FEEDLATINA - ¿Cómo es el futuro de la nutrición animal? Desafíos y oportunidades

Pablo Azpiroz y Marcel Louis Joineau hacen un balance de los desafíos actuales del sector y analizan cómo se moverá la industria en los próximos años. El mundo atraviesa un momento bisagra y, como todas, nuestra industria está obligada a analizar qué depara el futuro. Cuál es el escenario actual, qué secuelas dejará la pandemia y qué oportunidades se abrirán en los próximos años en el país y en la región. CAENA invito a dos especialistas y referentes de nuestro sector para que hagan un balance sobre dónde nos encuentra este inicio de año, pero sobre todo para analizar, juntos, hacia dónde evolucionará la nutrición animal.

“El mundo de la nutrición animal ha venido evolucionando en las últimas décadas a un gran ritmo, y al mismo tiempo se ha visto una gran globalización. Sin lugar a dudas se ha avanzado mucho en el desarrollo de nuevas tecnologías. Han surgido nuevas materias primas debido a un gran avance que se ha visto en la industrialización de algunos productos que están disponibles en la región, y se observa que, como consecuencia de la mencionada globalización, las industrias, compañías y asociaciones de industrias han tenido que trabajar muy fuerte en el análisis y discusión de las normas internacionales que se van generando y entrando en vigencia”, analiza Pablo Azpiroz, presidente del Consejo y Directorio de FeedLatina.

Respecto del futuro a corto plazo en la región, Azpiroz es optimista, pero con cierta cautela respecto de las secuelas que podría dejar en el mercado la pandemia que sacudió al mundo durante todo 2020.

“Es de pensar que la industria de nutrición animal a nivel de Latinoamérica seguirá en el corto y mediano plazo aumentando sus volúmenes de producción, pero no cabe dudas que hay un efecto en nuestra región que lo está marcando la pandemia mundial, y generará variaciones en la producción de las distintas fuentes de proteína animal, y por ende estará afectando o mejor dicho generando variaciones en las tendencias en la producción de los diferentes tipos de alimentos animales según las distintas regiones, tales como el Pacífico, América del Sur, y Centro América; por sus características en cuanto a la producción de las distintas especies de animales, y por las diferentes medidas de contingencia que han sido aplicadas y que muestran grandes variaciones incluso entre los países de Latam”, explica Azpiroz, y grafica la situación actual: “La producción mundial de alimentos completos se estima en más de mil millones de toneladas anuales. Esta fabricación mundial de piensos comerciales genera una facturación anual estimada de más de US$ 400.000 millones, y Latinoamérica representa aproximadamente el 18% de la producción mundial de alimento para animales”.

Para Marcel Louis Joineau, médico veterinario de IMPEXTRACO y miembro del Consejo y Directorio de FeedLatina, también es importante hacer un análisis regional. “En el mercado interno latinoamericano tenemos un espacio importante de crecimiento, a mediano plazo, a partir de las políticas sociales, o el proprio crecimiento económico, que permitan que la parcela, importante y agravada por la pandemia, de la población que padece de subnutrición, tengan acceso a una correcta alimentación. En este caso el pollo, huevo, leche y porcino tienen un importante papel, y son afectados directamente en su producción, por su alta calidad y coste accesible”, describe.

“En este rubro de mercado internacional tenemos que avanzar más en los temas sanitarios, buscando estándares que nos habilite globalmente, y este transformarlo en un patrimonio nacional a ser protegido, de forma colectiva, por el sector público y privado”, dice Joineau, y advierte: “El mercado internacional es, y continuará siendo, una base importante de crecimiento. Es importante seguir haciendo políticas nacionales de desarrollo del sector de producción animal en Latinoamérica como un todo”.

UNA APUESTA A NIVEL MUNDIAL

Azpiroz, además, tiene claro cuál es el desafío en el largo plazo, y qué herramientas tiene la Argentina (y la región) para afrontarlo.

“Todos los actores que participan del sector del agro-negocio y especialmente de la cadena agroalimentaria tienen por delante un enorme desafío, y es que se espera que la población mundial crezca más del 50% hasta mediados de este siglo, llegando a 9 billones de personas, en especial en Asia, África, Oriente Medio, y América Latina. La actual población mundial -de alrededor de 6 billones de personas- hoy consume en promedio 15% más de alimentos en relación al consumo de cada una de ellas, correspondiente a los 4 billones de personas que habían hace 20 años. En este sentido entiendo que en nuestra región específicamente contamos con una serie de recursos naturales, ventajas geográficas, buena disponibilidad de tierras para la producción de los granos y diferentes tipos de materias primas. Tenemos condiciones para producir en alta escala alimentos seguros, además de contar con su biodiversidad en la producción de diversas especies animales y vegetales en diferentes sistemas de producción, para diferentes mercados”.

DOS GRANDES DESAFÍOS

Hay dos importantes asuntos que sin dudas afectarán, de manera distinta, al negocio de la nutrición animal: la resistencia antimicrobiana y huella de carbono. Para Joineau, ambos incidirán, pero en distintos momentos y diferente intensidad.

“A corto plazo, y ya impactando, tenemos la restricción de uso de mejoradores de desarrollo antibióticos en la producción animal, afectando principalmente el control de enterobacterias a nivel intestinal. Un caso reciente es la restricción de uso de colistina, antibiótico que empezó a ser utilizado en la salud humana, y que en algunos países la prohibieron como molécula y/o forma de uso, para alineamiento a las directrices de la alianza tripartita (OMS, FAO y OIE) para el control de la resistencia antimicrobiana, del cual América Latina, a través de sus gobiernos e iniciativa privada, apoyan reflejado en el uso responsable de este tipo de recurso”, expresa.

“La busca por reducción de desafíos pasa a ser un gran objetivo, para la manutención de la integridad intestinal y salud como un todo para la expresión de mejor desempeño zootécnico, cantidad y costo. La forma de reducción del desafío a los animales, presente en el proceso productivo, es que pasa por alteraciones importantes, donde la bioseguridad, instalaciones, vacíos sanitarios, densidad, flujo de personal, manejo, carga microbiana (alimento y agua), aditivos alternativos a los tradicionales promotores de crecimiento y otros recursos deben ser adecuados a las distintas realidades.

Todo esto es y será, por un buen tiempo, de alto impacto en la producción animal, en nuestro cotidiano llevando al rompimiento de paradigmas, del estatus quo. Estos cambios, lógicamente, deben ocurrir respetando las realidades de cada región y país, dentro del marco regulatorio, sin provocar impactos significativos en los costos visto la importancia, la responsabilidad, de garantir el acceso físico y económico de proteína animal, en cantidad suficiente y segura, como dicho por la FAO, y más en América Latina donde la alimentación absorbe buena parte de la renta promedia familiar y tenemos una parcela importante mal alimentada”, desarrolla el médico veterinario.

“Con relación al impacto ambiental, relacionado a los modelos actuales de producción animal, este es un tema vivo que todavía carece de debates para limpiar posiciones ideológicas y de mercadeo para crear bases técnicas solidas adecuadas a la demanda real de alimento, cantidad y accesibilidad, para la población mundial actual y futura.

Pero sí, es un tema que merece atención, discusión y elaboración de directrices que al mismo tiempo preserven y atiendan las demandas reales, y que puedan ser incorporadas de forma práctica en nuestro cotidiano de producción agroindustrial”, agrega Joineau. 

Azpiroz, por su parte, coincide en la necesidad de afrontar ambos temas con una gran seriedad. 

“Las medidas que se tendrán que ir aplicando para mitigar los efectos, tanto de la resistencia antimicrobiana, como todo lo vinculado a la huella de carbono, y las emisiones de gases de efecto invernadero, deberán seguir siendo analizadas como hasta el momento con las diferentes autoridades y representantes de la industria a nivel de Latinoamérica, manteniendo también reuniones con la industria y asociaciones de otros continentes, como así también junto a IFIF (International Feed Industry Federation), FeedLatina, como ejemplos, con la participación de representantes de la salud pública de los diferentes países, la Organización Panamericana de la Salud, OMS, OIE, FAO, etc., como ya se ha venido avanzando en distintas reuniones. Entendemos que esto llevará o implicará cambios en los sistemas de producción a nivel regional y mundial, pero es un gran desafío que deberán enfrentar todos los países”, sostiene.

El presidente del Consejo y Directorio de FeedLatina, por último, invita a comprometerse con las prioridades del sector, pero siempre en sintonía con las necesidades de la sociedad y de la mano del avance tecnológico.
“Las industrias deberán continuar en el camino de la investigación, capacitación, y una fuerte comunicación hacia los actores públicos y privados, pero principalmente hacia los consumidores de las diferentes proteínas de origen animal. Otro reto que la Industria continuará enfrentando será la de ir utilizando tecnologías para optimizar el uso de los recursos, materias primas, y poder permitirles a los productores disponer de mayores beneficios y que sus negocios puedan ser más rentables y eficientes.