Explorar
Comunidades en español
Anunciar en Engormix

Siembra Directa en Andalucía

Siembra Directa. Fortalezas y Debilidades en Andalucía

Publicado: 9 de agosto de 2006
Por: Ing. Agr. Rodolfo Gil, Ing. Ftal. Ana M. Lupi. Centro de Investigaciones en Recursos Naturales. INTA Castelar

El desarrollo agrícola de una región está muy relacionado con su historia tecnológica aplicada desde sus inicios. Es así que históricamente el uso del arado y del laboreo continuo del suelo fue definido, aceptado y trasmitido de generación en generación, como la técnica "más adecuada" para el correcto establecimiento de un cultivo.

Sin embargo, con el transcurso del tiempo quedó demostrado que nuevas tecnologías pueden lograr resultados similares o aún mejores, con un mayor cuidado del ambiente en general y del suelo en particular. La siembra directa (SD) es un sistema que ofrece la posibilidad de contribuir al desarrollo sostenible del sector agrícola en diferentes ambientes, inclusive en aquellas zonas que climáticamente presentan serios riesgos de deterioro cuando son manejadas con laboreos tradicionales.

¿Que significa siembra directa?, si bien aún muchos productores consideran que la siembra directa es simplemente sembrar sin remover el suelo, la definición de esta técnica va más allá del simple paso de una máquina sobre un terreno cubierto de rastrojos. La siembra directa es un sistema tecnológico, y tecnología significa procedimientos o manera de hacer las cosas. Por lo tanto, la incorporación de esta nueva tecnología involucra un nuevo procedimiento global de planificar y de hacer las cosas.

Como en muchos otros ámbitos del ser humano, la implementación de una nueva tecnología genera resistencia, miedo al cambio, miedo a lo desconocido, miedo a un posible fracaso. Pero como toda regla tiene su excepción, en Andalucía existe un grupo de productores dispuestos a nuevos desafíos, con espíritu emprendedor, conscientes del problema pero convencidos que pueden mantener y también mejorar su producción y calidad de vida cuidando el medio ambiente.

En esta región se advierte un proceso lento pero continuo en la incorporación de tierras al manejo bajo SD. Tal es así que por ejemplo existen parcelas con 9 años ininterrumpidos bajo este sistema de manejo. Es lógico pensar que a ningún productor se le ocurriría defender por tanto tiempo una técnica si la misma no expresara sus bondades. Otros ejemplos, aunque con menos años también siguen esta tendencia. A pesar de la existencia de algunos obstáculos reconocidos, el éxito de las primeras experiencias regionales hace de este sistema de producción un modelo confiable para que nuevos innovadores acepten y la adapten a sus condiciones particulares.

El primer cambio que debe experimentar el productor, y posiblemente el mas difícil, es justamente el cambio de actitud, lo cual implica haber creado o comprendido la necesidad de hacerlo, la necesidad de mantener su empresa productiva y económicamente sustentable, y entender que la SD puede constituir el camino para lograrlo. Alcanzada esta etapa, lo que sigue siempre resultará más sencillo.

Uno de los principales obstáculos que se presentan en la región es el reducido parque de sembradoras, tanto en cantidad como en diseños ajustables a diferentes situaciones de condiciones de suelo (textura, humedad), condiciones de superficie (cantidad, tipo y distribución de rastrojos, presencia de gravas y piedras), de cultivo (grano fino, grano grueso o industriales como el algodón y la remolacha), necesidades nutricionales (fertilización localizada), pendiente del terreno, potencia requerida, entre otros.

Algunos productores inician o intentan aplicar las sembradoras tradicionales, en su modelo original o con algunas adaptaciones, y si bien los resultados no son del todo negativos, distan mucho de ser los óptimos. Otros productores en cambio, optaron por realizar importantes inversiones para adquirir sembradoras específicas. Si bien la incorporación de sembradoras de SD traídas de otros países, con altos costos, constituyó un apoyo importante para el avance de la SD en la región, la solución es hasta ahora parcial. Muchas de esas maquinas fueron diseñadas para las condiciones de origen y no se adaptan totalmente a la variabilidad regional. Ello crea las necesidades de adaptaciones locales, incurriendo en mayores costos. Por otra parte la industria local de sembradoras no muestra el desarrollo suficiente de máquinas específicas para las condiciones particulares.

Una buena siembra es el punto de partida para el éxito de la SD. Por lo tanto aquí queda identificada una de las líneas prioritarias: Desarrollar máquinas sembradoras tecnológicamente adaptadas a las condiciones locales. Ello exige generar un contacto continuo y fluido entre las necesidades del productor y las soluciones que pueden brindar los diseñadores y fabricantes de maquinarias. Al respecto conviene destacar que en la mayoría de los casos el mismo productor se transforma en el principal diseñador de sus propias soluciones.

Es oportuno aclarar la importancia de que los fabricantes de máquinas vean también la necesidad del cambio, que puede incluso constituir una interesante alternativa de diversificación.

La SD conlleva a un menor uso de maquinarias u horas máquina en el ciclo de un cultivo, pero ello no significa que a las parcelas deban restárseles cuidado. Por el contrario, en general y sobre todo al inicio requiere de un minucioso y continuo seguimiento de su comportamiento.

La SD constituye un nuevo ecosistema, diferente al tradicional, y ello conduce a un cambio notable en la dinámica de todos los procesos que intervienen. Aparecen nuevas malezas y hasta desaparecen algunas de las ya conocidas. Algo similar ocurre con las plagas y enfermedades. La conservación de los rastrojos en superficie favorece la aparición de patógenos y la mejor protección de sus formas de reproducción. La no remoción del suelo con los aportes de los cultivos genera cambios en la dinámica poblacional de la flora y fauna.

En el suelo esto se traduce en cambio en el patrón de distribución en la MO y en la disponibilidad de los nutrientes debido a las alteraciones en los ciclos de mineralización- inmovilización. Con esto se puede decir que el uso del término sustentabilidad no significa solamente factibilidad en términos económicos sino también en términos de factibilidad ecológica. Conservar los restos orgánicos en superficie produce ventajas inmejorables en estos ambientes dado que puede:

Aumentar los niveles de MO y nutrientes.

Aumentar la cantidad, actividad y diversidad biológica de la fauna del suelo.

Mejorar la estructura del suelo.

Aumentar la macroporosidad y la infiltración de agua.

Evitar el escurrimiento y la erosión del suelo.

Conservar más agua en el suelo para el cultivo.

Disminuir el uso de fertilizantes.

Mejorar la calidad del agua.

Otro aspecto positivo y que ha comenzado a valorarse en estos últimos años es la posibilidad que ofrece la SD, de contribuir como mitigador del efecto invernadero mediante la fijación de CO2 atmosférico, en forma de carbono orgánico estable en el suelo.

Los nuevos cambios en el comportamiento del ecosistema conducen a un sinnúmero de interrogantes. Al respecto, tanto el conocimiento como la experiencia del productor y los técnicos no es suficiente y hasta nula en muchos aspectos. Ello trae aparejado generalmente la experimentación a nivel de finca casi en base a la prueba y error, al menos durante los primeros años. De ahí el consejo de comenzar con superficie reducidas a fin de ir ajustando la técnica con un bajo riesgo.

En síntesis, esta escasez de información sumada a la insuficiente experiencia local y la variabilidad de situaciones refleja la imperiosa necesidad de hacer experimentación adaptativa localmente.

La gran variabilidad que expresa el terreno, tanto en texturas de suelo, niveles de pedregosidad, niveles de degradación; asociado a la rotación del cultivo y al manejo que se aplica, hacen que cada combinación de situaciones deba tomarse casi como un caso particular de análisis. Esto si bien hace difícil la importación y el copiado tal cual de tecnologías extranjeras, no cabe duda que el gran volumen de información con que se cuenta a nivel internacional colabora en "saltar" o solucionar rápidamente algunas cuestiones puntuales en esta región de España.

Las condiciones climáticas, con sus lluvias concentradas en la época invernal hace que los productores, en su afán de cumplir con su programa de tareas realicen intervenciones en las parcelas, en condiciones de suelo que no siempre son las apropiadas. Esto lógicamente puede condicionar la continua y correcta aplicación de la práctica.

Una de las virtudes de un planteo en SD es la posibilidad de manejar con mayor margen los momentos de entrada a las parcelas, con lo cual, los tiempos que se cuentan en la planificación de tareas de las fincas no son tan estrechos, es decir son algo más flexibles. Pero ello está muy ligado a la correcta planificación y a las previsiones que se toman en todos y cada uno de los aspectos de la cadena de producción, por ejemplo, la disponibilidad y regulación de maquinarias, el oportuno control de malezas, entre otros.

Los resultados obtenidos hasta la fecha en muchas fincas son más que elocuentes en cuanto a demostrar las bondades de la SD por frenar los procesos de degradación de los suelos y fundamentalmente el deterioro causado por la erosión hídrica. Si bien ello justifica ampliamente la adopción en estas tierras de Andalucía, para alcanzar una condición que le permita al sistema asegurar la sustentabilidad de la empresa, es necesario profundizar en más aspectos que hacen a la implementación.

La quema de los rastrojos, la exportación de materia orgánica mediante el empacado y pastoreo no controlado de los residuos de la cosecha, no permiten cumplir con uno de los principios básicos para el éxito de la SD: cobertura total del suelo con los residuos de la cosecha. El logro de una buena cobertura confluye en una mejora de las condiciones del suelo que conduce a un aumento en la producción. Del mismo modo, una rotación 1:1 trigo-girasol no garantiza un adecuado balance entre los aportes y la descomposición de los residuos que pueden traducirse en niveles aceptables de materia orgánica del suelo para mantener la fertilidad y la productividad del sitio. Del mismo modo, una suficiente cubierta vegetal que garantice un mayor aprovechamiento del agua de lluvia

La presencia de instituciones como la Asociación Española de Agricultura de Conservación, Suelos vivos, los centros de formación, centros de investigación, experimentación y extensión; y las empresas privadas de servicios e insumos, cumplen un rol fundamental para el establecimiento exitoso de la SD en la región. Sin embargo, la posibilidad de que se concrete depende en gran medida de la interacción y comunicación permanente entre estas partes, acelerando la resolución de problemas y la transferencia de dichas soluciones.

Las Asociaciones de Productores como la Asociación Andaluza de Conservación demostraron ser el ámbito esencial para detectar las necesidades. La suma continua de productores en este tipo de organizaciones tiene un efecto multiplicador desde dos ángulos: 1) como transmisores de la tecnología y, 2) como comunicadores de soluciones y de experiencias particulares al ser compartidas en un ámbito común.

Por otro lado, estas organizaciones resultan un nexo adecuado entre el productor y los centros de investigación y experimentación, dedicados a generar soluciones al sector productivo. Solo resta activar un agresivo sistema de extensión que actúe como hilo conductor entre el ambiente científico y el productor.

El sistema funciona, se debe comenzar a realizar los ajustes para optimizarlo. Seguramente se deberán plantear nuevas alternativas de rotaciones de cultivos, nuevas maquinarias, cambios en las densidades de siembra, variedades, cultivares, metodología adecuadas para el diagnóstico de fertilidad de suelo con dosis, momento y tipos de fertilizantes adecuados, tipos y cantidad de pesticidas, etc.

Todos estos aspectos, para aquellos productores que aún no se han percatado de la necesidad del cambio constituyen obstáculos, sin embargo para los que ya han comprendido esta necesidad representan tan solo desafíos. Aquí radica la principal fortaleza que dispone la región de Andalucía, la presencia de un grupo de personas innovadoras que desean sustentar su presente y el futuro de sus hijos.

Temas relacionados:
Recomendar
Comentar
Compartir
Eugenio Mariscal B.
Eugenio Mariscal B.
16 de agosto de 2006
Considero de mucha importancia la difusión de esta tecnología; el futuro de la producción agropecuaria está en la conservación de nuestros recursos naturales, tal es el caso del suelo agrícola. Por consiguiente, el artículo me pareció muy bueno, muy ilustrativo. En esta parte de mi país (Santa Cruz - Bolivia), también se está practicando este tipo de agricultura conservacionista, principalmente por agricultores de avanzada. El problema está en los pequeños y medianos agricultores por el elevado costo que significa para ellos tener que cambiar sus implementos agrícolas, cuando tienen restringidas las oportunidades de acceso al crédito por la poca capacidad de endeudamiento. Gracias por permitirme la oportunidad. Atte. Eugenio Mariscal Baigorria Santa Cruz de la Sierra - Bolivia
Recomendar
Responder
Profile picture
¿Quieres comentar sobre otro tema? Crea una nueva publicación para dialogar con expertos de la comunidad.
Súmate a Engormix y forma parte de la red social agropecuaria más grande del mundo.