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Leche maternizada para cachorros, ¿cuándo y cómo utilizarla?

Publicado: 19 de mayo de 2014
Por: Maíra Vasconcelos

¿Hay situaciones que hacen necesaria la introducción de la leche maternizada artificial en la dieta del cachorro? ¿Cuándo? ¿Cómo identificarlo?

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Autores:
Maíra M. Vasconcelos
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Juan Manuel Cantet
FEPASA - Cedal
31 de julio de 2014
Para los cachorros caninos las primeras 36 h son críticas, ya que, a diferencia de otras especies (e.g. rumiantes o equinos) son neurológica y fisiológicamente inmaduros. Las principales actividades son comer y dormir (y por supuesto, buscar un ambiente cálido y confortable donde se sienta seguro). Hay que tener en cuenta que es deseable que los cachorros nazcan en un ambiente controlado (con una temperatura y humedad relativa adecuadas, sin corrientes de aire) ya que el principal problema que tienen estas crías es la baja tolerancia a descensos de temperatura (Temp. normal: 34,5-36,1°C) y la gran dificultad para generar calor en estas primeras horas. Es por estos motivos, entre otros, que resulta vital el consumo adecuado de alimento durante las primeras semanas. El calostro es consumido durante las primeras horas, y le brindan al cachorro los nutrientes necesarios para su desarrollo, crecimiento, control de la temperatura y vitalidad para competir con hermanos por una mama; además de inmunidad pasiva a través de la alta concentración de inmunoglobulinas de este primer alimento. Sin embargo no hay que olvidar que gradualmente el calostro va convirtiéndose en leche, aumentando fundamentalmente los sólidos totales (c.a. casi al doble de la concentración inicial) y sus concentraciones energéticas (3,5 veces más que el calostro) y proteicas, con un contenido elevado de hierro. Muchas veces ocurre que los cachorros no pueden consumir leche por algún problema de origen materno (mastitis, eclampsia, etc.), porque la madre murió durante o inmediatamente después del parto; o puede pasar que la hembra produzca leche y no haya ningún problema evidente pero esa leche no tenga la composición nutricional normal, por ejemplo por una inadecuada alimentación de la madre durante las primeras semanas post-parto. En este caso, se ve a los cachorros mamar, pero más veces de las normales, irritando a la madre, ya que aunque consumen leche, ésta tiene menores concentraciones de sólidos totales, dejando a los cachorros con hambre y sin permitir que lleguen al peso estándar racial. Sin embargo hay ocasiones donde las hembras producen buena leche (en cantidad y calidad) pero la camada es numerosa y por ende, la producción láctea no llaga a ser suficiente para todos los cachorros. Los más débiles pierden en cada toma con sus hermanos mayores y se crea un círculo vicioso, donde estos cachorros más pequeños quedan rezagados. También puede pasar que alguno de los cachorros sea rechazado por la madre. En los casos antes descriptos, es ideal que que los cachorros consuman un sustituto que sea lo más parecido a la leche materna. Con una concentración adecuada de sólidos totales (i.e. alrededor del 22,7 %), grasas (8-9 %), proteína bruta (7-8 %) y nivel energético (EB= 146 kcal/100 gr), teniendo en cuenta que los requerimientos energéticos de los cachorros durante las primeras 3 semanas son de 244 kcal EM /kg de peso metabólico (i.e. 130 - 150 kcal EM/ kg PV / día), teniendo que tomar aproximadamente, para cumplir con sus requerimientos diarios unos 160 - 170 gr de leche / kg de PM. La leche comúnmente de consumo humano, leche de vaca, contiene menos de la mitad de grasa y proteína requerida por los cachorros, un 25 a 30 % más de lactosa (que produce alteraciones intestinales en perros) y la mitad de sólidos totales que la hacen un pésimo sustituto de la leche canina. Por lo todo lo expuesto, creo que es fundamental para asegurar un adecuado desarrollo y crecimiento de los cachorros, mantener durante las primeras semanas de vida, un ambiente adecuado (temperatura y humedad), controlar el mamado de los cachorros periódicamente, pesar a los cachorros (en forma ideal, semanalmente) para detectar problemas de calidad o cantidad de leche ofrecida, competencia entre hermanos o rechazo materno y en el caso de descubrir problemas de alimentación de los cachorros, nunca dar leche de vaca como reemplazo directo, sino acudir al médico veterinario para que le recomiende un sustituto lácteo producido exclusivamente para cachorros caninos, con materias primas de calidad, con buena solubilidad y que sea palatable.
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