Un estudio realizado por Rita González-Herrera, Marcelino Jaén-Torrijos y Selma Franco-Schafer, del Laboratorio de Salud Animal del Instituto de Innovación Agropecuaria de Panamá (IDIAP), evaluó la prevalencia de hemoparásitos en terneros de doble propósito en el arco seco de Panamá (provincias de Coclé y Los Santos). La investigación, publicada en la Revista Ciencia Agropecuaria , destaca la importancia de las herramientas moleculares frente a los diagnósticos tradicionales para establecer medidas de control eficaces.
El diagnóstico tradicional de anaplasmosis y babesiosis mediante frotis sanguíneo (tinción Giemsa) suele ser difícil y errático en animales persistentemente infectados, debido a la baja tasa de eritrocitos infectados. Este trabajo, señalado como el primer estudio en Panamá en utilizar la técnica de PCR para detectar estos hemoparásitos directamente en bovinos , buscó conocer la prevalencia real de Babesia bigemina, Babesia bovis y Anaplasma marginale
Se realizó un estudio descriptivo longitudinal en 11 terneros (Bos taurus x Bos indicus) en dos fincas (Finca El Ejido, Los Santos; y Finca El Jaguito, Aguadulce). Se analizaron muestras a los 3, 5 y 7 meses de edad.
Los resultados revelaron una alta prevalencia de A. marginale en ambas fincas, seguido de B. bigemina y B. bovis.
- Finca El Ejido (Los Santos): La prevalencia general fue: A. marginale (93.9%), B. bigemina (72.7%) y B. bovis (12.1%). 
- Finca El Jaguito (Coclé): La prevalencia fue: A. marginale (90.9%), B. bigemina (45.4%) y B. bovis (21.2%). 
Un hallazgo clave fue la rápida infección por A. marginale. En la Finca El Ejido, la prevalencia en terneros de 3 meses fue del 81.8% y en El Jaguito del 72.7% ; sin embargo, alcanzó el 100% de positividad en los animales de 5 y 7 meses en ambas fincas.
Las coinfecciones también fueron muy comunes. En la Finca El Ejido, el 61% de los terneros mostró coinfección de B. bigemina + A. marginale, y en El Jaguito, el 33% presentó esta misma coinfección.
Los autores explican que la alta frecuencia de A. marginale es esperable, ya que además de la garrapata Rhipicephalus microplus, se transmite por insectos hematófagos (como Tabanus) y mecánicamente por fómites contaminados (agujas, etc.). Asimismo, la mayor prevalencia de B. bigemina sobre B. bovis concuerda con su capacidad de persistir a través de generaciones de garrapatas, a diferencia de B. bovis.
La conclusión principal del estudio es que la técnica de PCR permitió el diagnóstico de los tres hemoparásitos en bovinos aparentemente sanos, demostrando ser una herramienta útil y replicable. Esta detección temprana es clave para establecer medidas de control oportunas y para realizar futuras investigaciones epidemiológicas que determinen los niveles de estabilidad enzoótica en los sistemas ganaderos de Panamá.
Dada la alta prevalencia de hemoparásitos en terneros asintomáticos demostrada por PCR, ¿considera usted que el diagnóstico molecular es una herramienta viable y costo-efectiva para implementar en los programas de control de las fincas de doble propósito en la región?
Fuente: http://www.revistacienciaagropecuaria.ac.pa/index.php/ciencia-agropecuaria/article/view/666/612