Invertir en la iniciación (recría) para ganar en la fase de finalización

Sabemos que la fase de finalización en los cerdos representa alrededor del 90% del consumo de alimento del total del ciclo y es donde se concentra gran parte de los costos de producción; esto trae también riesgos de pérdidas financieras una vez que el animal ya empieza la fase cargando consigo los costos de genética, reproducción, maternidad y crecimiento. Por eso, la mortalidad o un bajo desempeño son desastrosos para el sistema de producción.

Algunos autores estudiaron las posibles causas para un desempeño no optimizado en terminación. Almeida y Barcellos (2008), reportaron que el peso de entrada en la fase de terminación es el factor más importante para determinar el desempeño en esta fase. Según el estudio, cuanto más alto es el peso al final de iniciación (recría), existe menor probabilidad de presentar bajo desempeño final. De Rodas (2015), afirma que existe una alta correlación entre el peso al final de iniciación (recría) y el peso a sacrificio: cada Kg de más a los 32 días después del destete, se correlaciona con 2,1 kg de más a los 110 días.

La necesidad de buscar mejores pesos al destete, toma importancia en los últimos años, con la utilización de las hembras hiperprolíficas (mayor número lechones nacidos, con menor peso promedio y una mayor variabilidad).

Por esto la importancia de utilizar herramientas que nos permitan alcanzar estos objetivos, siempre enfocándonos en la calidad del producto final y en las ganancias del productor.

La multiplicación celular es una función elemental para la supervivencia y desarrollo de todos los seres vivos. Constantemente el organismo necesita multiplicar sus células para desarrollarse, crecer, mantenerse vivo y sano. Por ejemplo: para que el animal produzca carne, debe multiplicar las células musculares (miocitos) continuamente, también las células óseas (osteocitos) para tener sustentación y del resto de órganos para mantener sus funciones vitales.

Si pensamos maximizar el peso al final de iniciación (recría), a pesar de todos los desafíos comunes (con lechones nacidos más livianos y heterogéneos), es fundamental entender la dinámica de como multiplicar estas células de manera más rápida y eficiente. A continuación se numeran algunos factores que pueden cambiar la necesidad de multiplicación celular.

1.1 Factores que influencian la demanda de multiplicación celular

1.1.1. Edad
Cuanto más joven el animal mayor es el crecimiento proporcional a su peso corporal, entonces es más intenso el proceso de multiplicación celular.

1.1.2. Genética
Con la genética tenemos animales cada vez más productivos (ganan peso cada vez más rápido y con menor conversión alimenticia). A mayor potencial de crecimiento, más rápido es la multiplicación celular en los músculos, huesos y piel, entre otros tejidos.

1.1.3. Destete
El destete en los mamíferos es siempre un evento muy desafiante, debido al stress, la separación de la madre, cambio de alojamiento, reagrupamiento y especialmente por el cambio de alimento que genera desordenes digestivos y cambios en la mucosa intestinal. Estos cambios aumentan la necesidad de una multiplicación celular rápida y eficiente en el epitelio intestinal, con la finalidad de mantener la integridad de la superficie de absorción. Los efectos de un buen manejo de la calidad intestinal se reflejan, no solo en esta fase de iniciación (recría), sino a través de todo el ciclo productivo, especialmente en la fase de terminación.

1.1.4. Desafíos sanitarios
A mayor desafío sanitario, más intensa debe ser la respuesta inmune para combatir los agentes infecciosos. Además de intensa, la respuesta inmune también debe ser rápida, para que el cuerpo reconozca la presencia del agente y pueda combatirlo con eficiencia. Así el organismo está preparado para multiplicar las células inmunes, conocidas como leucocitos o glóbulos blancos.

1.1.5. Enfermedades inmunosupresora
Con la prevalencia de enfermedades inmunosupresoras como la PRRS, o Circovirus y Mycoplasma (hoy más controlados), el desafío de multiplicar células de defensa y mantener un status inmunitario razonable es aún mayor, por esto la necesidad de buscar herramientas para controlar estos que agentes y también de inmunomoduladores que puedan compensar sus efectos sobre el sistema inmune.

Para que una célula se multiplique el primer paso es duplicar el material genético (DNA y RNA), a fin de componer este nuevo material, la célula demanda de nucleótidos (grupos funcionales), que en cadena, van a componer el DNA y RNA de la nueva célula.

Los nucleótidos pueden ser obtenidos por 3 diferentes vías: síntesis endógena, reciclaje de células muertas o en la dieta. Las 2 primeras maneras ocurren naturalmente todo el tiempo siendo suficientes para la vida de un lechón fuera del ambiente de producción industrial y sin considerar las expectativas de crecimiento rápido y económico que el mercado exige. Sin embargo, considerando los factores expuestos anteriormente se consideran insuficientes, costosas en nutrientes y tiempo para garantizar toda la multiplicación celular necesaria.

Como no queremos gastar nutrientes ni tiempo, la mejor manera de garantizar la velocidad de crecimiento, renovación, recuperación de mucosas y la eficiencia de la respuesta inmune es suministrando nucleótidos en la dieta.

La mayoría de los ingredientes utilizados en las dietas de lechones, principalmente los de origen vegetal, tienen bajo contenido de nucleótidos, generalmente se presentan en la forma de DNA o RNA, que no son absorbibles y poseen un perfil de nucleótidos desbalanceado para las necesidades de los lechones.

Así, la mejor manera de garantizar el aporte es suplementar las dietas pre iniciales con nucleótidos utilizando aditivos diseñados para esta finalidad que puedan proveer nucleótidos libres y balanceados para la especie específica, como el Ascogen®.

Al suplementar Ascogen® en las dietas pre iniciales se consiguen lechones con mayor peso al final de la fase de iniciación (iniciación (recría)), mejores pesos al sacrificio, lotes más homogéneos y menos susceptibilidad a enfermedades.

El estudio 1 se realizó en una granja comercial con 52,000 lechones destetados a los 21 días (5,7 kg en promedio). El objetivo fue evaluar la suplementación de Ascogen® (0,5kg/ton) sobre el desempeño y la recuperación de lechones livianos (destetados < 6,0 kg) entre los 21 y 60 días de edad.

Podemos observar que los lechones suplementados con Ascogen® presentaron mejores pesos a los 60 días de edad (+0,5 Kg en promedio). Además el producto  mostró un efecto aún más fuerte en los lechones destetados livianos (+1,2 kg en promedio), mostrándose como un gran recuperador de lechones livianos y homogeneizador de lotes.

 El estudio 2 se realizó en una granja experimental – Universidad Unioeste (Brasil) con el objetivo de evaluar la posible sinergia entre el Plasma ultrafiltrado (PUF) y los nucleótidos (Ascogen®) . Se utilizaron 180 lechones destetados a los 21 días divididos en 4 tratamiento.

Al comparar T1 y T4 podemos ver el efecto que hace la inclusión del PUF en la dieta. Al comparar T1 y T2 podemos ver que hay un efecto positivo del Ascogen® sobre el plasma. Al comparar T1 y T3 vemos que además de un efecto sumatorio, observamos un efecto sinérgico, siendo posible reemplazar 2% de PUF por 1 Kg de Ascogen® con mejores resultados (manteniendo 2% de PUF en la dieta).