¿Cómo identificar la cerda perfecta para la reposición?

Una cerda de reposición, puede tener tantas definiciones como empresas o interlocutores abordemos.  ¿Por qué? Porque… es más que una cerda: es un concepto que engloba una serie de características cuyos principales factores modificadores van a ser el origen genético y las necesidades del usuario. Además, se da la particularidad de que ambas pueden ser cambiantes y evolucionar en el tiempo. Como ejemplos de cambios en ambos lados podemos nombrar la actual tendencia hacia la adquisición de líneas hiperprolíficas y la aparente predisposición a abandonar la tan extendida moda de inseminar cerdas “maduritas”.

Entrando en harina, diremos que entre las características definitorias de la cerda de reposición deben estar incluidas la edad y  condición corporal, así como criterios de conformación y aplomos y/o belleza. También podemos incluir extras, como fecha límite para la finalización del plan vacunal, edad de entrada y salida de cuarentena o tiempo y método de adaptación al microbismo de la explotación.

La cuarentena y adaptación pueden tener períodos comunes que además incluyan la primovacunación  y que, junto con la edad de cubrición, marcarán la edad a la entrada en cuarentena. Eso no es todo: una vez adaptada a nuestra explotación, también debemos adaptarla a nuestra gestación, manejos específicos, alimentación y, a poder ser, a la jaula. Todo ello lleva su tiempo. Si asignamos a este periodo una duración de un mes y dos para la cuarentena y adaptación microbiológica, debemos traer, comprar o introducir las cerdas a los 4,5 meses de edad.

No podemos marcar un objetivo común para la condición corporal, pues dependerá de la línea genética, pero si podemos  recomendar el cumplimiento a rajatabla de dicho objetivo y la instauración de medidas de control continuado con puntos de alarma. Hay que recordar simplemente que el cumplimiento dependerá mucho de la condición en el momento de recepción.

La literatura existente tiene un denominador común: los 7,5 meses como edad recomendada para la cubrición. El incremento de la edad de cubrición más allá de este punto suele estar inversamente relacionado con la capacidad productiva en la vida útil de la hembra.

La principal función de la cerda de reposición es la de ser cubierta con éxito, por lo que el inicio de la recela es otro de los factores clave. Se ha comprobado cómo las cerdas que salen en celo antes son más proclives a ser cubiertas que las que salen más tarde o no salen, así como que la edad ideal para el inicio de la detección del celo son los 6 meses.

Cada entrada de reposición debe contemplarse como un lote cerrado de cualquier otro tipo de población de la granja, por lo que deberá ser trazado y documentado, pudiendo obtener de esta manera información inmediata y completa sobre el porcentaje de éxito y causas de fracaso.

Como conclusión, diremos que el éxito reproductivo da sus primeros pasos en la selección y manejo adecuados de la correcta cerda de reposición, pues todos tenemos claro que “lo que bien empieza…”.