Pérdidas de granos en la cosecha de trigo 2007

En el marco de las numerosas actividades del Proyecto PRECOP del INTA y como se viene desarrollando desde hace unos años, se realizaron mediciones de pérdidas de cosecha de trigo en la campaña 2007 recientemente finalizada.
La zona sobre la cual se realizaron mediciones fueron los distritos de Lucio V. López, Bustinza, Colonia Médici, Clason y Totoras, todos pertenecientes al Dpto. Iriondo, al sur de la Provincia de Santa Fe.

La cosecha de trigo fue rápida, realizándose aproximadamente en 14 días corridos y con un rendimiento promedio de los lotes evaluados de 3.492 kg/ha.

Se midieron las pérdidas en la cosecha de trigo sobre un total de 12 máquinas. Para ello se siguió la metodología del INTA – PRECOP, evaluando primeramente las pérdidas de precosecha y luego las de cosechadora, arrojando 4 aros al paso de la máquina y separando las pérdidas de plataforma de las de cola.

En primera instancia se seleccionaron y midieron aquellas máquinas que en base a mediciones de campañas anteriores arrojaron valores de pérdidas por encima de la tolerancia. Por último, para completar el total de las cosechadoras que se lograron evaluar, la selección se realizó al azar.

Los niveles promedio de pérdidas de registrados en trigo en la campaña 2007 se presentan a continuación.

Tabla nº 1: valores promedio de pérdidas de cosecha de trigo campaña.

Respecto de las pérdidas de precosecha, se registraron 3 casos de lotes cercanos entre si con valores extremos entre 70 y 90 kg/ha originado a consecuencia de una pequeña granizada que afectó a campos vecinos ubicados entre Totoras y Bustinza. Estas elevadas pérdidas de precosecha que en 2 casos coinciden con elevadas pérdidas de plataforma al momento de la cosecha, actuaron para que el promedio de pérdidas totales ascienda a 87,7 kg/ha y se ubique levemente por arriba de la tolerancia de 80 kg/ha.
Si no consideramos los 3 casos extremos de pérdidas por granizada debido a que estos son no representativos, el resultado es el siguiente

Tabla nº 2: valores promedio de pérdidas de cosecha de trigo campaña 2007 sin considerar casos extremos de pérdidas de precosecha por granizada.

Los 70,8 kg/ha de pérdidas totales por cosechadora se encuentran por debajo de la tolerancia y es un 14,6 % menor al valor de pérdidas relevado en la campaña 2005 en la misma región. Estas cifras son consistentes con lo ocurrido a nivel Nacional en donde luego de 4 años de trabajo de concientización y capacitación a través del PRECOP, las pérdidas promedio durante la cosecha de trigo se redujeron un 15 % ubicándose en 115 kg/ha al año 2006.

Se debe tener en cuenta que con la tecnología disponible, la cosechadora bien mantenida y regulada, cosechando a la velocidad acorde a la capacidad de la máquina, efectuando evaluaciones de pérdidas y con el cultivo en condiciones normales, es factible (y fácilmente corroborable en el campo) trabajar con valores inferiores a los 50 kg/ha de pérdidas totales. El 67 % de los equipos evaluados así lo certifican.

En los casos que las pérdidas de plataforma fueron elevadas fue por las altas velocidades del molinete, lo cual originó voladura de espigas que son despedidas hacia atrás del cabezal. Estas pérdidas son fáciles de detectar al observarse en el rastrojo cosechado espigas caídas (no corresponden a pérdidas de precosecha debido a que no están deterioradas y además se encuentran sobre el rastrojo cosechado, no en el suelo). Otra forma de detectar estas pérdidas es observar sobre el embocador, una gran cantidad de espigas que se fueron acumulando hasta formar un colchón. Debemos recordar que si bien en la zona del embocador las pérdidas son levemente mayores, en el resto del ancho del cabezal la cantidad de espigas despedidas fue similar, con lo cual las pérdidas son realmente cuantiosas.

Por otro lado, una práctica que se lleva a acabo es implantar el cultivo de trigo mediante la doble pasada de una sembradora con distanciamiento de 52 cm entre surcos (quedando a 26 cm los surcos de trigo). En estas circunstancias las líneas no quedan perfectamente paralelas y el material cortado no fluye de forma homogénea produciéndose su acumulación en los sectores de la bandeja del cabezal que coinciden con las 2 hileras de trigo sembradas más próximas. Ante esta situación el maquinista atrasa la posición del molinete y aumenta su velocidad para ayudar a “barrer” la bandeja del cabezal con lo cual aumentan las pérdidas por voladura de espigas.

Una forma muy sencilla y económica para evitar estas pérdidas es colocar de forma abulonada (esto facilita quitarla rapidamente cuando el maquinista lo desee) una pantalla protectora de alambre como prolongación de la pared posterior de la plataforma, evitando que las espigas caigan hacia atrás (figura nº 1).



Existen 2 grupos de contratistas: los motivados en realizar eficientemente su servicio, manteniendo y regulando correctamente la cosechadora, y por otro lado aquellos que realizan la actividad porque lo hacen desde hace mucho tiempo y no prestan demasiada atención por la calidad del servicio que brindan. En estos casos debe ser el propietario del lote el que controle la cosechadora e informe al maquinista cuando las pérdidas son elevadas. Ocurre que frecuentemente el propietario o asesor del lote se preocupa para que el cultivo potencie su rinde: controla malezas, elige la mejor variedad o hibrido, fertiliza, controla las plagas, etc. sin embargo a la hora de la cosecha se desliga y frecuentemente no realiza controles, siendo esta la etapa final donde también debe prestarse atención ya que gran parte del tiempo y capital invertido durante todo el desarrollo del cultivo pueden perderse por un ineficiente trabajo de cosecha.


Regulaciones de los equipos evaluados.
A continuación en la tabla nº 3 se muestra el promedio de las características y regulaciones de las cosechadoras evaluadas.

Tabla nº 3: promedio de las características de los equipos.

El 100 % de las cosechadoras evaluadas fueron chicas, correspondientes a la Clase 4 (entre 170 y 214 HP). Algunos propietarios de lotes con trigo manifestaron que contratan la trilla y sus máquinas de mayor tamaño y capacidad, las mandan a la región norte del País (Santiago del Estero, Salta, etc.) debido a que son regiones en donde la superficie promedio de los lotes es mayor, con lo cual cada cosechadora “le rinde mas” al tener menos tiempo muerto de traslado entre lotes y dado que la campaña de cosecha se inicia antes, les permite ir desplazándose hacia el sur conforme los lotes maduran y se aproximan a la humedad de cosecha.


Calidad de trilla

De la tabla nº 3 se evidencia el exceso de agresividad del sistema de trilla, dado principalmente por las altas RPM del cilindro.

Se debe tener en cuenta que en trigos secos, con humedades próximas a la tolerancia de recibo del 14 %, las RPM del cilindro de trilla para diámetros entre 560 y 610 mm deben variar entre 815 y 750 RPM. En las cosechadoras evaluadas el promedio fue de 1075 RPM  para una humedad de cosecha promedio del 14,3 %. (con casos extremos de hasta 1300 RPM en trigos de 14,5 % de humedad). Esto es aproximadamente un 32 % más de agresividad de lo recomendado.

Realizar la cosecha con elevada agresividad para asegurar la trilla y evitar que por la cola salgan espigas con granos adheridos es un error. Si el material trillado es excesivamente “picado o molido”, se  daña el grano y se afecta directamente la eficiencia en los mecanismos de separación y limpieza de la maquina.

En la figuras nº 2 y 3 se muestra el efecto de una trilla excesivamente agresiva en donde el material que ingresa es triturado, con lo cual se dificulta el colado de granos por el sacapajas y las zarandas, aumentando las pérdidas por cola.







Un maquinista concientizado sobre el impacto económico de las pérdidas en la cosecha y motivado para su reducción es el elemento clave para trabajar por debajo de la tolerancia. Es evidente que a los actuales precios conviene tener los granos en la tolva y no “tirados” en el rastrojo.