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España - La brucelosis resiste

Publicado: 20 de agosto de 2004
Fuente: La Nueva España
Un nuevo brote en el Aramo lanza de nuevo la alerta sobre una enfermedad bovina con baja incidencia de casos pero que se contagia al hombre. A pesar de años de campañas de saneamiento y medidas de protección, la brucelosis bovina no acaba de remitir del todo en Asturias. Los expertos echan la culpa a ganaderías «residuales» que no cumplen con todos los requisitos establecidos para evitar los contagios. Uno de los grandes objetivos de la Consejería de Medio Rural estriba en lograr para Asturias la declaración de región indemne de brucelosis. No queda mucho, a pesar de que focos como el que esta semana rebrotó en Quirós, en el Aramo, obligan a retroceder en el camino. Según los datos de la campaña de saneamiento correspondiente a 2003, la brucelosis bovina en Asturias registró el año pasado una tasa de 0,08 animales positivos. Los veterinarios analizaron 26.641 ganaderías y llegaron a la conclusión de que el 99,57 por ciento de los establos estaba libre de la enfermedad. En este momento, en España aún es necesario continuar dedicando fondos a investigar esta enfermedad, porque la situación de la brucelosis aún preocupa, tanto en las vacas como en las ovejas y las cabras. La enfermedad infecciosa afecta, sobre todo, al ganado bovino, ovino y caprino, y se puede transmitir a las personas que se encuentran en contacto con las secreciones y los excrementos de estos animales o ingieren leche no pasteurizada. En el caso humano, la brucelosis se conoce más como «fiebre de Malta». Desde hace aproximadamente una década, en España se dan unos 1.500 casos anuales oficialmente declarados de brucelosis humana. Los rebrotes de la enfermedad en las cabañas de bovino afectan a regiones que, como es el caso de Asturias, casi han conseguido erradicar esta enfermedad. Una de las razones que explican la aparición de nuevos casos estriba en que se habían levantado muchas medidas de control porque se había considerado que estaba prácticamente erradicada. La presencia de la enfermedad supone una barrera comercial para el sector ganadero, ya que Europa establece que para poder exportar ganado tiene que estar libre de la enfermedad y no haber sido vacunado. La brucelosis se transmite al hombre por animales como las vacas, cerdos y cabras. La enfermedad se adquiere por contacto con animales infectados o al ingerir su leche. En los animales, la enfermedad puede producir esterilidad parcial, disminución de la producción de leche y abortos. En el ser humano, la brucelosis puede presentarse en forma aguda o crónica. La forma aguda se caracteriza por debilidad, escalofríos, fiebre nocturna elevada y con frecuencia produce alteraciones del sistema nervioso central, dolores articulares y aborto espontáneo. La brucelosis crónica es difícil de diagnosticar, porque los síntomas son imprecisos y muy variables. Sin embargo, en casi todos los casos aparece fiebre remitente y alteraciones del sistema nervioso central. Hay una prueba sanguínea que permite detectarla. La enfermedad se trata con antibióticos y la recuperación se produce en dos o tres semanas. La pasteurización de la leche es fundamental para el control de la brucelosis. Además, el desarrollo, en la década de los cincuenta, de una vacuna denominada «cepa 19», que se puede inocular al ganado vacuno, ha reducido de forma significativa la incidencia de brucelosis bovina. El organismo que produce la enfermedad de la brucelosis fue descubierto en 1887 por el médico y anatomopatólogo británico David Bruce, al que se le dedicó su nombre.
Fuente
La Nueva España
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