Hoy el 80% de la faena se basa en animales alimentados con balanceados o algún tipo de suplementación, el consumo de concentrados superó los 5 millones, siendo el maíz participante con un 60% aproximadamente de esta producción lo que demuestra un alto uso de cereales en relación con el que generan otras especies productivas (CAENA).
La faena de 2008 fue de 14,5 millones de cabezas de bovinos, el 21,5% de este total corresponde a las categorías de vacas y toros, según datos provistos por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), un poco mas de 30% (entre 3,6 y 5 millones de cabezas) de la faena para la producción de carne proviene del engorde a corral. Lo cierto es que el sistema de engorde pastoril, que históricamente caracterizó a la ganadería argentina, hoy se encuentra en un permanente cambio con la migración a zonas marginales y la concentración cada vez mayor de la producción en los sistemas confinados. Si hablamos de la alimentación para los vacunos lecheros fue estimada para el ciclo 2008 en unos 3 millones de toneladas de alimento base materia seca eficientemente convertida en producto final.
El engorde con base de granos, subproductos y aditivos, en establecimientos donde el encierre o suplementación es parte de la cadena productiva, la alimentación representa un alto costo de producción, siendo el objetivo aumentar en los próximos años la eficiencia para obtener mejores índices de conversión. Todo esto hace que nos preocupemos como primera medida por el almacenamiento ya que la mala conservación de un alimento balanceado o ingredientes de una dieta implicaría la pérdida no solo económica en el peor de los casos sino de nutrientes con la consecuente disminución de la calidad de producto y potenciales problemas de intoxicación en animales.
Tanto en el almacenamiento de productos perecederos como aquellos que no lo son debemos respetar la conservación de utilidades de la misma especie tanto en silos como en estibas. La circulación de aire es este último caso (estibas) es importante por ello las distancias a respetar para aquellos productos que necesitan cámara de frío 10cm del piso, 15 cm de la pared y 50 cm del techo. En el caso de productos no perecederos 20 cm del suelo, 50cm de pared y 60 cm del techo. Mantener el orden es fundamental para respetar la regla PEPS (primero entrado - primero salido).
La mayoría de los productos alimenticios que son base de una dieta animal son productos secos y la zona de almacenamiento (generalmente silos) de este tipo de productos debe ser seca, fresca (18C) y ventilada.
La humedad y la temperatura son los principales responsables de acelerar el crecimiento y multiplicación de hongos, insectos o ácaros en un silo. El grano almacenado en un silo está sujeto a cambios de temperatura y de humedad que se generan en el interior del silo que dependen de la estación del año. Las temperaturas exteriores generan un fenómeno llamado "migración de humedad" en las zonas periférica del grano almacenado la temperatura será mas elevada que en la zona central del silo en verano y viceversa en invierno, el aire de la periferia en verano absorbe humedad (por estar mas caliente) y asciende mientras que el aire frío del centro desciende creando corriente de convección en sentido contrario que en invierno, ya que en esta época del año el centro del silo tiene mayor temperatura que la periferia. En invierno vamos a tener zonas de humedad muy altas en la parte superior mientras que en verano las tendremos debajo (pero no llegan al centro)
Respetar estas normas de conservación hará que no propiciemos la fermentación, proceso de oxidación catabólica, por el cual moléculas orgánicas complejas se transforman en moléculas sencillas. Los principios básicos para el almacenamiento de materias primas es mantener el producto seco y evitar la presencia de plagas (ratones, insectos y hongos). Controlando estos dos temas la conservación se realizará de manera satisfactoria por el tiempo que sea necesario.
La insistencia en cuidar la correcta conservación en el almacenamiento tiene su fundamento, ya que evitar la contaminación con hongos productores de micotoxinas como son Aspergillus y Penicilium es condición sine qua non para tener un alimento no solo de calidad sino saludable. Las aflatoxinas producidas por Aspergillus son micotoxinas peligrosas por que producen metabolitos altamente tóxicos y carcinogénicos, que pueden acumularse en productos animales como la leche, carne, huevos, etc. (INTA Rafaela)
Durante el almacenamiento es posible controlar el desarrollo de hongos manteniendo las premisas antes descriptas, es importante realizar análisis ante la sospecha de presencia de alguna especie ya que con la presencia de ellas, se genera un efecto sinérgico potenciando la formación de colonias.
Los efectos que las micotoxinas producen en los animales (no solo en bovinos) cuando superan los niveles máximos admitidos son:
- daños hepáticos,
- infertilidad,
- disminución del consumo,
- disminución de la producción de leche en vacas en ordeño,
- hemorragias,
- diarrea,
- depresión de la ganancia de peso,
- alteración del sistema inmune,
- emplume deficiente y problemas de pigmentación en aves,
- disminución de producción de huevos, cáscara débil y menor incubabilidad,
- lesiones en borde de pico y en esófago,
- susceptibilidad a salmonelosis en cerdos,
- problemas inmunotóxicologicos en lechones de 25d,
- incremento de fibrosis y deposición de colágeno en glándulas mamarias de conejas en lactancia, etc.
No olvidemos que los materiales con alto contenido de humedad facilitan las fermentaciones indeseables con Clostridium sp. como protagonista, esta bacteria produce la descomposición de las proteínas con su consecuente pérdida de calidad además de provocar: intoxicación, enterotoxemia, disentería, enteritis hemorrágica, enteritis necrótica, hepatitis necrótica, etc. en sus fases más tóxicas.
Como observamos los daños que puede producir una mala conservación de alimentos que genere micosis o fermentación es preocupante por las consecuencias que se pueden dar en cualquier especie animal.
Luego de estos tips de conservación para cuidar la calidad de los alimentos pasemos a una ejemplificación de requerimientos nutricionales para elaborar un concentrado propio para Feedlot. Los valores varían acorde al aumento diario del animal (de 600g/a/d a 1,2 g/a/d).
No olvidando estos aspectos de conservación para obtener calidad desde el inicio en una dieta, podremos satisfacer eficazmente el aumento que existe y continuará en la demanda de productos balanceados e ingredientes para obtener una mayor eficiencia en la dieta vacuna, porcina, avícola y demás producciones.
Fuentes:
CAENA, Cámara Argentina de Feedlot, SENASA, Rev. Agropecuaria (Año nº 64, Nº 760, pags. 936-939), Tablas NRC, Ing. Miriam gallardo -INTA Rafaela, Ing. Luis Bertoia -Univ. Lomas de Zamora.
Publicado en revista ACOPIADORES Nro. 9