Debido a numerosas consultas recibidas en la Cátedra de Protección Vegetal desde hace ya varios años, hemos notado una gran falta de información sobre las mezclas de agroquímicos en tanque de pulverizadoras. Por nuestra experiencia previa esto es una problemática de vieja data que creíamos superada.
La realidad nos ha demostrado que no es así, por investigaciones propias y de colegas podemos hoy en día estimar que las mezclas de tanque ocasionan problemas en una de cada tres aplicaciones.
En variadas ocasiones el desconocimiento del usuario, el operador de máquinas y el asesor técnico, no advierte estos problemas hasta que la aplicación se interrumpe por sí sola o por residuos que se encuentran al final de la misma en el fondo del tanque (incompatibilidades físicas). El usuario o público en general cree mezclar 2 ó 3 productos, cuando en realidad una formulación comercial puede estar compuesta con mas de 10 productos diferentes, por lo que en realidad lo que estamos mezclando son mas de 30 productos en sí.
Es frecuente, en condiciones de campo, la utilización de mezclas de agroquímicos con el objeto de ampliar el espectro de acción de los mismos o reducir costos al realizar una sola aplicación, cuando las condiciones permitan aplicar dos o más fitoterápicos de distinta acción.
Esta situación se replica en todos los tipos de producción del país, tanto en planteos de tipo extensivo como intensivo, y en ocasiones las mezclas no dan los resultados previstos.
En Argentina existen alrededor de 25 millones de hectáreas de cultivos extensivos en siembra directa, donde el control de malezas en barbecho y primeras etapas del cultivo resulta primordial. El volumen total de agroquímicos es aproximadamente 254 millones de l-kg/año siendo el glifosato el más utilizado. (Leiva, 2012). Sólo en Pergamino se estima un consumo anual de 3 millones de l-kg, con una participación de glifosato del 91%. El promedio anual de uso de agroquímicos es aproximadamente 11.58 lts. de formulado por hectárea. (Leiva, 2012).
Podríamos estimar que, de acuerdo al parque de pulverizadoras y hectáreas por campañas realizadas, en promedio en Argentina se hacen unas 10 millones de cargas de tanque, contabilizando la totalidad de equipos operativos.
En algunas ocasiones se producen problemas de compatibilidad de mezclas con separación en fases, formación de coágulos, coalescencia, floculación, formación de crema o sedimento. Entre las condiciones que predisponen a dichos efectos podemos mencionar: bajo volumen de agua (mayor concentración), aguas duras (afectan el emulsionante), baja temperatura (menor capacidad solvente del agua y lenta velocidad de reacción química), rápido vertido del agroquímico (poco tiempo para disolverse), pobre agitación (poco retorno o mal ubicado), y finalmente un incorrecto orden de mezclado.
Si estimamos que los problemas de incompatibilidad ocurren sólo en el 1% de los casos (100.000 recargas), el valor económico perdido se aproxima a u$s 53 millones por año, pero mas preocupante es la contaminación ambiental por residuos tóxicos que se genera al descartar el producto concentrado, resultado de una mezcla no compatible. (Leiva, 2012).
Generalmente la bibliografía cita las alteraciones que se producen en los resultados de una aplicación cuando se realizan mezclas de tanque (agregado de dos o mas productos en el tanque de la pulverizadora) (Baker, 1991).Puede ocurrir un efecto sinérgico, antagónico o depresivo en su acción biológica (Barberá, 1989; Costa, 1974; Belger, 1978) o alteraciones en la estabilidad de la mezcla formada (sedimentos, inversiones de emulsión, precipitados, grumos, etc.)(Costa, 1974; Metter, 1996; Simone, 1987; Van Valkenburg, 1973).
La estabilidad de una formulación de un fitoterapico está afectada por una serie de factores como:
- Características propias del principio activo (p.a) y su calidad.
- Incompatibilidad entre p.a., solvente, y emulsionante.
- Contenido de impurezas de la formulación.
- Condiciones de almacenamiento.
- Dureza del agua.
- Densidad relativa de los dos líquidos
- Diámetro relativo de las gotas oleosas
- Viscosidad de la emulsión.
Cualquier modificación de estos factores puede ser la causa de la alteración de la formulación. Dicha alteración da lugar generalmente a compuestos que modifican el “balance hidrofilico-lipofilico” (BHL) de la misma, lo que hace en última instancia que el producto pierda sus propiedades de emulsionabilidad (Barberá, 1989, Metter, 1996; Van Valkenburg, 1973).
Se cita además un orden prefijado para realizar la operación de carga de tanque cuando se trata de mezclas de formulaciones en la cual se utilizan concentrados emulsionables. Se recomienda que los mismos sean agregados en último término (Belger, 1978), esto sería otro de los parámetros a verificar cuando intervienen concentrados emulsionables.
Preparación del Ensayo
Las mezclas de agroquímicos no siempre resultan positivas, pueden ocurrir efectos negativos tales como reducción del control de las plagas, fitotoxicidad y problemas de incompatibilidad entre materiales.
Incompatibilidad física: Involucra a los ingredientes inertes de cada uno de los productos mezclados. Se traduce en la formación de cristales, geles, aceites o grasas que obturan las pastillas pulverizadoras. ¿Cuándo ocurre? sucede generalmente cuando se mezclan productos emulsionables con floables, especialmente si el orden de mezclado no es el correcto. El producto emulsionable puede ocasionar la precipitación del floable. Esto ocurre con algunas simazinas y trifluralinas. También en las mezclas de concentrados emulsionables de diferente naturaleza (funguicidas, herbicidas, insecticidas) y cuando se mezcla con fertilizantes (no siempre). Los productos granulados en general ocasionan menos problemas.
Incompatibilidad química: Algunos productos con ingredientes activos “iónicos” y trazas de microelementos pueden reaccionar cuando se mezclan. Sus moléculas consisten en dos partes, una con una carga positiva y otra con carga negativa. Por ejemplo, 2,4-D amina consiste en un ion 2,4-D cargado negativamente y un ion amina cargado positivamente. La mezcla con sulfato de cobre produce un gel formado por cobre + 2,4-D. El sulfato de Zn también reacciona con 2,4-D amina, en una forma menos obvia pero tal vez mas perjudicial. El Zn + 2,4-D no precipitará porque el 2,4-D está fuertemente unido al Zn. Como resultado, los constituyentes ingresan a las células de la planta más suavemente: la mezcla de tanque aparenta ser satisfactoria, pero el control de malezas seguramente será menor. El Calcio, en aguas duras o alcalinas, puede tener el mismo efecto. En el éster de 2,4-D las moléculas están formadas por 2,4-D y un alcohol ligado químicamente a otro (esterificado). Las dos partes no pueden separarse en iones. Además el éster de 2,4-D está contenido en gotitas de xileno emulsificado en agua pero separado de ella. No pueden ocurrir reacciones iónicas, por lo que los ésteres de 2,4-D no tienen estos problemas de compatibilidad. (Raimondo, J. 2007).
Cuando se prepara una mezcla de tanque, es recomendable preparar un registro de los siguientes aspectos:
- el orden de mezcla de los productos.
- las dosis recomendadas para cada producto
- capacidad del tanque del equipo aplicador
- tasa de aplicación (l/ha).tipos y cantidades de los aditivos
- superficie cubierta por cada tanque
- tipos de pastillas a usar
- presión de trabajo en psi
- velocidad de aplicación
Esta información, además del lugar de aplicación, ubicación del área a tratar, fecha y hora de la aplicación suministran una importante referencia.
Es necesario programar la aplicación de plaguicidas cuando la plaga está en su estadio de desarrollo más vulnerable (momento oportuno o “timming”) .Cuando se usan dos o más plaguicidas para controlar diferentes plagas, es crítico que la mezcla se aplique en el momento adecuado del ciclo de vida de las plagas. Esta programación es especialmente importante cuando se aplican herbicidas. Si se aplican sobre malezas en situación de stress hídrico o por enfermedad la eficacia podría ser menor que la esperada e incluso podría haber un riesgo sobre el cultivo. (Raimondo, J. 2007)