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Avances tecnológicos, raíz inevitable de la conflictividad social

Publicado: 11 de agosto de 2019
Por: Ing. Agr. Daniel Carlos Besso
Evolución:
¿Cuándo se podría decir que el homínido  llega a concebirse como ser humano?
¿Existe un punto nítido, un hito, un punto de partida bien definido?
¿Le habrán ocurrido a las distintas sub especies, o variedades, al mismo tiempo? ¿Eran inter fértiles todas esas razas, o simplemente competían por un mismo espacio en un ecosistema?
Los investigadores tienen teorías solamente, algunas, razonablemente fundadas.
Las religiones del tronco común Judeo  Cristiano Musulmán concuerdan en el Génesis. Precisamente en el acto de desobediencia del hombre al comer del árbol de la sabiduría. Talvez podríamos interpretar que: En el  momento de adquirir la sabiduría, el ser humano abandona la “inocencia animal”. Dios expulsa al hombre del paraíso terrenal.
Ese paraíso talvez haya estado emplazado en el mismo sitio; solo que al adquirir la sabiduría, al tener CONCIENCIA DEL MAÑANA, comienza a ser consciente de que lo que hoy se le da, mañana puede faltarle. También toma nota de su “finitud”, adquiere noción de la muerte.
Talvez, esta sea una simplificación muy elemental, pero no deja de ser en forma absolutamente sintética, una manera de relatar la evolución sin ponernos a explicar “El origen de las especies, de Charles Darwin más todo lo que vino después, a confirmar la sagaz interpretación de este sabio del siglo XIX.
Los científicos e investigadores en paleo antropología, definen como una actitud “Realmente Humana”, la creación de instrumentos y herramientas para ayudarse en la caza, la apertura de nueces, moluscos, descarne, etc. Pero si bien estas actitudes las tienen los primates superiores modernos, aquellos homínidos, comenzaron a perfeccionar y conservar dichas herramientas.
Guardar esos instrumentos y perfeccionarlos, para usarlo en otro momento, estaría “en línea” con aquel despertar bíblico, de tomar conciencia “del mañana”.
Al guardar sus herramientas para no verse obligado a rehacerlas en cada momento de necesidad, nace el concepto de “TRABAJO ACUMULADO”; Y ESA ES EN SI MISMA UNA DEFINICIÓN DE “CAPITAL”.
De un palo con una punta simplemente afilada a uno con trozo de sílice, obsidiana o piedra afilada, insertada en su punta, representa un avance “Tecnológico”. El filo del cuarzo hacía más fácil penetrar el cuero o la piel de los animales.
¿Para qué le servían a la humanidad, en ese incipiente desarrollo, tales “avances tecnológicos”?
Pues simplemente mejoraban la vida, le permitía una mayor fuente de recursos.
Un raspador de obsidiana o cuarzo, les permitía hacer más fácil el destazado de animales, descarnar cueros y pieles. Con los cueros y pieles cubrirse del frío>>>>>al cubrirse del frío, podían explorar otros ambientes en busca de mejores y mayores recursos.
El cubrirse los pies permitió una marcha más rápida en terrenos desparejos, hasta en suelo nevado.
Luego todo fue una secuencia imparable de logros técnicos que le permitió al hombre, sobreponerse sobre el resto de la creación.
Sin ser el animal más veloz, sin ser el animal con las fauces más temibles, sin ser el que poseía más fuerza ni garras poderosas; terminó dominando su entorno.
De todo esto que acabo de contarles, existen  investigaciones completísimas en las distintas universidades e institutos de investigación de todo el mundo.  Son trabajos fascinantes.
Pero desde aquellos comienzos, hasta el día de hoy,  la humanidad, no ha dejado de expandirse por todo el planeta.
Cada avance tecnológico proveyó más y mejores alimentos. De cazador recolector se convirtió en “Criador y Agricultor”. Cada mejora proveía más recursos y más recursos, aumentaba y mejoraba su alimentación. A cada aumento de los recursos alimentarios, la humanidad respondía con un aumento poblacional. Por aumento reproductivo y por aumento de la expectativa de vida. Nunca ocurría en forma inversa.  
De depositar la semilla con un hoyo en el suelo al arado de palo, hubo un gran avance.
Con la aparición del arado de reja y vertedera, que controlaba a las malezas al exponer sus raíces al sol, a los insectos del suelo a las aves. Al disminuir la estructura  apelmazada del suelo para que el desarrollo de las raíces fuese mucho más importante, favoreciendo la penetración del agua en el perfil; se logró el aumento de la producción de alimentos.
Pero no solo los avances técnicos favorecían un mayor desarrollo demográfico, al mismo tiempo se reemplazaban trabajos humanos. De aquella cantidad que avanzaba con una estaca haciendo hoyos para depositar las semillas, sobrevino un desplazamiento por un solo hombre, abriendo un surco que luego repartía las semillas al voleo, para luego cubrirlas con tierra mediante una rastra de ramas.
Pido disculpas por representar  la evolución de la agricultura de un modo tan simple y elemental, pero mi propósito no es recorrer esa historia, sino prestar atención  a como la tecnología, al momento que traía progreso, cambiaba la vida de las personas.
Como de todos modos la humanidad, vista desde hoy en día, necesitaba muchísimos recursos para habilitar una vida sana, sin hambre, mínimamente confortable. De ese modo y dolorosamente, los avances tecnológicos, fueron proveyendo más alimentos, más salud, más vestimentas, etc. Cada población desplazada de la actividad que realizaba, encontraba ocupación en tantas cosas necesarias para mejorar la vida.
Esto no ocurría sin dolores, frustraciones, conflictos, hasta guerras. Todo se hacía mejor y más rápido,…..también las guerras.
Se levantaron imperios poderosísimos, del brazo de avances tecnológicos.
El pragmatismo británico, se sobrepuso al cientificismo renacentista francés, que generó un gran avance de las ciencias básicas. Para ese entonces ya  se planteaba el embrión de los grandes conflictos sociales.
Cuando Watt inventa y pone en movimiento su bomba a  vapor para extraer agua de las minas (un simple pistón que era movido por el vapor generado en una caldera)  Ponía a disposición el germen de un motor a vapor, como luego diseñó Stephenson al proponer una máquina capaz de arrastrar carros sobre una vía y facilitar y acelerar el transporte terrestre.
Lógicamente fueron afectados aquellos que movían aquellas mercaderías y personas por medio de la tracción a sangre.
Cuando se pudo mover los telares con motores a vapor, pudiendo apartar las industrias textiles de al lado de los ríos, de donde obtenían su fuerza motriz, también hubo “víctimas”.
No estoy haciendo otra cosa que relatar en forma muy elemental a lo que se llamó “la revolución industrial”.
Los conflictos sociales, vemos que suceden a raíz de acontecimientos tecnológicos que el ser humano impulsa, desde el momento que decidió sacarle punta a un palo para cazar más fácilmente.
Cada vez más producción en menos tiempo con menos intervención humana. 
De juntar el maíz a mano en la “maleta”, a la cosechadora trilladora a granel, solo pasaron unos pocos años.
Los avances son cada vez más vertiginosos.
Un aumento del consumo de bienes industriales logró captar parte de ese excedente de mano de obra. Pero hoy, el mismo fenómeno se repite en todos los campos de la actividad humana.
Mientras las sociedades logren sustentar un consumo creciente de bienes (no siempre necesarios), el esquema que condujo a la humanidad hasta este punto se irá manteniendo. Pero tiene como inconveniente un consumo creciente de energía y materias primas.
Si es que el reciclado de materiales y el auto control de consumo energético queden a cargo de las fuerzas de la economía, puede que terminemos  “cocinados”.
Hoy nos planteamos como país, si seremos capaces de resolver el desafío de la competitividad. 
Indudablemente  debemos repensar la relación entre el capital y el trabajo. Como reasignaremos  las retribuciones a ambos factores de la producción en una forma armónica y no conflictiva. Sin olvidarnos de un Estado que justifica su tamaño en sí mismo, pero no en sus verdaderas e indelegables funciones.
No podemos volver al siglo XIX, reponiendo la receta de la “LUCHA DE CLASES”. No es conducente.
Talvez los Trabajadores deberán ser más Capitalistas y los Empresarios  participar más como Trabajadores. No es descabellado pensar eso, visto y considerando que los emprendimientos, cada vez, requieren menor intervención humana.
No se nos escapa que las estructuras productivas en nuestro país son rígidas y obsoletas.
Se resisten a cualquier esquema que le dé a los trabajadores, “PARTICIPACIÓN EN LOS BENEFICIOS Y EN LOS RIESGOS”.  
La “fantasía “del Estado de Bienestar, confundió a mucha gente. Hizo creer en “El Mundo Feliz” de Aldous Huxley. La sociedad viviendo en un sistema de castas armónicas, en donde todo está previsto, hasta el sexo. Pero para que eso ocurra, es necesario, abandonar la idea de AMOR, FAMILIA, HIJOS,……
Seremos una sociedad madura, no ya cuando no existan conflictos, sino cuando podamos convivir con ellos para solucionarlos. 
Hoy vivimos verdaderamente crispados, pues advertimos que hemos olvidado que el derecho de unos, termina donde empieza el de los otros.  Cuando se propone que el derecho asiste solo a las grandes mayorías y se desliza la intención de despojar de todos los derechos a las minorías, ESTAMOS SACANDO PASAJE EN UNA MÁQUINA DEL TIEMPO QUE NOS LLEVE AL SIGLO XIX.
Autores:
Daniel Carlos Besso
CADIA - Centro Argentino de Ingenieros Agrónomos
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