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El rol de la fibra en los sistemas de engorde a corral

Publicado: 7 de mayo de 2012
Por: Ing. Agr. Alejandro Palladino, Ing. Agr. Marisa Wawrzkiewicz y Dr. Fernando Bargo, Departamento de Producción Animal, Facultad de Agronomía - UBA
Introducción
El engorde a corral o feed-lot se caracteriza por ser un sistema de engorde sumamente intensivo, con alta proporción de granos en la dieta y baja cantidad de fibra. A pesar de ser la fibra un componente de baja participación en la dieta final cumple un rol muy importante que es mantener el funcionamiento del rumen (estabiliza el pH, disminuye el riesgo de acidosis, etc.). La fibra debe estimular la rumia y la salivación, con lo cual se percibe que, en este caso, el efecto es más bien físico que nutritivo. Muchos trabajos se han realizado en pos de calcular cual es el requerimiento mínimo de fibra en las dietas de feed-lot. En general el aporte de fibra en las dietas entorpece el trabajo y trae aparejado problemas de consumo (rechazo del heno ofrecido, disminución del consumo por menor tasa de pasaje, etc.). También es cierto que un adecuado aporte de fibra mejora el funcionamiento del rumen repercutiendo en una mayor eficiencia de la dieta total. El objetivo de esta revisión es ayudar a comprender cual es el rol de la fibra en los sistemas de engorde a corral, intentando obtener una estimación de los requerimientos mínimos necesarios para una producción eficiente.
¿Qué es la fibra? ¿Cuáles son sus aportes?
Los hidratos de carbono son el componente más importante de las raciones para rumiantes. Su aporte no solo es cuantitativo (materia seca, MS), sino que también colabora para el mantenimiento de las funciones normales del rumen. Desde el punto de vista funcional, los hidratos de carbono pueden dividirse en dos partes: hidratos de carbono fibrosos, equivalente a la fibra insoluble en detergente neutro (FDN), e hidratos de carbono no fibrosos. Los hidratos de carbono no fibrosos son una fuente de energía muy importante. Pueden presentarse en forma de azucares solubles o como almidones, con lo cual varían su degradabilidad y sitios de digestión. La FDN es, según Van Soest (1982), el material insoluble en una solución de detergente neutra y esta compuesta por celulosa, hemicelulosa, y lignina. Si bien la lignina no es un carbohidrato, esta íntimamente relacionado con estos por su rol dentro de la pared celular. La calidad de la fracción fibrosa depende de la relación existente entre sus componentes: la lignina es indigestible para los rumiantes mientras que la celulosa es menos digestible que la hemicelulosa. De aquí se desprende que aquellos subproductos como el afrechillo de trigo o la cascarilla de soja sean una excelente fuente de fibra por su alta degradabilidad debido al alto contenido de hemicelulosa.
Hasta el momento hemos definido y hablado de la calidad de la fibra con respecto a sus componentes. Sin embargo, también se ha visto que el aporte no es solo nutricional. Definir cual es el aporte de FDN necesario para estimular la rumia y la salivación es muy complicado debido a que no solo depende de la composición química sino que también depende del tamaño y la forma de partícula. Para esto se ha desarrollado el concepto de fibra efectiva (FDNef). La FDNef se define como la capacidad real de la fibra para estimular la rumia y la salivación. Por ejemplo, un heno de determinada calidad sin picar hace un mayor aporte de FDNef que el mismo heno picado. Según Bach y Calsamiglia (2002), la fibra efectiva es el criterio de formulación más valido para valorar el aporte mínimo de fibra que garantiza una alimentación adecuada.
Acorde a lo visto y entendiendo que es y que aporta la fibra, podemos decir que la incorporación de la fibra en dietas de engorde a corral trae aparejado dos limitaciones importantes: a) el exceso de fibra limita la ingestión de alimentos y b) la fibra tiene una digestibilidad relativamente baja, por lo que su valor energético es limitado.
Efecto de la fuente de fibra sobre la performance productiva
Las distintas fuentes de fibra pueden producir variados efectos sobre la performance productiva del ganado de carne. Galyan y Defoor (2003) advierten que cambios en la fuente y concentración de forrajes afectan el consumo de materia seca (CMS) del ganado en feed-lot. Defoor y otros (2002) indican que la fuente y el nivel de fibra en dietas de engorde a corral tiene efectos sobre el CMS, la performance y las características de la carcasa. Sin embargo las razones por las cuales suceden estos cambios no están del todo dilucidadas. Estos autores encontraron que en dietas de terminación de vaquillonas, utilizando diferentes fuentes de fibra (heno de alfalfa, heno de pasto sudán, paja de trigo y cascarilla de semilla de algodón), el consumo de energía neta fue modificado por la concentración diferente de FDN de los forrajes. En otro experimento, los mismos autores indican que la cascarilla de semilla de algodón y el silaje de pasto sudán tienen mayor proporción de FDN que el heno de alfalfa utilizado, repercutiendo en un mayor valor como forraje de los primeros y, en consecuencia, deberían utilizarse en menor proporción dentro de la dieta total. Bartle y otros (1994) hallaron que vaquillonas consumiendo heno de alfalfa al mismo nivel que cascarilla de semilla de algodón, en dietas con 90 % de concentrado, tuvieron un CMS menor pero una mayor ganancia de peso y eficiencia de conversión. Los autores sugieren que la calidad de la fibra proveniente de la alfalfa es mayor que la de la cascarilla de semilla de algodón y el mayor consumo pudo ser debido a una mayor palatabilidad de esta última. Es válido recordar que la FDN tiene una alta correlación con el CMS, mientras que la fibra en detergente ácido (residuo luego de una digestión en detergente ácido, FDA) está mejor correlacionado con la digestibilidad. Un alimento puede tener baja FDN pero de baja digestibilidad (podría ser el caso de la cascarilla de semilla de algodón) mientras que otro puede tener alta FDN pero de mejor digestibilidad (heno de alfalfa).
Pordomingo y otros (2002) evaluaron la performance de terneros y novillitos en un engorde a corral con dietas sin fibra larga. Compararon tres tratamientos en los cuales utilizaron en el testigo heno de alfalfa + harina de girasol como fuentes de fibra. En el resto de las dietas se utilizó solo harina de girasol y harina de girasol + grano entero de avena. La hipótesis se basó en que utilizando grano de maíz entero se puede disminuir el aporte de fibra larga, ya que el grano entero estaría haciendo un aporte importante de fibra efectiva. Las dietas utilizadas tenían valores similares de FDN. Los autores concluyeron finalmente que a pesar de que el aporte de FDNef fue menor para las dietas sin heno no hubo diferencias significativas en CMS, eficiencia de conversión y aumento de peso vivo. Esto indica que dietas con grano entero podrían tener requerimientos menores de FDNef, ya que debido a la forma del grano se estimula mayor salivación y masticación que con el grano partido, además de cambiar el sitio de digestión (pasa mayor cantidad de grano al intestino delgado).
Efecto de la concentración de fibra sobre la performance productiva

Si bien por lo visto hasta el momento la fuente de fibra como el resto de los componentes afectan los requerimientos, intentaremos comprender por separado el efecto de la concentración de fibra. Bartle y otros (1994) encontraron que en dietas que contenían 10, 20 y 30 % de forraje la ganancia de peso disminuía para el valor mayor (30 %) sin diferencias entre los dos primeros niveles. Sin embargo la eficiencia de conversión era mayor para el nivel más bajo de fibra (10 %) quedando en evidencia las diferencias de consumo en los tres niveles. Resultados similares fueron reportados por Loerch y Fluharty (1998), quienes realizaron un ensayo en el cual compararon dietas sin fibra y con 15 % de silaje de maíz. No encontraron diferencias en aumento de peso diario y CMS pero la dieta con silaje de maíz presentó una eficiencia de conversión menor. En otro estudio (Stock y otros, 1990) se encontró que cuando el nivel de forraje crecía de 0 a 9 % la eficiencia de conversión disminuía. También se observó que la eficiencia de conversión disminuyó cuando el forraje fue adicionado a dietas con granos de maíz y sorgo, no encontrándose efectos negativos cuando se adicionó a dietas con grano de trigo. Finalmente, Zinn y otros (1994) encontraron efectos positivos sobre la ganancia diaria de peso y la eficiencia de conversión cuando se disminuyó la concentración de forraje de 20 a 10 %.
Es evidente que la respuesta al agregado de diferentes concentraciones de fibra en las dietas es dependiente del tipo de grano que la compone. Dietas que contienen granos de menor degradabilidad ruminal se ven más afectadas que aquellas con granos de mayor degradabilidad. Esto puede deberse a que la fibra ejerce un efecto positivo sobre el ambiente ruminal, evitando o disminuyendo el riesgo de acidosis en dietas con alta proporción de almidones de alta degradabilidad. En cambio, en dietas con almidones de baja degradabilidad, el riesgo de acidosis es menor y la mayor cantidad de fibra tiene un efecto depresor del CMS y además diluye la concentración energética de la ración, traduciéndose en una menor eficiencia de conversión.
Uso de aditivos en dietas de engorde a corral: efectos sobre la digestión de la fibra
Stock y otros (1990) encontraron que la adición de monensina a dietas sin fibra mejoró la eficiencia de conversión. En dietas con 7,5 % de forraje y grano de maíz la eficiencia de conversión disminuyó ocurriendo totalmente lo contrario en dietas con igual nivel de forraje pero con grano de trigo. La monensina optimiza el ambiente ruminal produciendo un efecto similar a la adición de fibra a dietas con alto porcentaje de carbohidratos rápidamente fermentecibles (si bien el mecanismo por el cual logra el mismo resultado es totalmente diferente). Sin embargo, los ionóforos tienen un efecto depresor de la digestión de la fibra, efecto que se vislumbra en el caso de las dietas con grano de maíz. En este caso el grano de maíz se digiere en gran parte en intestino delgado y el forraje lo hace totalmente en el rumen. En presencia de monensina, las bacterias celulolíticas se ven afectadas con lo cual la digestión de la fibra disminuye marcadamente. Zinn y otros (1994) no encontraron diferencias en el agregado de monensina en CMS, ganancia diaria de peso y eficiencia de conversión pero registraron interacción entre el nivel de forraje y monensina. A menor cantidad de forraje se produjo mayor cantidad de ácido propiónico en presencia de monensina. En cambio, con niveles más altos de forraje, se produjo menor cantidad de ácido propiónico cuando la dieta contenía monensina.
El uso de probióticos no esta totalmente extendido, sobre todo en la ganadería de carne. Los efectos positivos sobre la digestión de la fibra y el ambiente ruminal pueden ser muy beneficiosos en planteos de engorde a corral. Williams y otros (1991) indican que con el uso de levaduras vivas no se registró un aumento de la degradabilidad de la fibra pero si un aumento de la tasa de degradación, pudiéndose predecir un aumento del CMS, debido a una mayor tasa de pasaje. Durand-Chaucheyras y otros (1997) indican que los resultados de adicionar cultivos de levaduras en dietas de crecimiento y terminación son variables, registrándose mejor respuesta en dietas con silaje de maíz que en dietas con silajes de pastura. Pero más allá de las diferencias encontradas, adicionar Saccharomyces cerevisiae a la dieta, en todos los casos, se traduce en un incremento del CMS probablemente a partir de una mejora de la digestión de la fibra. Los mismos autores sugieren que animales que consumen dietas con levaduras tienen menor contenido graso en la carcasa que los animales testigos a la misma tasa de ganancia de peso. Finalmente es necesario remarcar que los efectos de los probióticos dependen en gran parte de la naturaleza de la ración. Los cultivos de levaduras mejoran la digestibilidad de la MS y de la proteína en dietas con alta proporción de concentrados (es el caso del engorde a corral), pero no en dietas basadas en silajes de maíz o alfalfa (Durand-Chaucheyras y otros, 1997).
Conclusión
La utilización de alguna fuente de fibra es necesaria para el normal funcionamiento del rumen. Los requerimientos de fibra no solo son afectados por la calidad de la misma, sino que también dependen de la naturaleza del resto de los componentes de la dieta. El cálculo de requerimientos de fibra a partir del contenido de FDN total de la dieta parecería ser más correcto que cuando se pretende hacer a partir del contenido de forraje sobre la dieta total. De esta manera se evitaría gran parte de la variación registrada cuando se comparan distintas fuentes de forraje a un mismo nivel de inclusión. El balanceo utilizando como indicador la FDNef podría ser adecuado pero es necesario generar información precisa sobre cual es la efectividad de la fibra de los componentes de la dieta, sobre todo de aquellos a los cuales solemos despreciar como puede ser el grano entero de maíz. Finalmente, el uso de aditivos como la monensina y las levaduras mejoran los parámetros productivos teniendo efectos negativos o positivos sobre la digestión de la fibra dependiendo, en gran parte, del resto de los componentes de la dieta
Bibliografía
Bach, A. y S. Calsamiglia. 2002. Manual de Racionamiento para el Vacuno Lechero. Ed. Servet.
Bartle, S. J., R. L. Preston, and M. F. Miller. 1994. Dietary Energy Source and Density: Effects of Roughage Source, Roughage Equivalent, Tallow Level, and Steer Type on Feedlot Performance and Carcass Characteristics. J. Anim Sci. 72:1943.
Defoor, P. J., M. L. Galyean, G. B. Salyer, G. A. Nunnery, and C. H. Parsons. 2002. Effects of roughage source and concentration on intake and performance by finishing heifers. J. Anim Sci. 80:1395.
Durand-Chaucheyras, F., G. Fonty, G. Bertin. 1997. The use of live yeasts as microbial feed additives for ruminants: Effects on rumen microflora and fermentation and on animal performance. Bulletin des GTV. Nº 5, B, 576, p 35.
Galyean, M. L. and P. J. Defoor. 2003. Effects of roughage source and level on intake by feedlot cattle. J. Anim Sci. 81(E. Suppl. 2):E8-E16.
Loerch, S. C. and F. L. Fluharty. 1998. Effects of Corn Processing, Dietary Roughage Level, and Timing of Roughage Inclusion on Performance of Feedlot Steers. J. Anim Sci. 76:681.
Pordomingo, A.J, Jonas, O., Adra, M., Juan, N.A., Azcárate, M.P. 2002. Evaluación de dietas basadas en grano entero, sin fibra larga, para engorde de bovinos a corral. Rev. de Investigación Agropecuaria. Ed. INTA. 31 (1):1-22.
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Williams, P. E., C. A. Tait, G. M. Innes and C. J. Newbold. 1991. Effects of the inclusion of yeast culture (Saccharomyces cerevisiae plus growth medium) in the diet of dairy cows on milk yield and forage degradation and fermentation patterns in the rumen of steers. J. Anim Sci. 69:3016.
Zinn, R. A., A. Plascencia and R. Barajas. 1994. Interaction of forage level and monensin in diets for feedlot cattle on growth performance and digestive function. J. Anim Sci. 72:2209.
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Autores:
Alejandro Palladino
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