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Malezas resistentes, el desafío de la agricultura

Publicado: 21 de febrero de 2014
Fuente: Juan Manuel Repetto, Prensa FAUBA
La Facultad de Agronomía de la UBA identificó 10 especies resistentes a herbicidas. Advierten sobre la necesidad de aplicar a los cultivos mas conocimientos sobre biología y estrategias sustentables de manejo. Refundan la Asociación Argentina de la Ciencia de las Malezas. 
La expansión de las malezas resistentes a herbicidas en diversas regiones productivas del país está obligando a productores y asesores técnicos a replantear el sistema agrícola vigente desde mediados de la década de 1990 y a volver a poner en práctica el conocimiento disponible sobre la biología de los cultivos junto a estrategias de manejo sustentables que eviten el uso indiscriminado de agroquímicos. 
En las últimas dos décadas, el uso reiterado de glifosato asociado a la siembra de cultivos transgénicos de soja y maíz, y principalmente al monocultivo de la oleaginosa, motivó la aparición de resistencia en Sorgo de Alepo, primero en la provincia de Salta, luego en todo el noroeste del país y otras zonas productivas. En total, los investigadores de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) identificaron 10 malezas resistentes a herbicidas que, además del NOA, afectan al NEA, Córdoba y otras zonas de la Pampa Húmeda. 
Según un mapa elaborado por la FAUBA, que evalúa los niveles de riesgo de aparición de resistencia a herbicidas en gran parte de los sistemas agrícolas argentinos, existen condiciones para que el fenómeno se extienda a otras regiones, incluso a la Zona Núcleo. Habría ambientes donde todavía no se detectó la resistencia pero que tienen un riesgo equivalente al NOA (como parte del sur de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos), e incluso mayor, como el centro-norte de Córdoba y el noroeste de Corrientes. 
"Tarde o temprano se sabía que las estrategia concentradas en un sólo producto (el glifosato) y utilizadas recurrentemente, iban a generar problemas, porque cualquier práctica de manejo que se utilice una manera reiterada en el espacio y en el tiempo, favorece una selección de organismos, como sucedió con las malezas resistentes a herbicidas", advirtió Elba de la Fuente, investigadora de la cátedra de Cultivos Industriales de la FAUBA y docente de la materia Malezas. 
Lo cierto es que la agricultura se enfrenta a un cambio de escenario, basado más en la aplicación de conocimiento, que en nuevos insumos. "De ahora en más van a tener que implementarse estrategias más complejas. Ya no se trata de una receta que implica la sola aplicación indiscriminada de un producto de acción total como el glifosato (u otro) sin atender a la biología de las malezas, la toxicidad y la residualidad de los agroquímicos", consideró la investigadora. 
"Hoy vemos la necesidad de poner en práctica el conocimiento de las bases funcionales de los cultivos y una combinación de estrategias que complementan el uso de agroquímicos con prácticas de manejo como la rotación de cultivos y productos, variaciones en la estructura del cultivo (densidad, espaciamiento y fecha de siembra, por ejemplo) y la siembra de cultivos de cobertura que generan un tapiz herbáceo en el suelo y minimizan el crecimiento de malezas", aseguró. 
Diego Ferraro, investigador de la cátedra de Cerealicultura de la FAUBA, sostuvo que "si bien se mantendrán los paquetes tecnológicos tradicionales, la irrupción de un problema como el escape de las malezas va a vitalizar una agricultura con más lugar para decisiones basadas en procesos ecológicos para acompañar a la tecnología de insumos". 
"El éxito de los manejos agrícolas simples de los últimos 20 años fue quitando al profesional la necesidad de manejar un sistema complejo. La revitalización de un perfil de agrónomos con conocimientos de procesos no sólo va a redundar en un mejor manejo de las malezas, sino también de las demás variables que determinan el rendimiento de un cultivo y en los aspectos de cuidado del medioambiente", dijo. 
Asimismo, subrayó: "El mayor desafío que planteamos desde la universidad es formar un profesional que sea capaz de reconocer la complejidad de la agricultura y entender que cada decisión de manejo va a pasar por un filtro ambiental que determinará su efecto final sobre un lote agrícola".
 
Aumentar el conocimiento
La problemática asociada a la aparición de nuevas malezas resistentes a herbicidas motivó la idea de volver a poner en marcha la Asociación Argentina de la Ciencia de las Malezas (ASACIM), un espacio donde próximamente planean estar representados los ámbitos público y privado, con referentes de las universidades, del INTA, de las empresas y de asociaciones civiles como AACREA y AAPRESID. 
"Buscamos que esta entidad sea un vehículo para que todas las personas interesadas en la problemática de malezas, desde la académico y productivo, así como desde la industria, tengan un espacio para interactuar, promover y difundir el desarrollo de conocimientos a través de eventos y jornadas, donde se trate este tema", dijo de la Fuente.
Por su parte, Ferraro señaló: "Desde la universidad tenemos una historia muy rica de generación de conocimiento en ecología de malezas y deberíamos profundizarla en la generación de herramientas que contengan ese conocimiento y que permitan la toma de decisiones en el campo, con criterio ecológico y agronómico". 
Una de estas herramientas en las que ya están trabajando desde la FAUBA es en modelos de predicción de riesgo de aparición de resistencia a glifosato, que inicialmente comenzó a realizarse con Sorgo de Alepo, pero que apunta a expandirse otras especies (no sólo resistentes), incorporando tecnología satelital. "La disponibilidad de información ambiental en tiempo real nos permitirá desarrollar pronósticos de aparición y crecimiento de malezas, de manera análoga a lo que sucede con las predicciones meteorológicas", concluyó.
Fuente
Juan Manuel Repetto, Prensa FAUBA
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Ing. Agr. Carlos Abecasis
HMA 4 S.A.
18 de marzo de 2014
Estimado Daniel, yo jamás dije de bajar las dosis de herbicidas y nada más sino que dije literalmente: "bajar las dosis, que también se puede, obviamente haciendo algunos cambios para que esas reducciones logren resultados. Insisto en que nosotros venimos trabajando con este tipo de tecnologías realmente sustentables y los resultados son más que elocuentes; o sea que no hablo desde la teoría sino desde la práctica." Tenemos demostrado que podemos reducir hasta un 40% las dosis de cualquier plaguicida que ingrese por hoja a la planta, incluso con mejores resultados que con la dosis completa, pero combinándo el plaguicida con algunas sustancias naturales que aumentan la permeabilidad de la hoja y quelatan el producto al mismo tiempo. Además de reducir las dosis, reducimos el impacto ambiental y los costos.
Daniel Carlos Besso
CADIA - Centro Argentino de Ingenieros Agrónomos
17 de marzo de 2014
Creo que reducir su uso, no pasa por bajar las dósis. Cuando es necesario su uso, es mejor que sea usado a la dosis que la experiencia indique que es mejor. Reducir su uso, para mi significa entrar en rotaciones que no demanden su uso. Disminuir dósis termina siendo una macana biológica. La naturaleza tiene reglas que aplica en muchos campos; lo mismo es en un neumococo que ataca nuestras vías respiratorias, que un antiparasitario interno para eliminar coccidias. Si bajamos las dosis, en todos los casos se favorece la creación de individuos resistentes, que luego se toman nuestros químicos "con pajita". Más vale como dice Jorge Antonio, variar de producto o combinación, que en cada caso el profesional conocedor de la zona, determinará como mas apropiada.
Ing. Agr. Carlos Abecasis
HMA 4 S.A.
17 de marzo de 2014
Si bien nos desviamos del tema central de las malezas resistentes, creo necesario hacer algunos comentarios respecto de los herbicidas y del impacto que producen. Sabemos que se han hecho muchos estudios y nadie termina de saber la verdad absoluta debido a los fuertes intereses de uno y de otro bando. Además TODO es una cuestión de dosis y de acumulación de toxinas !. Un metal pesado puede entrar a nuestro organismo y no causar daño en dosis mínimas, pero la repetición de esa dosis en el tiempo terminará afectando indefectiblemente. Y suponiendo que sea cierto que el Glifosato no hace daño al humano, quién me asegura de que no afecta a otros seres de la cadena trófica... Y, por si no queda claro: TODOS somos parte de ella; y afectando a un eslabón se afecta al resto; sólo es cuestión de tiempo... A mí no me cabe ninguna duda de que TODOS los elementos xenobióticos (productos sintetizados en una fábrica) producen alteraciones en todos los seres vivos; algunos más y algunos menos, dependiendo de miles de factores que sería innumerable de expresar aquí. Lo que sí me consta por trabajar con comunidades microbianas desde hace algunos años es que el uso de herbicidas, en particular los derivados de fosfonatos como el Glifosato, el 2,4 D y la Atrazina, entre otros, tienen un efecto controlador de microorganismos tan importantes como las MICORRIZAS, los hongos degradadores de CELULOSA, de LIGNINA y de METANO . Esto, traducido al español, significa que nuestros suelos van a tener problemas graves como la falta de humus, ya que la lignina es una de las moléculas precursoras del ácido húmico. Esto, junto con la falta de micrrizas, trae aparejado, entre otros problemas adicionales, una incorrecta aireación del suelo (compactación !) generando también más concentración de metano de la que debería haber. Y al haber inhibido a los microorganismos metanotróficos, el incremento de este gas se hace notorio generando un gravísimo problema en la atmósfera debido al enorme efecto invernadero que ello causa (unas 60 veces más que el CO2). Yo no digo no usar herbicidas, pero sí digo que es imperioso buscar métodos menos destructivos, que los hay, y bajar las dosis, que también se puede, obviamente haciendo algunos cambios para que esas reducciones logren resultados. Insisto en que nosotros venimos trabajando con este tipo de tecnologías realmente sustentables y los resultados son más que elocuentes; o sea que no hablo desde la teoría sino desde la práctica. La Agroecología propone varios métodos y son totalmente factibles de hacer en superficies extensivas. Lo que sucede es que vivimos en un mundo donde lo "fácil" nos ha invadido... Pero lo barato sale caro...
Daniel Carlos Besso
CADIA - Centro Argentino de Ingenieros Agrónomos
16 de marzo de 2014
Sigo pensando en la necesidad de llevar a cabo una investigación estadística sobre la casuística de enfermedades degenerativas e general, comparanado en tiempo y lugar. si los resultados indicasen que no hay sospecha sobre la incidencia de agroquímicos en tales hechos. TODOS NOS QUEDAREOS MÁS TRANQUILOS, e especial los profesionales que aconsejamos el uso. No está dicha la última palabra. en la ciencia lo único permanente es la duda y no tenerla nos aleja de la condición de profesionales apoyados en la ciencia.
Daniel Carlos Besso
CADIA - Centro Argentino de Ingenieros Agrónomos
11 de marzo de 2014
Se trata de jugar con las reglas de la naturaleza y no las nuestras. La naturaleza viene ensayando "sus variedades, desde hace 3500.000.000 (tresmil quinientos) millones de años. Es verdaderamente infantil y presuntuoso, pensar que le podemos ganar. Hay otras formas de producir https://www.youtube.com/watch?v=b7mDEh-c1z8
Daniel Carlos Besso
CADIA - Centro Argentino de Ingenieros Agrónomos
5 de marzo de 2014
jueves, 20 de febrero de 2014 (De mis intervenciones recopiladas de distintos foros) El Glifosato en el banquillo. Amigos, colegas, no existen agroquímicos inocuos. Las conocidas medidas de DL100 y DL50, son un dato útil, pero para un producto de aplicación tan masiva, convendría tener datos "CIERTOS" de teratogenicidad, carcinogenicidad y otras formas de degeneraciones tisulares. En todos estos años excepto, últimamente pero muy tímidamente, no escuché para nada hablar de rotaciones, de volver a las explotaciones mixtas. Sabemos que son indidpensables como interrupción de los ciclos biológicos de todas las plagas (vegetales, insectos, bacterias,...etc.). Veo que mis colegas jóvenes no quieren saber nada de esto. Últimamente, como el Tata Dios, y la Pacha Mama, reaccionaron con sus contramedidas de variaciones genéticas de las malezas, insectos, etc., recién ahora empezamos a acordarnos del "manejo". En infinidad de explotaciones se abandonaron las instalaciones para el manejo de hacienda, como si el negocio de la agricultura "perpetua" no fuese algún día a darse vuelta. LA INGENIERÍA AGRONÓMICA es algo más que aplicar "santos remedios". Por deber que tener en cuenta tantas variables, desde económicas, ecológicas, biológicas, sociales, etc. es que es "INGENIERÍA", sino sería una simple tecnicatura. Si me preguntan que es lo malo del complejo de la agricultura actual "agroquímicos---OGM", concentración económica"; honestamente debo responderles que el daño mayor es haber transformado nuestros campos en desiertos verdes. Alguien, sin mala intención, me comentó que talvez ocurriese una selección natural, siguiendo una lógica darwiniana con la introducción de nuevos elementos, como el glifosato, el complejo agroquímico y las variedades genéticamente modificadas. Pero la "lógica darwiniana", es aplicable a los académicos en biología, ecología, etc. pero no es, para mí, aceptable en términos éticos, para ser aplicada sobre sistemas productivos que se desenvuelven en los mismos ambientes en donde viven seres humanos. Todo lo que expuse, sobre el tema de incluir rotaciones y sistemas mixtos de producción, hacen a los más elementales procedimientos de manejo agronómico. Ignorar las medidas de manejo como recurso previo, básico y necesario, que permiten prescindir de aplicaciones de agroquímicos, por lo menos en parte, no parece formar parte de la formación académica universitaria. Universitaria significa "conocimiento universal", ver el problema desde "el todo" como suma de las partes. Se me antoja un ejemplo: Si durante 2 o 3 años, dejamos de reiterar soja sobre soja, y "sin permiso de APRESID", se ara de día invitando a las gaviotas a exterminar los gusanos herradura, gusanos alambre, y grillo topos, ya "tenemos una en el bolso". Si luego, implantamos una pastura consociada con bastante leguminosas y las inoculamos bien, tenemos recuperación de N y recomposición de fertilidad, (otra en el bolso). Cuando aparezcan las chinches sanguinolentas, encontrarán que no hay soja y disminuirán su nº. Las malezas que aparezcan las iremos castigando con pastoreo intensivo o mejor con cortes de limpieza y enfardado. Mientras "hacemos pasar hambre" a los parásitos de nuestro cultivo estrella que disminuirán su nº, estamos produciendo kg de carne, no es que estaríamos perdiendo plata. Cuando volvemos a nuestra soja, el lote tendrá menos cantidad de población residente de parásitos, malezas y patógenos; serán más controlables. Entre tanto nos pasamos 3 o 4 años sin “glifosear” ese lote y sin muchos otros agroquímicos que no echamos, que, a propósito, no los regalan y las aplicaciones tampoco. Ahora, sabiendo que para manejar hacienda hay que trabajar más, en eso doy toda la razón. La hacienda da más trabajo. Por supuesto que esto es solo un ejemplo imaginario. En cada caso los colegas estudiarán lo que es más conveniente “a largo plazo”. Esa conveniencia a largo plazo, teniendo en cuenta todos los parámetros agronómicos, no solo la conveniencia económica circunstancial es el verdadero sentido de la palabra Sustentabilidad, no otra cosa Si estamos siendo empujados por circunstancias económicas, producto de políticas equivocadas, a no hacer las cosas lo bien que debiéramos, eso no nos impide tener bien en claro qué es lo que estamos haciendo. Más valdría sostener una posición conservacionista del recurso como argumento valedero en las negociaciones. Nadie puede oponerse eso. Respecto al glifosato así como al paquete de agroquímicos en general, no digo que se deban prohibir, sino racionalizar su uso. Debe ser un recurso final, cuando ya se han realizado todas las prácticas de rotaciones, de manejo, etc. no en forma automática y de primera. De ningún modo como “santo remedio”. Hoy la naturaleza está demostrando con su respuesta, que nada lo es. Siempre que pondero las rotaciones como básico en la agronomía en general, a eso llamo yo “BUENAS PRÁCTICAS” Y NO A HACER MÁS DELICADAMENTE LOS MONOCULTIVOS. Personalmente no concibo hablar de “BUENAS PRÁCTICAS”, tratándose de un monocultivo y aún de agricultura excluyente. No sería la primera vez que se pongan los ejemplos de la olivicultura, viticultura, forestales y fruticultura, como ejemplos de monocultivos. Es verdad, solo que en esos casos no hay remedio. Aún así se ensaya con sistemas silvopastoriles o cultivos de intercalar, durante la implantación de frutales y otros perennes. En el caso de frutales o cultivos perennes como la vid, yerba, te, forestales no hay rotaciones posibles, pero si se puede recoger los desrames, control de la hojarasca y otras prácticas, limpieza de las podas y quema de ese material (grafolita y carpocapsa). Imagínense por un momento que la ecuación se da vuelta. Que los agroquímicos, medidos en Kg. de producción triplican o cuadruplican su precio. Que si bien cambia el gobierno y bajan o desaparecen las retenciones, pero el precio de los comodities se desploma, que termine siendo más barato el daño que produzca una plaga que su control. Le comento a la muchachada, que eso ya ocurrió en otros tiempos. Ante ese escenario, ¿qué hacen?, ¿abandonan la agricultura? La pendularidad no es una buena decisión económica. Desgraciadamente es impulsada desde los gobiernos. En realidad la disyuntiva no es: GLIFO SI,....GLIFO NO. El glifosato es solo una herramienta más, que debe ser usada con el debido cuidado Y FRECUENCIA, como cualquier agroquímico. Ante el exabrupto de esa abogada cordobesa, que dijo que se debieran cerrar las facultades de agronomía porque generaban profesionales genocidas, envenenadores de la población; saltaron como leche hervida la F.A.U.B.A. atrás se sumó C.P.I.A. en una defensa corporativa. Es entendible que lo hagan y hasta podría hablarse algo igual de las facultades de derecho de donde proviene casi la totalidad de la clase política argentina. Pero yo no concibo de ningún modo que la agricultura excluyente y la ausencia de rotaciones estén incluidas en modo alguno en lo que se pueden llamar "buenas practicas". La discusión es muchísimo más profunda, tiene que ver con el usufructo y la tenencia de la tierra. Esto ha cambiado profundamente en los últimos 15 años. La tierra arable y cultivable, la tierra apta para agricultura cambió la composición de sus actores. Antes, quienes detentaban su tenencia, en general "per se" o por contratación de maquinarias y servicios, encaraba la producción; cuando no era él mismo quien se subía "al fierro" y trabajaba personalmente. Hoy el sistema de producción funciona mediante diversos tipos de organizaciones de siembra y cosecha, que arriendan los campos por un período productivo (adquieren diversas formas legales para saltear las leyes sobre arrendamiento), recurren a contratistas de siembra y/o cosecha, contratistas de aplicación de agroquímicos,....y en general todo lo necesario no se corporiza sino que es tercerizado. Si bien algunos actores de la pasada década están abandonando hoy el escenario. ¿Qué tiene que ver esto con el centro de nuestra discusión?: Resulta que la toma de decisiones sobre las medidas de manejo, demandan mínimamente una planificación a 3 - 4 o 5 años, y esto no se ajusta a los sistemas productivos actuales. Para más abundar, el colega ministro de agricultura, ganadería y pesca, se ha negado a recibir a la mesa de enlace, sin embargo se ha reunido con las entidades de productores (por la vía que sea) de los cultivos tradicionales de maíz, soja, trigo y girasol. De este modo se genera la discriminación entre productores tradicionales y estas nuevas organizaciones que no tienen porque tener un lugar físico propio donde desarrollar sus actividades. El sistema antiguo de producir, presuponía (aunque no siempre se daba), que el productor, dueño de su tierra, tenía un ineludible compromiso con la conservación del recurso, pues debería continuar, más allá de una campaña. Además de que el recurso, formaba parte de su heredad. Una forma muy actual de encarar el estudio de cualquier cosa que sea, arranca,, viendo el problema desde "los distintos ejes". La formación profesional de la gente de mi edad, tenía otra visión, muchas veces criticada de "ENCICLOPEDISTA". Y es absolutamente cierto, talvez fuese excesivamente abarcativa. Y decimos "excesivamente", desde el punto de vista de la dificultad que representa "EL TODO". Pero eso es "AGRONOMÍA", hay que estudiar "el todo". De otro modo es muy reduccionista. El glifosato, si es que posee alguna contraindicación, comparada con aquellas que tenían el 2,4 D, por ejemplo, "es leche chocolatada". El problema es que estamos bañando entre 20 y 30 millones de has. todos los años, y eso SI que no me cierra. Además es el conjunto de agroquímicos (insecticidas, fungicidas, co adyuvantes y tensioactivos) todos juntos casi todo el tiempo. Esta agricultura excluyente, incluye, “DEMANDA”, el uso de todo el paquete. ¿Y si lo dañino son las combinaciones con los insecticidas o los fungicidas? Como ya empezamos a conversar en el C.A.D.I.A., antes de que sean los profanos quienes se entrometan en algo tan delicado, debe nacer de nosotros la inquietud de promover los estudios. Sería muy interesante que los colegios médicos, también se involucraran en esta cuestión. Un relevamiento estadístico de la casuística de cáncer, nacimientos anormales, enfermedades del complejo de las autoinmunes, y alergias; podría estudiarse en los registros de las clínicas y hospitales de la zona núcleo entre 1980 y 1990, para luego cotejarlos en forma ponderada con las series 1991 2010. Esto se podría enriquecer con una correlación por tipo de lugar de asentamiento, trabajo y edad. Creo que estos serían trabajos realmente útiles. Pero como son tantas las sustancias y agentes a los que la sociedad se ve sometida, que tampoco sería del todo concluyente, pero por lo menos iríamos despejando alguna duda. Será pues momento de hacer llegar todo lo vertido, más lo que podamos conseguir e ir añadiendo, a los distintos colegios médicos, y a las autoridades sanitarias de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y La Pampa. Para ir propiciando un encuentro nacional que nos permita esbozar una serie de trabajos de recopilación y de tratamiento estadístico de los datos. Mientras tanto, este foro podría ampliarse a todo el complejo agroquímico de las nuevas técnicas agrícolas. Personalmente creo que el glifosato, es en realidad solo una parte de las cuestiones y debe ser motivo de debate abierto, desinteresado, en el interior de las entidades profesionales y la comunidad productiva. Esto antes de hacer lugar a las discusiones donde intervienen opinadores profanos, que más allá de su interés bien intencionado por el bien común, solo confunden a la opinión pública, no solucionan nada, y solo agregan crispación y miedo a la sociedad. Ing. Agr. Daniel Carlos Besso M.N.Nº 5162
Daniel Carlos Besso
CADIA - Centro Argentino de Ingenieros Agrónomos
5 de marzo de 2014
El colega Abecasis, arranca su intervención como pidiendo disculpas. Todos sabemos que tener una mirada distinta, que no pasa por el negocio de los agroquímicos, "levanta polvareda" . En mi intervención más arriba y no me agrada la autoreferencia, pero no me queda más remedio dije: El único recurso válido, pero no mágico, es jugar con la naturaleza, según sus reglas y no con las nuestras. El método se llama ROTACION. Y no solo agrícola, también ganadera. Pasturas, por corte y pastoreo directo con boyero,...etc. toda la tecnología de manejo del pasto que seguro vos coinocés. Luego retornar a agricultura. Rotar, rotar y rotar. También, de vez en cuando meter un arado y exponer los insectos del suelo a que las gaviotas reduzcan su población (son gratis).
Ing. Agr. Carlos Abecasis
HMA 4 S.A.
5 de marzo de 2014
Sé que va a generar discusiones lo que voy a decir, pero para eso están los foros. Creo que la Agronomía moderna parte de premisas falsas y por eso llega a conclusiones falsas... LA PRIMERA es creer que la maleza es la planta que trata de asomar su "cabeza" entre las plantas que cultivamos nosotros, y yo creo que es al revés: la maleza es el cultivo que implantamos !, ya que es una especie exótica que decidimos imponer en un área que tiene su propio bioma; es como que algún extraño se meta en nuestra casa por la fuerza; ¿qué harían uds.?. Cualquier cambio que hagamos va a presionar para tratar de expulsar a ese "intruso" (acción y reacción). Si partimos de esta base, las cosas las vamos a empezar a ver de otra forma y vamos a poder cambiar nuestra estrategia; si no seguramente vamos a seguir odiando a las pobres "malezas" sin que ellas tengan la culpa y por ende vamos a buscar todos los medios para eliminarlas de la faz de la tierra. EL SEGUNDO ERROR conceptual es sembrar grandes superficies de una misma especie (para mí esto se llama monocultivo). El motivo es muy simple: la naturaleza para estar en equilibrio desarrolló una estrategia brillante: la BIODIVERSIDAD. Cuando hacemos siembras de una sola especie vegetal en una gran superficie lo que estamos generando es un desequilibrio gigantesco, pero no sólo en la parte aérea sino en el perfil de suelo, ya que vamos a generar un sistema con pocas especies microbianas pero en abundancia cada una de ellas en vez de muchas especies en poca cantidad de individuos c/u (y en eqilibrio !). Imaginen qué pasaría si el Barcelona tuviera 11 Messi: sería un desastre !!, ya que este genio sólo descolla en ese equipo y jugando de 10. Es indispensable que haya equilibrio, y eso sólo se logra con la biodiversidad. Pero las cosecuencias de ese desequilibrio son muchas; entre las principales está la de generar también pocas especies vegetales capaces de sobrevivir a esta falta de diversidad, ya que las plantas también conviven naturalmente en una diversidad que ellas mismas deciden por compatibilidad o incompatibilidad (alelopatía positiva y negativa). Y cuando usamos los mismos herbicidas terminamos haciendo una perfecta selección de las más fuertes (rama negra, sorgo de alepo, etc.). La otra consecuencia del monocultivo es que cada planta que sembramos va a querer obtener lo mismo que la de al lado, ya que son igualitas por una selección genética del semillero. Esto genera un estado de estrés altísimo en todo el cultivo, adicional al que provocó el hecho de no tener otras especies sinérgicas con el cultivo nuestro. Y el estrés produce baja de fotosíntesis y proteólisis de la planta, debilitándose y atrayendo a cuanto bicho ande por ahí creando nuevas plagas. Y todo esto por partir de una premisa falsa... La manera más inteligente de revertir esto es, primero, entender el problema. Luego actuar en consecuencia. Las prácticas recomendables son muchas y no se pueden desarrollar en un foro, pero las principales apuntan, no sólo a las rotaciones (incluyendo la ganadería) y los cultivos de cobertura sino a reducir las superficies sembradas con una sola especie, intercalando con otros cultivos compatibles y sinérgicos entre sí, escalonar las siembras, utilizar distintos cultivares en vez de uno solo, dejar islas de especies nativas, incorporar las malezas como abono verde, variar los herbicidas (venimos trabajando con la reducción de ellos también, pero combinados con sustancias naturales que optimizan su acción mientras bajamos el impacto que producen sobre la comunidad microbiana), etc. etc. Al existir mayor biodiversidad microbiana va a haber menos probabilidad de que se desarrollen "malezas" dominantes. Recomiendo leer sobre Agroecología y ver un caso particular en Entre Ríos sobre cultivos mixtos o intersiembras (http://www.infiniteunknown.net/wp-content/uploads/2013/06/Laguna-Blanca-Argentina.jpg) que reducen sensiblemente el problema de las mal llamadas malezas y de muchos de los problemas que los Agrónomos vemos como "el problema" y que son sólo los síntomas del verdadero problema. Cuando vemos una plaga y creemos que es el problema es porque no entendimos que el verdadero problema se generó mucho antes por malas praxis que generaron un alto nivel de estrés en el sistema suelo-planta. Todo esto que dije lo vengo viendo in siu desde hace cuatro años en trabajos que hicimos en todo el país con nuevos manejos e insumos; en realidad son nuevos paradigmas. Hacer más de lo mismo nos lleva al mismo resultado... En realidad en agricultura nos lleva a un peor resultado. El problema no es el Glifosato o la rama negra, el problema es no entender cuál es el problema...
Daniel Carlos Besso
CADIA - Centro Argentino de Ingenieros Agrónomos
23 de febrero de 2014
Mario, a mi criterio no hay "santos remedios", si el glifosato alguna vez lo fué, ya no lo es más. La naturaleza responde, se defiende. Tiene tresmil quinientos millones de años ensayando la supervivencia de las especies (3.500.000.000)y nosotros pretendemos burlar sus leyes en un par de décadas. Con toda sinceridad (la única manera que concibo), te seguirán vendiendo alternativas que siempre durarán lo que un mono colgado de la cola. El único recurso válido, pero no mágico, es jugar con la naturaleza, según sus reglas y no con las nuestras. El método se llama ROTACION. Y no solo agrícola, también ganadera. Pasturas, por corte y pastoreo directo con boyero,...etc. toda la tecnología de manejo del pasto que seguro vos coinocés. Luego retornar a agricultura. Rotar, rotar y rotar. También, de vez en cuando meter un arado y exponer los insectos del suelo a que las gaviotas reduzcan su población (son gratis).
Daniel Carlos Besso
CADIA - Centro Argentino de Ingenieros Agrónomos
21 de febrero de 2014
Finalmente, no fue en vano. Ninguna rotación será completa sin la pata ganadera. El tema de la necesidad de rotar va mucho más allá de las malezas, los insectos y las enfermedades.
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