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Cómo hacer frente a las crisis ambientales en ganadería

Compensación de las fluctuaciones estacionales: Una alternativa eficaz ante las inevitables épocas críticas

Publicado: 19 de abril de 2010
Por: Michael Rúa Franco, Zootecnista Esp. Presidente del Instituto André Voisin sede Colombia y Director General de Cultura Empresarial Ganadera
Mientras se está escribiendo este artículo, la ganadería de las regiones tropicales del continente americano al mismo tiempo está padeciendo una de sus más severas épocas críticas debido al intenso y prolongado verano iniciado desde Octubre y Noviembre de 2009 (en algunas regiones de Colombia y otras más de países vecinos), y cuyos pronósticos por parte del IDEAM (Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia) afirman, con cierto grado de incertidumbre, que esta situación se prolongará hasta el mes de abril de 2010.
Sin embargo, otras cuantas regiones en las cuales los ganaderos que experimentaron el verano más extenso de todos los tiempos (desde Diciembre de 2008 hasta septiembre de 2009) y quienes estaban esperanzados en que a finales de 2009 llegarían las lluvias que les permitieran restituir las pérdidas que ese verano les causó, con gran frustración y desánimo vieron como las lluvias no duraron más de un mes empatando con el verano del presente (marzo de 2010).
No hay que ir más allá en este relato, pues con lo poco mencionado hasta ahora el lector con algo de imaginación se habrá percatado que sin duda alguna la ganadería nacional, y en general, de las regiones tropicales del continente, atraviesan una de sus más severas CRISIS AMBIENTALES del siglo XXI, como consecuencia del ya muy reconocido "fenómeno del niño".
De hecho, no hay que explicar mucho sobre lo que es este fenómeno ambiental puesto que los hechos dicen más que las palabras, y de seguro la gran mayoría de los lectores de este artículo son ganaderos que ya habrán padecido los efectos severos que este fenómeno de la naturaleza conlleva para toda clase de actividades del campo agropecuario. Basta con decir, solo para contextualizar, que el fenómeno del niño es la forma como denominamos a las épocas en que el clima pasa a su estación de verano y el inclemente sol arrecia contra todo tipo de vegetales desprotegidos, incluyendo las pasturas de las que se alimenta el ganado, con su consecuente efecto sobre la nutrición de estos animales que a su vez conlleva a una merma severa de la producción de leche y carne, y a veces hasta a la muerte del ganado, todo lo cual por supuesto se traduce en pérdidas económicas para los productores.
Compensación de las fluctuaciones estacionales: Una alternativa eficaz ante las inevitables épocas críticas - Image 1
En el pastoreo extensivo tropical el ganado muere de hambre y sed ante el inclemente verano (Rúa, M. Enero de 2010)
 
Ahora bien, podríamos asegurar que ningún ganadero es ajeno a esta situación, y a todos de una u otra manera les ha afectado gravemente el fenómeno del niño o el calentamiento global, lo cual a propósito no es nada novedoso puesto que en realidad es una situación que se vive desde siglos atrás.
Lo que la mayoría de ganaderos tradicionales hace para sobrevivir a estos inevitables fenómenos naturales y sus efectos severos sobre la vegetación, el agua y los animales, podemos resumirlo así:
 
a.     Fluctuación de la carga animal de la finca: Es la solución más problemática pero a la que más se acude, y sólo aplica para quienes se dedican al engorde. Al escasear el pasto, el ganadero acude a bajar la carga de la finca vendiendo animales, y cuando abunda el pasto vuelve a comprar. La ganadería de leche o cría no puede salir de sus vientres (carga estable), así que necesita otro tipo de solución.
b.    Alquiler de terrenos: Corresponde al traslado de ganado hacia otra finca, generalmente vecina, en la que no se pastorea o se tiene muy baja carga, de modo que los pastos no escasean, aunque de todas maneras su calidad casi nunca es la mejor porque son pasturas por lo general degradadas o pasadas de su punto de cosecha (lignificadas).
c.     Trashumancia: Es el traslado de ganado de un lado a otro, generalmente fuera de la finca y hacia sitios donde en la época crítica no escasee el pasto, por ejemplo, en terrenos inundables que no pueden ser pastoreados en la época lluviosa, o en los jarillones de los ríos que aparecen al bajar el nivel de agua, etc. Esta solución es aún más problemática que la primera si los sitios de pastoreo no están en la misma finca sino que el ganado debe llevarse y traerse a diario caminando o transportados en camiones.
d.    Compra de alimentos conservados: Es una excelente solución pero presenta el inconveniente que genera costos adicionales como son por ejemplo: la utilidad para quien los produce, fletes de transporte, comisiones y/o gastos de los intermediarios en la compra y demás. Pero lo más trascendental, es que casi NUNCA hay garantía para el comprador de que el producto es de calidad, tanto en lo nutricional como en lo biológico y/o sanitario.
e.     Producir forrajes exclusivamente para conservar en el mismo predio: Esta sin duda es la mejor solución entre las más tradicionales, pero, sólo es válida para ganaderos con grandes extensiones de tierra y que tengan la capacidad de mantener este lucro cesante, es decir, que no necesiten los terrenos que destinan para este fin (cultivo para ensilar, henificar o hacer henolaje) para el pastoreo del ganado. Además, implica una excelente planificación y muy buena logística (transporte, picado, almacenaje y/o bodegas) dado que hay que producirlos durante la época lluviosa y almacenarlos en grandes cantidades para utilizarlos en la época seca.
 
Este tipo de soluciones NO son suficientemente eficaces, puesto que una o dos veces cada año el ganadero se ve en la necesidad de acudir a ellas y todas implican una significativa inversión de capital (egreso de dinero) que coincide con una época en la que al mismo tiempo se está perdiendo dinero, y por ende lo mejor sería no tener más egresos de los que estrictamente requeridos, o en otras palabras, se debe evitar a toda costa incrementar el costo de producción y que la relación costo/beneficio se vuelva negativa (se generan pérdidas).
Lo que llama la atención de todo esto es, que si todos los ganaderos han experimentado esta situación, ¿porque aún no se acude a una solución definitiva y económica en vez de continuar repitiendo la historia del tradicionalismo ganadero?
Más aún cuando otro fenómeno absolutamente irreversible y natural, reconocido como el "desgaste de la capa de ozono y el calentamiento global", cada día se hacen más severos y graves debido a la contaminación ambiental que el mundo produce. Ese problema, además de irreversible tiene la tendencia a ponerse peor con el paso del tiempo dado el crecimiento incontrolado de la población mundial y de la industrialización.
El problema de esto es que con el calentamiento global el fenómeno del niño se hace cada vez más impactante sobre las actividades agropecuarias, y peor aún, más impredecible. Es por esto, que si antes los ganaderos podían esperar con cierto grado de seguridad las lluvias en una determinada época del año (entre abril y junio, y entre septiembre y diciembre), en la actualidad la llegada de las lluvias y/o del verano se hacen cada día más inciertos. Así que auque se desee planificar la siembra y cosecha de forrajes, los cambios climáticos abruptos e inesperados no permiten que tales planes se lleven a cabo idóneamente y muchas veces se pierden las cosechas, o incluso, las siembras.
 
¿Qué hacer ante tanta incertidumbre?
El propósito de este artículo es proponer una solución eficaz frente a este problema que es común a TODOS los ganaderos en las regiones tropicales de nuestro continente, ya que se debe a fenómenos naturales que humanamente no podemos controlar, pues la potestad sobre la naturaleza sólo la tiene quien la creó, es decir, Dios, y el hace lo que considera más conveniente para nosotros, de manera que lo que tenemos que hacer es poder ajustarnos a la voluntad de Dios y desarrollar estrategias que nos permitan evitarnos tener que seguir viviendo las consecuencias de dichos fenómenos.
 
Premisa clave:
Si el ganadero NO SE PREPARA CON ANTICIPACIÓN para afrontar tanto el fenómeno del niño (llegada del verano intenso y prolongado) como el de la niña (llegada del invierno intenso y prolongado), sencillamente NO HAY MUCHO QUE HACER más que orar a Dios para no sufrir mucho.
Por otra parte, debe estar claro que en el trópico no tenemos las cuatro estaciones del clima que rigen en los países de otras latitudes, sino que sólo experimentamos dos de ellas a lo largo del año: verano e invierno. Así que nos hemos casi acostumbrado a que sólo hacemos ganadería mientras no haya ni veranos ni inviernos intensos, de modo que nuestro ciclo ganadero siempre ha sido igual, y por eso, en las épocas de verano el precio del ganado disminuye severamente porque la mayoría salen de sus ganados, pero una vez pasa el verano, el ganado se pone costoso porque rápidamente crece la demanda por comprar ganado.
 
PRV, la mejor alternativa para hacer frente a las crisis ambientales en ganadería...
En consecuencia a lo anterior y para resolver las dos preguntas que se plantearon anteriormente, lo que en realidad necesitamos hacer para no padecer las crisis de los fenómenos climáticos adversos, es CAMBIAR RADICALMENTE LA FORMA DE HACER GANADERÍA, y es allí donde el PRV (Pastoreo Racional Voisin) se propone como la mejor alternativa de nuestros tiempos para cambiar radicalmente nuestro modelo ganadero, de forma que tengamos estabilidad en la producción a lo largo del año.
 
La naturaleza es un diseño perfecto... el hombre es quien la desequilibra!!!
La naturaleza fue diseñada para permanecer en equilibrio constante, pero la intervención del ser humano ha alterado severamente esta situación. Como consecuencia de ello, siempre que no hagamos nada por el ambiente, nos veremos siempre avocados a padecer los efectos devastadores de los fenómenos descritos anteriormente, como sucede en la actualidad.
La ganadería actual debe ser sumamente RACIONAL: El PRV es la manera más racional de hacer ganadería, de manera totalmente limpia, económica y rentable, pues NO desgasta la naturaleza, sino al contrario, ayuda a recuperarla. Los ganaderos que practican ESTRICTAMENTE el PRV en sus ganaderías, NUNCA ven agotarse sus pasturas, sino que más bien acuden a lo que el Dr. Luiz Carlos Pinheiro Machado, fundador del Instituto André Voisin en Brasil, fundador del PRV basado en la propuesta de Voisin, y escritor del libro titulado "Pastoreo Racional Voisin - Tecnología Agroecológica Para el tercer Milenio", ha denominado como la "COMPENSACIÓN DE LAS FLUCTUACIONES ESTACIONALES", lo que le permite a los ganaderos que trabajan el PRV disponer de alimento para su ganado durante todo el año sin padecer los efectos negativos de los inesperados y severos cambios climáticos.
Mínima inversión para un óptimo beneficio: Lo interesante aquí es que en lo único que invierten dinero los ganaderos que practican el PRV es en una buena instalación de cercas eléctricas en toda la finca, sal mineralizada, un buen acueducto y reserva de agua, reforestación si es necesaria, y ocasionalmente, a ensilar pastos sobrantes, todo lo cual también utilizan de manera muy racional, y claro está, en mano de obra. Todo lo demás está en darle un óptimo manejo al pastoreo mediante la conducción del ganado con ayuda de un verdadero PASTOR. Así pues, ningún fenómeno climático (ni el sol, ni las heladas, ni las tormentas tropicales) entorpece la actividad ganadera ni afectan negativamente el bolsillo del productor, sea cual sea la época del año. Lógicamente, para ello se requiere de una muy buena planificación, pero es totalmente posible.
 
La solución está en saber COMPENSAR las fluctuaciones climáticas:
La ganadería tradicional ha acudido a deforestar los campos erradicando todos los árboles bajo el argumento de que la sombra estorba la fotosíntesis y los pastos no se desarrollan. La ganadería racional, en cambio, argumenta con hechos contundentes de la experiencia real en los proyectos PRV instalados, que la productividad de las pasturas es un 30% mayor cuando los pastos crecen bajo un nivel de sombrío moderado (árboles de vegetación abierta, por ejemplo: matarratón, leucaena, trupillo, sauco, aliso, entre otros).
Esto se debe a que cuando no hay árboles en el potrero ni en cerca viva, y bajo la práctica de ganadería extensiva en la que generalmente se sobrepastorea, la radiación solar (rayos UV) impacta directamente sobre la superficie del suelo causándole deshidratación y resequedad, pero más grave que eso, eliminando todo tipo de vida microorgánica (especialmente bacteriana) que haya sobre la capa vegetal del suelo.
 
Esto hace que la descomposición de los materiales reciclables no ocurra ya que dicho reciclaje lo hacen ese tipo de microorganismos. De esta manera, los productos de esos microorganismos que iban a ser incorporados al suelo para servir de nutrición a la pastura simplemente no se producen, y así el suelo se queda sin materia orgánica. Con el transcurso del tiempo, el suelo comienza a desgastarse y le va dando paso a un proceso degenerativo conocido como "desertización" que consiste en que la vegetación se va agotando y el suelo va convirtiéndose en una especie de desierto.
Es por esto que en la época de intenso verano vemos como las pasturas se van agotando y nos vemos en la necesidad de buscar soluciones a veces desesperadas, y no siempre las más acertadas y beneficiosas.
Con base en esto, lo que se hace en PRV es reforestar para proteger la vida del suelo, dando lugar a que además de cercas vivas, haya árboles al interior de los potreros pero a una baja densidad para no afectar la fotosíntesis. Así, en el verano, la producción de pasto, aunque se disminuye, no escasea y se logra mantener la carga estable.
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Los árboles en PRV protegen la pastura mejorando su productividad (abundancia) y además ofrecen confort al ganado
Pero además, con un óptimo control del pastoreo y una excelente planificación, se logra que en las épocas frescas (lluviosas) el pasto abunde, con lo que al mantener las cargas estables, se produce un sobrante de forraje que se debe cosechar en su punto óptimo de reposo para conservarlo en su mejor estado de calidad, y almacenarlo (como silo, heno o henolaje) y así poder utilizarlo en las épocas secas cuando el pasto disminuye, compensando. De ahí que a esta estrategia se le denomine como: "compensación de las fluctuaciones estacionales".
La disminución de la productividad de pasto no se logra evitar totalmente aún cuando se practique un PRV con excelencia, dado que ante la escasez de agua lluvia o falta de riego, y la consecuente reducción severa de la humedad retenida en las partículas del suelo, por un período prolongado de tiempo, conlleva a que el rebrote y desarrollo de los pastos y forrajes sean menos vigorosos. Sin embargo, la contribución que hace PRV a la solución para este problema, está en que PRV no permite que el pasto se agote totalmente, ya que parte de la humedad que no se puede obtener de la lluvia o riego, se le provee al suelo a través de la orina y el excremento de los bovinos que pastorean cada potrero, además de disminuir en gran parte la temperatura ambiente cuando se crea un microclima debajo de los árboles de cercas vivas y al interior de los potreros.
No por esto debe pensarse que PRV es un sistema silvopastoril, ya que el silvopastoreo no es un sistema ecológico propiamente, sino un sistema limpio pero flexible con algunas prácticas convencionales de la ganadería tradicional, mientras que PRV es un sistema netamente orgánico y totalmente opuesto a las prácticas convencionales, y por tanto inflexible, pero capaz de ajustarse a cada clima y región.
Así pues, no hay otro sistema de pastoreo tan resistente a la climatología adversa, en especial a la sequía, como lo es el PRV, y su versatilidad es inigualable para compensar épocas críticas de productividad forrajera con el pasto almacenado desde las épocas inmediatamente anteriores de abundancia, sin tener que invertir mucho dinero en la cosecha y el almacenamiento de este alimento. En los gráficos a continuación se muestran algunas maneras de almacenar este alimento, pero, lo ideal sería almacenarlo directamente en el sitio donde se cosecha, sobre el piso, para que el ganado lo consuma directamente allí sin tener que someterlo a largos y extenuantes desplazamiento ni tener que transportar el forraje cosechado a ningún lugar, y así se abaratan aún más los costos de manejo de las ganaderías, y se optimizan los resultados.
La propuesta de Pinheiro es entonces, sin lugar a dudas, un exitoso modelo digno de replicar en las ganaderías de trópico, en especial para pequeños y medianos productores.
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El pasto sobrante en PRV se almacena para ofrecerlo al ganado en las épocas críticas
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