10 Causas de variabilidad en la condición corporal de Hembras Gestantes: Una perspectiva práctica

La gestión de la condición corporal de las hembras gestantes emerge como un aspecto crítico que influye directamente en la eficiencia reproductiva, mortalidad y desecho, producción de leche y la salud de sus lechones. Este artículo desentraña las diez causas fundamentales de variabilidad en la condición corporal de las cerdas durante la gestación, ofreciendo una mirada práctica sobre cómo abordar estos desafíos. Desde la nutrición hasta la formación del personal, exploramos cómo cada factor contribuye a las fluctuaciones en la condición corporal y proponemos soluciones prácticas para optimizar el manejo de las cerdas gestantes, garantizando resultados productivos eficientes y sostenibles.

1. Nutrición y Alimentación Inadecuada: Una nutrición equilibrada es crucial; una insuficiencia puede causar bajo peso y una excesiva puede llevar a la obesidad. La alimentación, que implica la metodología de suministro de alimentos incluyendo frecuencia y cantidad, varía según el tipo de sistema productivo (jaula o corral) y el nivel tecnológico de la granja. Un manejo inadecuado de la alimentación puede resultar en una ingesta irregular o desperdicio de alimento. Es esencial adaptar la nutrición y alimentación a las necesidades individuales de cada cerda, con un seguimiento especial en momentos clave del ciclo productivo: parto, destete, monta, y a los 30, 60 y 90 días de gestación para garantizar su productividad y el de la progenie.

Imagen 1. Evaluación de condición corporal de hembras, // Fuente; PIC

2. Presentación del Alimento: La eficacia de la alimentación varía en función de la presentación del alimento y su materia prima, pudiendo ser este en forma de harina, pellet, migaja o líquida. Factores como la densidad del maíz y la humedad del alimento pueden influir significativamente en su volumen, con variaciones que pueden alcanzar hasta un 15%. Esto puede llevar a ajustes incorrectos en los dispensadores durante la fase de gestación. Es crucial que el molino informe a la granja sobre cualquier cambio en la materia prima o en la presentación del alimento para que se puedan realizar los ajustes necesarios en los equipos de alimentación.

3. Estado de Salud: Durante eventos sanitarios, los nutrientes son redistribuidos prioritariamente hacia el sistema inmunitario, lo que a menudo no deja suficientes recursos para otras funciones fisiológicas esenciales. Además, un cerdo enfermo tiende a reducir o incluso dejar de consumir alimento, lo que agrava su estado nutricional. Por ello, es imprescindible implementar un monitoreo sanitario riguroso y tener una estrategia de respuesta rápida ante cualquier signo de enfermedad.

4. Etapa fisiológica: Las necesidades nutricionales varían significativamente dependiendo de factores como la edad de la hembra; por ejemplo, las diferencias en la demanda nutricional entre primerizas y cerdas multíparas son considerables. Además, la etapa de gestación influye en los requerimientos nutricionales: durante la monta y la gestación temprana, las necesidades son distintas en comparación con el último tercio de gestación, específicamente después del día 90, cuando se requieren nutrientes adicionales para soportar el rápido crecimiento fetal. Es crucial colaborar estrechamente con un nutricionista para determinar el número de dietas específicas y asignar un presupuesto adecuado, tomando en cuenta la etapa gestacional y la paridad de las hembras.

5. Condiciones Ambientales: Variaciones ambientales significativas, especialmente en términos de temperatura y humedad, pueden impactar considerablemente en las cerdas. Una fluctuación de 5 grados Celsius o un cambio del 10% en la humedad pueden alterar significativamente su sensación térmica, lo que a su vez afecta su comportamiento alimenticio. Por lo tanto, el control ambiental en las salas de gestación es crucial. Ajustar la temperatura y la humedad a niveles óptimos no solo mejora el confort y el estado de salud de las cerdas sino también su ingesta de alimento.

6. Factores Genéticos: Cada línea genética posee características únicas que definen su condición corporal ideal. En granjas donde se manejan cruces F1, que combinan distintas líneas genéticas, es esencial determinar cuál es la condición corporal que maximiza los resultados productivos. Este enfoque requiere un análisis detallado y una adaptación específica a las características de cada cruce para optimizar tanto la salud como la productividad de los animales.

7. Tipo de instalaciones: En cada instalación, existen diferentes tipos de dosificadores con capacidades y regulaciones variadas. Es necesario realizar ajustes específicos para cada tipo de dosificador para asegurar una alimentación precisa. Además, es importante evaluar si el dosificador suministra alimento a una hembra individual o a un grupo. En el caso de alimentación grupal, se puede generar competencia por el alimento, donde la hembra dominante podría consumir más de su ración, dejando a las hembras más sumisas con menos alimento. En estas situaciones, es esencial desarrollar estrategias para ampliar el área de alimentación y garantizar un acceso igualitario al alimento para todas las hembras. Otro aspecto a considerar es el nivel de desperdicio de alimento, que varía según si este cae en un comedero, una canaleta o directamente al suelo. Ajustar estos factores puede reducir el desperdicio y mejorar la eficiencia de la alimentación.

8. Mantenimiento de las instalaciones: Se debe evitar problemas como taponamientos o desperdicios de alimento, y por ello requiere una supervisión diaria. Es importante asegurarse de que las líneas de alimentación y los dosificadores estén correctamente alineados, ya que cualquier inclinación puede afectar su capacidad de llenado y distribución de alimento, haciendo esencial su ajuste. En los sistemas electrónicos, es vital revisar regularmente el estado de los cableados eléctricos y asegurarse de que no hayan sido afectados por cortes de energía; en este contexto, el control de plagas y el uso de reguladores de voltaje son fundamentales. Además, se debe prestar atención al tipo de comedero utilizado, especialmente si este también sirve como lugar de bebida para las hembras. Es importante evitar la dilución o desplazamiento del alimento a lo largo de la línea de alimentación, controlando el exceso de humedad en el área de alimentación para garantizar la calidad y el consumo adecuado del alimento.

9. Errores de medición y seguimiento: Errores comunes en la medición incluyen: no utilizar el caliper como herramienta de referencia, donde lo ideal es intervenir en cerdas con menos de 8 puntos (flacas) o más de 19 puntos (gordas) de caliper; no realizar muestreos directamente en el dispensador de alimento, donde es más preciso; una frecuencia inadecuada de muestreo y no cubrir todas las instalaciones, siendo recomendable hacerlo en todas las naves; variaciones en la ubicación de muestreo, se sugiere hacerlo a lo largo de la línea de alimentación y en los mismos dispensadores para mantener la consistencia; y el uso de una báscula no suficientemente sensible, siendo preferible una báscula digital en gramos. Además, es un error común no identificar ni llevar indicadores de la condición corporal del grupo, lo que es crucial para el seguimiento y la toma de acciones correctivas. En la práctica, se han detectado variaciones de hasta un 15% entre la cantidad de alimento que se cree ofrecer y la cantidad realmente dispensada.

10. Entrenamiento e idiosincrasia del personal: Es crucial abordar y corregir la creencia errónea de que los animales con mayor aspecto (gorditos) tienen mejor salud y rendimiento. Esta concepción puede conducir a una condición corporal inadecuada en el hato, resultando en pérdidas productivas y sanitarias significativas. Otro factor es la capacitación y uso correcto del Caliper y su lectura dependiendo de la paridad. Es importante que, en términos prácticos, puedan reconocer y entender cómo la condición corporal adecuada de las hembras influye directamente en su desempeño. Lograr que el personal observe y comprenda esta relación es esencial para obtener su compromiso y asegurar una ejecución correcta de las prácticas de manejo. La formación debe enfocarse no solo en los aspectos técnicos, sino también en cambiar la idiosincrasia y las percepciones preexistentes respecto al manejo ideal de los cerdos.