Alternativas a los antibióticos en la nutrición animal

La producción animal es un negocio costoso, cuyo mayor gasto proviene de la alimentación animal. Para mejorar la digestibilidad de los ingredientes del alimento y mantener los costos de formulación asequibles, se pueden utilizar diferentes técnicas, una de las más exitosas ha sido el uso de los llamados "AGP" (antibióticos promotores del crecimiento). Estos antibióticos se mezclan con alimentos para reducir las respuestas inflamatorias en el tracto gastrointestinal y limitar el crecimiento microbiano (patógeno). Como la dosis de estos antibióticos en los alimentos es muy baja, se cree que el efecto de mejora del rendimiento de los AGP es el resultado de una respuesta inflamatoria reducida más que de los efectos antimicrobianos.

Sin embargo, el uso de antibióticos promotores del crecimiento conlleva el riesgo de resistencia a los antibióticos que ocurre cuando las bacterias que solían ser sensibles a un antibiótico en particular pierden gradualmente esa sensibilidad. Por lo tanto, el tratamiento con el antibiótico se vuelve menos efectivo, requiriendo dosis más altas para alcanzar el mismo nivel de efectividad o incluso perdiendo completamente la funcionalidad.

La resistencia a los antibióticos reduce la eficiencia del alimento, pero también representa una amenaza para los consumidores expuestos en las proximidades de los sitios de producción animal o cuando consumen productos derivados de animales tratados con AGP que no están suficientemente cocinados. No está claro cuánto influye la contribución del sector de producción animal en la aparición de resistencia a los antibióticos en humanos, ¡pero las estimaciones varían entre 0,1 y 50%! Por lo tanto, la legislación se ha vuelto cada vez más estricta con respecto al uso de AGP.

La OMS ha estimado que el número de muertes debidas a la resistencia bacteriana en humanos aumentará de menos de 1 millón en la actualidad a 10 millones por año para 2050 y será, con mucho, la principal causa de mortalidad.

Afortunadamente, también hay buenas noticias, las investigaciones han demostrado que la resistencia a los antibióticos desaparece cuando se reduce el uso de antibióticos. Por lo tanto, el uso consciente de los antibióticos es responsabilidad de todos. Ya no podemos separar la salud humana de la salud animal. Conceptos globales como “una salud” promueven la conexión entre la medicina humana y veterinaria para trabajar juntos para crear un mundo saludable.

Al reducir el uso de antibióticos promotores del crecimiento, la industria de alimentos para animales contribuye a un mundo mejor. Varios países ya han prohibido por completo el uso de AGP y muchos más están siguiendo su ejemplo. Sin embargo, esto tiene consecuencias para la eficiencia alimenticia de los animales de granja, ya que sin AGP puede reducirse la digestibilidad del alimento. Por lo tanto, existe una gran demanda de alternativas naturales a los antibióticos promotores del crecimiento.