Relación entre producción de forraje y propiedades edáficas en suelos ganaderos

La producción de forraje, a nivel de lote, cambia espacialmente. Determinar esta variabilidad y que propiedades de suelo la explican es el primer paso para aplicar manejo por ambientes (MA) en pasturas cultivadas.

En un lote ganadero de 7 ha ubicado en el INTA Balcarce (37°49’S; 58°15’O) y que tenía implantado un agropiro alagado se georreferenciaron 84 puntos de muestreo (PM) de 3 m² en una grilla de 30x30 m. En los otoños 2015 y 2016 y primavera 2015 se realizó en cada PM un corte de emparejamiento y una fertilización de 30 kg ha^-1 de fósforo (10/4, 31/3 y 16/9 respectivamente). Transcurridos 400-500 grados día (°Cd; temperatura base de 4 °C) en cada PM se determinó la BA mediante el corte directo de 1 m² de superficie a 5 cm de altura. Para poder comparar los rebrotes las BAs fueron estandarizadas utilizando la siguiente formula:

S_PMi = (Y_PMi / X) * 100

Donde S_PMi es la BA estandarizada en la PM_i.; Y_PMi es la BA en la PM_i y X es la BA promedio de un rebrote dado.

Con el software ArcGis 10.2, las BAs fueron interpoladas mediante kriging y se confeccionaron mapas para cada rebrote. En cada PM se tomaron muestras de suelo hasta los 30 cm de profundidad y en el laboratorio se determinó la salinidad, el pH, la textura, el contenido de materia orgánica, la humedad gravimétrica (%) a 33 y 1500 kPa, contenido de sodio, calcio y magnesios solubles y relación de adsorción de sodio (RAS). Las propiedades de suelo se relacionaron con las BAs mediante análisis de regresión simple y múltiple (procedimiento STEPWISE).

La BAs promedio en los rebrotes otoño 2015, otoño 2016 y primavera 2015 fueron 1458, 1165 y 1798 kg ha^-1 . Exceptuando Otoño 2015 la variabilidad espacial de la BA estandarizada fue muy baja (Figura 1). Además, desde un punto de vista espacial, la variabilidad no fue similar entre los rebrotes evaluados. En el mismo sentido, no se detectaron asociaciones significativas entre las BA de los rebrotes evaluados (datos no mostrados). La inconsistencia de los patrones espaciales de productividad, podría limitar la predicción de BA usando propiedades de suelo.

Asimismo, sin una variabilidad de producción de forraje espacialmente estructurada, y estable en el tiempo, no sería adecuado implementar un esquema de manejo por ambientes.

El grado de ajuste de las regresiones entre la BA y las propiedades de suelo fue bajo, independientemente del rebrote considerado (R² entre 0,15 y 0,02, datos no mostrados). En el análisis de regresión múltiple se determinó que solo el pH y el % de humedad a 33 kPa fueron los parámetros que explicaron significativamente la variabilidad de la producción de BA en otoño y primavera respectivamente (Tabla 1). Está documentado el efecto negativo del pH sobre la producción de forraje. En lo que respecta al % de humedad a 33 kPa (contenido hídrico a capacidad de campo) podría interpretase que la variabilidad de este parámetro origina cambios en la capacidad de retención hídrica del suelo. Por lo tanto, podría generarse variabilidad en la producción de pasto (Vásquez et al., 2001). Sin embargo, estos modelos predictivos no fueron significativos (p-valor> 0,05) y como en el caso de las regresiones lineales simples mostraron bajos coeficientes de determinación (Tabla 1).

Las asociaciones entre BA y propiedades de suelo halladas fueron más débiles que las encontradas por Cicore et al. (2018). Esto podría deberse a que en este experimento, (i) en algún rebrote, déficits hídricos o limitaciones de nitrógeno podrían haber uniformado la cubierta vegetal y/o ii) la cantidad de rebrotes evaluados no habría sido suficiente para representar la variabilidad espacial de la producción de pasto.

Para las condiciones del presente trabajo las propiedades de suelo evaluadas no podrían ser utilizadas como estimadoras de la variación espacial de la producción de una pastura de agropiro alargado.