Antes de abordar el manejo invernal, es fundamental comprender qué factores determinan la temperatura efectiva en los galpones o salas. Esto no depende únicamente de la temperatura ambiente, sino también de variables como:
A partir de esto, debemos asegurar la hermeticidad de las salas o galpones para que el aire frío del invierno —que por la noche no supera los 5 °C e incluso puede estar por debajo de 0 °C— no llegue directamente a los animales.
Por otro lado, hay que recordar que la humedad durante el día, especialmente si es soleado, es distinta a la de la noche, cuando baja la temperatura y sube la humedad.
Todo esto se hace para mantener por poder trabajar con la ventilación mínima, para esto deberemos considerar varias tips, como son:
- El ancho del galpón
- El largo de la sala
- Tipo de cieloraso o pendiente
- Tipo de inlets instalado
- La temperatura exterior
- La humedad exterior
Fuente de calor
Otro tema importante es la fuente de calor para proporcionar una temperatura adecuada dentro los galpones o salas.
Cuando se utilizan criadoras y/o tapetes, las zonas de confort deben estar a al menos 35 °C directamente debajo de la criadora durante 14 a 21 días, dependiendo del tamaño y estado sanitario de los cerdos.
En un ambiente frío predomina el intercambio de calor sensible, el cual se produce por conducción, radiación y convección. Este intercambio depende del gradiente de temperatura entre el cerdo y su entorno, donde el objeto más caliente transfiere calor al más frío hasta alcanzar el equilibrio térmico (segunda ley de la termodinámica).
Los cerdos tienen una temperatura de confort o zona termoneutral que se sitúa entre los 18 y 25ºC. Por debajo de este rango, tendrán frío, y por encima, sufrirán estrés por calor.
Es fundamental verificar que las fuentes adicionales de calor funcionen correctamente y estén ubicadas a la altura recomendada. De lo contrario, pueden observarse comportamientos como que los cerdos no se posicionan directamente debajo de las lámparas o campanas.
Ventilación
La primera razón para ventilar es controlar la humedad, que no debería superar el 65 %.
Por ello, es crucial que los extractores variables no trabajen por debajo del 55 %, ya que en ese caso no logran eliminar adecuadamente la humedad producida.
La experiencia en Argentina, en galpones de destete a venta (wean to finish), donde las fuentes de calor son limitadas, sugiere trabajar con ciclos de ventilación, es decir, ciclos de
5 minutos (300 segundos), con un tiempo de encendido y otro de apagado de los extractores para permitir la recuperación de temperatura.
Parámetros de calidad de aire:
• Libre de polvo
• Amoniaco debajo de 20 ppm
• CO2 debajo de 3000 ppm
• CO debajo de 3 ppm
• H2S debajo de 5 ppm
• Humedad menos de 70%
Dinámica del aire
Es muy importante verificar la dinámica del aire para ajustar correctamente los ciclos de ventilación. El aire frío es más denso que el caliente y por lo tanto cae más rápido. Si el aire frío que entra por los inlets no se mezcla con el aire caliente antes de alcanzar el nivel de los cerdos, saldrá directamente por los extractores sin cumplir su función.
Por eso, lo primero que debemos controlar es la presión de trabajo y la velocidad de ingreso del aire por los inlets.
Cuando la temperatura exterior es inferior a 5 °C, se debe trabajar con mayor presión, respetando una apertura mínima de los inlets entre 5 y 7 cm.
Según el ancho del galpón, se recomienda una presión mínima de trabajo para asegurar que el aire ingrese hasta el centro del mismo.
Ejemplos visuales
En la primera imagen, se observa que, aunque el aire entra hasta el centro del galpón, lo hace con baja velocidad y no se mezcla con el aire caliente, permaneciendo en la parte superior.
En la segunda imagen, se aprecia cómo el aire ingresa con mayor velocidad, mezclándose con el aire caliente, alcanzando el nivel de los cerdos y ayudando a secar los slats.
En las salas con ventilación transversal, el aire debe ingresar con más presión para alcanzar el centro del galpón. En una imagen se observa cómo, al no haber presión suficiente, el aire frío cae directamente sobre los animales.
Al corregir la apertura, mejorar la presión de trabajo y utilizar direccionadores de aire, se mejora la ventilación, el aire frío se mezcla con el templado y —lo más importante— no impacta directamente sobre los cerdos.
Como puede verse, es fundamental verificar cada uno de estos aspectos si queremos mantener a los cerdos dentro de su rango de confort térmico y ofrecerles un ambiente que favorezca su crecimiento óptimo y sin enfermedades.