La población mundial de ganado bovino, esta estimada en más de un billón doscientos millones de cabezas, de las cuales el 35% de estas se localizan en las regiones templadas del mundo y el 65 % restante se ubica en las regiones tropicales. Sin embargo, en relación a la producción de leche las proporciones tienden a ser diferentes, ya que en las regiones de clima templado, se producen 10 veces más leche que en las regiones tropicales, donde apenas se obtiene solo un 16 % de la producción mundial de leche. En México, para el año 1990 la producción de leche se cuantifico en 6.52 millones de litros / año y para el año 2001 esta producción creció un 49.3%, llegando esta a 9.64 millones de litros / año, debiendo este incremento en gran parte a él aporte que las zonas tropicales están generando. Sin embargo, aún nos falta mucho por hacer ya que de la producción total de leche de América Latina para el año 2001 (60.35 millones de lts. / año), solo aportamos un 15.97%, y la demanda en productos lácteos en el mundo esta en crecimiento. Por lo que la oportunidad de tener una mayor participación en esta creciente economía es enorme, como lo es el reto de producir más y mejor leche en el trópico a precios competitivos.
Los
sistemas intensivos especializados en producción de leche en el mundo, están sustentados principalmente en
razas lecheras europeas puras (
Holstein Friesan, Pardo Suizo Americano, Jersey, Ayrshire, Guersney etc.) en nuestro país dichos sistemas están restringidos a algunas microregiones en las cuales la altitud modifica el clima (templado) y su alimentación, permitiéndole a estas razas, tener mayor confort y productividad (
17 lts. / día con un 4.05 % de Grasa y 3.4 % de Proteína, en promedio). No obstante que las condiciones climáticas y de alimentación en nuestras regiones tropicales, son adversas para el establecimiento de estos sistemas de producción; en nuestro país, se han intentado copiar e incluso importar el modelo de producción lechero de climas templados y fríos de los países desarrollados, con proyectos sotisficados que incluían instalaciones, manejo y tecnología, y lógicamente con razas lecheras europeas puras, obteniendo en su gran mayoría de los casos rotundos fracasos, caso concreto el
Plan Chontalpa, en Cárdenas Tabasco (1960-1970).
Los sistemas semiintensivos y extensivos de ganadería de doble propósito (rejegueria), se encuentran ampliamente diseminados en todos los países y zonas tropicales de América Latina, demostrando que son biológica y económicamente sustentables, si se tiene en cuenta la calidad de los recursos forrajeros y de manejo que se utilizan para su explotación y las condiciones climáticas de la región donde se practica.
Pero la productividad de leche en estos sistemas es
extremadamente baja, lo que lo hace un sistema económicamente frágil. Los costos bajos por concepto de mantenimiento y alimentación
(pastoreo) son la clave para la sustentabilidad de dichos sistemas. Ahora bien, si sumado a esto la elección de la base genética o raza es la adecuada para la producción de leche y con adaptabilidad en estas regiones tropicales, tendremos mayores posibilidades de éxito.
En este último punto, muchos productores de zonas tropicales han buscado la posibilidad de basar su producción lechera en razas cebuinas puras (
Gyr, Guzerat, Sahiwal y Red Shindi) sin embargo, la productividad de estas es baja (
8.6 lts / día con un 3.6 % de Grasa y 3.32 % de Proteína, en promedio). Por otro lado la fragilidad económica de estos sistemas tiende a ser menor ya que se cuenta con ganado con una alta resistencia y adaptabilidad a las condiciones adversas del trópico y no requieren un gasto de manutención elevado.
El objetivo de cualquier programa de mejoramiento de los sistemas de producción de leche en los trópicos debe visualizar la obtención de animales
eficientes en condiciones de pastoreo, donde la eficiencia sea medida a través de la evaluación de:
- Los costos de producción y mantenimiento de la explotación
- Unidad de producción (Ganado)
a) Vida útil del animal
b) Sobrevivencia y
c) Fertilidad
En base a lo anteriormente expuesto, la necesidad de contar con ganado lechero para las condiciones de producción en las regiones tropicales, justifica el desarrollo de
nuevas razas o razas sintéticas para combinar las características de
producción del
Bos taurus (europeo) con las características de
adaptación y rusticidad del
Bos indicus (cebuinos).
Entre las razas lecheras que han sido desarrolladas en el mundo tropical, se encuentran:
- Jamaica Hope (80% Jersey X 15 % Sahiwal X 5 % Holstein)
- Australian Milking Zebu (Jersey X Sahiwal X Red Shindi)
- Australian Friesian Sahiwal (Holstein X Sahiwal)
- Karan Swiss (Pardo Suiza 3/4 X Sahiwal ¼)
- Siboney (Holstein 5/8 X Cebú cubano 3/8)
- Mambi (Holstein ¾ X Cebú ¼)
- Holstein Tropical (Holstein 7/8 X Cebú 1/8)
- Pitangueiras (Red Polled 5/8 X Guzerat 3/8)
- Riopardense (Holstein 5/8 X Guzerat ¼ X Gyr 1/8)
- Lavinia (Pardo Suizo 5/8 X Guzerat 3/8)
- Santa Mariana (Holstein 5/8 X Guzerat ¼ X Indobrasil 1/8)
- Girolando (Holstein 5/8 X Gyr 3/8)
La producción lechera de estas razas, fluctúa en promedio en
14 lts / día con 4.08 % de Grasa y 3.38 % de Proteína. Pero dada la cantidad de leche producida y los pocos gastos que su manejo y alimentación generan, la sustentabilidad de las explotaciones con estas razas, es alta.
Con lo anteriormente expuesto, considero que la producción de leche en los trópicos, pudiese ser
aun mas rentable si tuviéramos la posibilidad de mantener aunque sea en una
pequeña proporción (3/8 de sangre) encastado con un ganado cebuino lechero a nuestro ganado europeo productor de leche, ya que con tan solo esta simple decisión aseguraríamos la viabilidad de nuestras empresas lecheras.