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El cambio climático y las micotoxinas en los alimentos

Publicado: 10 de junio de 2021
Fuente: AESAN / Engormix.com
En su sesión plenaria del 17 de febrero de 2021 el Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) aprobó un informe realizado para revisar las evidencias científicas disponibles en este momento sobre los efectos del cambio climático en la producción y presencia de micotoxinas en los alimentos y señale las posibles medidas de mitigación aplicables.
Las micotoxinas son metabolitos tóxicos producidos por múltiples especies de mohos que pueden desarrollarse en los cultivos y en los alimentos en determinadas condiciones de humedad y temperatura. Por ello, se estima que la aparición de micotoxinas se verá muy afectada por los escenarios climáticos futuros. La contaminación por micotoxinas es un problema, por tanto, en alimentos de origen vegetal, principalmente en cereales y frutos secos, pero también en alimentos de origen animal, cuando el animal ha sido alimentado con piensos contaminados. La revisión de las evidencias científicas existentes en relación al cambio climático apunta a una redistribución geográfica de la incidencia de las diferentes micotoxinas, que a nivel mundial puede no representar necesariamente un incremento, puesto que hay que considerar la posible reducción de las superficies cultivables fruto de las condiciones climáticas extremas. Sin embargo, localmente, y centrándonos en el Sur de Europa, cabe esperar un claro incremento de la incidencia de aflatoxinas en maíz, tradicionalmente ligadas a climas tropicales, y también un agravamiento del problema ya existente de fumonisinas en este mismo cereal.
El cambio climático y las micotoxinas en los alimentos - Image 1Existen diversas estrategias de mitigación del problema creciente por micotoxinas, incluyendo las prácticas agrícolas preventivas en campo, durante la cosecha y almacenamiento de los cereales, los procesos de descontaminación físicos, químicos y biológicos, y los autocontroles basados en muestreo y análisis en los diferentes eslabones de la cadena alimentaria. Por todo lo señalado, resulta obligado insistir en la conveniencia de aunar esfuerzos no solo contra el cambio climático en cuanto fenómeno mundial, sino también en el fomento y adopción de proyectos y programas específicos dirigidos a prevenir y mitigar la incidencia de la presencia de las micotoxinas en los piensos y productos alimenticios, con la participación del sector público y privado, incluyendo naturalmente a la comunidad científica, a los responsables de la gestión de riesgos, a los productores e incluso a los consumidores mediante las oportunas estrategias de comunicación.
En el informe se señalan los factores que influyen sobre la producción de micotoxinas en el campo, la Variación en la distribución geográfica de especies fúngicas toxigénicas como consecuencia del cambio climático, Cambios en la incidencia de aflatoxinas, Cambios en la incidencia de toxinas de Fusarium en cereales y las posibles medidas de mitigación aplicables  directamente relacionadas con las micotoxinas y contra el cambio climático.

En las conclusiones, el grupo de trabajo compuesto por Sonia Marín Sillué (Coordinadora), Álvaro Daschner, Francisco José Morales Navas, Carmen Rubio Armendáriz, María José Ruiz Leal y Pedro Burdaspal Pérez (AESAN) señala que en las dos últimas décadas se ha evidenciado una tendencia creciente en la prevalencia de micotoxinas en alimentos, tendencia que podría ser atribuible, entre otros, al cambio climático, sin olvidar que la generalización de sistemas de monitorización y el advenimiento de técnicas de análisis avanzadas han podido contribuir también a dicha tendencia.
La producción de las diferentes micotoxinas depende, fundamentalmente, de la ecofisiología de los mohos que las producen en cada caso, siendo el ecosistema, y en particular, la humedad y temperatura ambiental, las precipitaciones y la presencia de insectos factores determinantes de la invasión por mohos toxigénicos y la acumulación de micotoxinas en los cultivos. En consecuencia, la distribución actual de mohos toxigénicos a lo largo y ancho del planeta depende de las condiciones climáticas existentes en cada zona.
El cambio climático y las micotoxinas en los alimentos - Image 2El cambio climático y las micotoxinas en los alimentos - Image 3

Existen evidencias del incremento de mohos aflatoxigénicos propios de zonas tropicales y subtropicales en cereales de zonas de clima templado que en los últimos años han ido transitando a climas más cálidos, con la consiguiente problemática por aflatoxinas. Dicha tendencia parece generar, indirectamente, episodios crecientes de contaminación por aflatoxina M1 en leche.
El cambio climático y las micotoxinas en los alimentos - Image 4El caso de las toxinas de Fusarium es más complejo, pero parece haber una redistribución geográfica de las diferentes especies de Fusarium, con una incidencia creciente en varias zonas geográficas de F. graminearum (productor de Zearalenona y Deoxinivalenol), F. poae y F.langsethiae (productores de toxinas T2 y HT2, entre otras), y F. avenaceum (productor de micotoxinas de menor relevancia toxicológica). Además, el riesgo por Fumonsinas podría aumentar en las zonas productoras de maíz, ligado a los episodios de sequía, mientras que las especies productoras de Fumonisinas podrían desplazarse también a zonas de mayor latitud. Todo ello no implica necesariamente que exista una variación global significativa en la incidencia de estas micotoxinas como consecuencia del cambio climático, aunque sí que puedan experimentarse variaciones localmente.

Existen diversas estrategias de mitigación del problema creciente por presencia de micotoxinas:
• Prácticas agrícolas preventivas en campo, incluyendo el desarrollo de variedades vegetales resistentes a micotoxinas.
• Las buenas prácticas durante la cosecha y almacenamiento de los cereales, incluyendo control de humedad y uso de fungistáticos, que eviten producción adicional de micotoxinas, más allá de las ya acumuladas en el campo.
• Procesos de descontaminación físicos, químicos y biológicos; los métodos físicos incluyen los procesos de limpieza y selección de cereales, mientras que los métodos biológicos, de más reciente desarrollo, permiten el uso de microorganismos o enzimas para la degradación de micotoxinas.
• Muestreo, análisis y descarte de lotes de cereales contaminados por micotoxinas.
El cambio climático puede conducir a la desaparición de algunos cultivos de determinadas zonas, eliminando los hongos que los colonizan, o que simplemente las condiciones extremas no permitan la supervivencia de los mohos toxigénicos, pero sí la continuidad de los cultivos.

Por todo lo señalado, resulta obligado insistir en la conveniencia de aunar esfuerzos no solo contra el cambio climático en cuanto fenómeno mundial, sino también en el fomento y adopción de proyectos y programas específicos dirigidos a prevenir y mitigar la incidencia de la presencia de las micotoxinas en los piensos y productos alimenticios, con la participación del sector público y privado, incluyendo naturalmente a la comunidad científica, a los responsables de la gestión de riesgos, a los productores e incluso a los consumidores mediante las oportunas estrategias de comunicación.
El Comité Científico esta integrado por: 
  • Carlos Alonso Calleja (Universidad de León)
  • Rosa María Giner Pons (Universitat de València)
  • Sonia Marín Sillué (Universitat de Lleida)
  • Magdalena Rafecas Martínez (Universitat de Barcelona)
  • Montaña Cámara Hurtado (Universidad Complutense de Madrid)
  • Elena González Fandos (Universidad de La Rioja)
  • José Alfredo Martínez Hernández (Universidad de Navarra)
  • David Rodríguez Lázaro (Universidad de Burgos)
  • Álvaro Daschner (Hospital de La Princesa de Madrid)
  • María José González Muñoz (Universidad de Alcalá de Henares)
  • Francisco José Morales Navas (Consejo Superior de Investigaciones Científicas)
  • Carmen Rubio Armendáriz (Universidad de La Laguna)
  • Pablo Fernández Escámez (Universidad Politécnica de Cartagena)
  • Esther López García (Universidad Autónoma de Madrid
  • Victoria Moreno Arribas (Consejo Superior de Investigaciones Científicas)
  • María José Ruiz Leal (Universitat de València)
  • Carlos Manuel Franco Abuín (Universidade de Santiago de Compostela
  • Jordi Mañes Vinuesa (Universitat de València)
  • María del Puy Portillo Baquedano (Universidad del País Vasco)
  • Pau Talens Oliag (Universitat Politècnica de València)
Para acceder al informe completo de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), Haga CLICK AQUI

El cambio climático y las micotoxinas en los alimentos - Image 1Sobre AESAN
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) integra y desempeña, en el marco competencial de la Administración General del Estado, las funciones relacionadas con la seguridad alimentaria y la nutrición saludable.
Es un Organismo Autónomo, adscrito orgánicamente al Ministerio de Consumo, a través de la Secretaría General de Consumo y Juego y funcionalmente al Ministerio de Consumo, al Ministerio de Sanidad y al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Está formado por más de 190 profesionales distribuidos entre su sede de Madrid y dos laboratorios: el Centro Nacional de Alimentación con sede en Majadahonda y el Laboratorio de Biotoxinas Marinas, ubicado en Vigo.
Sus objetivos fundamentales son:
Promover la seguridad alimentaria, ofreciendo garantías e información objetiva a los consumidores y agentes económicos del sector agroalimentario español.
Planificar, coordinar y desarrollar estrategias y actuaciones que fomenten la información, educación y promoción de la salud en el ámbito de la nutrición, y en particular, en la prevención de la obesidad.
 
Fuente
AESAN / Engormix.com
Temas relacionados:
Mencionados en esta noticia:
Dra. Sonia Marín
Universitat de Lleida (España)
Jordi Mañes Vinuesa
Universitat de València (España)
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