Alerta en hatos lecheros: Resistencia antibiótica en Staphylococcus spp. supera 3 veces el umbral crítico
Publicado:31 de octubre de 2025
Un nuevo estudio microbiológico realizado en la provincia de Guayas, Ecuador, evaluó el riesgo para la salud pública y la presión antimicrobiana en ganado lechero. El trabajo, liderado por IVÁN GONZÁLEZ-PUETATE, MARÍA VÉLEZ-LEÓN, VIVIANA CRESPO-VÁSQUEZ, JOSÉ DE LA TORRES-MOREIRA, MELINA RODRÍGUEZ-BADILLO, DARWIN OMAR YÁNEZ AVALOS y PABLO MARINI, fue publicado en Advances in Animal and Veterinary Sciences (DOI: https://dx.doi.org/10.17582/journal.aavs/2025/13.10.2331-2344).
La investigación se centró en detectar mastitis subclínica mediante el Test de Mastitis de California (CMT) y caracterizar la resistencia antimicrobiana de Staphylococcus spp. aislado de 75 muestras de leche bovina en el cantón de Daule.
El hallazgo más alarmante provino del cálculo del Índice de Resistencia Múltiple (MAR). Este índice utiliza un valor de 0.2 como umbral crítico, sobre el cual se considera que las bacterias provienen de un ambiente con uso intensivo o no regulado de antibióticos.
Los resultados del estudio mostraron valores MAR muy por encima de dicho umbral para todos los antibióticos evaluados. Los índices fueron: Penicilina (0.679), Tetraciclina (0.667), Amoxicilina + Ácido Clavulánico (0.667) y Gentamicina (0.607).
Estos valores, que superan en más de tres veces el punto crítico, reflejan una presión antimicrobiana sostenida y la posible presencia de mecanismos de resistencia adquirida. Los altos niveles de resistencia a penicilina y tetraciclina se atribuyen probablemente a su uso prolongado, tanto terapéutico como profiláctico, en los sistemas de producción lechera.
El análisis estadístico también agrupó la penicilina y la amoxicilina + ácido clavulánico, indicando que existe una "redundancia funcional". Esto sugiere que las bacterias (posiblemente por producción de betalactamasas) evaden la acción de ambos fármacos de manera similar. Por su parte, la gentamicina y la tetraciclina se agruparon de forma independiente debido a sus diferentes mecanismos de acción.
Los autores concluyen que estos hallazgos refuerzan la necesidad urgente de consolidar sistemas de vigilancia microbiológica local y racionalizar el uso de antimicrobianos. Destacan que la alta resistencia en la leche bovina representa una amenaza directa para la salud pública, pudiendo actuar como vehículo para la transmisión de genes de resistencia a través de la cadena alimentaria.
Viendo que el Índice MAR supera 0.6 para antibióticos comunes, ¿es el antibiograma la única herramienta viable que nos queda antes de tratar la mastitis subclínica?