La primera duda del productor ganadero ante la pregunta del título es: ¿tiene sentido dar fósforo inyectable?, considerando las grandes cantidades de este mineral, que debe consumir el animal y lo “poco" que supuestamente aporta el inyectable?
La primera cosa que debemos saber es que jamás con un inyectable podremos reemplazar el aporte que por ingesta está realizando el animal (o bien el rodeo). Incluso en las sales minerales orales que se dan como suplementos de la dieta, también se considera que el rodeo, no está recibiendo una dieta fósforo priva, es decir con nada de fósforo. Partiendo de esta premisa, entonces debemos preguntarnos como hacemos para aprovechar mejor el poco elemento presente en la dieta, y a través de cuales mecanismos, en determinadas circunstancias, hacemos que los animales sufran menos (o manifiesten desde el punto de vista productivo) esta carencia.
En nuestras charlas con colegas o productores, utilizamos a modo de ejemplo un manojo de fósforos (cerillas para evitar confusiones o bien 222 patitos) del cual asoma una sola unidad. La encendemos y esperamos que el fuego llegue a todo el manojo de elementos juntos, el resultado es una gran explosión, nuestra idea de demostrar que para que una bomba explote, es siempre necesario primero encender una pequeña mecha. Puede no resultar claro este ejemplo, pero sirve para comenzar a explicar cuando se plantean disquisiciones, como las que nos ocupa en estos momentos.
Pero suponiendo que no resultasen muy convincentes estás explicaciones un tanto objetables (por diferentes circunstancias), lo que no deja lugar a dudas es el resultado obtenido en el costado productivo y reproductivo de los rodeos a los cuales se los somete a una suplementación a base de fósforo.
Aplicando en el momento adecuado y con una o más dosis un aporte “extra” al de la dieta de este macro elemento bien biodisponible.
No siempre las sales minerales orales pueden cubrir (por determinadas circunstancias) los requerimientos de producción de un rodeo; por Ej. Cuando las hembras se encuentren amamantando y se les exigimos que además ovulen para obtener una nueva cría. En estos momentos es cuando se hace necesario, digamos casi imprescindible mejorar el aporte de fósforo (a través del inyectable) para elevar el tenor sérico (fósforo sanguíneo), aumentar el aporte a las células de energía fácilmente utilizable, elevar los fosfatos salivales (para niveles el pH ruminal y facilitar la digestibilidad de la fibra), e incrementar el aprovechamiento de la proteína dietaria.
Pero, casi todos los profesionales y/o técnicos relacionados con la actividad pecuaria fuimos “formados?” dentro de un concepto que (como primera premisa), los inyectables, y aquí si que no estamos analizando la calidad de la formulación de cada específico, NO SIRVEN NADA MÁS QUE PARA SALIR DEL PASO Y EVENTUALMENTE LEVANTAR ALGUNA VACA CAÍDA. (¿Coincide el lector con esta aseveración?).
Decimos esto porque es habitual escuchar (incluso a investigadores y/o catedráticos) estos conceptos y mucho cuesta sobreponerme a lo ya PRE-ESTABLECIDO. Mas debemos tener una apertura mental lo suficientemente amplia que nos permita observar, escudriñar, inquietarnos y comprobar por nosotros (o por la práctica diaria), “...cómo pequeñas cantidades de un elemento pueden movilizar y obtener efectos de una magnitud insospechada”. Invitamos al lector a liberarse de aquellos preconceptos y a que lo comprueben.
Para que puedan observar con un ejemplo (de los muchos que contamos en la fisiología animal, sigan el siguiente relato: “cjkj”
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE EL FÓSFORO EN LA ACTIVIDAD DE LA FLORA RUMINAL?
Para un correcto funcionamiento de la flora ruminal es indispensable contar con un pH equilibrado, que permita no solo un desarrollo correcto de flora amilolítica y celulolítica, sino una adecuada absorción de los AGV (ácidos grasos volátiles). Para el mantenimiento del pH antes mencionado, el organismo de los rumiantes cuenta con varios mecanismos de regulación, uno de ellos es el reciclaje salival del Fósforo (como sales de fosfatos). El reciclaje salival de estos fosfatos, surge del nivel de Fósforo sérico existente, a menor cantidad de Fósforo sérico, menor cantidad de fosfatos salivales con la consiguiente acidificación del rumen y problemas subsiguientes (mala digestión y absorción de nutrientes). La saliva en condiciones normales contiene entre 600 a 800 mg de fosfatos por litro, neutralizando la acidez ruminal fundamental para asegurar la función celulolítica y la producción de la biomasa. Los fosfatos mantienen la tasa de renovación de la fase líquida del rumen (tasa de dilución); a mayor dilución aumenta el rendimiento de la proteosíntesis bacteriana.
CONCLUSIÓN: se mejora “todo el proceso” digestivo con el aporte de fósforo extra, elevando incluso la re-absorción intestinal del poco fósforo presente en la dieta.
Es imprescindible, que se tenga en cuenta la formulación utilizada para estas suplementaciones. No son válidos los productos con gran cantidad de componentes y donde se pretende “meter” un poco de todo dentro de un frasco; el efecto que se logra con estos es exactamente inverso al esperado.
Las formulaciones recomendadas deben poseer correctas “combinaciones de fósforo biodisponible”, con la adición de complementos, tales como la vitamina D, que favorecen de una manera directa y/o indirecta la absorción y metabolización del fósforo en cuestión.
Un buen ejemplo de lo dicho es el producto FARVIGFOS D3 que a dosis de 1 ml. cada 20 kilos de peso vivo, por vía subcutánea en bovinos, nos permite contar con un excelente medio para “suplementar y corregir” situaciones de baja producción tales como, mala ganancia de kilos, anestros nutricionales, bajos índices de procreo, etc., cuando la carencia de fósforo es una de nuestras limitantes.