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Comparación de rendimiento de cultivares de cebada en distintas fechas de siembra con destino silaje

Publicado: 27 de febrero de 2024
Por: Neira Zilli F1*, Zubillaga MF2, Gallego JJ1.31EEA-INTA Valle Inferior de Río Negro, 2Universidad Nacional de Rio Negro y 3Universidad Nacional del Comahue.

Introducción

En los sistemas pastoriles de producción de carne de la región norpatagónica, el invierno presenta desafíos significativos debido a la reducida producción de forraje causada por las bajas temperaturas. En la zona de producción bajo riego de los valles del río Negro, los verdeos de invierno desempeñan un papel crucial como recursos forrajeros durante los meses de otoño e invierno, y representan una estrategia para mitigar esta limitación. Estos verdeos pueden ser utilizados tanto para pastoreo directo como para la producción de silaje.
El objetivo de este estudio fue comparar la producción de forraje obtenida a partir de diferentes fechas de siembra y distintos cultivares de cebada, con el propósito de generar silaje como reserva forrajera.

Materiales y Métodos

Este ensayo se llevó a cabo en el ciclo productivo 2022 en la Estación Experimental Agropecuaria del Valle Inferior del Río Negro (40º 48´LS; 65º 05´LW), sobre un suelo serie “Chacra” (pH: 7,8; P disponible (ppm): 5,5; MO: 2,08 %, N Total 0,16 (gr/100gr) y K 545 (ppm)). Las fechas de siembra evaluadas fueron F1: 1/4; F2: 1/5; F3: 1/6; F4: 1/7 y F5: 1/8 Los materiales genéticos empleados fueron cebada forrajera (F) Trinidad INTA de ciclo corto (cc), cebada forrajera Huilen INTA de ciclo largo (cl), cebada cervecera (C) Ainara INTA de ciclo corto y cebada cervecera Andreia INTA de ciclo largo.
Se utilizó un diseño en parcela dividida con 3 repeticiones completamente aleatorizadas. La parcela principal representó las fechas de siembra y la sub-parcela (6,15 m2) los cultivares. La siembra se realizó en líneas a 17,5 cm, se fertilizó a la siembra con 100 kg/ha de fosfato diamónico y en estado de macollaje con una dosis de 150 kg N/ha. Se realizaron riegos (de aproximadamente 100 mm cada uno) en función de la disponibilidad de agua del periodo que junto a las precipitaciones del ciclo representaron en total 581 mm, 469 mm, 456 mm, 344 mm y 319 mm de agua para cada fecha respectivamente.
La cosecha de las parcelas se efectuó en el estadío de grano lechoso-pastoso con una cosechadora de parcela Cibus F. a 5 cm de altura. De cada subparcela se cuantificó el rendimiento en biomasa (superficie de muestreo) y a partir de una muestra se determinó el porcentaje de materia seca (% MS). Estos valores permitieron extrapolar la información a t de MS ha-1.

Resultados y Discusión

El análisis de los datos no mostró interacción fecha x cultivar (P=0,1123) por este motivo se presentan los promedios por fechas (Tabla 1) y por cultivares (Figura 1) estudiados.
Las fechas de siembra presentaron diferencias estadísticas significativas entre sí (P=0,0001). La F4 (julio) fue quien mostró los menores valores de producción siendo un 68% menor que F1 (abril) y F2 (mayo) y 49% menor respecto de F3 (junio) y F5 (agosto).
Tabla 1. Rendimiento total de forraje (t MS ha-1) de cebada de acuerdo a la fecha de siembra.
Tabla 1. Rendimiento total de forraje (t MS ha-1) de cebada de acuerdo a la fecha de siembra.
Los cultivares de cebada estudiados mostraron diferencias significativas (P=0,0260) entre sí. Las cebadas de ciclo largo lograron un 19% más de producción respecto de las cebadas de ciclo corto (Figura 1).
Figura 1. Producción de biomasa (t MS ha-1) de cebadas forrajeras y cerveceras de ciclo largo y corto.
Figura 1. Producción de biomasa (t MS ha-1 ) de cebadas forrajeras y cerveceras de ciclo largo y corto.
Respecto a los cultivares evaluados, no se hallaron diferencias productivas entre forrajeros y cerveceros, a pesar de ello la duración del ciclo de los materiales permitió identificar que aquellos de ciclo largo alcanzan mayores rendimientos productivos (13%) respecto de los de ciclo corto.

Conclusiones

Para la zona de estudios, fechas de siembra tempranas F1 (abril) y F2 (mayo) permiten alcanzar los mayores valores de producción de forraje. Sin embargo, fechas tardías F3 (junio) y F5 (agosto) serían viables a pesar de la merma productiva (37% menos respecto de las fechas de siembra tempanas F1 (abril) y F2 (mayo)). Una fecha de siembra en el mes de julio (F4) reduce notoriamente su producción debido a las restricciones hídricas del periodo (falta de disponibilidad de agua de riego a la siembra y menores precipitaciones) sumado a las bajas temperaturas medioambientales y mayor incidencia de heladas.
Esta publicación pertenece al 46° Congreso Argentino de Producción Animal
Temas relacionados:
Autores:
Fernanda Neirazilli
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria - INTA
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