Buenas prácticas en la gestión de la salud de ubre y calidad sanitaria de leche bovina

El recuento de células somáticas por mililitro (RCS/ml) es un indicador de la calidad sanitaria de la leche cruda. Para leche de tanque, cuando el valor se encuentra por debajo de 200.000 CS/ml, indica que la gestión y prácticas relacionadas a la prevención y control de mastitis, están bajo control. En Argentina, las condiciones climáticas de los meses estivales (febrero, marzo y abril) impactan en este indicador, debido a días con elevado índice temperatura-humedad (ITH), reducción de consumo de alimento y producción, menor inmunidad, y en parte, vacas en último tercio de lactancia y transitando el período seco. En 2016 se implementaron buenas prácticas (BP), utilizando la Guía BPT (Negri et. al, 2016) en 15 tambos, con el fin de impulsar cambios y mejoras con relación a la gestión de la salud de ubre. El objetivo de este trabajo es conocer la evolución en el RCS desde 2017 al 2022 y abordar las causas.

Durante 2016 y en 15 tambos, se realizó un diagnóstico a campo de las 9 buenas prácticas inherentes a la prevención de mastitis de la Guía BPT, utilizando la aplicación CheqTambo para su relevamiento. Posteriormente, y para cada tambo, se establecieron planes de mejora con seguimiento anual. Además, se elaboró un cuadro de control con indicadores de calidad, para monitorear mensualmente el RCS, utilizando los análisis de calidad suministrados por la industria láctea. En 2022, se relevaron además 7 nuevas BP inherentes a la gestión de salud de ubre.

Los resultados de calidad de leche muestran que hubo una mejora importante en el valor promedio anual ponderado de RCS. En 2017 el mismo fue 276.000 RCS/ml y a 2022 se encontró en 147.000 RCS/ml. Si bien estos datos son anualizados, es de interés conocer su distribución mensual, y su magnitud. La Figura 1, muestra dicha variación para cada año.

A raíz de que los meses febrero, marzo y abril son los más críticos para estos sistemas intensivos de producción, los planes de mejora fueron redefinidos en 2020, con el objetivo de brindar mayor confort y medidas de mitigación del estrés térmico, para favorecer el bienestar animal. En este sentido a la implementación inicial y seguimiento de las 9 BP de la guía, se evaluaron además 7 BP consideradas relevantes en la salud mamaria. La Figura 2 muestra el % de tambos que incorporó alguna de las 7 prácticas relevadas.

Las prácticas más implementadas fueron inherentes a la prevención y a mejoras en el período seco. El 85% de los tambos incorporó la vacunación para patógenos ambientales (Escherichia coli) y/o contagiosos (Staphylococcus. uberis y Staphylococcus aureus) y el uso de selladores internos. En menor medida (69%) se adoptó el cultivo en tambo de casos clínicos para optimizar la terapia antibiótica haciendo un uso racional de drogas veterinarias. Además, se implementó el cultivo de vacas al secado, para realizar una terapia selectiva. Menos del 50% de los tambos inició acciones relacionadas a mastitis subclínicas (MSC), identificando vacas con RCS mayor a 200.000 en los primeros 60 días en leche y al secado, utilizando además California Mastitis Test (CMT) para identificación de cuartos (46%). Por último, el 31% de los tambos adquirió collares de monitoreo de rumia y celo. La mejora observada en la Figura 1, donde en 2022, la tendencia fue casi lineal, es producto de varias acciones en el tiempo, desde el cumplimiento de las BP de la Guía BPT, del seguimiento mensual de la calidad de leche, y de nuevas BP y tecnologías que fueron incorporadas para mejorar la gestión.