La carne de cerdo ibérico está ganando la batalla al jamón en el mercado japonés con la comercialización de un centenar de toneladas anuales que generan una facturación estimada entre los 12 y los 15 millones de euros, según los datos facilitados por el presidente del Consorcio de Jabugo, Julio Revilla, que participa en los contactos comerciales organizados por la Agencia Andaluza de Promoción Exterior (Extenda) coincidiendo con la presencia del presidente de la Junta, Manuel Chaves, en el país nipón.
Revilla se mostró convencido de que el mercado de la carne de cerdo ibérico en Japón está "llamado a crecer sin lugar a dudas", ya que su implantación, cada vez mayor, se puede ver beneficiada como "producto alternativo" a la carne de vacuno de Estados Unidos y al pollo de origen francés, afectados por nuevos focos en las últimas semanas que impiden su exportación.
El escenario para la carne de cerdo ibérico en Japón es muy favorable, con entre 12 y 15 millones de euros de facturación, en cifras que triplican la facturación de los embutidos, que alcanza entre cuatro y cinco millones, aunque Revilla reconoció que "la mayor parte" del cerdo ibérico que llega a Japón no tiene origen andaluz.
En su opinión, esta situación se debe a que "hay poca empresa andaluza ibérica homologada para Japón, apenas tres o cuatro, que, no obstante, concentran una proporción importante", entre el 20 y el 25 por ciento, mientras que la mayor parte corresponde a la zona de Guijuelo (Salamanca).
El éxito de la carne de cerdo ibérico en Japón fue en parte fruto de las circunstancias, ya que la apuesta inicial fue incorporar el jamón ibérico de bellota como "producto estrella", pero la prohibición derivada de la peste porcina clásica en España obligó a llevar en primer lugar la carne, "y nuestra gran sorpresa fue que tuvo un éxito magnífico", recordó Revilla.
De hecho, el presidente del Consorcio de Jabugo destacó que los japoneses consideran a la carne de cerdo ibérico "la mejor carne de cerdo del mundo", principalmente gracias a la grasa, ya que indicó que, a diferencia de lo que ocurre en España, "donde se piensa que se debe retirar, en Japón se sabe que grasas como la del pescado o la del cerdo ibérico de bellota son sanas y saludables y la quieren porque saben que en la grasa está el sabor".
