) analitos, o datos que si bien, hacen referencia a componentes químicos de interés (Harvey, 2000, citado por Tran y col 2019), no desempeñan de forma directa la función de nutrir. Por ejemplo, la fibra neutro detergente (FND), es considerado un “analito” por cuanto este, no es una medida directa de un carbohidrato, el cual es un nutriente.
Esta diferenciación entre los datos resultantes en un análisis, es importante porque: en ocasiones, el valor puede ser analizado de forma individual o independiente, en tanto en otras, en conjunto con otros o utilizado dentro de una fórmula para estimar un efecto (consumo de materia seca, tasa de pasaje o un valor potencial de aporte energético).
II.1. Innovación en la estimación de la energía.
Desde la perspectiva misma de mejorar el consumo del forraje, el poder conocer su digestibilidad es un tema prioritario. Fibra fermentable que permita el consumir más material. Altos tenores de pared celular son parámetros relevantes, por cuanto, no solo limitan el consumo por el efecto físico mismo, sino que además limitan la tasa de pasaje, elemento, relacionado directamente, con la digestibilidad.
Una disminución de unos puntos porcentuales de FND, FAD implícitamente es referido a una reducción en el contenido de lignina, y generan una mayor degradabilidad, proceso mediante el cual el rumen es capaz de producir más proteína microbiana (fuente de proteína y aminoácidos) así como, energía mediante fermentación (los ácidos grasos volátiles), a partir del forraje.
II.1.1 Innovación en Digestibilidad de la fibra.
El componente Fibra ha sido ampliamente estudiado no solo en la nutrición de rumiantes, sino que también, es considerado como una importante herramienta en la fisiología digestiva de los monogástricos.
Actualmente, las investigaciones muestran que la αFNDom es muy útil para estimar el llenado del rumen, la digestibilidad de la materia seca, el nivel mínimo de fibra, la salud del rumen, el desempeño productivo, la tasa de masticación, rumia, el contenido energético, la población y flujo microbial al tracto posterior (Raffrenato y col, 2020).
Investigaciones recientes (Raffrenato y col, 2010) evidencian que el valor de FND, es poco útil si no se conoce su digestibilidad. Este concepto derivó a nuevas comprobaciones, evaluando la digestibilidad in vitro de la FND digestible a: 30, 120 y 240 horas, con mejores predicciones sobre las tasas de pasaje (kd).
Las ecuaciones adoptadas utilizan la fracción orgánica de la FND, dado que los minerales y cenizas sobreestiman el valor de FND. La nueva terminología, es mostrada como αFNDmo indicando que la FND es ahora tratada con alfa-amilasa y sulfito de sodio.
Recientemente la nueva denominación, uFNDom 240, como punto final de la evaluación es utilizada para mostrar la tasa de FND potencialmente digestible en un proceso de incubación in vitro durante 240 horas.
Las mediciones en: 30, 120 y 240 horas, se realizan para mostrar, porción de la tasa de degradación DFNDom (digestible), como porcentaje del a αFNDom o bien de la materia seca.
Estas nuevas metodologías analíticas, han mostrado una mayor precisión en la predicción del consumo de materia seca, así como, la respuesta en el desempeño (Daniel y col 2020).
II.2 Interpretación de los datos.
Al visualizar el reporte del laboratorio, este puede presentar una gran cantidad de información (entre 25 y 30 líneas). No obstante, algunas de las innovaciones y los aportes de los investigadores han colaborado para que la interpretación sea un proceso relativamente práctico. Shaver (2004) citado por Hoffman (2004) desarrolló un esquema sencillo de agrupamiento, que ayuda tanto a productores, como a los nutricionistas a organizar los componentes en categorías específicas.
En el cuadro N°2 se presenta una guía para mejorar la comprensión y evaluación. Este clasifica los resultados del análisis en siete diferentes categorías para: 1.) la predicción del consumo de materia seca (CMS), 2.) estimar el contenido calórico (energía), 3.) balancear las raciones, 4.) diagnóstico nutricional del forraje, 5.) Determinar estrategias de suplementación, 6.) indicadores de calidad y 7.) valoraciones agronómicas.
Aunque esta herramienta simplifica la interpretación de acuerdo con ciertos criterios, es probable que: en algunos casos, el análisis de una de las categorías sea suficiente para hacer una evaluación, en tanto que otras la combinación, asociación o complementación entre las mismas, mejore su comprensión.
A manera de ejemplo: la digestibilidad de la fibra neutro detergente representa un analito de gran importancia para la estimación del consumo de materia seca y el aporte energético, el balance nutricional de la ración, el diagnóstico nutricional y de estrategias de suplementación.
Por otro lado, la proteína cruda, si bien desempeña un papel similar, no es utilizada en el balance de la ración, dado que la disponibilidad (proteína no ligada), la proporción y la velocidad de solubilización (proteína soluble, degradable y no degradables) son ahora consideraciones de mayor precisión para este efecto.
III. El uso de recurso alimenticio
En principio los animales son más productivos cuando se les ofrece una ración balanceada con relación al requerimiento de nutrientes (Rasby y Col. 2008). Esto incluye, adicionalmente, la estratificación de grupos homogéneos con relación a sus características como peso, número de lactancia, nivel de producción y composición entre otras estrategias de agrupamiento y manejo de las vacas. Por esta razón, es de esperar que se logren raciones más balanceadas, económicas, bajo la perspectiva de costo beneficio, cuando se cuenta con información de forma anticipada y específica de la pastura, por ser este uno de los alimentos más abundantes y de menor costo.
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En el caso de los forrajes los datos, tanto de analitos, como de nutrientes son expresados en base seca (materia seca). Sin embargo, el valor real de humedad es de mucha importancia, por cuanto este puede afectar positiva o negativamente el consumo de la materia seca (pastura y otros suplementos).
Además de caracteres químico-nutricionales, es importante tener presente a la hora de hacer el balance aspectos físicos como el tamaño de partícula y el valor de fibra efectiva para condiciones de pastoreo.
Lo relevante, no es hacer muchos tipos de mediciones a nivel de laboratorio sino, la información necesaria, para la toma de decisiones sobre la implementación de prácticas agronómicas que permita información veraz para la implementación de un balance nutricional que resulte en el mayor retorno productivo.
Por otra parte, por sencillo que parezca es enriquecedor revisar la información, en forma comparativa para validarla o asociarla con situaciones, que en forma paralela puede registrarse. Por ejemplo, un valor de proteína es alto, bajo o normal por cuanto: se cosechó más temprano, se fertilizó, es normal para el forraje que se maneja o es bajo porque se muestreó un pasto de mayor edad (sazón), ha llovido poco, no se fertilizó adecuadamente. Un dato, no es bueno, ni malo, solo responde a una condición, o circunstancia. También, es muy útil para evaluar alguna práctica agronómica, puesta en marcha, inclusive una nueva variedad de forraje establecida.
Estas consideraciones, son siempre importantes debido a que, la muestra va a representar y generar información para una aplicación futura. Es decir, se espera que las vacas muestren un mejor desempeño productivo a partir de la información generada.
Consideraciones finales
Evidentemente, la información generada a través de un análisis de laboratorio es muy valiosa. El agrónomo puede evaluar aspectos relacionados con el tipo de pastura, con prácticas agronómicas, en tanto que el nutricionista podrá balancear la ración al menor costo relativo posible. Por su parte el propietario, administrador, estarán deseosos de lograr desarrollos, en miras a obtener la mayor rentabilidad, mantener vacas, sanas y longevas, al igual que cumplir con las normativas ambientales.
Al final, debe prevalecer que el conocimiento preciso de los alimentos, puede generar ahorros potenciales, no solo a través, de una calidad consistente de los alimentos, sino en los rendimientos productivos, el bienestar animal y la sostenibilidad de los sistemas de producción.
Ante esto, una adecuada interpretación y utilización de la información generada debe ser una estrategia que complete y complemente los recursos disponibles para lograr aspectos relacionados con productividad, rentabilidad y sustentabilidad.
Temas relacionados:
Autores:
Jose Fabio Alpizar Bonilla
Dos Pinos
Cámara Nacional de Productores de Leche
Cámara Nacional de Productores de Leche (ProLeche)
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Dairon, Eduardo Calistro
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WILFREDO GONZALES
Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga - UNSCH
14 de noviembre de 2022
No se pueden leer los cuadros, están borrosos y pequeños. Ojalá mejoren, gracias.
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