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Commodities: ¿se está gestando una nueva burbuja?

Publicado: 17 de octubre de 2007
Por: Gustavo Giordano, Lic. en Comercialización y Director de Agricola.biz. Argentina
La gran atención generada sobre los mercados de materias primas amerita una mirada profunda dada la potencialidad de ingreso al mismo de muchos inversores outsiders. Cómo encarar un análisis para proyectar la evolución del mercado y minimizar el riesgo.

Introducción.

Como un tradicional exponente del modelo capitalista, los mercados son considerados como la “caja de resonancia” de los vaivenes de la economía.

Si bien los ciclos económicos han mejorado notoriamente su performance, cuando se produce una turbulencia es tan pronunciada que deja una gran desolación y la sensación de que, cualquier decisión que se tome está vinculada a algún extraño poder esotérico (un milagro) que a la aplicación de la más pura lógica racional (ver racionalización de Max Weber).

Repetido hasta el hartazgo, uno de los componentes que más está afectando a la economía mundial es la globalización. Ya sea para bien o para mal, la visión del mundo como “mercado único” derribó las barreras que, en el pasado, actuaban como dique de contención y ahora cualquier crisis recorre el globo.

Como un hilo conductor, las crisis replican (y en algunos casos potencian como en los mercados emergentes) los elementos más negativos hasta en los lugares más alejados.

Crisis, hilo conductor, escenarios y psicología.

Entonces nos encontramos con que un día a nuestros vecinos del norte (cansados de ganar tan pocos dólares con rentas “miserables”) se les ocurrió “reciclar” el mercado de hipotecas que, al “flexibilizar” las condiciones, incorporó como objeto de crédito a un segmento de alto riesgo.

Como resultado de esto en los países más lejanos en los cuales, pese a aplicar ordenadas políticas económicas, financieras, monetarias, etc., etc., sufren una corrida que, para que no se potencie, los obliga a tomar medidas “parche” para darle liquidez a la plaza (en Argentina fueron venta de reservas, corrección de flotación del tipo de cambio, recompra de letras, creación de registro de inversores, etc.).

Como diría mi estimado padre (retirado hace largo tiempo del BCRA) “está película ya la vi” ya que, como bailando “en espejo”, desde antaño las crisis repiten el mismo ritual.

Por eso la mención del subtítulo: si las crisis son (+ o -) las mismas, al igual que el hilo conductor y los escenarios, se hace imprescindible interpretar la psicología (motivación, naturaleza, estímulos, comportamiento, etc.) para ver por qué razón repetimos siempre las mismas conductas como si no existiera ningún vestigio de memoria acumulativa.

Es en estos períodos en los que se realizan las pérdidas más importantes de activos. Pero como todo sistema tiende al equilibrio (amén de su entropía máxima) existen arriesgados jugadores que recogen los beneficios de las cenizas de los demás (a río revuelto…).

Quien haya tenido la oportunidad de desarrollar un “Plan de Negocios”, esos textos tan largos, intrincados y temidos, todos llegamos a la misma encrucijada: hasta que punto reflejar la cruda realidad o “maquillar” (o “inflar” o elija ud. su propio adjetivo) los números para que nos de algo más o menos apetecible.

Seguramente quien lo haya hecho recordará jornadas en las que “tocaba” por enésima vez la hoja de ingresos o la de costos para ver (ahora sí!!) en cuanto cerraba el VAN, la TIR y a cuantos años se iba el pay back. Entonces si el proyecto era malo lo hacíamos digerible, si era bueno lo hacíamos excelente y si era excelente lo hacíamos “ud. realmente es un tonto si no invierte en nosotros”.

Ahora bien; cual es la razón para semejante confesión: la razón es que, los inversores duchos tienen en cuenta estos desvíos pero ¿cómo hacer para que aquél que no es tan experto pueda advertirlo?

Esta observación es para que cada uno que debe tomar una decisión pueda distinguir claramente la música que escucha. Personalmente tengo poco apego por los “gurúes” que, como “pais” iluminados, van marcando la senda que debe seguir la manada.

Entonces, antes de seguir el camino que nos indican, debemos tratar de diferenciar hasta qué punto las recomendaciones y sugerencias no pueden estar viciadas de subjetividad e intereses (ver historias de otra burbuja, “Internet”, y cómo las consultoras más renombradas del mundo recomendaban calurosamente invertir en las fallecidas Webvan y Kozmo, entre otras. Curarse de espanto viendo la película Startup.com).

La tarea de encarar un negocio o inversión no es algo sencillo y requiere de una visión y análisis muy abarcativo para evitar ser arrastrado por la “ola”.

Es por eso que resulta imprescindible tratar de detectar todas y cada una de las variables que intervienen en un negocio. Esa identificación nos permitirá llevar adelante una herramienta de importancia “futurológica”: la construcción de escenarios.

Escenarios.

Si bien no es algo que pueda realizarse aislado, la construcción de escenarios requiere de mucha atención, especialmente para identificar y clasificar las variables (controlables o no) que intervienen.

Tratar de armar un escenario acertado en relación al mercado de commodities puede representar un verdadero galimatías. No sólo por las variables sino por la alteración que las mismas podrían llegar a tener.

Como comentario revelador (y para conocer a qué se enfrentan los expertos), las pantallas de los “trading system” son un motivo más de la alienación que afectan a los sufridos los operadores.

La tarea de anticipar tendencias con el soporte de un soft es algo tan complejo que supera las posibilidades del armado de la típica matriz. En este caso sería más adecuado armar un “cubo”, tal como posibilitan los Data Warehouse con su procesamiento analítico en línea multidimensional. Y hasta diría que tampoco alcanza.

La variación afectará a los dos grandes elementos del mercado, la oferta y la demanda, cuyo análisis podrá alcanzar la “capilaridad” que cada uno desee.

Como en un gran rompecabezas comenzamos a tener en cuenta elementos macroeconómicos (crecimiento/retracción, inflación, cotización de las monedas de intercambio, índices de desempleo, variación de la tasa de crédito, etc.), microeconómicos (hábitos y formas de consumo, asignación de recursos de las familias y empresas, etc.) y la relación de los componentes típicos del sector (área sembrada, índices de producción, stock, etc.).

Todo esto combinado con causas externas no controlables como el importante riesgo climático y la cada vez más elevada participación de fondos especulativos.

Demás está decir que todo esto tendrá una mirada global, regional e individual (de cada país) sumado
a la incidencia (negativa o positiva) de un elemento
externo por demás condicionante: el factor político.

Mercado de granos: ¿entrar o no entrar? Esa es la pregunta.

Resulta de mucha trascendencia el conocimiento que nos transmiten los expertos pero es también importante la generación de un “saber” propio que nos permita discernir sin tener que adquirir “llave en mano” las ideas ajenas.

En ese camino entonces vemos como, tanto cereales como oleaginosas, vienen registrando importantes subas.

Como estamos en un sistema de mercado, necesariamente toda valoración dependerá del equilibrio o desequilibrio que sufran tanto la oferta como la demanda. Y siempre ajustan por precio. Como ejemplo más que elemental, si tengo a la venta 10 unidades de un bien a un precio “X” y hay 20 personas que pretenden adquirirlo, como reacción natural el vendedor segmentará su mercado incrementando el precio hasta el nivel en que queden tan sólo 10 que puedan pagarlo. En relación inversa, el cercano ejemplo del precio del tomate es una muestra de esto.

Si los requerimientos para generar más alimentos para una población en crecimiento (o que incrementa su estándar de vida) no fuera suficiente presión, nos encontramos con un nuevo escenario: la competencia entre alimentos y energía. No me preocupa particularmente este enfrentamiento ya que, a largo plazo, probablemente se encuentre un nuevo punto de equilibrio, ya sea por ajuste de oferta, demanda o de reasignación (o resignación!) en el presupuesto familiar.

La historia nos demuestra que, cuando se generan condiciones de ruptura (en este caso como crisis de producción), se produce una revolución que gesta o bien un nuevo modelo productivo o los avances extra-ordinarios para suplir las deficiencias.

No nos olvidemos que este nuevo dilema (alimentos vs. energía) se desencadena por otro problema: la búsqueda de un sustituto “renovable” por el excesivo aumento del petróleo. Algo que, a largo plazo, terminará siendo una alternativa (como el GNC) pero no un reemplazo.

La dificultad es a corto plazo para desentrañar de qué manera se logra abastecer a los 2 mercados sin que el incremento de precios de los granos desate una reacción en cadena: mayores costos, mayores precios de otros bienes que lo utilizan como insumo, inflación, pérdida de poder de compra, menor demanda => enfriamiento de la economía.

Para organizar mejor los elementos a tener en cuenta enumeraremos los aspectos más importantes a analizar tanto de la oferta como de la demanda.

Factores de variación

Demanda

· Economía mundial en crecimiento.
· Países emergentes con altas tasas de crecimiento (demanda potencial mayor por subconsumo).
· China e India como factores de demanda extra-ordinaria.
· Población mundial en aumento.
· Cambio de hábitos de consumo
o Ej.: en la industria del aceite la tendencia a una alimentación natural requiere más cantidad de granos para obtención del mismo en primera prensada.
· Competencia por los commodities
o Como insumo para producción de energía
o Como complemento en la dieta del ganado. La dieta animal cada vez es menos pastoril y más suplementada con granos.
· Incremento del consumo mundial de carnes
o Continuando el ítem anterior cadenas como la bovina, porcina y avícola aumentan sus requerimientos y pulsan por estos insumos.
· Fondos especulativos
o Cada vez es más activa la participación en el mercado de commodities de fondos especulativos. Es un factor coyuntural que puede generar alta volatilidad en poco tiempo.

Oferta

· Necesidad de anexar más rápidamente mayores áreas para siembra.
· Dificultad de realizar el punto anterior sin vulnerar la conciencia social generada alrededor de la deforestación y su alcance ambiental.
· Lentitud de incorporación de países que generen más excedentes.
· Carencia, de estos países, de conocimientos y tecnología que acelere el cambio al modelo de producción intensivo.
· Tendencia al monocultivo.
· Cuello de botella en infraestructura. Ej. Barcos para transporte.
· Riesgo climático. Ciclo que actualmente afecta negativamente a grandes productores como Australia.
· Demora en extender el uso de los OGM por divergencias en su impacto ambiental/salud.
· Definiciones legales. Ej.: en nuestro país la solución sobre patentes en semilla y uso propio.
· Subsidios (a la producción aumenta la oferta, al consumo incrementa la demanda)
· Mercado de bonos de carbono. De acuerdo al aliciente que genere podrían desarrollarse proyectos de forestación que transfieran tierras de cultivos.

A todos estos puntos (que serán enriquecidos con el aporte de cada lector) se le debe sumar los imponderables que generan mayor incertidumbre. La gran incidencia (a favor o en contra) del ya mencionado clima, los irresueltos temas comerciales (Ronda de Doha), las políticas de bloque (subiendo/bajando subsidios o empleando trabas arancelarias o para-arancelarias), las políticas locales (suba de retenciones, quita de reintegros, etc.) y (reitero por su importancia) los cada vez más influyentes, por la volatilidad que aportan, fondos especulativos.

El aumento de precios como factor coyuntural o estructural. La “trampa china”.

En el punto anterior detallábamos los aspectos que debían tenerse en cuenta para realizar una estimación y calcular la suba o baja de los precios de las materias primas.

De acuerdo al detalle, son tantos ítems que, los inversores, deben regirse por los llamados “fundamentos” (ya sean las leyes básicas de funcionamiento del mercado como los datos macroeconómicos).

En la actualidad, si bien la continuidad del alza (de consolidarse) pareciera comenzar a remitirse a aspectos estructurales del mercado, no podemos dejar de analizar el movimiento de “piezas” que, como en un juego de ajedrez, podrían impactar en los valores, de manera absolutamente caprichosa, tanto en el corto, mediano o largo plazo.

Economía.

Para esto no hay que dejar de ver el tamaño de las economías y el dinamismo de las mismas. Desde hace tiempo todos los analistas señalan a la República China como el gran responsable del incremento de precios de las materias primas ya sea por el enorme apetito de su cadena de producción o por el incremento en la demanda de su población. A esta nación se sumó, desde hace menos tiempo, la India como un nuevo factor de demanda.

Pero, como mencioné en el primer párrafo, no debemos dejar de ver (al menos) la situación particular de las cinco primeras economías del mundo. Si bien China e India traccionan actualmente la demanda selectiva mundial, EEUU se encuentra al borde de un ciclo recesivo de su economía. La crisis del mercado subprime y la sostenida debilidad del dólar son verdaderas amenazas de que, si se frenara fuertemente la economía americana, arrastraría al resto de la economía mundial. Recordemos que el tamaño del PIB de EEUU es cinco veces el de China.

¿Y porqué se frenaría la economía mundial?: la respuesta podría empezar con otra pregunta más que relevante en un sistema de comercialización: ¿qué es más importante, la compra o la venta? . La respuesta es que las dos son importantes pero, en esta coyuntura podemos afirmar que, por más barato que sea el bien a comercializar, si nadie lo quiere (o lo puede) comprar no va a existir transacción posible.

Entonces, por más barato que produzca China, si las familias americanas dejan de consumir por la crisis (u otro factor) no es tan aventurado decir que se transmitirían globalmente las consecuencias de esa desaceleración.

La trampa china.

La argumentación de este subtítulo podría llevarnos a una abstracción que haría difícil entender este punto.
Sería similar al dilema del “huevo o la gallina”.

La cuestión pasa por cómo, desde hace un par de décadas, se configuró estructuralmente el sistema de producción y comercialización mundial. Sin prisa, pero sin pausa, los países asiáticos (con China a la cabeza) se convirtieron en las grandes factorías que proveen al mundo de toda serie de bienes a precios verdaderamente irrisorios.

Con gigantescas escalas no han dejado sector por intervenir. Ya sea textil, calzado o la más alta tecnología, China fabrica para todo el mundo con distintos estándares de calidad de acuerdo al destino. Creo que todos hemos, en algún momento, intentado analizar el sistema de costos de algún producto de ese origen. Debido a que un allegado importa contenedores con lapiceras (entre otras cosas) nunca pude entender porqué valían $0,001 (por ejemplo) cada una.

Qué valor tienen el plástico, la tinta, la mano de obra, la energía, el flete, los impuestos, etc. para que tan sólo valga $0,001??? Al margen de esta digresión, esa es una de las causas para que, hasta en el lugar más recóndito, se encuentren productos con la distintiva etiqueta “made in china”. Pero esta situación, que forma parte de un prolongado proceso de cambio ya sea en lo político, económico y social de la República China, está generando un extraño desequilibrio particularmente selectivo, con consecuencias en todo el globo. Y porqué digo “la trampa china”.

El sostenido crecimiento de su economía transformó a ese país en una verdadera aspiradora de recursos. Hoy prácticamente no hay rubro (ya sea en la construcción, servicios o alimentos) en los que China no se haya convertido en un “monopsonio” (consume un tercio de la producción mundial de acero, algodón y hierro, la mitad de cemento y el 40% de carbón).

Esta circunstancia es señalada por todos los especialistas como una de las principales causas del gran incremento en el valor de las materias primas. Por carácter transitivo, esto es lo que está causando un desmesurado aumento en el costo de los alimentos a nivel mundial y una (por el momento) acotada espiral inflacionaria en el valor de estos productos.

La “trampa” está en que, en el otro extremo del sistema productivo mundial, se desarrolla la incomprensible situación que las cada vez más caras materias primas se incorporan como insumos a bienes con valor agregado cada vez más baratos. Entonces hoy tenemos una rara circunstancia de inflación en el sector primario que, por alguna razón, no se está trasladando a todos los bienes industrializados. Pero que pasaría si continuara de manera sostenida tanto el incremento de estos insumos, como la debilidad del dólar o las presiones comerciales para que China revalúe su moneda. Tal vez veríamos un escenario de inflación generalizada.

Mientras esta situación no se modifique, la “trampa china” está en que, por más cuestionado que esté su sistema de producción en términos ambientales, de ínfimo costo de mano de obra o de factores de intercambio artificiales (como el valor de su moneda) no se puede soslayar el rol de equilibrio que desempeña como moderador de costos en la producción de bienes y servicios a nivel mundial.

Ver la segunda parte de este articulo click aquí
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Gustavo Giordano
Gustavo Giordano
26 de octubre de 2007
Estimados Gracias a todos por sus opiniones. Les comento que esta nota está pautada para realizarla en, aproximadamente, 8 entregas. Lo que se está visualizando es hasta la tercera parte. Esa es la razón por la que no se están contestando todos los interrogantes. He tenido el honor de que, los amigos de este prestigioso Portal, solicitaran mi autorización para reproducir este informe. Cuando esté escrito en su totalidad tal vez muchos coincidan o no con las conclusiones. Mientras tanto, muy agradecido del debate que se está planteando. Saludos.
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Juan Herrera Mast
26 de octubre de 2007
Muy interesante y muy explicador este tema del Lic. Giordano. Pero como cultura, es necesaria una lectura analítica, pues creo que en las mismas líneas que escribe están las respuestas a algunas interrogantes lanzadas. Debido a nuestra formación académica (y parte de lo que vivimos) muchas veces entramos en conceptos (no quiero decir prejuicios) que vienen de un o otro paradigma, muchas veces heredado por nuestros profesores (o padres, o amigos). Sin embargo creo que a través de los comentarios el autor se trató de colocar en situación de imparcialidad sobre dichos paradigmas. Si bien leímos la economía tendrá a una estabilidad que, pese a cualquier revolución, siempre tendrá al equilibrio. Esto nos hace pensar que posiblemente la trampa anterior fue la economía de EEUU, cuyo dominio se sentó en los bienes manufacturados de alto valor agregado y una configuración geopolítica que garantiese el suministro de materias primas a valores de hambre de otros países. Así otros países aliados, de economía satélite, que muchas veces hacía el trabajo sucio, como tener un país entero en régimen de esclavitud -la India y parte de China, como paradoja- para poder sustentar su crecimiento económico, mantenían el régimen en la balanza económica mundial enjaulada. Lo que podremos estar viendo hoy es una reconfiguración de la economía donde la cadena productiva sea más horizontal, con relación a sus pesos, y donde los mercados se comportan un poco más sueltos del terrorismo bursátil impuesto por un solo eje. A partir de allí, lo que puede acontecer es que los buques no se dirijan en función de un solo puerto y sí una red más amplia. Ahora despertamos los gigantes adormecidos y también se sentaran a la mesa, como todos los comensales.
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