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Prospectiva para los agronegocios de latinoamérica y casos de fallas del mercado local en San Carlos (Venezuela), Mayo ´2018.

Publicado: 14 de septiembre de 2018
Por: Andrew Torres
Ya en estos días finales de Mayo del año 2018, se prevé que para el año 2025 seguirá  el aumento de la renta mundial con más tendencia a la equidad con unas 1.900 millones de personas más en clase media, junto al crecimiento de la población (mas en Asia y África) y también tendencia a urbanización (USDA, Febrero 2018), lo cual para los países en desarrollo (PED) como en Latinoamérica contribuirá a mejorar su nivel de vida con mejora en la dieta y es de esperar un mayor consumo de proteínas de origen animal. A lo anterior, se suma el  hecho de que es Latinoamérica el sub-continente en el mundo en donde se espera la mayor inversión en negocios climáticos (agro-negocios, energía renovable, energía solar fuera de la red y su almacenaje, construcción verde, transporte urbano, suministro de agua y gestión de residuos urbanos) por Un billón US$ hasta 2030 (International finance corporation,  Noviembre 2017), de hecho, según el último Informe Conjunto de los Bancos Multilaterales para el Desarrollo (Joint Report MDBs´Climate Finance, 2017) fue Latinoamérica y el Caribe la sub-región del mundo que lideró la captación de estas inversiones con un 20 % del total  para US$ 7.174 Millones en un año record de estas con US$ 35.219 Millones. Además, junto con África es Latinoamérica los territorios que proyecta la FAO (2017) deben aumentar su producción de alimentos para atender la creciente demanda mundial de unos 1.500 millones de habitantes más para el año 2050.
De hecho, la producción agroalimentaria experimentó cambios estructurales en Latinoamérica en las últimas cuatro décadas y esto se atribuye a la evolución de los sistemas de investigación y desarrollo (I&D), ajuste en políticas regionales y reducción en la asistencia de bienes no agrícolas, tal que en estos tiempos es la sub-región exportadora neta más grande del Mundo (FAO, 2015). Dada su abundancia de los recursos agua, tierra y hábitats naturales sumado a las proyecciones de que para el año 2030 se tendrá un superávit de producción agrícola sub-regional del 117 % de su demanda regional lo cual avizora que Latinoamérica está bien posicionada para enfrentar los desafíos de la demanda agroalimentaria del Mundo (López et al, 2017). Las referencias anteriores parecen resaltar la crecida de los agro-negocios por estos pagos y las oportunidades que se presentarán de forma planificada y forzosa a causa de esto.
Por lo antes expuesto, el gran crecimiento de China y los PED responderán mayoritariamente al aumento estimado en el consumo de granos, oleaginosas y carnes hasta el 2025. Para el consumo cárnico (de bovino, cerdo y pollo), solo África, medio oriente y el sureste asiático aumentarán la demanda de carnes en 20 % y se prevé tendrán que aumentar sus importaciones en 40 % del total global, por lo que la producción mundial deberá crecer un 15,94 % (Nunes, 2018), con gran oportunidad para Latinoamérica tanto abastecedora  de carnes como de granos y oleaginosas para alimentación de la cría. Ante ese escenario creciente la competitividad también aumentará de forma agresiva sin duda, para lo cual las exigencias de calidad sanitaria ajustadas a la legislación respectiva deberán afinarse en los países y empresas que pretendan aquellas oportunidades. La inocuidad alimentaria, el bienestar y la sanidad animal, junto a la descarbonización (para reducción de los gases de efecto invernadero, GEI) de la producción agropecuaria para mitigación del Cambio Climático (CC) y mayor exigencia de sostenibilidad irán en aumento.
Profundizando en la sanidad e inocuidad alimentaria, según la OMS (2007) anualmente morían 1,8 millones de personas a causa de unas 200 enfermedades que son transmitidas en  los alimentos por elementos infecciosos o tóxicos (bacterias, virus y parásitos) o químicos que contaminan el agua o los alimentos. También, África y el sureste asiático lideran junto a la salmonelosis y campylobacteriosis estas estadísticas, además, solo en la Unión Europea dichas pandemias afectan anualmente a unos 6,2 y 9,2 millones de casos, respectivamente. Peor resulta en Estados Unidos en donde se reflejan unos 48 millones de casos anuales con pérdidas estimadas en unos US$ 15.500.000.000. Esto no llega hasta allí, cualitativamente traen consecuencias del tipo ausentismo en actividades, desempleo e improductividad laboral, tratamientos médicos hasta la muerte, demandas legales a los expendedores, exposición mediática negativa, pérdidas diversas como de credibilidad de la marca, de la empresas, de clientes y de mercados.
La inocuidad de alimentos son el conjunto de condiciones y acciones que se ejecutan para que al ser ingeridos no representen un riesgo a la salud y se dan a lo largo de su producción, almacenamiento, distribución y preparación. La organización antes referida recomienda a los formuladores de políticas públicas crear y mantener infraestructuras adecuadas para gestionar los riesgos relacionados a la inocuidad, fomentar la colaboración intersectorial (pública, animal, agricultura, consultoras y servicios relacionados) para un mejor desempeño colectivo en esta gestión, integrar la inocuidad alimentaria en políticas y programas relacionados a la alimentación actuando de forma local pero con perspectiva global para que dicho alcance llegue a inocuidad internacional. No debe haber duda de que, la producción de alimentos inocuos fortalece las economías nacionales mediante la mejora de la “imagen país”, así su competitividad en comercio y turismo, favoreciendo la seguridad alimentaria y nutricional, y una buena excusa para el desarrollo sostenible.
En la industria cárnica, tan atractiva para los microorganismos, las presiones de las tendencias modernas en salud humana con el uso restrictivo de antibióticos y han gestado la instauración de acciones de bioseguridad, aplicación de vacunas, creciente innovación en nutrición y la implementación de buenas prácticas de bienestar animal en su faenado, entre otras, que se han convertido en una exigencia para acceder a nuevos mercados. Por tales motivaciones, siendo Latinoamérica la subregión que está más llamada a liderar la creciente producción mundial de alimentos para los próximos años, es menester trabajar las políticas públicas de forma conjunta entre los actores públicos, privados y de servicios en reforzar la competitividad agroalimentaria, los marcos legales, la cooperación vertical y horizontal a lo largo de las cadenas productivas de alimentos para implementar programas de inocuidad y sanidad alimentaria a niveles de “inteligencia sanitaria”, midiendo sus relaciones costo– beneficio y logros económicos, buscando su reconocimiento por medio de certificaciones de credibilidad para apalancarse en estas vía la publicidad para diferenciarse de la competencia y usar las mismas como herramientas de negociación comercial en el ya creciente mercado mundial de inversiones alimentarias. A continuación referimos algunos pasos agigantados que ya se están dando en la sub-región.
EVIDENCIAS RECIENTES DEL EMPUJE DE LOS AGRONEGOCIOS EN LATINOAMÉRICA.
  1. Desde Enero de 2017 hasta Julio de 2018, la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC) está llevando a cabo en Chile un programa de asesoría en mejoras tecnológicas, energéticas y ambientales en la industria PYME porcina que involucra inversiones cercanas a los US$ 400 millones y en trabajo conjunto con la Asociación de Productores de Cerdo de Chile (Asprocer) que han logrado que este país suba al sexto lugar como exportador mundial de esta carne. Dicho programa, en el que están expertos de España, la OMC, la ONU y nacionales, incluye tecnologías de mitigación de impactos, ordenamiento territorial, normativas para olores molestos y nuevos estándares tecnológicos y de gestión para avanzar hacia una economía circular. En el año 2016, Chile exportó unas 584.000 Toneladas de carne porcina a unos 30 destinos y habilitado en total para 60, con el 67 % de esos envíos para Asia. De hecho, este país mediante su marca ChilePork exporta el 60 % de su producción porcina hacia Corea del sur, Japón y China, y promocionándose continuamente para captar las exigencias de sus clientes globales (Domínguez, 2018).
  2. En Febrero pasado la empresa hondureña Empacadora Agroindustrias Del Corral recibió autorización de una misión gubernamental taiwanesa para exportar carne bovina hacia la isla asiática, según informó Ricardo Paz como Director del Servicio Nacional de Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria (Senasa). Por cumplimiento de las condiciones de cuarentena y reglas de tratamiento de la higiene, también, ya el año pasado la Empresa Ganadera Hondureña (Emgahsa) había capitalizado esa certificación (Sulluchuco, 2018). El pasado año 2017 el país centroamericano logró exportar 133 contenedores de carne bovina, con 2.385 toneladas métricas que significaron más de US$ 9 millones a destinos como Indonesia, Japón, Tailandia, Turquía, Hong Kong, Vietnam y el propio Taiwan, entre otros. 
  3. En Abril con una inversión de US$ 45 MM, Cargill abrió en Nicaragua una planta frigorífica de pollo de 14.000 aves por hora con carácter de exportación que genera 3.000 empleos directos y otros 18.000 indirectos, según Xavier Vargas (Presidente de Cargill proteína Latinoamérica) esta inversión permite aplicar a ser certificados para exportar, para lo que es requisito contar con un sistema nacional de vigilancia sanitaria y de inocuidad fortalecido ante nuestros socios comerciales, con instituciones que generen confianza para alcanzar otras latitudes (Sulluchuco, 2018). 
  4. A mediados de Abril, un seminario llevado en Chile a nivel de la industria exportadora de frutas de ese país determinó que esta está preparada para continuar las  exportaciones con la nueva legislación Food Safety Modernization Act (FSMA) de Estados Unidos, según lo determinaron la Asociación de exportadores (Asoex) y la Fundación para el desarrollo frutícola (FDF) de Chile por un programa de capacitación que se implementó por mas de un año en pequeños y grandes actores de la cadena frutícola (Matte, 2018).
  5. A inicios de Mayo, se llevó a cabo el GFSI (Global Food Safety Initiative) Focus Day México 2018, allí Enrique Sánchez Cruz como jefe nacional del servicio de sanidad agroalimentaria (Senasica, de la Sagarpa) relató la importancia de este evento para los sistemas de inocuidad agroalimentaria de su país que exporta alimentos para 160 países y que funciona a lo largo de las cadenas de producción de forma recíproca para la mejora, ganar transparencia y clientes en el competitivo mercado internacional (Sulluchuco, 2018). Citando el caso de Japón hoy convertido en el principal destino de exportación de carne de cerdo, limón, frutillas, aguacate y frutas frescas procesadas, y esto fue posible por los procedimientos mexicanos de certificación de inocuidad y que han catapultado a México como décimo octava potencia mundial exportadora de alimentos. 
  6. A mediados de Mayo, Uruguay y China firmaron un acuerdo para profundizar en la asesoría, consulta e intercambio del proceso de exportación de carne uruguaya hacia China. El Instituto Nacional de Carnes (INAC) de Uruguay junto a la Asociación de Inspectores de Alimentos de China (CIQA) firmaron un memorando de avance que incluye a las cadenas bovina, ovina y aviar para exportación al creciente mayor mercado asiático, en dicho encuentro participó Enzo Benech como titular del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca del Uruguay. También, los funcionarios chinos de la CIQA dictaron un seminario sobre inocuidad alimentaria, normas para certificación de plantas industriales de alimentos y requisitos para su etiquetado y envasado (Sulluchuco, 2018).
  7. En Colombia, el negocio ganadero bovino genera Empleo para 926.000 personas, aportando un 20 % al PIB Agropecuario y que solo desde la re-abierta empresa Minerva Foods exporta unas 2.000 Toneladas al mes, de 17.000 cabezas de ganado que compra a unos 400 ganaderos y que son unos US$ 8 MM en comercio exterior (J. G. Zuluaga, M. Agricultura y D. Rural, en (Sulluchuco, 2018)).
  8. En la Universidad de Sao Paulo en Brasil, la Facultad de Zootecnia lleva estudios minuciosos acerca del Bienestar Animal, entiéndase este constatado con evidencias científicas de que el animal está sano, nutrido, cómodo, seguro y que no esté sufriendo de dolor, angustia y miedo, tal que pueda expresarse espontáneamente y esto influye en su comportamiento productivo (Organización Mundial en Sanidad Animal 2008 en Paranhos, 2018) lo que impacta además las tasas de morbilidad, mortalidad, reducción en problemas de calidad y en la conquista de mercados exigentes con el bienestar animal, entre otros. En esta universidad se han llevado estudios demostrando que este concepto influye en la sostenibilidad, por ejemplo, en casos de ganadería bovina de engorde han constatado que el confinamiento genera estrés a los animales y esto les ocasiona malestar, bajas en el rendimiento de ganancia en peso y por tanto pérdidas económicas. En ganado lechero, el estrés por calor, les crea respiración jadeante y reducción del consumo alimentario con la consecuente caída en productividad y fisiológicamente producen más metano por lo que impactan más el ambiente.
  9. Recientemente, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) en su sesión anual en Paris entregó la certificación 100 % a Argentina (Senasa, Ministerio de Agroindustria) y 72 % a Colombia (ICA-M. Agricultura y D. Rural) como zonas libres de peste porcina clásica en sus áreas de producción comercial de cerdo (Sulluchuco, 2018), condición sanitaria que los ubica en el ranking de países con condiciones óptimas de competir para acceder a mercados tan importantes como el de la China.
  10. La Agencia de Regulación y Control Fito y Zoo Sanitario (Agrocalidad) del Ecuador obtuvo el acceso sanitario para la exportación de carne avícola a los Emiratos Árabes Unidos (EAU) tras un proceso de evaluación para cumplir con los requisitos sanitarios e incluso dicho informe destaca la inexistencia de influenza aviar en el país amazónico lo que destaca como una gran ventaja competitiva de carácter internacional (Sulluchuco, 2018). Dicho acuerdo incluye requisitos relativos a buenas prácticas veterinarias, inocuidad de la carne, inspecciones ante y post-mortem para animales sacrificados, protocolos de manejo del producto, entre otros temas relevantes. 
Tal como se citan los avances que ya se dan en Latinoamérica para aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado internacional a los agronegocios crecientes en el Mundo, resulta primordial el darle sostenibilidad a esos anhelos y una amenaza a los mismos es el Cambio Climático que se experimenta debido al efecto invernadero que tenemos en la atmósfera terrestre por la acumulación de los GEI, para lo cual también están los avances y muy buenas proyecciones en la sub-región según el Informe de la Corporación Financiera Internacional (IFC) ya referidos en el primer párrafo. Además, del menester de los países por cumplir con sus metas del Acuerdo de Paris ´2015 sobre CC, resulta un asunto fundamental la Educación ambiental a sus ciudadanos para el cambio de conductas y concienciación en apoyo a aquellas metas nacionales con las cuales hacer sostenible tanto las inversiones en negocios climáticos como en la producción agroalimentaria para elevar su nivel de vida, el logro de una mayor equidad y la satisfacción de las crecientes necesidades poblacionales que se ciernen en el Mundo. Sin duda, son asuntos de política pública para las cuales se necesita de ciudadanos conscientes, con un buen nivel educativo para que reflejen los mejores criterios y así de sus dirigentes nacionales.
GRANDES OPORTUNIDADES DE MEJORA PARA LOS AGRONEGOCIOS DE LATINOAMÉRICA
A continuación se presentan algunos aspectos que se considera deben mejorarse en la gestión de los agronegocios de Latinoamérica para de igual forma capturar las oportunidades que se presentan en el escenario mundial antes descritas.
Programas de capacitación en buenas prácticas y legislación agroalimentaria. Tal como se ha explicitado a lo largo de este artículo, constituye un punto de honor para los actores nacionales desde los productores agropecuarios e industriales, las agencias consultoras, universidades e institutos de investigación, empresas de servicios y las autoridades gubernamentales e instituciones relacionadas la co-construcción de un entorno aventajado tipo distrito industrial para el aprendizaje organizacional en cuanto a las buenas prácticas de inocuidad agroalimentaria con trazabilidad desde los agroinsumos hasta el suministro a los consumidores finales incluso en los casos proyectados de exportación. Esta meta por supuesto requiere de la confección conjunta por los actores del marco legal correspondiente, con la adecuación y programación de etapas para consolidación de los aprendizajes y su cumplimiento colectivo tal que este orden coadyuve en la certificación de empresas individuales y hasta el colectivo nacional como meta superior.
Un caso ejemplar en marcha es la puesta en ejecución desde el año 2011 de la Ley de Inocuidad Alimentaria de Estados Unidos mediante el programa Food Safety Modernization Act (FSMA) que mediante modernización de la filosofía anterior de tipo correctiva a preventiva con integración en un programa de los actores nacionales e internacionales coordinados por la Food and Drug Administration (FDA) implantó un sistema de capacitación con el tejido legal correspondiente, gestión de la trazabilidad para atenuar los riesgos de calidad y comerciales, contando como foco especial los residuos de plaguicidas. Se admite que para Latinoamérica, hay mucho por hacer en este orden con énfasis en las proyecciones de exportación y hace falta agenciamiento en adiestramiento (Araya, 2017).
Inclusión tecnológica digital y en la nueva visión compleja de los ecosistemas. Se debe avanzar en programas de este tipo mediante el adiestramiento de los actores para potenciar su productividad y capacidades de respuesta, tanto a nivel de campo como en su gestión administrativa, esto se puede ilustrar de manera rápida por la conectividad que ya se tiene en muchas partes entre agricultores – proveedores de insumos – consultores técnicos – banca - agencias gubernamentales – agroindustrias – clientes nacionales e internacionales, etc. Por ejemplo, vía el uso de minería de datos y su almacenamiento en la nube de las características personales, agropecuarias y estadísticas productivas de los agricultores de uno o varios rubros se pueden establecer modelos de planificación con información de ida y venida con bases de datos dinámicas tipo sala situacional que involucre acciones de ajuste al proceso productivo – administrativo de interés para todos los actores con el fin de darle sostenibilidad y productividad a toda la cadena. Ecarri (2018) sostiene que para interactuar mejor en el ecosistema productivo agropecuario se deben adoptar técnicas de agricultura inteligente (Smart-agro) que generen respuestas más rápidas y adecuadas como ingeniería de software, aplicaciones, hardware para las nuevas aplicaciones, articulación a genética, etc.
Un caso que ya se tiene en Latinoamérica son lo micro-productores de Cacao de Ecuador que se cuentan más de 100.000 y que con su plataforma tecnológica interinstitucional a los otros actores han logrado avanzar de forma destacada a nivel mundial en los mercados del rubro. Otro en Venezuela, es el de la alta organicidad lograda en el tejido arrocero de Portuguesa (Torres, 2016) que al adoptar el uso de tecnologías de comunicación han logrado mayor articulación operativa, proximidad dinámica y acopio innovativo funcional para dar respuesta más rápida a ciertas amenazas a nivel de campo, mayor compenetración y logística de cosecha con las industrias arroceras para el logro de un nivel superior en lo institucional, sostenibilidad y competitividad.
Otro ejemplo, para un ganadero ante un brote de fiebre aftosa inesperado que lo ubique sin la debida facultad material y operativa de insumos veterinarios para atenuar el avance infeccioso, dicha detección pondría un alerta en todo el sistema interconectado activando a todos los demás actores y emitiendo un pronóstico de cómo se vería afectada dicha producción territorial o nacional al tiempo que desde los proveedores de insumos pasando por consultores técnicos y la banca para el financiamiento oportuno se daría una respuesta lo más precisa y rápida para atacar el problema. Esto sin duda atenuaría las pérdidas de la producción, fortalecería el sistema productivo - financiero y da mayor credibilidad en cuanto a la sanidad e inocuidad agroalimentaria. Se refiere por ejemplo, que con la minería de datos allí interconectada, la banca puede evaluar a cada agricultor y su capacidad productiva para garantizar los retornos financieros, además, los consultores técnicos pueden detectar con la serie del tiempo climático la tendencia determinada y recomendar acciones para mitigar impactos en la producción e incluso evaluar tecnologías productivas más amigables con el ambiente para su recomendación y adopción en las unidades productivas.
Adopción de SIG, drones y aviones tipo dron en la gestión de los agronegocios. Los sistemas de información geográfico (SIG) acompañados por los novedosos drones con su versatilidad para las tomas aéreas y asimilación de teledetección (Remote sensing) se han convertido en una herramienta para la rápida operación de campo y administrativa, la ganancia de economías de escala y el pronóstico para la toma de decisiones para la gestión futura del sistema agroalimentario, entre otros no. Sus aplicaciones van desde las “simples” detección de niveles de deforestación, siembra y estado vegetativo hasta de plagas y enfermedades, fauna silvestre y su tratamiento, ganadería, ubicación de pobreza rural para generar políticas focalizadas e inventario de carbono en bosques hasta implementación de programas para la gestión del agua y mitigación del CC, determinación del punto de cosecha y logística en cultivos, presupuesto de distribución agroalimentaria de “inventario cero” sin costos de oportunidad, gestionar la asociatividad y alianzas productivas en las cadenas agroalimentarias, confección de series cronológicas agroclimáticas y de desempeño productivo, entre otras.
Mención especial, los aviones tipo dron dotados de cámaras multiespectrales que captan índices de reflectancia para detección de áreas cultivadas deficientes en micro- elementos para su tratamiento localizado, y de biomasa en grandes áreas para mayor logística de materiales a ser aplicados y equipos requeridos. Un caso de aplicación con aristas en principio socio-ambientales y luego turístico-productivas, es el que dejó un Programa de  Obras Múltiples del Banco Inter-americano de Desarrollo (BID) en el gran Buenos Aires para atenuar inundaciones recurrentes (ver Figura 1), en el cual se modelizó la mancha de inundación por el norte, se creó un plan de afectación de activos con los drones, se diseñó una represa temporal y se crearon diferentes productos con la información recabada y ahora se gesta un entorno turístico y productivo con el sistema de riego que antes no había.
Prospectiva para los agronegocios de latinoamérica y casos de fallas del mercado local en San Carlos (Venezuela), Mayo ´2018. - Image 1
Desarrollo de políticas para creación de polos científicos y productivos. La experiencia indica que no ha sido fácil o al menos rápido la confección de políticas para la creación de estos polos, también llamados según diferentes concepciones clusters o distritos industriales o filieres, entre otros. Según Martínez (2013) un buen sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación se sustenta en sus sub-sistemas regionales y locales, explotando sus recursos y ventajas comparativas las cuales apuntala desarrollando ventajas competitivas para creación de diferenciales genuinos y marcas territoriales. Esto exige la asociatividad y colaboración de los actores gubernamentales, empresariales, universidades e institutos de educación, parques tecnológicos y otros entes para-gubernamentales o emprendedores de la ciencia y la tecnología (Schwember, 2018). Estos así constituye un “gran lobby científico-productivo” para la inversión, generación de empleos productivos, oportunidades de ascenso social, el intercambio de conocimiento y creación de valor que a la larga mejora la calidad de vida en el territorio.
Un caso reciente de categoría mundial en Venezuela, fue el del circuito del arroz (Torres, 2015) en el cual se demostró como determinantes territoriales para el mejor posicionamiento del estado Portuguesa respecto a Guárico y luego Cojedes, una mejor estructura organizativa – productiva entre los grupos de interés, entre los cuales se gesta mayor capital social al paso del tiempo y las experiencias de participación, cooperación, integración y el logro de economías empresariales para mayor competitividad territorial y que de hecho llegó a ser el segundo más competitivo de Latinoamérica en los años 90. Esto no es más que el creer en la gente y darse a sí mismos oportunidades de trabajo colaborativo para su mejora colectiva en el mediano y largo plazos, olvidando el corto-plazo y las prácticas mal sanas.
En Castelar, Argentina, el Ministro de Agroindustria Luís Etchevehere indicó que entes públicos y privados trabajan para conformar el Distrito de Innovación Agroindustrial para que ingenieros e investigadores científicos desarrollen tecnologías que sean insumos para convertir a la agroindustria en el motor del desarrollo del país y en potencia agroalimentaria mundial mediante la desburocratización, afianzamiento de competitividad y apertura de mercados (Sulluchuco, 2018b) para capitalizar la producción de ideas en aquellos espacios, en productos tangibles con réditos económicos que mejoren la calidad de vida de la población.
Impulso a la biotecnología aplicada, innovación práctica, adopción tecnológica “ligera” y de prácticas de laboreo sustentables con el medio ambiente. Como el caso de innovación con bioestimulantes para la productividad agropecuaria con recursos locales, ejemplo el uso del mango desechado del consumo fresco e industrial para fermentación de ensilados de uso ganadero (Rojas y Torres, 2013). A pesar del crecimiento del 45 % en la productividad agrícola en Latinoamérica entre 1985 y 2012, hay una gran heterogeneidad por países y son determinantes la innovación y adopción tecnológicas de aplicación inmediata que ahorran trabajo, pérdidas y generan beneficios productivos tangibles a los actores de las cadenas agroalimentarias como los diversos Programas en salud vegetal, animal y de seguridad alimentaria implementados en la sub-región (López et al, 2017) para corregir fallas del mercado. También, son fallas las asimetrías de información de las innovaciones tecnológicas, la inseguridad en las inversiones debido a tenencia de la tierra, mal funcionamiento de los proveedores de créditos e insumos y limitaciones en infraestructuras agrícolas e industriales como en Venezuela (Vivas, 2010; Torres, 2015; Hopkins, 2018).
CASOS DE FALLAS DEL MERCADO LOCAL: PRODUCTOS SIN MARCA EN SAN CARLOS.
Los siguientes casos ilustran casos de fallas del mercado o contrarias a las tendencias y exigencias del mercado agroalimentario mundial antes expuestas y que se han conseguido en actividades de campo que como consumidores finales (Torres, A.; Rojas, P.; Morales, J. y Martínez, J. 2018. Com. Personal) se llevan en San Carlos Edo. Cojedes:
  1. Leches líquidas “pasteurizadas” y sin pasteurizar. Por extrema necesidad alimenticia y lo delicado de este producto, se está consiguiendo desde hace años este tipo de venta tanto en la calle, casas de familia y comercio formal. En principio se rompe la “cadena de frío” con mucha ligereza. Se ha detectado la adulteración con agua (al arrojar una densidad de 1,024 grs/ml fuera del rango patrón de 1,028-1,033 por lactodensímetro Quevenne) en un punto de venta en casa de familia, se le conversó al expendedor del fraude en el que incurre y los posibles daños a sus clientes quienes de buena fe acuden a él buscando calidad nutricional, tecnológica e inocuidad.
  2. Alimentos peletizados para perros. En un punto de venta de moda, se tomaron 2 bolsas presentadas de Un kilogramo, no obstante, se dudó del peso presentado y al llevarlas a báscula efectivamente diferían en más de 100 grs. Se requirió a un Supervisor del establecimiento comercial una revisión y de otros 6 paquetes solo 2 cumplían con el peso mínimo ofertado a la clientela. Ese muestreo arrojó entonces un fraude del 75 % en el peso de las bolsas sin marca.
  3. Mezclas alimenticias para animales de cría. Se expenden al comercio formal, organolépticamente se le ha detectado materias vegetales de pobreza nutricional (proteínas), bajos niveles de grasa al ser evaluados en laboratorio y por tanto pobre respuesta del animal que los consume.
  4. Envasado de crema de leche en envases de marcas tradicionales. Detectado en un punto de venta muy conocido, se identifica con su Precio debidamente y aparenta ser el producto original del envase tradicional, no obstante, le colocan en la tapa con marcador punta gruesa las iniciales del punto de venta.
  5. Empaques de productos del tipo harinas y bebidas con roturas selladas con cinta plástica. Se les aplica este sello y se burla la buena fe del cliente, arriesgándolo a daños por contaminación según el origen de la rotura y al fraude por menor peso del contenido del envoltorio según lo dispuesto legalmente.

Araya, L. 2018. Agenda frutícola de Chile y la nueva ley de inocuidad de EEUU. [Documento en línea]. En: http://www.cnnchile.com/noticia/2017/07/29/agenda-agricola-ley-de- inocuidad-alimentaria-de-eeuu [Consulta: junio 10, 2018].

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