En nuestra industria no existen reglas de oro universales. Sin embargo, al aplicar correctamente las reglas básicas de manejo, nuestros esfuerzos pueden convertirse en verdadero **oro**. Es decir, podemos producir pollos y huevos de manera tan eficiente que obtenemos retornos atractivos sobre nuestras inversiones —ya sea en manejo, bioseguridad, alimentación, entre otros aspectos— a lo largo de toda la cadena de producción.
En artículos anteriores hemos abordado diversos factores de manejo y su relevancia. Seguimos **insistiendo** en que las excusas y las acciones tardías no permiten producir productos de alta calidad a bajo costo. Solo con metas claras y disciplina es posible lograrlo.
Desde el primer momento, debemos tener claro qué queremos alcanzar y cómo llegar al destino final con satisfacción.
🐣 La salud: la corona de todas las reglas
El éxito en la producción avícola comienza con la salud de las reproductoras. La calidad de los pollitos está directamente relacionada con el manejo sanitario de las aves progenitoras, así como con el tratamiento de los huevos y pollitos en las incubadoras. Es fundamental conocer el historial de vacunación de las reproductoras y contar con información precisa sobre los medicamentos y vacunas aplicados en las incubadoras.
Cada granja debe contar con un programa de vacunación claramente definido. Tener instalaciones en distintas zonas geográficas no implica que se deba aplicar un esquema uniforme; por el contrario, es recomendable adaptar los programas de vacunación y medicación según los desafíos sanitarios específicos de cada región. Por ejemplo, si en ciertas áreas se presentan brotes recurrentes de enfermedades como IBVD o LT, se deben implementar planes de prevención adecuados con las vacunas correspondientes.
Los programas de vacunación no deben copiarse de otras empresas. Cada organización debe investigar y validar qué estrategias funcionan mejor, basándose en estudios de campo, resultados de serologías, histopatologías y, sobre todo, en indicadores productivos reales como peso, conversión alimenticia, mortalidad y datos de planta de procesamiento. Es esencial considerar también los porcentajes de decomisos, casos de asfixia y observaciones relacionadas con patas, pechugas y rasguños.
🔧 Simplicidad con sentido común: el arte del manejo preventivo
La producción avícola, en esencia, no es compleja. Sin embargo, puede volverse crítica en cuestión de horas si no se aplican principios básicos de manejo preventivo. Ejemplos reales lo demuestran: una falla eléctrica en un complejo con medio millón de aves puede provocar la muerte de miles de pollos por asfixia si no se cuenta con un programa de mantenimiento preventivo que garantice el funcionamiento automático de cortinas y plantas auxiliares. Otro caso común es la caída abrupta en la producción de huevos, que al investigarse revela una causa tan sencilla como la falta de presión de agua en los niples. Estos incidentes, aunque aparentemente menores, pueden tener consecuencias graves si no se detectan y corrigen a tiempo.
Más preocupante aún es el impacto de una bioseguridad deficiente, que puede desencadenar brotes infecciosos masivos, aumentar la mortalidad, elevar el uso de medicamentos y obligar incluso al despoblamiento total de las granjas. Estas situaciones son evitables si se presta atención a los detalles operativos con sentido común y se reconoce el papel crítico del factor humano FH — el llamado “virus de dos patas”.
La clave está en anticiparse, revisar, y actuar antes de que los problemas se manifiesten. La simplicidad en el manejo no significa descuido, sino disciplina, planificación y ejecución precisa.
🍽️ Planificación de la alimentación: decisiones que no pueden esperar
Antes del alojamiento de la parvada, es imprescindible definir con precisión el plan de alimentación: qué tipo de alimento se utilizará, durante cuántos días se ofrecerá cada fase, y cuál será la textura adecuada para cada etapa. Tomar estas decisiones una vez que los pollitos ya están en los galpones es demasiado tarde; cada hora sin una estrategia clara representa una pérdida de eficiencia y dificulta alcanzar los objetivos de peso y uniformidad.
Los supervisores deben comunicar claramente a los granjeros las metas semanales desde el primer día. Por ejemplo, si se espera que los pollitos alcancen más de 200 gramos al séptimo día, esta meta debe establecerse desde su llegada, no al final de la semana cuando ya es tarde para corregir el rumbo.
La clave está en la comunicación oportuna y efectiva. Cada decisión debe estar respaldada por datos y objetivos concretos, y cada miembro del equipo debe entender su rol en el cumplimiento de estas metas. Alimentar bien desde el inicio no sólo mejora el crecimiento, sino que establece las bases para una producción eficiente y rentable.
🌬️ Uso de ventiladores y ambiente controlado
Para garantizar un arranque exitoso en la crianza de pollitos, es fundamental que todos los equipos de ventilación —ventiladores, extractores, paredes húmedas, foggers, loggers, entradas de aire (inlets) y cortinas— estén en óptimas condiciones operativas desde las primeras horas de vida. Un ambiente bien controlado desde el inicio tiene un impacto directo en el rendimiento productivo.
Si se implementa ventilación tipo túnel, es necesario definir con precisión desde qué día se utilizará de forma continua, cómo se distribuirá el uso de los ventiladores, y cuál será la velocidad óptima del flujo de aire según la edad de las aves. Estas decisiones deben estar respaldadas por datos técnicos y observaciones de campo.
Durante visitas a granjas, es común observar signos de incomodidad en los pollos, incluso cuando los parámetros aparentan estar dentro de rangos normales. En muchos casos, el problema radica en detalles técnicos como ventiladores mal instalados, aspas dañadas o motores sin lubricación, que generan ruidos molestos y estrés en las aves. Estos pequeños fallos, acumulados, pueden traducirse en pérdidas significativas de peso.
Cada gramo no ganado por día en una granja con un millón de aves representa una pérdida considerable. Por ello, el mantenimiento preventivo, la revisión minuciosa de los equipos y la atención a los detalles son claves para maximizar el bienestar animal y la eficiencia productiva.
💡💧 Luz y calidad del agua
La iluminación y el acceso al agua son pilares fundamentales en los primeros días de vida del pollito. Un programa de iluminación bien definido desde las primeras horas garantiza que los pollitos puedan orientarse adecuadamente, facilitando el acceso al alimento y al agua. La revisión previa de la distribución de luz, la intensidad (lux) y el estado de las instalaciones debe ser responsabilidad del equipo de mantenimiento antes del alojamiento.
El agua, que representa aproximadamente el 80% del cuerpo del pollito, es aún más crítica. Una restricción en el acceso puede provocar deshidratación severa, afectando el crecimiento y, en casos extremos, causando mortalidad. Estudios indican que una pérdida de sólo el 20% del contenido hídrico corporal puede ser letal.
Los pollitos deben aprender a beber antes de consumir alimento, ya que esto favorece el desarrollo intestinal y mejora la absorción de nutrientes. En condiciones óptimas, el consumo de agua es de 2 a 3 veces mayor que el de alimento, lo que subraya la importancia de mantener una fuente constante, limpia y accesible.
La implementación de estos controles desde el primer día no sólo mejora el bienestar animal, sino que también optimiza los indicadores productivos como el peso, la conversión alimenticia y la uniformidad del lote.
📅 Fecha de venta: planificación estratégica desde el día uno
Cada integración avícola tiene objetivos específicos según su mercado y clientes, lo que determina el rango de peso óptimo para la venta. Es fundamental comprender que no se puede comercializar un producto que el cliente no desea. Por ello, la planificación de la cosecha debe comenzar desde los primeros días de vida de los pollos.
El análisis de datos históricos permite predecir con precisión la edad en la que se alcanzan los pesos deseados, facilitando la proyección de la fecha de venta. Esta previsión es clave para monitorear las ganancias diarias de peso y realizar ajustes oportunos en el manejo, alimentación y ambiente.
Actualmente, las granjas están equipadas con tecnología avanzada: balanzas digitales, sensores ambientales y sistemas de monitoreo en tiempo real. Esta información debe utilizarse estratégicamente para identificar desviaciones en el rendimiento, corregirlas a tiempo y cumplir con los requerimientos del cliente.
La planificación de la cosecha es una de las áreas más críticas —y a menudo subestimadas— dentro de la cadena de producción. Ignorarla puede resultar en pérdidas significativas de peso y valor comercial. Además, esta etapa tiene implicaciones directas en el bienestar animal, por lo que debe abordarse con la misma rigurosidad técnica que el resto del proceso.
🤖 Inteligencia Artificial: decisiones basadas en datos, no en emociones
En el mundo de la inteligencia artificial (IA), lo más importante es contar con materia prima: los datos que permiten construir una decisión.
Muchos se preguntan cómo la IA toma decisiones tan rápidas y, en la mayoría de los casos, acertadas. La clave está en que no se basa en emociones, preferencias personales ni favores hacia productos o empresas. La IA simplemente responde según la información disponible: cuantos más datos tiene, mejor es la decisión que toma.
Así deberíamos actuar nosotros: medir, apuntar, analizar y tomar decisiones con rapidez para poder actuar.
Contamos con las herramientas y la tecnología, que siguen avanzando. Sólo falta decidir qué hacer… y hacerlo.
La IA nos enseña que no siempre hay que trabajar más duro, sino más inteligentemente. Si adoptamos esta mentalidad, podremos transformar nuestros procesos, optimizar recursos y alcanzar resultados superiores con mayor consistencia.
🏁 Conclusión: convertir reglas en resultados de oro
Las reglas en producción avícola no son leyes rígidas, sino principios basados en experiencia, datos y estándares genéticos que nos guían hacia metas concretas: peso óptimo, conversión eficiente, pico de producción, calidad del huevo, entre otros. Cumplirlas con disciplina y precisión no sólo mejora los resultados, sino que transforma el esfuerzo diario en valor tangible.
Cada regla bien aplicada representa la acumulación de decisiones acertadas a lo largo de días, semanas y meses. No se trata de suerte, sino de estrategia, conocimiento y ejecución. A lo largo de este documento hemos abordado factores clave —información, agua, luz, alimento, salud, ambiente, venta y tecnología— que, cuando se manejan correctamente, convierten el proceso productivo en un sistema eficiente y rentable.
Hoy más que nunca, la tecnología digital está de nuestro lado. No se trata de trabajar más duro, sino de trabajar más inteligentemente. El futuro de la avicultura está en nuestras manos, y comienza con decisiones bien fundamentadas, ejecutadas con rigor y respaldadas por datos.
🖋️ Nota del autor
Este artículo fue revisado por inteligencia artificial por primera vez, lo que permitió mejorar la fluidez de los mensajes que quería transmitirles. La tecnología no sólo nos ayuda a tomar decisiones, sino también a comunicar mejor nuestras ideas. Espero que este contenido les inspire a aplicar estas reglas de oro en su día a día profesional.