Efecto del número ordinal de parto sobre la producción de leche y eficiencia biológica en vacas cruzas Jersey x Holstein neozelandés. I. Producción de leche

La caracterización productiva de vacas que difieren en edad y/o número de parto al inicio de la lactancia es importante, toda vez que la productividad de un rebaño está fuertemente determinada por la estructura etaria del mismo. En zonas templadas, con sistemas pastoriles estacionales, las vacas primíparas deben iniciar su primera lactancia a una edad temprana; en torno a los dos años, experimentando importantes incrementos productivos a través de su vida. Al respecto, LIC (2020) reporta cifras provenientes de Nueva Zelanda que señalan aumentos en producción de leche de 38,8%, 34,5% y 38,6%, entre la primera y quinta lactancia, en vacas Holstein (H), Jersey (J) y mestizas de dichas razas. El objetivo del presente trabajo fue evaluar los efectos: número ordinal de parto (NOP), biotipo animal, y la eventual interacción entre ambos en vacas mestizas Jersey x Holstein Neozelandés.

Para la realización de este trabajo se analizaron 2.621 lactancias, desarrolladas por 892 vacas, a través de 25 temporadas; desde 1995-1996 hasta 2019-2020. Los animales forman parte del rebaño de la Estación Experimental Oromo (Purranque, región de Los Lagos, Chile). Cada lactancia se caracterizó con controles mensuales, realizados por una empresa externa, de producción de leche, grasa y proteína y los contenidos de ambos sólidos, entre otras variables. Los animales iniciaron sus lactancias desde julio hasta octubre; siendo manejados bajo un sistema de pastoreo rotativo, con un esquema de suplementación según las pautas descritas por Uribe y González (2018). La producción de leche individual se expresó sobre una base diaria, dividiendo la producción total de la lactancia por los días de duración de la misma. El valor así obtenido se corrigió a un equivalente energético, de acuerdo con el contenido de grasa y proteína láctea. Para dicho efecto, se utilizó la ecuación descrita por Beever y Doyle (2007), la cual otorga un valor energético de 3,14 MJ a un kilogramo de leche corregida por energía (LCE). Para el análisis de la información, las vacas se agruparon en cinco categorías, de acuerdo con su NOP. Al respecto, cabe mencionar que todos los animales parieron por primera vez con una edad en torno a los 24 meses. A objeto de que existiera correspondencia entre edad y número de parto, no se consideró la información de vacas que no parieran en años consecutivos. Así, por ejemplo, la categoría 5 y más partos incluyó sólo información de vacas de 6 y más años de edad. A su vez, dentro de cada uno de estos grupos, se conformaron cuatro biotipos de acuerdo al aporte aditivo de las razas participantes: H (aporte de raza Holstein Neozelandés ≥ 14/16), HX (10/16 ≤ aporte de raza Holstein Neozelandés ≤ 13/16), HJ (7/16 ≤ aporte de raza Holstein Neozelandés ≤ 9/16) y JX (aporte de raza Jersey ≥ 10/16). Los promedios mínimos cuadráticos fueron estimados mediante un modelo lineal que incorporó los efectos fijos: Año, Mes, NOP, Biotipo y la interacción NOP con Biotipo y, como covariable, la duración de la lactancia en días. La diferenciación estadística de los promedios mínimos cuadráticos entre biotipos y NOP se realizó mediante una prueba de t (P < 0,05).

El modelo lineal fue altamente significativo (P < 0,0001), alcanzando el R² un valor de 0,608. A su vez, los efectos NOP y biotipo de los animales resultaron, también, altamente significativos (P < 0,0001). No obstante, la interacción entre dichos efectos no alcanzó significancia estadística (P = 0,2505). Como se aprecia en el Cuadro 1, la producción de LCE aumentó en forma asintótica de acuerdo con el NOP, siendo este incremento significativo hasta la cuarta lactancia, para estabilizarse con posterioridad. Conforme a lo esperado, dado que, como se señala con anterioridad, la interacción no fue significativa (P = 0,2505), dicha tendencia se repitió de manera similar en todos los biotipos. Al analizar las diferencias entre éstos, se observó que la producción de LCE, fue significativamente superior en las vacas HJ (Cuadro 1). Lo antes mencionado resulta, probablemente, como producto de un efecto favorable de la heterosis; la cual se optimiza con composiciones genéticas intermedias entre las razas Holstein Neozelandés y Jersey.

Cuadro 1. Promedios mínimos cuadráticos (± error estándar) para producción de leche corregida por energía (kg día^-1), de acuerdo con el número ordinal del parto y biotipo.

El análisis del NOP indica que las vacas primíparas, son las que presentan la menor producción de LCE, variable que aumenta gradualmente con el NOP y se estabiliza a partir de la quinta lactancia. No existió interacción entre Biotipo y NOP. Por consiguiente, dicha tendencia es similar en todos los tipos genéticos en estudio. No obstante lo antes mencionado, la comparación entre diferentes biotipos señala que las vacas de composición genética equilibrada, con un aporte aditivo en torno al 50% de ambas razas en estudio (HJ), son las que alcanzan mayor LCE.