Ensilado de alimento cubano (AEC). Una alternativa técnica, económica y ambiental para producir carne de cerdo

Los países tropicales, salvo excepciones, no son eficientes productores de granos energéticos y proteicos para la alimentación animal; en algunos casos la competencia por los alimentos entre animales y humanos inclina la balanza hacia éstos últimos como es lógico. Sin embargo, en el trópico la producción de caña de azúcar y sus derivados, subproductos, tubérculos, raíces y forrajes proteicos de diferentes orígenes es importante, y estos pueden paliar en gran medida el déficit de los alimentos tradicionales y reducir los costos de alimentación para producir carne y huevos para la población de estas regiones.

Con estos antecedentes, un grupo multidisciplinario de investigadores del Instituto de Ciencia Animal (ICA) diseñó la industrialización de un ensilado líquido, la cual fue acogida y materializada por el Grupo Empresarial Azucarero (AZCUBA) a esta escala, en la UEB Héctor Molina de la provincia Mayabeque. Para ello dicho equipo propuso formulaciones que ya habían sido evaluadas a escala de investigación, con buenos resultados, tanto en el instituto, como en algunos productores de la zona. Teniendo en cuenta lo antes expuesto, la presente investigación tuvo como objetivo evaluar el alimento ensilado industrial (AEC) en la alimentación de cerdos en crecimiento-ceba.

 

Se utilizaron 144 cerdos mestizos (Yorkshire x Yorkshire/Duroc) machos castrados y hembras, en igual proporción de 30 kg de peso vivo fueron distribuidos en 4 tratamientos según diseño completamente aleatorizado con el objetivo de estudiar la sustitución del maíz (0, 33, 66 y 100% de sustitución en base seca (BS)) por el AEC.

Los animales fueron alojados en corrales colectivos a razón de 6 animales/corral y 6 repeticiones /tratamiento y fueron alimentados diariamente desde las primeras horas de la mañana. Primeramente se ofreció la norma del alimento seco (AS), el cual fue humedecido por el AEC, según los tratamientos antes mencionados. Posterior al consumo de la mayor parte del alimento seco humedecido (aproximadamente 1 hora), se ofertó el ensilado de acuerdo a la escala establecida para el rango de peso, la cual varió semanalmente. El agua la recibieron ad libitum mediante tetinas de succión. Los animales se pesaron al inicio y cada 28 días hasta que terminó la prueba a los 98 días.

El análisis económico se realizó teniendo en cuenta el costo del maíz (90 % MS) de 350 USD t-1 y el costo del AEC (llevándolo al 90 % MS) de 97.7 USD t-1. Se determinó el costo de alimentación por cerdo cebado.

 

El análisis microbiológico realizado a varias muestras de ensilado se comportó dentro de los indicadores establecidos en las normas (NC-I20 4833:2002, NC-I20 7954:2002, NC-I20 7954:2002) emitidas por el Instituto de Medicina Veterinaria de la República de Cuba (2002) para el conteo total de bacterias, coliformes, conteo total de hongos y salmonella El crecimiento de estos patógenos está limitado por el pH ácido (3.76) característico del producto (Lechevestrier 2005). Esto se relaciona con que no se produjeron diarreas infecciosas ni muertes de animales en los tratamientos con AEC, lo cual se debe en parte este pH ácido que crea además un ambiente favorable en el tracto gastrointestinal de los animales. También es posible predecir un efecto de la levadura Saccharomyces cerevisiae presente en el alimento, de la cual se conoce que los elementos activos de su pared conocidos como oligosacáridos de glucanos y mananos, son capaces de activar selectivamente el crecimiento de los microorganismos en el TGI (Pérez 2000 y Galindo et al. 2010) como los lactobacilos y excluir a las bacterias patógenas (Blondeau 2001) ya sea por una reducción de sus posibilidades de adhesión a la pared o directamente por un efecto antagonista contra ellos (Rodríguez 2010). Todo esto implica un ahorro importante de medicamentos como los antibióticos que se emplean frecuentemente para combatir determinadas situaciones entéricas durante la crianza.

En la Tabla 1 observamos que no se encontraron diferencias significativas para el peso final y ganancia media diaria a los 56 y 98 días de estancia experimental y si entre estos y el 100% de sustitución del maíz (p≤0.05), aunque el valor reportado no es nada despreciable en momentos coyunturales de precios o crisis con los cereales. Similar tendencia sucedió con la conversión total en base seca para las etapas antes analizadas. Es destacable como la conversión se reduce significativamente (p≤0.01) a medida que va sustituyendo el maíz por el ensilado lo que da la medida del ahorro de este cereal para el crecimiento ceba de los cerdos, según la tecnología de alimentación empleada.

Los ensilados tradicionales de forrajes de gramíneas y leguminosas son conocidos y elaborados desde la antigüedad, principalmente en países templados para animales rumiantes donde representan parte de la base alimentaria en los meses muy fríos en los que el ganado vacuno tiene que mantenerse estabulado (Cañete y Sancha 1998 y García y Michelena 2008). Otros ensilajes biológicos y químicos han sido producidos y utilizados eficientemente en la alimentación animal a partir de desechos pesqueros (Díaz 2004 y Marrero et al. 2009). También el ensilado de la raíz de yuca enriquecido fue informado por Almaguel et al (2010) para cerdos en ceba. Por su parte Lezcano et al. (2014) reportaron la sustitución total de la energía del maíz por raíz de yuca ensilada con agua y yogur o vinaza de las destilerías de alcohol, con elevadas ganancias de peso vivo en cerdos en crecimiento-ceba. Resulta importante destacar el trabajo de Piloto et al. (1990) quienes sustituyeron la soya por levadura Sacharomyces en la ceba de cerdos con dietas de mieles intermedias A y B, y lograron ganancias medias diarias superiores a los 700 g, con una marcada reducción en el costo de la tonelada de carne.

Los resultados productivos que se presentan en el estudio vienen a confirmar los mencionados anteriormente, pero con estos alimentos alternativos mezclados, procesados industrialmente y convertidos en un alimento energético capaz de sustituir hasta el 66 % del maíz en la dieta de cerdos en crecimiento-ceba, además que son los primeros reportados para el AEC en dietas para cerdos en crecimiento-ceba.

La planta donde se produce el AEC puede producir 60 t día-1, el cual se puede preservar durante 6 meses sin perder sus características nutricionales y organolépticas. Por otra parte se utiliza la vinaza de las destilerías que es un desecho industrial de alto efecto contaminante, lo que contribuye con el cuidado del medio ambiente. La crema Sacharomyces y la miel B son subproductos de la agroindustria azucarera y no compiten de forma directa en la alimentación humana y en el caso del boniato se puede emplear todo aquel que pierde valor comercial por diversas causas lo que permite su aprovechamiento y evita su putrefacción y consecuente contaminación. .

Los resultados evidencian una reducción considerable en el costo de alimentación con un ahorro del 39.6% con el 66% de inclusión respecto al control, por cerdo cebado, al incluir el AEC. La viabilidad económica es alta, además de lo que representa la disminución de la contaminación ambiental, al emplear residuales industriales y viandas tropicales que son descartadas para consumo humano.

 

El alimento ensilado que se propone, constituye una alternativa para la mayoría de los países tropicales, por lo fácil de producir a cualquier escala y permite que pequeños y medianos productores no desistan de producir carne porcina por los elevados precios que presentan los cereales en los últimos años para alimento animal (FAO 2008). 

A partir de los resultados obtenidos se considera que es posible sustituir el 66% del maíz por AEC en dietas para cerdos en crecimiento-ceba con ventajas económicas y ambientales importantes.