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Argentina - Lluvias, inundaciones y sequías: ¿ignorancia o imprevisión? Informe de CADIA

Publicado: 26 de agosto de 2015
Fuente: Centro Argentino de Ingenieros Agrónomos - CADIA
Las inundaciones se producen por una caída excesiva de lluvia en un plazo corto y en una zona amplia que no puede retenerla ni menos evacuarla por los cauces existentes; las pocas obras de limpieza de arroyos y ríos, las obras mal hechas y permitidas por mucho tiempo, contribuyen y favorecen las inundaciones. Construcciones realizadas en lugares con cotas por debajo de la mayor inundación, también son problemáticas. Esta verdad empírica está avalado por numerosos documentos y hechos como:
 
a) La publicación de Florentino Ameghino de 1884.
 
b) La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa señaló que en algunas zonas el agua caída alcanzó los 600 milímetros acumulados en la primera quincena de agosto. EXALTACIÓN DE LA CRUZ, CAMPANA Y ZARATE: 294, 310, 300 mm, respectivamente. GENERAL VIAMONTE: en los últimos 60 días van más de 500 mm. PERGAMINO: llovió unos 200 mm. LAPRIDA con un acumulado de entre 400 y 600 mm en lo que va de este año. GRAL BELGRANO: el total del año es de 817 mm. BRAGADO: la lluvia caída en esta zona fue de 100 milímetros. SALTO registrado hasta ahora 300 mm. PILA: la lluvia caída en lo que va del mes de agosto, es de 238 mm. DOLORES: han llovido de promedio un total de alrededor de 300 milímetros entre todas las lluvias del mes de agosto (en alrededor de una semana). LEZAMA: las lluvias ya superan los 300 mm. MONTE: van 226 mm en agosto. ROQUE PEREZ: agua caída 348 mm. ARRECIFES: la lluvia caída 215 mm. CHACABUCO: desde el jueves 6/8 a la mañana del 10/8. Sumando la lluvia del 31/7: 260 mm. Total acumulado en el año: 772 mm. SAN ANTONIO DE ARECO: 341,5 mm. El total acumulado en lo transcurrido del año: 1010 mm. CASTELLI: en los últimos 10 días 290 mm. LAS FLORES: en promedio 300 mm. CARMEN DE ARECO: la lluvia caída ha sido de aproximadamente 300 mm. BENITO JUAREZ: lluvia caída de 110 mm. CNEL BRANDSEN: la lluvia caída en lo que va del mes de agosto, oscila entre los 130 a 200 mm en distintas zonas. ROJAS entre 250 y 300 mm. GENERAL GUIDO: llovió alrededor de 360 mm. 9 DE JULIO: promedio del partido 83 mm. SAN CAYETANO: llovieron 80 mm.
 
c) Un repaso de algunos episodios similares de graves inundaciones son las siguientes: en diciembre de 1890, el desborde del arroyo Cañada en Córdoba dejó 200 muertos y miles de heridos y damnificados. La crecida del río Uruguay en abril de 1959 dejó un saldo de 13 muertos y miles de evacuados. En marzo de 1983 la inundación de Victoria, Entre Ríos con miles de evacuados y un millón de hectáreas anegadas En Formosa, en mayo de1983, el río Paraguay alcanzó una marca de 10,73 (70.000 evacuados). Buenos Aires mayo de 1985: cayó 300 mm en menos de 24 horas (600.000 afectados, 15 muertos). En San Carlos Minas, Córdoba en enero de 1992 el desborde del arroyo Noquinet dejó un saldo de 45 muertos. En Pergamino, provincia de Buenos Aires, el 7 de abril de 1995 una lluvia intensa durante 3 horas produjo la muerte de 3 personas y 13.000 evacuados. Santa Fe abril de 2003: el Salado desbordó y en pocas horas inundó a más de la mitad de la ciudad (60.000 evacuados y 130 muertos). En Buenos Aires en abril de 2013 cayeron 160 milímetros, murieron 8 personas y hubo 1000 evacuados. En el mismo año en La Plata miles de damnificados y una centena de muertos.
 
El listado precedente es tan sólo algunos ejemplos de lugares con altas precipitaciones. Esto trajo como consecuencia anegamientos y “corridas” de agua con erosión hídrica. Caminos intransitables y condiciones desfavorables para mover insumos, la producción y aislamiento forzado con inundaciones de cascos urbanos con muchos evacuados, auto evacuados, cortes de energía eléctrica, rutas y daños de diversa consideración.
 
Hoy y en este contexto, la primera reacción de las autoridades fue echar culpas y no asumir responsabilidades. Así se incrimino al campo por: 1) la “siembra directa” (opción luego rectificada), y b) por canales ilegales. Luego, también se imputó el daño a los barrios cerrados, pero nada se achacó a las construcciones asentadas sobre los causes de aguas. 
 
Como devolución se informa de millones de pesos invertidos pero no se explicitan las obras realizadas y las que faltan realizar; no se habla del plan de obras de hidráulica, zanjeo y contención y de políticas sociales para asistir a las ciudadanos afectados. La solidaridad –bien ejercida– es atenerse a la solución de los problemas antes que se presenten y en eso los gobiernos y el Estado ausentes son deficitarios. Es así como no se explica porque se autorizaron construcciones, tanto las obrantes a las veras de los causes de agua obstruyendo los caminos de sirga como las de los barrios cerrados, si el Estado hubiese controlado eso los primeros no existirían y los segundos se hubiesen desarrollado en un contexto general que hubiese derivados las aguas excedentarias a zonas donde no generaran problemas, además los canales clandestinos no existirían o tendrían una derivación similar a la señalada precedentemente para los barrios cerrados, por consiguiente aquí HAY UN SOLO RESPONSABLE, EL ESTADO AUSENTE.


Gral. Guido, agosto 2015
 
Independientemente de ello Abel Mejía, experto internacional en gestión de recursos hídricos del Banco Mundial. Señala que “La Argentina debe aprender a convivir con las inundaciones y adquirir capacidades para enfrentarlas” [...] “El 80% de la población argentina y más del 80% de la producción del país están en la planicie de inundación del Paraná y los que no están ahí, están en otras ciudades que también sufren de inundaciones urbanas y rurales [...] Esto es cada vez más importante por el cambio climático, hay un clima que está cambiando, que es más incierto, con fenómenos mucho más intensos, y esto tiene muchas más consecuencias en este país [...]
 
Están afectadas por inundaciones cerca de 8 millones de hectáreas de la provincia. Y ese es un problema que cada vez será peor. Todos los pronósticos de cambio climático indican que la pampa húmeda será más húmeda aun. Habrá más agua de la que había antes, son zonas muy planas y la capacidad de evacuación por los cauces naturales es limitada. Las soluciones que se tienen que dar no tienen que ver solo con hacer conductos y dragar. Eso no resuelve a largo plazo. Hay que aprender a convivir con el problema. Se necesita entender mejor la relación entre el agua y el suelo. Manejar el agua es manejar el suelo. Aquí hay técnicas muy modernas que permiten monitorear en tiempo real las manchas de inundaciones, las profundidades de las inundaciones, que permiten informar a la gente la probabilidad de permeancia. Sería bueno tener un sistema de alerta, de pronóstico y de seguros, que haya compensaciones en caso de pérdidas para los afectados. Se debe profundizar mucho en un mejor conocimiento del ordenamiento hidráulico y del suelo”.
 
A su vez, en 1884 Florentino Ameghino planteó el tema de las Secas y las Inundaciones en la Pampa, y entre sus conclusiones más importantes señalaba: “Cubrir la llanura bonaerense de represas, estanques y lagunas artificiales combinadas con canales y plantaciones de arboledas en gran escala sería indudablemente una obra más colosal que la proyectada de desagüe simple e ilimitado, pero de resultados benéficos que permitirían un enorme desarrollo de la ganadería y la agricultura que no estarían ya expuestas a los azares de las inundaciones y las secas, y aumentarían de un modo extraordinario el valor de las tierras en beneficio de cada uno y de la comunidad; mientras que el proyecto de desagüe simple e ilimitado no tan sólo no reportaría tales ventajas sino que por razones que acabo de manifestar, creo daría resultados desastrosos”. 
 
Proponía poner “techo” al campo para retener en origen la lluvia caída y complementar las acciones de defensa y conducción que puede realizar el hombre para corregir los efectos que provoca periódicamente la naturaleza.
 
“La cubierta vegetal en la forma de plantas vivas, desechos vegetales, o residuos de plantas hacen buenos tejados, pues sirven como absorbentes del choque al recoger las gotas, rompiéndolas y facilitando su penetración en el suelo como agua clara. Es decir que estas cubiertas roban a las gotas de lluvia su fuerza, le quitan su aguijón, por decirlo así, y las hacen inofensivas.
 
Las medidas para controlar el chapoteo de la lluvia están, pues, dirigidas a construir un tejado sobre el campo. Y para ser fructíferas, tales medidas deben proporcionar a todo el campo un tejado que no esté lleno de agujeros, es decir, continuo y que esté allí todo el tiempo.
 
Un buen tejado de cubierta vegetal controla completamente el chapoteo de la lluvia y ayuda también a evitar el daño de los escurrimientos superficiales. Tal tejado hace esto por lo menos de cuatro modos principales. Primero, la cubierta vegetal aumenta la cantidad de agua absorbida por el suelo y, al mismo tiempo, merma la cantidad de agua para el escurrimiento. Segundo, la cubierta vegetal protege el agua existente en la superficie contra las gotas de lluvia que se precipitan, evitando así que éstas golpeen el agua y la mantengan en agitación. Tercero, la cubierta vegetal disminuye la velocidad de la corriente de agua sobre la superficie. Cuarto, la cubierta vegetal tiende a mantener extendida la corriente de agua superficial y le impide converger para formar canales. Asimismo, tal cubierta protege el fondo y los lados de los canales contra la corriente de agua. (El Suelo, J.H. Stallings)
 
En este sentido la Siembra directa es un sistema de producción caracterizado –entre otros–por labranza mínima (no remoción del suelo), mantenimiento del suelo con cubierta vegetal (restos de cosecha) incorporación de nutrientes limitantes y empleo de herbicidas selectivos para favorecer el desarrollo de los cultivos. 
 
“En comparación con suelos en labranzas convencionales, los planteos productivos bajo el Sistema de Siembra Directa, presentan mayor infiltración. Esto significa que en períodos de precipitaciones tienen mayor capacidad de captar el agua de lluvias y almacenarla, para el uso posterior por los cultivos.
 
Ante situaciones de altas precipitaciones, el suelo actúa como un “silo de agua”, el cual, una vez completo (lleno), no tiene posibilidad de infiltrar (absorber) más agua, dado que su sistema poroso se encuentra saturado por el líquido elemento.
 
Frente a períodos de altas precipitaciones, y una vez recargados los perfiles de suelo, todo exceso hídrico indefectiblemente tiene que evacuarse por otras vías, esto es, el escurrimiento superficial (siguiendo un gradiente gravitacional), por evaporación directa a la atmósfera o por percolación a zonas más profundas a las exploradas por los vegetales”.
 
La no remoción del suelo en planteos de siembra directa, conduce a una menor oxidación de la materia orgánica y a una mayor estabilidad de los agregados del suelo, disminuyendo la susceptibilidad de la capa superficial del suelo al efecto disruptivo del impacto de las gotas de lluvia y la formación de costras o “sellado”.
 
La no remoción del suelo contribuye también a la conservación de la bioporosidad del suelo: los canales de lombrices y raíces resultan continuos, más estables y menos tortuosos que los macro poros creados por las labranzas y resultan más efectivos para el ingreso de agua al perfil.
 
El resultado de todos estos efectos se ve reflejado en la preservación de la estructura del suelo, menor encostramiento superficial, mayor infiltración, menores escurrimientos y menores pérdidas de suelo en sistemas de siembra directa”. (AAPRESID)
 
No es la única forma de atacar el problema. Con la agricultura tradicional –en un primer momento– en la parte alta de las cuencas, el terreno arado puede absorber más rápido, pero si la lluvia es intensa y copiosa, el suelo se satura rápidamente y el agua al comenzar a correr, se lleva la mejor porción del suelo que es el primer horizonte. Los problemas y las circunstancias no tienen igual características en todas partes ni es igual ante distintas formas de llover, ni es igual, según cada caso. No hay generalidades aplicables. Cada lugar es distinto.
 
El desarrollo de una política macroeconómica que desprecia al campo y que limita su producción vía la imposición de derechos de exportación, cierre de exportaciones bajo la justificación pueril de defender el consumo interno, cuando él se defiende mejor mediante el impulso de la producción, tal como hasta ahora hicieron Paraguay y Uruguay que además nos arrebataron los mercados cárnicos. Esta acción maquiavélica del Estado Nacional impulsó la práctica continua del cultivo de la soja y ha traído inconvenientes en cuanto al desarrollo de malezas resistentes y en algunos casos compactación del suelo, además, la producción de ese monocultivo (“el yuyo”) por ser el único rentable con mercado abierto y no competitivo internamente y de menor inversión en su evolución, determinó la falta de prácticas de rotación de cultivos, ciclos de agricultura-ganadería o mixtos donde y cuando es posible, y el abandono de algunos conceptos agronómicos que se deben tener en cuenta en el tiempo contribuyeron a un manejo del suelo que hoy se presenta con algunas limitantes que habrá que corregir.
 
En 1987, el CADIA publicó un libro “Inundaciones y manejo de cuencas”, donde la problemática comentada fue abordada por distintos profesionales, que también generaron propuesta de soluciones para la remediación. Participaron en ese libro los colegas Ing. Agr. Salvador Melita (SDB), Walter Kugler, José F. Barbagallo, Jorge S. Molina, Eduardo E. Rodríguez y Pedro Fuentes Godo. Los Ings. Eduardo Budd y Mario Gradowczyk y el Dr. Guillermo A. Giaroli. En su presentación Molina expresa... El principal problema es posiblemente el que los gobiernos nacionales y provinciales se decidan de una vez a consultar a los que saben, en lugar de acudir a improvisados y a soluciones de último minuto, muy costosas y muy poco eficientes 
 
[...] El desconocimiento de las gentes de las ciudades con respecto a los problemas que afectan al campo es poco menos que completo. Pero poco a poco va entendiendo que las inundaciones ya no son cosas que afectan únicamente a los hombres de campo, sino que perjudican ya en forma considerable a las ciudades [...]
 
Existen verdades de Perogrullo. “Cada vez hay menos gente en el campo y más gente en las ciudades, ese es un fenómeno universal. Las decisiones políticas lógicamente están en función de la cantidad de ciudadanos que vivan en el campo y que vivan en las ciudades. Frente a esta realidad que es muy dinámica y que no se puede alterar, frente a algo que se viene abajo, hay que apuntalarlo. Frente a un incendio hay que apagarlo [...] (Kugler).
 
Con los hechos mencionados ut supra, que se mantendrán en el tiempo si el Estado no se decide a actuar, sería bueno que empezáramos a cambiar. Educar, investigar, propiciar la conservación del suelo y agua, desarrollo de la infraestructura básica, concientización ciudadana, ordenamiento de cuencas...
 
Todo esto es necesario, porque la zona no inundada hoy lo será mañana, habida cuenta que el cambio climático intensificará y profundizará estos eventos, y que el desarrollo de las áreas urbanas expulsará mañana más agua que hoy, es decir, que a nuestro juicio el combate contra las inundaciones es permanente y debe encararse a partir del concurso de autoridades de cuenca (oficiales y particulares) que planifiquen la infraestructura básica de la misma y que generen sistemas de alerta temprana, para ello se entiende, dado que estas planificaciones y ejecuciones comprenden a más de un período de gobierno que en los meses que faltan para las elecciones definitivas, tanto los candidatos a Presidente como Gobernadores acuerden y celebren un documento por el cual se comprometan a:
 
a) Afectar al planeamiento y ejecución de las obras hídricas en no menos de un 10% del presupuesto de su jurisdicción.
 
b) A ejecutar, en tiempo y forma los presupuestos asignados.
 
c) A generar, en todo el territorio Nacional, las autoridades de cuenca necesarias para una correcta evaluación de las mismas y desarrollar las obras definidas.
 
d) Generar un organismo de prevención y alerta temprana para adecuar los movimientos de la población y desarrollar las acciones de emergencia necesarias para paliar los posibles inconvenientes del fenómeno que se avecina, y
 
e) Permitir el accionar de las unidades de la Fuerzas Armadas en la seguridad de las zonas afectadas, como así también la evacuación de los ciudadanos afectados. Esta acción que no se observó en la última inundación, no se sabe por qué razón no se concretó.
 
CADIA, 18 agosto de 2015
Fuente
Centro Argentino de Ingenieros Agrónomos - CADIA
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Sergio Waldman
CADIA - Centro Argentino de Ingenieros Agrónomos
Daniel Carlos Besso
CADIA - Centro Argentino de Ingenieros Agrónomos
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Daniel Roberto Ali
Universidad Nacional de La Pampa - Argentina
27 de agosto de 2015
Le agrdezco que comparta Oscar y me disculpe la escritura apresurada, y al aporte anterior "un plan menciona", ¿No es el Estado quien debe hacer un plan para todos?, porque si yo hago el mío, el vecino el suyo; ocure lo que estamos viendo.
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Daniel Roberto Ali
Universidad Nacional de La Pampa - Argentina
26 de agosto de 2015
Es casi nun aobviedad, cuando Ameghino lo dijo, se "adelantaba a su tiempo",m pero luego de màs de treinta años de democracia y con el problema repetido, queda por pensar que se elige ser candidadto por ser "inoperanrte".
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Cesar Casciola
Prarex Argentina S.A.
28 de agosto de 2015
no es ni ignorancia y tampoco imprevisión es negligencia nacional para lo importante y básico. esta es una de las verdaderas políticas de estado. Por eso no somos aun ni Nación y no tenemos estado. Son el MALÓN QUE ASUME el PODER( no solo los que estan ahora, todos los gobernantes de los últimos 60 año ) Y BIEN LOS CULPABLES SOMOS LOS QUE ELEGIMOS
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Alberto Antonio
26 de agosto de 2015
Es exelente el informe, sobre todo por mencionar las causas básicas del problema que contemplan elementos tales como la falta de planificación urbana, la "agriculturización" exesiva como consecuencia de las necesidades urgentes (caja con retenciones), el despoblamiento de zonas rurales debido a una visión del campo por partee del estado como un "factor de producción" y desde ese enfoque lo mas "rentable" es la agricultura, y para acotar el tema (porque hay muchas otras variables) hay que decir que al agua hay que administrarla reteniendola donde cae y no sacarsela de encima rapidamente con canales a veces clandestinos y otras, hechos sin un plan global que debe hacerse con el estudio técnico que los recursos (sobre todo humanos) hoy permiten hacer. Cuando se produce la catástrofe hay que enfrentarla, pero mejor seria evitar que se produzca aunque eso no sea electoralmente reentable.
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Osar Ormeño
26 de agosto de 2015
Comparto con Daniel y agrego que la diferencia está en la Visión que se tiene de lo Importante y de lo Urgente. Nosotros, como sociedad, priorizamos lo Urgente y entonces jamas hacemos lo importante.
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