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La ganadería intensiva, basada en forrajes, como una opción a la crisis cafetera en américa tropical

Publicado: 13 de octubre de 2022
Por: Raúl Botero Botero MVZ; MSc.
INTRODUCCIÓN
La crisis cafetera en América Tropical ya no es coyuntural, sino estructural, debido a la eficiente producción de bajo costo y alta cantidad y calidad del grano, que han logrado países asiáticos como Vietnam, algunos países africanos y países latinoamericanos, como Brasil, qué al desplazar sus áreas de cultivo hacia el norte, ya no sufren de heladas. Además, de la tendencia hacia un menor consumo de café, por parte de las nuevas generaciones.
No hay ninguna duda sobre el gran aporte que el cultivo del café ha hecho a la economía y a la democracia de la mayoría de los países productores en Latinoamérica. Las regiones cafetaleras son las que han logrado el mayor desarrollo en infraestructura vial, acueductos, alcantarillados, escuelas, centros de salud y los mayores niveles de ingreso y bienestar en sus pobladores.
A raíz de la crisis causada por los bajos precios del grano en el mercado mundial, en la última década, se han visto severamente afectados los ingresos y el bienestar de sus pobladores. El cultivo de café se inició como un sistema agroforestal (arbustos de café con sombra de árboles leguminosos, maderables, frutales, plátano, etc), en el que la demanda por abonos químicos era muy baja. Posteriormente se intensificó el cultivo a base de nuevas variedades, como el café caturra, que fue sembrado a altas densidades, sin ninguna cobertura vegetal sobre el suelo y con baja sombra arbórea, en cuyo caso se incrementó la demanda por insumos químicos aplicados al cultivo.
Actualmente y debido a la presión de enfermedades como la roya y de plagas como la broca, se sembraron variedades tolerantes o resistentes a estos patógenos que afectan severamente al cultivo, altas densidades, cero sombrío, ninguna cobertura sobre el suelo y menor calidad, aroma y sabor del grano, que han obligado a una cada vez mayor aplicación de insumos. Agregado a esto, las zonas cafetaleras en Latinoamérica poseen, en general, un clima con temperaturas medias (16 a 22°C) y una precipitación bien distribuida a través del año, suelos fértiles de origen volcánico, francos, generalmente de topografía ondulada y por ello con una alta fragilidad y riesgo de erosión y degradación.
Se visualiza entonces, para poder continuar compitiendo a nivel mundial, la necesidad de limitar la producción de café exclusivamente a las zonas edafoclimáticas más aptas, también la producción de forma orgánica para ofrecer un grano de alta calidad, mayor demanda y mejores precios futuros en el mercado internacional y mantener la alta calidad, aroma y sabor del grano, eliminando el cultivo del café de las áreas marginales, a las que se amplió durante las épocas cíclicas de bonanza. Además, se debe diversificar para ofrecer múltiples productos a los consumidores, dándole valor agregado al grano. La porción de suelos con aptitud de uso pecuario podrá entonces utilizarse en ganadería intensiva basada en forrajes.
Los ecólogos de los países desarrollados culpan actualmente a la ganadería como la causante principal de la deforestación y del deterioro de los recursos naturales en los países tropicales en desarrollo. Afortunadamente, en los últimos años se han generado tecnologías pecuarias tropicales que dependen menos de insumos ajenos a la explotación, lo que las hace aptas para lograr una alimentación animal eficiente y de menor costo, desde el punto de vista de productividad y rentabilidad. A la vez que, estas tecnologías tropicales permiten, no solo la conservación de los recursos naturales, sino la recuperación de los agroecosistemas degradados por el mal uso.
REQUISITIOS PARA LOGRAR LA INTENSIFICACIÓN DE LA PRODUCCIÓN BOVINA REGIONAL
La intensificación de los sistemas de producción ganadera, exige a su vez para ser exitosa, de una mayor participación, conocimiento técnico, habilidad administrativa, capacidad empresarial y conciencia ambiental de los productores, para hacerla rentable, sin afectar el frágil equilibrio de los agroecosistemas tropicales, tomando en cuenta que la demanda hacia un mayor consumo de carne, leche, cárnicos, lácteos y pieles, por la creciente población de las zonas cafeteras, será la fuerza motriz de la expansión e intensificación de la producción bovina regional. Al mismo tiempo se necesita que el ganadero intervenga cada vez más en el mercadeo, formando parte activa de la cadena de intermediación, diversificando y adicionando valor agregado, para lograr mejores precios finales por sus productos.
OPCIONES ACTUALES PARA LA INTENSIFICACIÓN DE LA PRODUCCIÓN BOVINA TROPICAL BASADA EN FORRAJES
Como producto de la investigación conjunta entre el Centro Internacional de Agricultura Tropical – CIAT, las Instituciones Estatales de Investigación Agropecuaria en los países de América Tropical, a través de la Red Internacional de Evaluación de Pastos Tropicales – RIEPT y la Fundación Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria - CIPAV, se han evaluado y liberado varios cultivares comerciales de gramíneas y de leguminosas u otras plantas forrajeras, herbáceas, arbustivas, arbóreas, palmas y plantas forrajeras acuáticas, adaptadas a los suelos ácidos tropicales.
La mayoría de estos cultivares forrajeros han mostrado un buen comportamiento a través de los ensayos de evaluación agronómica llevados a cabo en la zona cafetera colombiana, comprendida entre los 1,200 a 1,700 msnm, con topografía ondulada y plana, de mediana a alta fertilidad natural y con precipitación y humedad adecuadas.
Gramíneas
En suelos bien drenados, planos o levemente pendientes y de mayor fertilidad natural se adaptan bien: Estrella morada (Cynodon nlemfuensis), Estrella Africana (Cynodon plectostachyus), Bermuda cruzada (Cynodon dactylon cv Coast cross 1), Guineas Común, Tobiatá, Mombaza y Tanzania (Panicum o Megathyrsus maximus), Pangola (Digitaria decumbens), Suazi (Digitaria swazilandensis), Setaria, Nandi o San Juan (Setaria sphacelata), Pasto Clavel o Limpo Grass (Hemarthria altissima), Elefante enano (Pennisetum purpureum cv Mott), Marandú, La Libertad y Toledo (Brachiaria brizantha); Ruzi o Acriana (Brachiaria ruziziensis), ésta última altamente susceptible al mión, salivita o salivazo de los pastos y los híbridos de braquiaria (Mulatos 1 y 2, Cayman y Cobra).
En suelos de ladera con mayor pendiente y de menor fertilidad natural han sido persistentes bajo pastoreo el Pasto Andropogon (Andropogon gayanus), Braquiaria dulce (Brachiaria humidicola), Llanero, Ganadero o Brunca (Brachiaria dictyoneura) y Braquiaria amarga (Brachiaria decumbens), puras o mezcladas entre sí.
En suelos húmedos con alto nivel freático, aún con inundación prolongada, se están utilizando actualmente en la zona cafetera los pastos Clavel o Limpograss (Hemarthria altissima), Pará o Admirable (Brachiaria mutica), Braquiaria dulce (Brachiaria humidicola), Braquipará o Mermelada (Brachiaria plantaginea), Pasto Tanner (Brachiaria arrecta), Janeiro (Eriochloa polystachya), Dandy (Urochloa mosambicensis), Canarana, Venezuela, Gacela o Antílope (Echinochloa pyramidalis), Pasto Alemán (Echinochloa polystachya) y Pasto Pojuca (Paspalum atratum).
Leguminosas herbáceas
Las leguminosas no volubles o no trepadoras se podrían utilizar como cobertura en el café, para controlar la erosión, las plantas arvenses, fijar nitrógeno para el cultivo y permitir el pastoreo con aves y ovinos de pelo. Las praderas de las gramíneas antes mencionadas se deberían asociar con leguminosas herbáceas nativas y/o introducidas, como son: Maní forrajero perenne (Arachis pintoi), Frijolillo (Centrosema pubescens y C. macrocarpum), Campanita azul (Clitoria ternatea), Kudzú (Pueraria phaseoloides), Alfalfa tropical (Stylosanthes guianensis), Amor seco (Desmodium sp), etc, de amplia adaptación a la zona cafetera.
Leguminosas forrajeras arbustivas y/o arbóreas
Existen, entre especies nativas y foráneas comerciales, varias opciones de leguminosas forrajeras arbustivas y arbóreas, algunas de las cuales se adaptan bien en la zona cafetera, tanto en bancos de energía, (leguminosas como cobertura o en franjas con gramíneas de porte bajo o de corte, como la caña de azúcar), como en silvopasturas.
Los árboles y arbustos forrajeros deberán sembrarse por semilla para lograr un mejor desarrollo radicular y en surcos en dirección al recorrido del sol (oriente – occidente), en tresbolillo o en curvas de nivel, para evitar la sombra refleja, que afectaría la eficiencia fotosintética en las especies forrajeras de cobertura del estrato inferior de la silvopastura.
Se pueden utilizar para ramoneo, y/o corte y acarreo las leguminosas arbustivas y arbóreas Matarratón, Madero negro, Madre cacao, Madreado o Piñón cubano (Gliricidia sepium), el Pízamo, Poró blanco, Bucare o Chambul (Erythrina fusca), Cachimbo o Poró común (Erythrina poeppigiana), Chachafruto (Erythrina edulis), Morango (Moringa oleifera), etc. Sin duda, una de las leguminosas arbustivas más apropiadas para el ramoneo directo, en suelos con un pH mayor de 5,5 es la Leucaena (Leucaena leucocephala), de la cual existe el cultivar comercial “Romelia”, liberado para la zona cafetera colombiana. Para suelos ácidos, con un pH menor de 5,5 ha sido liberada en Colombia y Costa Rica la Cratilia (Cratylia argentea cv Veraniega). Los Guamos (Inga spp.), aunque son árboles leguminosos, su follaje no debe ser consumido por los animales, debido a su alto contenido de alcaloides, pero, de sus podas requeridas puede aportar una alta producción de biomasa y de leña, que se puede emplear directamente como abono, o bien en la producción de gas pobre o de carbón vegetal como combustibles.
Especies forrajeras arbustivas y/o arbóreas no leguminosas
Los bancos de energía y/o las silvopasturas de especies forrajeras arbustivas o arbóreas no leguminosas se pueden establecer con Morera (Morus alba), Nacedero o Quiebrabarrigo (Trichanthera gigantea), Guáimaro o Ramón (Brosimum alicastrum), Guácimo (Guazuma ulmifolia), Ramio (Boehmeria nivea), Margaritón o Botón de oro (Tithonia diversifolia), Amapola o San Joaquín (Hibiscus sp.), Yuca (Manihot esculenta), etc. Esto obliga, con el fin de suministrar el nitrógeno requerido en abundancia por estas especies, a: su asociación, mezcla o cobertura con las leguminosas herbáceas, arbustivas o arbóreas mencionadas anteriormente y a su fertilización química o a su fertilización con fuentes de materia orgánica (en las formas de compost o de bokashi) tales como: Bovinaza, Gallinaza, Cerdaza, Caprinaza, Ovinaza, Gusanaza, Conejaza, Cachaza, Cenichaza, Lombricompuesto o con el efluente de biodigestores (biol y biosol) a las dosis de entre 2 a 10 toneladas/ha/año, en base seca.
MANEJO INTENSIVO DE PRADERAS MEJORADAS
La intensificación de la empresa ganadera depende de que la rentabilidad del sistema de producción permita la rotación de praderas, el uso de mecanización, riego, fertilización y/o su asociación con leguminosas, los que a su vez permitirán mayor capacidad de carga animal y una persistencia productiva estable de las praderas, además del incremento y mayor estabilidad estacional de la productividad de carne y/o de leche. Para ello es necesario tomar en cuenta cada una de las siguientes actividades:
Infraestructura y asignación de áreas para pastoreo racional
Utilización de divisiones con cercas electrificadas y el uso de recipientes movibles (estañones, canecas o barriles plásticos) de bajo costo como saladeros y bebederos.
El área a asignar diariamente se basa en la topografía, disponibilidad y calidad del forraje en oferta y se calcula mediante aforos periódicos, con la carga animal y con los períodos de ocupación y descanso a los que sea sometida la pradera así:
Cada hectárea de pradera sin árboles, sometida a 25 días de descanso permite utilizar en pastoreo 400 m2/día, los cuales con una carga de 5 U.A./ha, permiten a su vez asignar 80 m2 /animal/día o bien 40 m2/vaca en doble ordeño por día, con cambio de pastura después de cada ordeño.
Cada hectárea de pradera con árboles, sometida a 45 días de descanso permite utilizar en pastoreo y ramoneo 222 m2/día, los cuales con una carga de 5 U.A/ha permiten asignar 44,4 m2/animal/día o bien 22,2 m2/animal/medio día, con cambio de pastura después de cada ordeño. Podría ser necesario complementar estas praderas, con áreas adicionales de forrajes para corte y acarreo o conservación.
Mecanización, riego y fertilización en el pastoreo racional
Se deberán hacer los ajustes de fertilización basados, tanto en el análisis mineral del suelo como del forraje consumido. Es muy posible que una pastura arbolada con especies leguminosas y no leguminosas no responda a la fertilización.
Manejo intensivo de praderas de gramíneas puras con fertilización química
Las aplicaciones de fertilizantes nitrogenados, si bien no destruyen las leguminosas, si limitan su capacidad para utilizar el nitrógeno atmosférico, e incrementan la agresividad de las gramíneas, lo cual puede comprometer severamente la persistencia de las leguminosas. El manejo en general de fertilizantes químicos, sobre todo nitrogenados, trae consigo una serie de implicaciones como:
i) pueden crear desbalances de proteína – energía, que se manifiestan en una baja eficiencia reproductiva de las vacas, ii) los fertilizantes nitrogenados a base de urea están sujetos a una alta volatilización y lixiviación (35% de aprovechamiento del nitrógeno en el trópico), por lo que, si se incorporan mecánicamente al suelo, o si se aplican disueltos en el agua de riego o contando con la lluvia, puede reducirse su pérdida hasta en un 16 %. Por último, es conveniente contrarrestar la acidez, que puede ser provocada, a largo plazo, por las aplicaciones prolongadas, altas y fraccionadas de fertilizantes nitrogenados, con Sulfato de Calcio y Magnesio, o con Cal Agrícola ó Dolomítica, a la vez que se protege a la población bacteriana del suelo y se disminuye la volatilización del amoníaco.
Aporte de minerales y materia orgánica de las excretas bovinas a las praderas
Las excretas animales contienen hasta un 80% de los minerales que poseen los alimentos que consumen y hasta un 50% de materia orgánica. Los animales en pastoreo racional intensivo distribuyen el estiércol y la orina en la pradera con mayor uniformidad a través del tiempo.
El abonamiento orgánico permite la complementación o aún la eliminación de la necesidad de fertilización química, siempre que al riego rotacional constante se incorpore la aspersión uniforme, con una bomba de sólidos, de las excretas frescas producidas por vacunos, búfalos, ovejas, cabras, cerdos y aves confinados. Hay que tener cuidado con el riesgo de la posible salinización de los suelos, que puede ocurrir, a largo plazo, bajo este manejo de fertilización, por la alta cantidad de materia orgánica aplicada con las excretas (heces y orina) al suelo.
Manejo intensivo de praderas asociadas con leguminosas
En praderas asociadas con leguminosas herbáceas, arbustivas y/o arbóreas, éstas permiten la fijación de nitrógeno atmosférico llegando a eliminar la necesidad de su aplicación como fertilizante químico, acelerando el reciclaje de los demás nutrimentos minerales y aumentando, no solo la producción animal, sino su estabilidad estacional y la fertilidad del suelo. En un estudio realizado en Turrialba, zona cafetera de Costa Rica, a 638 msnm, con una temperatura media anual de 22,3° C, una precipitación media anual de 2636 mm distribuida uniformemente a través del año y con un período menor de precipitación entre los meses de marzo y abril. La capacidad de carga fue de 2,9 U.A./ha. La evaluación se realizó con vacas Jersey cruzadas sometidas a doble ordeño sin ternero, midiendo su producción y calidad de leche en praderas de Estrella morada pura (Cynodon nlemfuensis) o asociada con Maní forrajero perenne (Arachis pintoi cv CIAT 18744) (CUADRO 1).
Se observó que la producción de leche se incrementó en un 14 % en la pradera asociada con leguminosa, con respecto a la pradera de la gramínea pura fertilizada con 100 kg de nitrógeno/ha/año, sin que se vieran afectados los contenidos de proteína, grasa y sólidos totales en la leche ordeñada.
Se sugiere que en las áreas en las que está siendo erradicado el café, con sombrío tradicional, se deben conservar los árboles de sombrío y enriquecer la pradera sembrando arbustos y árboles forrajeros leguminosos o no, además de gramíneas con alta tolerancia a la sombra como lo son en general las estrellas, pangolas, guinéas, más no todas las especies de braquiaria. La mayoría de las gramíneas y de las leguminosas herbáceas nativas e introducidas toleran bien hasta un 50% de sombra arbórea.
CUADRO 1. Efecto de dos tipos de pasturas evaluadas sobre la producción diaria y composición de la leche ordeñada. Turrialba, Costa Rica.
CUADRO 1. Efecto de dos tipos de pasturas evaluadas sobre la producción diaria y composición de la leche ordeñada. Turrialba, Costa Rica.
Utilización de leguminosas forrajeras herbáceas como cobertura en cultivos perennes
En cultivos perennes como café, té, cacao, palma africana, cocotero, pejibaye o chontaduro, hule o caucho, cítricos, guanábana, uva, pitahaya, macadamia, cardamomo, etc, de duración intermedia como plátano, banano, papaya y maracuyá, o en bancos de árboles forrajeros como matarratón, leucaena, nacedero, morera y maderables como el nogal cafetero se están utilizando actualmente en la zona cafetera colombiana el Maní forrajero perenne (Arachis pintoi) y el Desmodio (Desmodium ovalifolium y D. heterophillum), como coberturas vivas.
Estas leguminosas permiten un control cultural de malezas, fijan nitrógeno, reciclan nutrimentos minerales, aumentan, en el mediano plazo, el contenido de materia orgánica en la capa superficial del suelo y lo protegen de la radiación solar, de la erosión y de la desecación durante la seguía, actúan como refugio de una alta población de organismos benéficos para el control biológico de plagas, no requieren de podas, cortes o plateos, puesto que no son trepadoras, producen semilla y se propagan fácilmente por semilla o vegetativamente, siendo utilizada esta cobertura también para pastoreo directo con rumiantes o monogástricos menores o con aves y para su corte, propagación vegetativa y suministro a animales como forraje verde, heno, harina, ensilaje o amonificado.
Utilización de especies forrajeras para suplementación
El forraje arbustivo y arbóreo o el forraje de las leguminosas herbáceas utilizadas como cobertura son una buena fuente de proteína que se puede cosechar, picar, orear o secar y complementar con caña de azúcar integral o pastos de corte picados, vinaza, melaza, melote (miel de trapiche panelero), glicerina, residuos de frutas u hortalizas y/o con aceites crudos de palma o de café, o con aceites vegetales de fritura, como fuentes de energía y con urea en mezcla líquida con melaza o como Bloques Multinutricionales o bien con camas de aves, como fuentes de nitrógeno no proteico, para manipular el rumen.
Capítulo del libro Manejo y alimentación de vacunos y de búfalos con forrajes tropicales de Raúl Botero Botero MVZ, MSc. Para ver todos los capítulos ingresar al perfil del autor. 
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Raúl Botero Botero
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Umberto Francesa
30 de octubre de 2022
Felicitaciones Raul por estos trabajos que sin duda alguna le han tomado el esfuerzo y experiencia de anos de investigación. Yo creo que todo individuo que está pensando en ganadería comercial debería consultarlos, antes de entrar en una actividad tan competitiva y que en la mayoría de los casos es de sobrevivencia.
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