Explorar
Comunidades en español
Anunciar en Engormix

Los animales y la gestión de riesgos

Publicado: 25 de agosto de 2020
Por: Jherson S. Jiménez Bellot
Resumen

Las emergencias y/o desastres naturales son eventos que venimos afrontando cada año, los mismos van dejando a su paso daños que afectan de gran manera la vida de las personas y sus medios de subsistencia. Lastimosamente en la fase de atención de las emergencias no siempre precautelamos la vida de los animales, dejándolos a su suerte. Los animales desde tiempos inmemoriales son parte de nuestra vida diaria, son seres fundamentales en nuestra sociedad, economía y seguridad (en diferentes ámbitos), son un valor de magnitud, por lo que es de imperiosa necesidad considerarlos de manera activa como parte imprescindible en la Gestión de Riesgos, para lo cual se propone la organización de un Programa para el Manejo de Animales en Emergencias y Desastres.

Palabras Clave: Animales, Gestión de Riesgos, Emergencias, Desastres, Bienestar animal.

INTRODUCCIÓN.
Todos los años a nivel mundial se viene afrontando eventos de magnitud relacionados con las emergencias o desastres, pudiendo ser estos de escalas menores o mayores, indistintamente del grado que pudieran ser, tienen un impacto (mayor o menor) en el desenvolvimiento normal de las actividades diarias de los habitantes. Dichos eventos afectan la vida humana, la actividad económica, la producción agropecuaria y por consiguiente se tiene un índice creciente de población con inseguridad alimentaria.
El 18 de marzo de 2015, se llevó a cabo en Sendai (Japón) la tercera Conferencia Mundial de las Naciones Unidas donde se elaboró el documento “Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030”. Texto que es el resultado de una serie de consultas y negociaciones intergubernamentales que tuvieron lugar entre julio de 2014 y marzo de 2015, con el apoyo de la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, a petición de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Todo esto con el único fin de que, los estados deben prevenir y reducir el riesgo a los desastres, con la participación de toda su sociedad civil y sus instituciones tanto públicas y privadas.
Los desastres, en particular, las inundaciones y sequias (en nuestro medio), suelen causar bajas significativas en el ganado repercutiendo de sobre manera en la economía de los productores ya que estos son sus activos valiosos y más aún cuando de unidades familiares se trata. Pero, todos estos daños y pérdidas que conllevan estos eventos pueden evitarse o mitigar con una adecuada gestión de riesgos (GR); es decir, con la aplicación de mecanismos que permitan reducir la vulnerabilidad de los sectores más frágiles.
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO, 2020) el ganado contribuye con cerca del 40% de la producción agrícola total en los países desarrollados y 20% en los países en desarrollo, apoyando a los medios de vida de 1 300 millones de personas en todo el mundo.
En Bolivia, el censo agropecuario 2013 (Instituto Nacional de Estadística, 2017) nos muestra que existen 861 218 unidades productivas agropecuarias (UPA), las cuales ocupan 34 654 981 hectáreas. En ese contexto mucha gente depende de sus animales de trabajo y de granja para sobrevivir. Para los habitantes del área rural, además de representar sus medios de vida y sustento, los animales de granja son una forma de garantía, es decir una fuente de ingresos en tiempos de crisis.
Un hecho importante es el reconocimiento a la protección de los animales como estrategia en la reducción de riesgos y la gestión de desastres, logro realizado por World Animal Protection ante la ONU (2016). Esto con la premisa global de reducir el sufrimiento de los animales y salvaguardar los medios de vida de las personas. Es así que, proteger la vida de los animales debe ser la segunda prioridad en una emergencia y/o desastre.
Por otro lado en las ciudades y en el área rural tenemos animales que tienen un aspecto social sumamente ligado a la familia, estos son los animales de compañía, especialmente los perros y gatos. Los cuales, que ante un evento desafortunado no siempre corren con la suerte de poder ser auxiliados de manera adecuada. Así mismo, en el área urbana no existe únicamente la presencia de mascotas si no también se pueden encontrar en las zonas periurbanas animales productivos de traspatio, sirviendo de ayuda en la economía familiar, como en el campo.
De acuerdo a la normativa boliviana, la Ley 602, se clasifican las siguientes amenazas: Meteorológicas, climatológicas, hidrológicas, geológicas, biológicas, antropogénicas y tecnológicas. Bajo ese aspecto es importante redireccionar la GR en los municipios y no solo pensar que la atención tiene que darse solo en los eventos de carácter climatológico o meteorológico.
Además, en Bolivia existe la ley Nº 700 “Ley para defensa de los animales” del 1 de junio de 2015. La misma que tiene por objeto establecer el marco normativo para la defensa de los animales, contra actos de violencia, crueldad y maltrato, cometidos por personas naturales o jurídicas. Esta ley no interviene con aspectos específicos en la GR, es decir no se tiene un respaldo legal que obligue a la atención y apoyo a los animales ante hechos de emergencias o desastres.
Al margen de los tópicos económicos, sociales y legales descritos, donde se observa que es necesaria la inclusión de los animales en los procesos de gestión de riesgo, existe otro argumento importante, siendo este, el de la salud pública. Los desastres pueden ser medios de propagación de enfermedades zoonóticas (aquellas que se pueden transmitir entre animales y personas).
Tanto en las inundaciones como en las sequias (entre algunos desastres), se crean ambientes adecuados para el desarrollo de microrganismos. En tal sentido, los animales pueden ser los agentes que irradien estos patógenos y logren transmitir las enfermedades a otros individuos, esto por no existir una atención oportuna a partir de protocolos de salud con énfasis en el control de enfermedades en las etapas de prevención, mitigación y atención.
LA GESTIÓN DE RIESGOS (GR).
La Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDDR por sus siglas en inglés) define la gestión integral del riesgo como el “proceso sistemático de utilizar directrices administrativas, organizaciones, destrezas y capacidades operativas para ejecutar políticas y fortalecer las capacidades para afrontar y reducir el impacto adverso de las amenazas naturales y la posibilidad de que ocurra un desastre” (United Nations, 2014).
Asimismo, la Ley 602 en Bolivia nos indica que la GR, es el proceso de planificación, ejecución, seguimiento y evaluación de políticas, planes, programas, proyectos y acciones permanentes para la reducción de los factores de riesgo de desastre en la sociedad y los sistemas de vida de la Madre Tierra; comprende también el manejo de las situaciones de desastre y/o emergencia, para la posterior recuperación, rehabilitación y reconstrucción, con el propósito de contribuir a la seguridad, bienestar y calidad de vida de las personas y al desarrollo integral.
La Gestión de Riesgo de Desastres (GRD) puede ser: a) Prospectiva, implica abordar medidas y acciones en la planificación del desarrollo para evitar que se generen nuevas condiciones de riesgo. b) Correctiva, se refiere a la adopción de medidas y acciones de manera anticipada para reducir los riesgos ya existentes. c) Reactiva, implica la preparación y respuestas a emergencias, (Chuquisengo, 2011).
Bajo los conceptos mencionados, la gestión de riesgos en el sector pecuario puede ser: Prospectiva. Ej., cuando en una propiedad ganadera para el tiempo de sequía no permitirá el uso de fuego para realizar chaqueos1 , con esto se evitará generar nuevos riesgos como incendios y contaminación. En la gestión correctiva, cuando se reducen los riesgos existentes con acciones como por ejemplo implementar un pozo de agua para suministrar el líquido elemento a los animales además de ayudar con el riego para los potreros. En la gestión reactiva, se toman medidas de preparación para responder ante la emergencia, como por ejemplo tener capacitado al personal para cualquier eventualidad como inundaciones o incendios, donde llevar o que rutas de evacuación debe seguir el ganado.
Los animales juegan un rol importante, ya que como se mencionó estos son los medios de vida de las personas. Proteger a los animales en momentos de emergencia o desastre se está asegurando la capacidad de las familias no sólo a sobrellevar el impacto del desastre, sino de mantener la calidad de vida de sus familias después del evento.
En ese contexto es fundamental cambiar el enfoque de la Gestión de Riesgo donde ya no es tiempo de fijarnos en las consecuencias si no enfocarnos más en la prevención y mitigación, es así que la GR tiene que ser integral donde se fortalezca el salvar vidas humanas, asegurar sus medios de vida y sus animales de compañía esto a través de la integración y desarrollo de acciones tanto en el ámbito de la producción, salud pública y la asistencia veterinaria.
BIENESTAR ANIMAL.
Según las normas internacionales de la OIE2 , el bienestar animal designa “el estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las que vive y muere”.
Las directrices que guían a la OIE en materia de bienestar de los animales terrestres incluyen también las cinco libertades, enunciadas en 1965 y universalmente reconocidas, para describir los derechos que son responsabilidad del hombre, es decir, vivir:
  • libre de hambre, de sed y de desnutrición;
  • libre de temor y de angustia;
  • libre de molestias físicas y térmicas;
  • libre de dolor, de lesión y de enfermedad;
  • libre de manifestar un comportamiento natural.
En ese entorno de pensamiento, asegurar la sanidad y el bienestar animal, lo mismo que la salud pública veterinaria en situaciones de emergencia y/o desastre debería llevar a todas las instituciones públicas y privadas (relacionadas con la producción a través de sus servicios veterinarios) a ampliar su visión de la GR. Siendo ellos los que deben tomar medidas preventivas y fortalecer su capacidad de respuesta para atender debidamente a los animales de producción, de compañía o silvestres en una posible emergencia.
LA GESTIÓN DE RIESGO Y LOS ANIMALES.
A nivel mundial la mayoría de los países ya tienen lineamientos que son usados en la atención de los desastres, no quedando exentos de esas responsabilidades a nivel nacional como ya se mencionó, se tiene la Ley 602 (ley de Gestión de Riesgos), la cual recomienda que a nivel de los gobiernos departamentales y municipales se pueda dar lugar a la formación de los Comités de Operaciones de Emergencia Departamental y Municipal - COED y COEM respectivamente. Instancias conformadas por instituciones tanto públicas, privadas y organizaciones sociales que tienen la misión de poder establecer el trabajo ante la presencia de emergencias y/o desastres. La organización (estructura) interna de funcionamiento de los comités está a tuición directa de los gobiernos regionales.
De acuerdo a la Ley 602, la GR, tiene dos fases: la reducción (prevención, mitigación y recuperación) y la atención de desastres y/o emergencias; (preparación, alerta, respuesta y rehabilitación), tal como se muestra en la ilustración 1.
Los animales y la gestión de riesgos - Image 1
De acuerdo a ese panorama, es importante que los sectores productivos, los servicios veterinarios, los albergues de animales, las entidades de control de fauna silvestre, los comercios de insumos veterinarios, ONGs, voluntarios, etc., sean parte integrante activa del COED o COEM y sean intervinientes en todas las fases de la GR.
PROGRAMA PARA EL MANEJO DE ANIMALES EN EMERGENCIAS Y DESASTRES.
Una propuesta para afrontar las emergencias y/o desastres precautelando la vida animal es la conformación tanto a nivel nacional como departamental del Programa para el Manejo de Animales en Emergencia y Desastres (PMAED), este programa puede conformarse como parte integrante de alguna mesa técnica sectorial dentro del COED o COEM o puede ser una dirección o unidad en la organización de las gobernaciones departamentales.
Esta instancia tendrá la capacidad de tomar decisiones oportunas y eficaces con el único fin de asegurar los medios de vida en semovientes y animales de compañía en momentos de eventualidades. Todos los sectores inmersos en esta temática deberán integrar el PMAED. El mismo que deberá elaborar y/o preparar sus planes de contingencia o de acciones que abarquen todas las fases de la GR. Estos planes deben inmiscuir y apoyar al sector privado.
Para fortalecer el PMAED se sugiere trabajar en los siguientes tópicos:
a. Generación de capacidades.
Toda atención en emergencias y/o desastres se han desarrollado sobre conceptos y definiciones de sucesos ya vividos (en otros lugares) los mismos que nos dan conocimientos a través de lecciones aprendidas y documentadas. Estos conocimientos se deberán recopilar y porque no mejorar para la atención de los animales en emergencias en nuestro medio.
Uno de los mecanismos para la generación de capacidades es, fortaleciendo los conocimientos a través de la capacitación y el intercambio de experiencias; aspectos que deben ser tomados en cuenta por los sectores involucrados en la parte productiva y veterinaria, lo que facilitará la planificación y preparación del personal ante la llegada o presencia de una amenaza. Este tipo de actividades hará que el PMAED trabaje adecuadamente en la GR desarrollando protocolos de atención de animales en emergencias y/o desastres.
Actualmente se tiene las Normas y Directrices para intervenciones ganaderas en emergencias - LEGS, está iniciativa incluye un conjunto de directrices internacionales para el diseño, aplicación y evaluación de intervenciones ganaderas a favor de poblaciones que necesitan ayuda de emergencia. Buscan proteger los medios de subsistencia y proporcionar asistencia rápida para proteger y reconstituir los activos ganaderos en comunidades afectadas por crisis humanitarias.
LEGS apoya el salvamento de vidas y medios de subsistencia, mediante dos estrategias clave:
  • Ayudar a identificar las intervenciones ganaderas más adecuadas en función de la emergencia.
  • Brindar pautas, indicadores y directrices basados en buenas prácticas para cada intervención.
b. Acciones y Coordinación.
A nivel nacional, el gobierno central asume las responsabilidades a través del Viceministerio de Defensa Civil (VIDECI) en momentos de desastres y por consiguiente a nivel Departamental y Municipal lo hacen los gobiernos autónomos como corresponden (COED – COEM), donde de acuerdo a sus manuales de funciones se estipulará y describirá de manera clara los mecanismos de interacción del Programa para el Manejo de Animales en Emergencias y Desastres con otras instancias municipales, departamentales y gubernamentales.
El PMAED, tiene que jugar un rol importante en la parte de asesoría a las autoridades de producción, sanidad, bienestar animal y salud pública veterinaria para abordar con eficacia la reducción y atención de los desastres.
La contribución de los profesionales agrónomos, zootecnistas y veterinarios (PAZV) del sector privado en todas las fases del ciclo de gestión de riesgos resulta fundamental al servir de enlace con productores y propietarios de animales. En el plan también se deberán describir los roles y responsabilidades de los PAZV privados, ganaderos y cuidadores, productores y otros propietarios de animales quienes, si procede, deberán recibir capacitación adecuada por parte del PMAED o de otras entidades competentes.
Corresponderá al PMAED generar herramientas de planificación y gestión, como:
  • el desarrollo de planes de contingencia y acción,
  • actualización de mapas de vulnerabilidad pecuaria,
  • catastro ganadero,
  • censo pecuario, etc.
Los animales y la gestión de riesgos - Image 2
c. La cultura de la prevención.
Un conocido y viejo refrán nos dice “Más vale prevenir que lamentar”. Y pues este refrán deberá ser aplicado de manera obligatoria en la GR, ya que a través de este el productor o criador de animales podrá mitigar los efectos de cualquier evento que propicie una emergencia o desastre.
Esta cultura de la prevención viene ligada íntimamente a la educación y comunicación.
i. Educación.
La educación es el pilar fundamental de toda actividad, siendo así, que la misma es necesaria para preparar a los Servicios en el cumplimiento de sus responsabilidades durante los desastres. La formación técnica resulta esencial y deberá acompañarse con una capacitación sobre los aspectos organizacionales y operativos de la gestión de desastres, incluyendo la colaboración entre organismos (interministerial) e intersectorial. Se ha de incluir la formación en materia de gestión de desastres en la enseñanza veterinaria y en cursos de formación para las partes interesadas del sector privado. A su vez está será replicada a los productores y dueños de animales.
ii. Comunicación.
La comunicación es esencial a lo largo del ciclo de GR. La comunicación deberá centrarse en la transparencia y en la capacidad de escucha y respuesta, con el objetivo de transmitir confianza a través de mensajes apropiados y oportunos. Deberá haber una buena comunicación al interior del PMAED, y entre éstos y otras partes interesadas.
La comunicación juega un rol sumamente importante en la fase de la reducción del riesgo (prevención, mitigación y recuperación). Ya que en esta fase la comunicación permite estar vigilantes además de mejorar lo que se tiene y reducir las vulnerabilidades.
d. Marco legal.
El plan deberá seguir los aspectos legales internacionales existentes, tales como el Marco de Acción de Sendai (2015-2030) y la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres de las Naciones Unidas. Igualmente, deberá enmarcarse a la legislación nacional para la gestión de riesgos (Ley 602). A nivel departamental y municipal en los manuales de funciones del COED y COEM o en leyes departamentales de GR establecer disposiciones para las interacciones entre organizaciones e instituciones públicas y privadas. Cuando el PMAED carezca de la autoridad legal para actuar en situaciones de emergencia y/o desastre, se identificaran los problemas para ajustar la legislación.
Los animales y la gestión de riesgos - Image 3
e. Sistemas de alerta temprana (SAT).
El Programa para el Manejo de Animales en Emergencias y Desastres tendrá la tarea y responsabilidad de garantizar que la vigilancia zoosanitaria y la información asociada a la vigilancia del ganado y de otro tipo de animales, se integre a los sistemas de detección temprana (coordinación con las UGR5 municipales), participando activamente en su desarrollo.
En este sentido, necesitaran trabajar en conjunto con otras entidades locales, departamentales y nacionales de forma tal que toda información de alerta sobre cualquier tipo de amenaza se reciba y comunique eficientemente.
CONCLUSIONES.
Los animales son esencia activa de nuestra vida diaria, están presentes en nuestros hogares, trabajo y son parte fundamental de la economía. Son seres de relación social, establecen comunidades y generan vínculos entre las personas. Pero lastimosamente tanto en emergencias como en desastres son víctimas sin voz, por lo que se necesita dar la importancia que corresponde. Por eso es necesario y de vital importancia incluir a los animales en la GR tanto a nivel gubernamental, departamental, local y en el entorno familiar.
El éxito del PMAED estará en desarrollar los siguientes puntos:
  • análisis del riesgo,
  • planificación,
  • atribución y/o gestión de recursos,
  • educación y comunicación,
  • integración y coordinación con los diferentes niveles de gobierno,
  • cooperación con las partes interesadas del sector privado e instancias no gubernamentales.

Chuquisengo, O. (2011). Guia de gestión de riesgos de desastres. Lima: Servicios Generales.

Díaz, A., Trelles, S., & Murillo, J. C. (2015). La Gestión del Riesgo y la Atención de Animales en Desastre. Costa Rica: IICA.

FAO. (2020). Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación. Recuperado el 08 de Agosto de 2020, de http://www.fao.org/animal-production/es/

Instituto Nacional de Estadística. (2 de Agosto de 2017). Instituto Nacional de Estadística. Recuperado el 4 de Agosto de 2020, de https://www.ine.gob.bo/index.php/la-produccion-agropecuaria-en-boliviasuma-mas-de-17-millones-de-toneladasmetricas/#:~:text=La%20producci%C3%B3n%20agropecuaria%20en%2 0Bolivia,millones%20de%20toneladas%20m%C3%A9tricas%20%2D%2 0INE

Jiménez, J. (2017). Manual de funcionamiento del Comité de Operaciones de Emergencia Departamental Beni. Santísima Trinidad: Dirección de Gestión de Riesgos - Beni.

Jiménez, J. (2019). Pautas para la crianza de ganado bovino lechero "Beni". Santísima Trinidad: Publicaciones propias.

LEGS. (2016). Normas y directrices para intervenciones ganaderas (LEGS). Reino Unido: Practical Action Publishing Ltd.

Ministerio de Defensa. (2015). Ley de Gestión de Riesgos y Decreto Reglamentario. La Paz: Devenet Srl.

Morales, E. (2015). LOS ANIMALES Y LA GESTIÓN DEL RIESGO DE DESASTRE. Revista En Torno a la Prevención, 22-29.

Organización Mundial de Sanidad Animal. (s.f.). OIE. Recuperado el 5 de Agosto de 2020, de https://www.oie.int/es/bienestar-animal/el-bienestaranimal-de-un-vistazo/#oe_mainContent

Protección Animal Mundial. (s.f.). Recuperado el 1 de Agosto de 2020, de https://animalesendesastres.org/about-us/sendai-framework

United Nations. (2014). UN-SPIDER KNOWLEDGE PORTAL. Recuperado el 5 de Agosto de 2020, de http://www.un-spider.org/es/riesgos-y-desastres

Temas relacionados:
Autores:
Jherson Jiménez Bellot
Recomendar
Comentar
Compartir
Javier Betancourt R
Criadero Atalaya
2 de noviembre de 2020

Dr Jiménez buenas tardes desde Colombia.
Me parece excelente su articulo y muy a lugar con las realidades actuales.

Recomendar
Responder
Profile picture
¿Quieres comentar sobre otro tema? Crea una nueva publicación para dialogar con expertos de la comunidad.
Súmate a Engormix y forma parte de la red social agropecuaria más grande del mundo.