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¿Se puede mejorar la producción de forraje en el delta entrerriano?

Publicado: 2 de octubre de 2018
Por: Marta Raquel ISELLI , Gabriel Hipolito SEVILLA , Andrea PASINATO , Hugo Felix BENAVIDEZ
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El delta entrerriano es un gran valle de inundación, con un carácter hidrológico particular, formado a partir de crecientes periódicas de agua dulce. Entre las numerosas comunidades vegetales que dominan el paisaje, las gramíneas representan las especies de mayor interés productivo desde un punto de vista ganadero.
 
El paisaje ha sufrido alteraciones producidas por la intervención humana, a través de obras que han cambiado el rumbo natural de los cursos de aguas. A ello debe sumarse distintas actividades productivas, como la silvicultura, la apicultura y el turismo, como así también la introducción de rumiantes no autóctonos como bovinos, bubalinos, ovinos y caprinos. El efecto de estas acciones ha provocado una modificación en la composición de las comunidades vegetales, como así también en el equilibrio con otras especies animales autóctonas con las cuales compiten por todo o parte del hábitat. En algunos casos se ha llegado a poner en riesgo a ciertas especies, que incluso llegaron a extinguirse.
 
En lo referido específicamente a la explotación de rumiantes en el delta, se ha registrado una importante intensificación en los últimos años fundamentalmente como consecuencia de la necesidad de liberar los mejores suelos de la región pampeana para uso agrícola. Es así que la actividad se ha desarrollado de una forma poco planificada que ha originado grandes pérdidas de cabezas al ocurrir inundaciones excepcionales, las cuales son cada vez más frecuentes.
 
Este escenario puso en evidencia la escasez de información referente a los recursos forrajeros naturales, como así también a su abundancia, producción, calidad y persistencia como la forma más apropiada de uso por el ganado. En este aspecto, se genera un espacio importante de trabajo para el abordaje de esta temática. Es necesario resaltar que el uso empírico de estos recursos ha ocasionado, en muchos casos, una disminución e incluso la pérdida de las especies vegetales más consumidas. Su recuperación, exige un manejo que en ocasiones reclama una disminución de la presión de pastoreo y reducción del número de cabezas. La situación es compleja dado que en dicho contexto se encuentra el productor que lleva adelante esta actividad y a la que le es muy difícil, por su escala productiva, reducir el número de cabezas que inicialmente puede acentuar aún más los bajos niveles de producción que obtiene.
 
Es por eso que aparece la necesidad de evaluar alternativas que permitan aumentar la producción animal y que posibiliten afrontar situaciones extremas recurrentes, fundamentalmente las inundaciones, reduciendo las necesidades de trasladar la hacienda hacia otras zonas. De este modo se daría solución a un problema social sentido en el territorio y, simultáneamente, se favorecería el manejo y protección de los recursos vegetales autóctonos con menor nivel de degradación.
 
La tecnología que se propone está referida a la introducción de especies implantadas, que complementen al pastizal natural. Debe considerarse que las pasturas perennes ocupan solo el 10% de la superficie ganadera en Argentina pero, sin embargo, soportan el 50% de la carga animal que registra el país. Es importante el efecto potenciador que podría tener la implantación de pequeñas superficies de especies adaptadas, algunas incluso presentes en los tapices naturales.
 
Existen numerosos estudios realizados en explotaciones con 100% de pastizales naturales, que muestran como la implantación de pasturas en superficies de hasta un 30% del total del establecimiento, provoca un impacto positivo sobre el margen neto de los sistemas. Dicha conclusión contempla datos de un elevado número de años, donde se presentan situaciones productivas favorables y desfavorables. A ello debe adicionarse que significaría una disminución en la presión de pastoreo y mantenimiento del recurso natural. Especialmente el uso de especies de ciclo otoño-inverno-primaveral, como raigrás anual, cebadilla criolla y pasto ovillo, permitiría contar con una oferta forrajera complementaria de la producción primavero-estival dominante en el recurso natural.
 
También sería de valor en la elevación de los niveles productivos, la incorporación de especies que agreguen nitrógeno atmosférico como las leguminosas herbáceas, las cuales son escasas en forma natural. Entre las mismas se destacan trébol blanco y trébol de olor, y sobre todo lotus tenuis. Esta última especie se destaca por presentar un comportamiento favorable bajo condiciones salinas sódicas y una rápida diseminación a través de los cursos de agua, que facilitarían su diseminación al producirse inundaciones.
 
Dado que los recursos implantados implican un gasto inicial, deberían realizarse en los sitios donde la probabilidad de éxito sea mayor, como por ejemplo en los lugares más altos del terreno (albardones). También se podría optar por tecnologías disponibles de menor costo y de efectividad probada en otras zonas ecológicas similares como la intersiembra. Como regla y, según los resultados de análisis del suelo, la siembra debería incluir niveles apropiados de fertilización fosforada y nitrogenada.
 
Debe considerarse que desde la focalización productiva de las tierras bajas y, en el afán de cerrar ciclos productivos, una práctica que va tomando formas, es la suplementación. Sabido que es una costumbre repetida y no excluyente de estos sistemas, el aporte de suplementos de distinto tipo para solucionar los problemas nutricionales no resueltos por una deficiente oferta forrajera. Si bien dicho aspecto escapa al tema central de este informe, debería considerarse en primer término la maximización del aprovechamiento de pastizales y pasturas implantadas, antes de recurrir a los suplementos.
 
Debe tenerse presente que los distintos alimentos, fundamentalmente granos, resultan onerosos cuando no provienen de la propia producción, como es el caso en estos ambientes no agrícolas. Sin embargo, frente a situaciones extremas como las que suelen presentarse, debe explorarse la amplia gama de subproductos de distintas industrias (por ej.: cervecera, aceitera, arrocera) que se encuentran en un radio de distancia relativamente bajo.
 
El presente, pretende ser un avance de acciones que se profundizará sobre los resultados que se vayan obteniendo en cuanto a la mejora propuesta en la oferta forrajera, en la optimización en la utilización del forraje por los animales y sobre los suplementos más apropiados, según la necesidad nutricional específica de cada producción y categoría animal.
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Autores:
Gabriel Sevilla Ing. Agr.
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria - INTA
Andrea Pasinato
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria - INTA
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