Introducción.
El uso de desperdicios orgánicos en la alimentación porcina, desechos de cocina (salcocho), agropecuarios, de la pesca, industriales y otros, es una práctica comercial extendida en Cuba por más de 20 años (del Río y col.; 1980; Pineda y col. 1989). El procesamiento y uso de residuos orgánicos procesados en la alimentación animal es una actividad todavía poco valorada, a pesar de que representa una importante alternativa para apoyar la producción de alimentos de origen animal, como ha sido demostrado por otros investigadores (Heseker y col.1996, Figueroa, 2003).
Los desperdicios procesados representan en Cuba aproximadamente el 23% de todos los alimentos en base seca que consume la producción especializada de cerdos. Se utilizan prioritariamente para el crecimiento y la ceba de cerdos y de acuerdo con las normas nacionales cubanas (UNEPOR 1990) deben suplementarse adecuadamente con un pienso concentrado (800 g/día/animal) que contiene alrededor de 20% de N x 6.25 (Figueroa y col., 2003).
El municipio de Caibarién por su ubicación geográfica en la costa norte de la región central de Cuba, es un territorio de alto riesgo biológico, debido a que es una zona de recale internacional, cercana a las instalaciones turísticas de la cayería Norte, que recibe los desechos de alimentos de los hoteles, así como, forma parte de dos importantes corredores aéreos de aves migratorias.
El cebadero “Texico” constituye un centro de recepción y procesamiento de los desperdicios alimenticios para que no sean utilizados por granjas porcinas de otros municipios de la provincia y a la vez es utilizado como una unidad de animales centinelas que contribuyen al sistema de vigilancia y alerta temprana de los servicios de sanidad agropecuaria en la provincia de Villa Clara.
Todos estos aspectos están relacionados con mecanismos de penetración de enfermedades a un territorio, por lo que se considera importante comprobar la inocuidad del Pienso Liquido Procesado (PLP) desde el punto de vista microbiológico y evaluar su factibilidad económica como alternativa sostenible al alimento balanceado en la ceba de cerdos, mediante la comparación de algunos indicadores bioproductivos y de salud en cerdos alimentados con PLP y concentrado, en las condiciones de producción de este centro. Nos propusimos como objetivo en el presente trabajo demostrar la utilidad del PLP como alternativa de reducción de costos por concepto de alimentos y del riesgo de introducción de enfermedades.
Materiales y Métodos.
El presente trabajo se realizó en la Granja porcina “Texico”, ubicada en el municipio de Caibarién, provincia de Villa Clara, Cuba. En el periodo comprendido entre los meses de febrero a abril de 2014. Para el desarrollo del mismo se emplearon un total de 40 cerdos de la categoría ceba, de razas York-Land X Duroc-Jersey, L-35 y CC-21 respectivamente, con edades comprendidas entre 75 (al inicio) y 120 días (al finalizar). Los animales fueron divididos en dos grupos de 20 cerdos cada uno, con aproximadamente igual cantidad de hembras y machos. El grupo A fue alimentado con una dieta a base de 2.5 kg de alimento balanceado (pienso de ceba con 14.3 % de PB y 14.2 MJ/Kg MS para 357 g de proteína/día/animal) desde los 75 días de edad, hasta 195 días. El grupo B con 8.0 kg de PLP compuesto por diversas materias primas (salcocho, desperdicios de la agricultura, etc. y sometidas a un proceso de mezclado, homogenización y cocción con 80 oC de temperatura y 1.5 atmósferas de presión) con un 12 a un 20 % de proteínas totales, 12 a 16 MJ/Kg MS de energía, que aportan 339 g de proteína/animal/día, más un suplemento de 1,7 kg de concentrado del mismo pienso, que aporta 357 g de proteína/animal/día, para un total de 696 g/animal/día, en dos raciones diarias. Los animales fueron distribuidos homogéneamente, con un espacio vital de 0.68 metros cuadrados por animal y un frente de comedero de 30 centímetros. El agua estuvo a disposición por el sistema de bebederos de tetinas. Durante el ensayo los animales fueron pesados con una balanza (marca TORREY) en el momento de entrada a la ceba (Peso Inicial) y 120 días posteriores (Peso Final). Se determinó el incremento, la ganancia media diaria (GMD), conversión alimenticia, curva de crecimiento y la viabilidad, así como, la ocurrencia de episodios diarreicos y se calculó los índices epizoóticos de morbilidad, mortalidad y letalidad, asociado a procesos diarreicos y respiratorios, según Thrusfield, 2007). Se efectuó un análisis de covarianza para comparar los pesos iniciales de cada grupo, no existiendo diferencias significativas.
Se realizó una valoración económica teniendo en cuenta los costos del PLP y el alimento concentrado, así como el ahorro de pienso. No se tuvo en cuenta otros gastos por ser iguales para todos los grupos (salario, energía, amortización, etc.). Se realizó un análisis bromatológico (cuatro muestras) para la determinación de proteína bruta, materia seca y cenizas, mediante los procedimientos de la Norma Ramal Cubana 74/22 de 1985. Además de un análisis microbiológico (según NC 605 de 2008, NC ISO 4832 de 2010 y NC ISO 7951 de 2002) de tres muestras de PLP procedentes de la planta de tratamiento del cebadero, para evaluar la calidad sanitaria del alimento.
Los resultados obtenidos se procesaron a través de un paquete estadístico STATGRAPHICS Plus 5.0. Se realizó pruebas de hipótesis de comparaciones de proporciones para los índices epizoóticos de morbilidad, mortalidad y letalidad, así como la viabilidad. Se efectuó un análisis de covarianza para comparar los pesos iniciales de cada grupo y un análisis de varianza de clasificación simple (ANOVA) para el peso inicial, peso final y la ganancia media diaria (GMD).
Resultados y discusión. En el análisis bromatológico realizado al PLP la composición de nutrientes esenciales fue de 12 -20 % de PB, 12 - 16 de EM por Kg de MS, 14 - 20 % de MS y 4 - 8 % de cenizas. Se comprueba que el producto, junto a un suplemento de alimento balanceado, puede contribuir a cubrir los requerimientos nutricionales del cerdo para la categoría de ceba. En la evaluación sensorial no se presentan alteraciones, por lo que la calidad sanitaria de este alimento es aceptable, al estar libre de gérmenes patógenos indicadores de la contaminación de alimentos. Sin embrago, los indicadores microbiológicos evidencian, que la muestra supera las tolerancias para el conteo de hongo. Resultados que pudieran atribuirse al alto contenido de humedad de este tipo de alimento, el cual favorece la proliferación de hongos saprófitos, unido a las altas temperaturas en las condiciones tropicales de nuestro país.
Al realizar una comparación de los indicadores de eficiencia alimentaria en ambos grupos de animales (grupo A con una dieta a base de concentrado y el grupo B con una dieta a base de PLP más un complemento de concentrado), no se halló diferencias estadísticamente significativas (p ≤ 0.05) entre grupos, con respecto al peso promedio inicial, incremento de peso promedio, peso promedio final y la ganancia media diaria (GMD), aspecto que demuestra la factibilidad del sistema de ceba de cerdos a base de PLP con un complemento de alimento concentrado. La conversión alimenticia fue mayor en los cerdos alimentados con concentrado.
Tabla 1. Comparación de los indicadores bioproductivos analizados.
Estos resultados permiten inferir que la alimentación con PLP, suplementado con un concentrado (357 g/animal/día) permiten obtener resultados similares a los obtenidos por la alimentación a base de concentrado, en cuanto a la eficiencia alimentaria, morbilidad y viabilidad. Los resultados son superiores a los obtenidos por otros autores García y col. (2002) quienes emplearon dietas liquidas para cerdos a base de NUPROVIN más mieles de caña, y lograron 620 gramos por día de GMD. Thompson y López (2006) con el empleo de miel C lograron solamente 500 gramos por día de GMD.
La GMD obtenida es inferior a la que obtuvieron Figueroa y col. (2003) con la suplementación con 2 kg/día/animal de crema de levadura torula (18% MS y 43% N x 6.25 en MS) o 545 g/día/animal de levadura torula seca con GMD de 618 y 880 g/día respectivamente. Los resultados de su experimento apoyan cada vez más el criterio del alto nivel de ingestión de dietas líquidas por los cerdos y demuestran el alto potencial del comportamiento de cerdos alimentados con estas dietas no convencionales, cuando las mismas se balancean adecuadamente.
Durante el período de estancia (128 días) se alimentaron 189 cerdos como promedio diario, 24 149 cerdos-días. Si tenemos en cuenta los animales alimentados durante el periodo de crianza de este grupo y si se hubiesen alimentados con el sistema convencional, el gasto total de pienso seco hubiese sido de 59.9 toneladas. Con el sistema a base de PLP, utilizando Pienso Ceba, el consumo total ascendería a 39.0 toneladas y a base de Pienso B un total de 45.6; por lo que con el uso del PLP, el ahorro sería de 20.8 y 14.3 toneladas respectivamente. El grupo alimentado con pienso liquido resulta más rentable que el que utiliza la alimentación con concentrados solamente, lo cual significa que en ese sistema de alimentación se logran $ 587.67 (peso cubano) de ganancias por encima del otro grupo, y se ahorran $ 652.8 por concepto de gastos en alimentación.
Conclusiones.
La alimentación de cerdos de ceba con PLP en las condiciones concretas de la unidad objeto de análisis, constituye una alternativa sostenible y económicamente sustentable. Además de contribuir a la disminución del riesgo de introducción de enfermedades transmisibles y a la protección del medio ambiente.
Referencias Bibliográficas.
- del Río J, Pineda A y Chao R (1980). Criterios tecnológicos en el diseño de nuevas plantas procesadoras de desperdicios alimentarios. Ciencia y Técnica en la Agricultura. Ganado Porcino 3(3):7-19
- Figueroa, V; García, A., Alemán, E (2003). Evaluación del potencial de desperdicios procesados en la ceba de cerdos. Instituto de Investigaciones Porcinas. Habana, Cuba.
- García, M.D., García, A. y Mederos, C.M (2002). Utilización de concentrados proteicos (NUPROVIM) y mieles de caña para cerdos en crecimiento ceba en sistemas productivos no especializados. XVIII Congreso Panamericano de Veterinaria. La Habana. Cuba.
- Heseker A., Beckhausen W.S., Flachowsky G. and Kamphues J. (1996). Food manufacturing industry. Proceedings of the Workshop, Unconventional Feedstufss, No. 169, p. 377.
- Thrusfield M. (2007). Veterinary Epidemiology. Third edition. Blackwell. Publishing. Pp.269-270.