BIOCENOSIS

El mejoramiento de pastos y otros cultivos puede lograrse mediante el incremento de la fertilidad natural del suelo; esto a su vez está relacionado con el nivel de actividad biológica en el mismo. El contenido de materia orgánica del suelo es un indicador importante para alcanzar buena fertilidad natural, que se traduce en mayor biodisponibilidad de los nutrientes. Varias prácticas pueden ayudarle en este sentido, principalmente la incorporación de materia orgánica, en forma de abonos orgánicos (estiércol, gallinaza), humus líquido, humus sólido, fórmulas Bokashi (estas últimas incluyen generalmente levaduras y otros microorganmismos activos). La adición de productos con base en el hongo antagonista Trichoderma puede colaborar con la solubilización de fósforo en el suelo. La adición de estiércol y gallinaza es especialmente útil en suelos alcalinos, pero para alcanzar el efecto deseado esta materia orgánica debe ser descompuesta; de esta descomposición se encargan los microoganismos (bacterias, hongos y levaduras), así que si puede incorporar formas más solubles como humus, ácidos húmicos y fúlvicos y/o reforzar con lombrices de tierra, estará mejorando su suelo. En zonas de muy baja fertilidad del estado Falcón, Venezuela, algunos productores incorporan hasta 60 lit/ha de varias formas de humus (además de los fertilizantes granulados o hidrosolubles recomendados para cada caso) durante un ciclo de cultivo de hortalizas de 90 días, al término del cual el suelo ha pasado de un color rojizo (indicador de baja fertilidad) a un tono marrón a marrón oscuro (indicador de actividad biológica en el suelo); el rendimiento obtenido con esta práctica es entre 80 y 120% superior a no hacerlo. Algunas parcelas que han pasado de 25 ton/ha a 45 y hasta 60 ton/ha. No todos los mejores resultados se observan desde el primer ciclo de adopción de la práctica, pero el manejo integral continuo de la nutrición, la fertilidad y el riego ayudarán paulatinamente a incrementar la biocenosis. Éxito.