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Predicción del desempeño productivo del ganado bajo condiciones de estrés por barro, lluvia y viento

Publicado: 22 de agosto de 2016
Por: Dr. Terry L. Mader, Animal Scientist, PhD, MS in Animal ScienceHaskell Agricultural Laboratory, Concord NEUniversidad de Nebraska. Dr. Rodrigo A. Arias Inostroza, Ing. Agrónomo, PhD, MS in Animal Science.
Introducción
El manejo del ganado durante los periodos de clima adverso puede transformarse en un gran desafío. El frío del invierno y el viento, combinados con las precipitaciones, pueden aumentar los requerimientos de mantención del ganado en engorda y disminuir su respuesta productiva. En efecto, a las bajas temperaturas invernales (estrés por frío), que por sí solas puede reducir las utilidades, se debe sumar el efecto negativo del barro. En conjunto ambos factores no solo reducen la respuesta productiva del ganado sino que también y disminuyen las utilidades que perciben los productores. El ganado que se encuentra sumido en el lodo tiene una tendencia a comer con menos frecuencia hasta el momento en que la capa de barro en su pelaje reduce su capacidad de aislamiento. En consecuencia, la respuesta productiva del ganado puede verse reducido por múltiples motivos.
 
Variables meteorológicas y balance energético.
Los animales rumiantes tienen la habilidad de generar una cantidad sustancial de calor mediante la fermentación de los alimentos. Esto puede ser un aspecto negativo durante el periodo estival pero es un gran activo durante el periodo invernal. Sin embargo, algunas condiciones del invierno son tan severas que, a pesar de que el animal puede generar calor para sobrevivir, su productividad se ve comprometida. Las diferencias en productividad son a menudo el resultado de un incremento en los requerimientos energéticos de mantención asociados con la exposición al frío, humedad y/o condiciones ventosas. Para la mayoría del ganado, la eficiencia de conversión de alimento y los requerimientos energéticos de mantención son aproximadamente 15 a 25 % mayores en el invierno respecto del verano, respectivamente. Si el pelaje de los animales está húmedo y con barro, los requerimientos de energía para mantención pueden fácilmente duplicarse, particularmente si los animales no cuentan con protección contra el viento.
Desde el punto de vista del animal las condiciones adversas del clima invernal no se limitan tan solo a temperaturas por debajo de lo normal ya que este suele no ser un mayor problema, especialmente cuando hay poca precipitación o acumulación de nieve. Las condiciones meteorológicas que contribuyen a reducir el desempeño productivo de los animales durante el invierno presentan patrones similares que aquellos que contribuyen a malos desempeños productivos durante el verano. Así entonces, un ambiente de condiciones húmedas y/o el estar mojado pueden contribuir significativamente a estrés por calor o frío. Las tormentas tardías de otoño y tempranas de invierno a menudo contribuyen con el manejo de alimentación del ganado en áreas abiertas debido a días más cortos y al mayor tiempo que toma el secado durante el invierno. Si persisten las condiciones de secado lento y se acumula humedad adicional, entonces las condiciones de mala alimentación serán frecuentes en los meses de primavera. Otras condiciones que afectan negativamente el desempeño productivo del ganado en el invierno son: una velocidad del viento por encima de lo normal; y temperaturas del suelo por debajo de lo normal. Estas condiciones representan un desafío a la capacidad del animal para estabilizar su temperatura corporal con el ambiente a través de las propiedades naturales de aislación asociados con el pelaje y la condición corporal.
En general, el costo asociado a un completo control del medio ambiente resulta demasiado alto. Sin embargo, existen métodos rentables para ayudar al ganado a adaptarse a las condiciones adversas. Cabe señalar que las condiciones extremas no son tan estresantes para el ganado como si lo son los cambios bruscos en las condiciones meteorológicas, en la que el ganado no han tenido tiempo suficiente para adaptarse. Por lo general, los animales tardan de dos a tres semanas en adaptarse a un cambio de 5°C en la temperatura ambiental. Por ello, las bruscas caídas de temperatura en el otoño y el invierno acompañadas de condiciones de humedad (lluvia o nieve) resultan muy estresantes.
 
Espacio en los corrales y camas
En la actualidad existe una serie de acciones que se pueden implementar en el invierno para mejorar la comodidad del animal. El uso de residuos de cosecha o aserrín como camas ayudan al ganado a aislarse de la tierra fría durante condiciones extremas de frío. Estos materiales son mejores para las camas que aquellos similares al heno, ya que son menos palatables. En consecuencia habrá menos probabilidad de que el ganado se alimente del material utilizado coma cama y más probabilidades de que permanezcan alimentándose de la ración suministrada. Alrededor de 1 a 2 kg de cama por cabeza al día puede lograr una gran mejora en la productividad de los animales. Un resumen de datos de estudios realizados en Colorado y Dakota del Sur muestran que bajo condiciones de alimentación general, las ganancias y la eficiencia de alimentación se puede mejorar casi un 7% mediante el uso de camas (Tabla 1). Curiosamente, las respuestas más importantes se produjeron durante la última parte de la engorda en comparación con principios del período. Esto se deba probablemente a los problemas que a menudo experimentan los animales de mayor peso con la condición húmeda y fangosa, que se presentan junto a las precipitaciones de finales de invierno y principios de primavera en estas localidades. El ganado de menor peso (mas liviano), una vez que está en alimentación, generalmente no se ven tan afectado.
Considerando el precio actual de los alimentos, los costos de alimentación diaria para mantener a una animal que esta parcialmente húmedo (mojado), en el periodo invernal, alcanzan 2 a 3 veces el costo de incluir el material para una cama que mantenga al animal seco. Esto es una alternativa barata, especialmente si los precios del heno, el maíz u otros alimentos son relativamente altos en comparación con el costo del material para elaborar la cama. Además, una vez que el animal está seco, el uso de camas podría disminuir, mientras que si no se utiliza las instalaciones, por lo general, se mantendrán húmedas y así también el animal.
En otros estudios, realizados en Nebraska (Tabla 2), se encontró que si el espacio del corral disponible es amplio entonces los beneficios del uso de camas se diluye. Asimismo se observó que la duplicación del espacio del corral en el invierno minimiza los efectos adversos de barro y/o húmedos condiciones. En el estudio, la cama se aplicó a razón de aproximadamente 1 kg/cabeza/día durante 65 de los 110 días del período de alimentación. En general, no es necesario aplicar la cama todos los días, tan sólo durante los períodos que son muy fríos, o cuando las condiciones meteorológicas tienden a producir superficies lodosas a través de las cuales el ganado tiene que caminar de bien echarse. Algunas predios no pueden darse el lujo de doblar el espacio en los corrales, ni tienen el deseo de utilizar camas para el ganado. No obstante, al menos los animales jóvenes o aquellos que son susceptibles a enfermarse son candidatos para el uso de camas. Los productores deben mantener la ropa de cama. Si se decide a utilizar camas, es necesario limpiar estas áreas de forma periódica. Además de proporcionar al ganado un área seca, tanto grande como sea posible, para permitir a los animales dispersarse y echarse. Cuanto más se concentran los animales en condiciones de humedad menos posibilidades habrá de que se seque la superficie, lo que aumentará los requerimientos de energía de mantención. Uno de los mayores obstáculos para el desempeño productivo del ganado en los meses no estivales es el barro. En el ganado, el barro disminuye la capacidad del pelo para proporcionar aislamiento y bajo condiciones de congelación y deshielo hace que las superficies sean difíciles para un normal desplazamiento del ganado.
 
Cortinas de Viento y Cobertizos
En promedio, el ganado alimentado en el invierno con protección contra el viento tiene un rendimiento un poco mejor que el ganado sin protección contra el viento. Además, hay una gran cantidad de datos que muestran que el estrés por frío estimula el consumo de alimento. Sin embargo, la combinación de menos horas de luz al día en el invierno y el frío, pueden traducirse en un comportamiento más agresiva en las zonas de alimentación (comederos). Así, el consumo de alimento no es siempre mayor. En estas condiciones, la protección contra el viento ha resultado ser útil, especialmente para el ganado de mayor peso. Es importante diseñar barreras contra el viento para mantener la nieve fuera de las zonas en las que se mantiene al ganado.
El ganado nuevo que entra en el corral así como el ganado que está aproximadamente de 30 a 45 días del sacrificio es el más susceptible al frío. Ellos necesitan un refugio y/o camas para mantener la salud y el consumo de alimento. Es aceptable cambiar la dieta a una más rica en fibra cuando hay una tormenta, ya que se minimiza el exceso de comida o la acidosis, pero no se debe ser demasiado agresivo al realizar estos cambios de dieta. Cuanto más estable se mantenga el ambiente ruminal, mejor. Aun cuando se genera más calor por unidad de energía digestible en el forraje, hay más energía (calor) en los granos cuando se mide por unidad de peso.
Finalmente, un reciente interés ha sido establecido en sistemas de engorda en confinamiento con suelo sólido, en los que se aplica cama todo el año en los corrales una vez por semana. Estas unidades pueden tener un costo de dos o tres veces por sobre los sistemas tradicionales de engorde y se han mostrado promisorios en el control de la cantidad total de residuos que tienen que ser manejados para un mayor control de las exigencias ambientales. Estas unidades parecen presentar mayores ventajas en zonas en donde el drenaje superficial es pobre, el suelo y las condiciones invernales promueven la acumulación de barro, y en donde el agua residual generada por la precipitación normal constituye un problema de eliminación. En el entorno actual de la alimentación del ganado, es cada vez es más importante mantener la comodidad de ganado, no sólo para optimizar la eficiencia, sino también para lograr la confianza y aceptación de los consumidores. Mantener al ganado seco, limpio y cómodo es fundamental para lograr esta meta, ya sea en sistemas de engorda abiertos o en sistemas más sofisticados de mayor inversión en infraestructura.
En resumen, para mejorar el confort de los animales en los corrales de engorda y otras áreas durante el periodo invernal, se puede considerar seguir las siguientes indicaciones: 1) Si es posible, las instalaciones deben estar diseñadas para drenar adecuadamente el agua lejos de las zonas en las que el ganado normalmente se reúne. 2) Empujar la nieve fuera de los corrales (de preferencia después de cada tormenta) o por lo menos hacia los perímetros de las instalaciones. Esto minimizará los efectos del derretimiento gradual y ayudará a un el secado más rápido de las zonas de descanso. 3) Suavizar o derribar las superficies ásperas o congeladas que impidan al ganado el acceso al agua y alimento. 4) Duplique la asignación de espacio de los animales (en la medida de lo posible). El espacio adicional minimiza la acumulación de lodo y permite un mayor acceso a las zonas secas para que los animales se echen. 5) Utilice camas. Hay momentos en que el uso de cama resulta esencial para mantener la comodidad y bienestar animal, sin importar el tipo de explotación ganadera. Esto es especialmente cierto en lugares que no están bien drenados y tienen protección contra el viento que atrapa nieve y se vuelvan en las instalaciones de ganado.
 
Tabla 1. Efecto del uso de cama (paja de trigo) en corrales de engorda durante el invierno y primaveraa
Predicción del desempeño productivo del ganado bajo condiciones de estrés por barro, lluvia y viento - Image 1
 
Tabla 2. Efectos del espacio por corral y uso de cama evaluados sobre dos ensayos invernales de 110 días de engorda*
Predicción del desempeño productivo del ganado bajo condiciones de estrés por barro, lluvia y viento - Image 2
 
Figura1. Nivel de barro en una engorda a corral en la zona de los Ángeles, Chile. A) La profundidad máxima del barro medida en el corral fue de 43 cm. B) Animal con pelaje totalmente húmedo y barro adherido reduce significativamente su capacidad de aislación (fotos Rodrigo Arias 2011).
Predicción del desempeño productivo del ganado bajo condiciones de estrés por barro, lluvia y viento - Image 3
 
Temas relacionados:
Autores:
 Rodrigo Arias
Universidad Austral de Chile
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José Antonio Donato
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José Antonio Donato
Adisseo
30 de octubre de 2018
Muy cierto , el barro en los corrales es un grande problema , pues merma en los animales el consumo de alimento y así mismo la masa corporal
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